26 febrero 2016

La presidencia del fútbol seguirá en manos de Suiza

El suizo Gianni Infantino elegido nuevo capo de la FIFA en sustitución de Joseph Blatter con el objetivo de dejar atrás el escándalo del ‘FIFAgate’

Hechos

La votación fue el 26 de febrero de 2016.

Lecturas

CINCO CANDIDATOS

Hasta cinco personas se postularon para la presidencia de la FIFA:

Sr. Gianni Infantino (Suiza) – 88 votos.

Sr. Salman Bin Ibrahim (Bahréin) – 85 votos.

Sr. Ali Bin Al Hussein (Jordania) – 27 votos.

Sr. Jérome Champagne (Francia) – 7 votos.

Sr. Tokyo Sexwale (Sudáfrica) – (Retiró su candidatura justo antes de la votación al comprobar que no tenía apoyos).

En la segunda votación los votos que en la primera habían sido para Bil Al Hussein o para Champagne, se pasaron a Infantino.

El Sr. Infantino estaba en el equipo del Sr. Platini que aspiraba a presidir la FIFA liderando la oposición del Sr. Blatter, pero que al final se ha visto arrastrado por los escándalos de este, dado que en su primera etapa había sido colaborador suyo.

26 Febrero 2016

La vieja FIFA elige a la nueva FIFA

Orfeo Suárez

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Para cada una de las propuestas en el Congreso de la UEFA, era Ángel Villar, que oficiaba como presidente en funciones, quien pedía el voto desde la posición central del estrado. Por España, era Jorge Pérez quien levantaba la tarjeta verde, amarilla o roja. Fue siempre verde. Paradójica situación, dado que ambos personajes se enfrentan en la cruenta guerra del fútbol español, pero que en sí constituye una buena metáfora de lo que sucede en el fútbol mundial, frente a un cambio trascendental que deben aprobar quienes han formado parte de un pasado a enterrar para siempre. Jorge Pérez era parte del villarismo que ahora desea cambiar, igual que Gianni Infantino, uno de los dos favoritos para presidir la FIFA, era la mano derecha del sancionado Michel Platini.

El Congreso de la UEFA no era realmente relevante por las decisiones que afrontaba, sino por su situación y oportunidad, un día antes de las elecciones en la FIFA y en su ciudad, Zúrich. Incluso el lugar elegido, el Swissotel, era el más próximo posible al Hallenstadion donde, hoy, la vieja FIFA elige a la nueva FIFA. Ésa es la paradoja. La magnitud no alcanza únicamente al presidente, también a un paquete de reformas que deben ser aprobadas por dos tercios de los presentes. Los votos son tantos como federaciones nacionales están asociadas a la FIFA (209), más que en la ONU, aunque podría reducirse en dos por las sanciones a Kuwait e Indonesia, debido a las injerencias políticas de sus gobiernos. Las amenazas que desde la Federación han lanzado a Miguel Cardenal no son, pues, infundadas. Como insistía Infantino, ayer, en este periódico, la independencia política es un principio irrenunciable de las organizaciones.

El voto no ha de ser ejercido por los presidentes. Es más, en el último Congreso de la FIFA fue Jorge Pérez quien se dirigió a la urna. De ser así, el cargo y la lealtad le obligarían a seguir la instrucción de Villar, pero no existe una norma, por lo que el voto puede ser ejercido por cualquier miembro de la delegación. Al Swissotel llegaron por separado. Primero, el secretario general; después, el presidente.

La turba de cámaras se aceleraba a cada giro de la puerta giratoria, que lanzaba candidatos como si saltaran a un escenario. Pasó Salman Bin Ibrahim Al-Khalifa en primer lugar. A los pocos minutos, Infantino. El miembro de la casa real de Bahrein es el principal rival del candidato europeo. Ambos cuentan con el voto corporativo de la Confederación Asiática y la UEFA, respectivamente. El punto de partida sería, pues, de 46 para Salman, a la espera de conocer qué sucede con los de Kuwait e Indonesia, y 53 para el suizo, pero las fugas son inevitables en un voto secreto.

Villar consiguió para Infantino el apoyo de la Conmebol (10 votos), aunque Brasil se ha desdicho, ya en Zúrich, y Salman logró que la Confederación Africana, con un miembro más (54) que la UEFA, hiciera un comunicado a favor de su candidatura. Sin embargo, África es una incógnita. Como dice Villar, es «incontrolable». Sólo Blatter o Juan Antonio Samaranch pudieron llegar a controlarla. El continente más pobre y el menos garantista, en general, es muy susceptible al voto cautivo, no sólo a cambio de sobornos, sino de ayudas para infraestructuras o programas de desarrollo.

Sudán del Sur se había desmarcado del voto corporativo a Salman para decir que votaría a Infantino, pero ha modificado su intención en estos días, según los consultores, a cambio de subsidios. De la misma forma, dinero qatarí financió el Congreso del Fútbol Africano, en Angola en 2010, el mismo año que fueron elegidas las sedes de Rusia y Qatar para los Mundiales de 2018 y 2022, respectivamente.

Infantino cuenta con unos 50 votos europeos, ya que no se descarta alguna fuga por presiones diplomáticas, más la mayoría de la Conmebol (10) y algunos de Oceanía y la Concacaf. No obstante, precisa una veintena de África para garantizarse la elección en segunda ronda, por mayoría simple (104 votos si el electorado es de 207). En primera, se precisan dos tercios (138). Para Salman, que tendría a la Confederación Asiática (46), la opción pasa por contar con África en bloque.

Ni el príncipe jordano Ali bin Al Hussein, último rival de Joseph Blatter, ni el francés Jérôme Champagne, ni el sudafricano Tokyo Sexwale tienen opciones. Todos se dirigieron a la UEFA. Ali anunció el fichaje de Kofi Annan, ex secretario general de la ONU, Champagne desgranó su sentimental currículum y aludió al pasado de Villar en el Athletic, y Sexwale apuntó a la corrupción. Salman no se presentó a todos como un aristócrata, sino como un presidente más.

«¡Vamos a ganar, Gianni!», alentó Villar al que ha sido su secretario general en la UEFA, al tiempo que deseó la pronta vuelta de Platini. El fútbol europeo, en realidad, juega una partida de póker a la espera de lo que suceda en la FIFA. Si gana Infantino y el TAS mantiene la sanción a Platini, dejada por el Comité de Apelación de la FIFA en seis años, como la de Blatter, empezará el movimiento de fichas. Villar tiene un papel que jugar, aunque antes debe solucionar su situación en España, enfrentado a Cardenal y pendiente de una resolución del TAD, que hoy aborda su caso.

Infantino, impulsor de las medidas del Fair Play Financiero en la UEFA, elaboró un manifiesto de reformas coincidente en muchos puntos con la batería de medidas que la FIFA someterá a la aprobación, para la que son necesarias dos tercios. Su intervención tuvo claca. Jugaba en casa. Entre ellas está la limitación de mandatos (12 años), la publicación de la retribución de los sueldos de los dirigentes y la separación de poderes entre la representación política y la gestión económica, con el secretario general como eje. En el último año de Mundial, 2014, la FIFA tuvo unos ingresos de 1.905 millones por 1.776 de gastos. Cuadruplicó presupuestariamente al club más rico, el Real Madrid. En años sin Mundial, esas cantidades descienden hasta 1.300 millones, aproximadamente.

Otro de los cambios es la sustitución del Comité Ejecutivo, hasta ahora de 24 miembros, por un Consejo de 36, distribuido en proporción a las confederaciones. De los 24 que eligieron a Qatar, 14 fueron sancionados. En total, lo han sido 31 directivos. Quienes sobrevivieron pero formaron parte de ese pasado, deciden, hoy, cómo debe ser el futuro y quién debe guiarlo.

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NÚMEROS DE ESCÁNDALO

31 encarcelados, sancionados o apartados desde que la corrupción, con epicentro en la Conmebol, en Sudamérica, implosionó en mayo de 2015.

150 millones en comisiones, por la venta de la Copa América, se repartieron los dirigentes de la Conmebol.

14 miembros, de los 24 que eligieron a Rusia y Qatar para los Mundiales de 2018 y 2022, han sido sancionados.

1,8 millones cobró Platini de la FIFA-Blatter. Fue sancionado y sacado de las elecciones.

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VILLAR, «NERVIOSO» Y EN ‘SPANGLISH’. Era la primera vez que Ángel Villar conducía un Congreso de la UEFA, aunque había dirigido ya un Comité Ejecutivo. En lugar de Michel Platini, sancionado, dijo estar «nervioso». Habló en español, pero introdujo alguna expresión en inglés y acabó por mezclar los dos idiomas, con sonrisas de los asistentes, y suyas. Para cerrar el Congreso, fue claro: «Finish!».

27 Febrero 1998

Un ‘apparatchik’ para la regeneración

Orfeo Suárez

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La FIFA no necesita dinero. Necesita nuevas formas y la diplomacia sabe mucho de eso. Gianni Infantino, de 45 años, hijo de emigrantes italianos criado en Suiza, la representa como pocos. Está por ver cómo confeccionará su liderazgo, puesto que hasta ahora ha vivido a la sombra de Michel Platini, como secretario general de la UEFA, pero su figura está más en consonancia que la de Salman bin Ibrahim Al-Khalifa con la etapa de reformas que debe afrontar el organismo. El jeque de Bahrein, acusado de proceder contra los Derechos Humanos, habría sido un presidente tóxico para una FIFA que incluso quiere abrir sus puertas a la mujer y que, al menos ahora, ha de ser como la del César. No sólo es su ser o no ser, también su parecer o no parecer.

Sin embargo, creer que los Derechos Humanos han movido las voluntades de los representantes de las federaciones nacionales en contra de Salman, en especial en la segunda ronda de votaciones, ya que en la primera ningún candidato alcanzó las tres cuartas partes necesarias, es ser un poco iluso. Como en las designaciones de sedes de Mundiales u olímpicas, incluso como en un cónclave de cardenales en busca de un nuevo Papa, las alianzas son clave.

Infantino, pues, sumó en la segunda votación la mayor parte de los votos que habían ido para el príncipe jordano Ali bin Hussein. La desunión árabe benefició al suizo, que partía con el bloque europeo más el sudamericano, además de apoyos dispersos de África. Ali, asimismo, devolvía el apoyo que recibió de algunos europeos contra Blatter. De los 88 con que acabó la primera votación, Infantino sumó 27, hasta los 115. Entre una y otra, Ali perdió 23, y quedaban los siete del descartado Jerome Champagne. Salman, en cambio, sólo pasó de 85 a 88.

La derrota del jeque es también la de Blatter, que se había inclinado por el de Bahrein. La de Infantino es, asimismo, la victoria que habría querido Platini, y es que fue el francés quien sugirió a la UEFA presentar al secretario general como alternativa por si era sancionado por más tiempo por la Comisión de Ética, como finalmente sucedió. También vence Ángel Villar, valedor de Infantino en Sudamérica. Los apoyos mayoritarios de la Conmebol se deben a su influencia.

La mayoría de las reformas que, antes de la elección del presidente, aprobó la FIFA estaban, aunque formuladas de otra manera, en el manifiesto elaborado por Infantino para la regeneración del organismo. En especial, la que se refiere a la limitación de mandatos, hasta 12 años para el presidente y los principales dirigentes que ya no formaran parte de un Comité Ejecutivo, sino de un Consejo. En lugar de 24 serán 36, más el presidente. También la que tiene que ver con la publicación de los sueldos del presidente y el secretario general. La separación de poderes aprobada va a implicar que el trabajo del segundo, centrado en el aspecto económico y logístico, sea independendiente del primero. Infantino, de hecho, no podrá despedir a su secretario general. Es interesante saber cómo se adaptará a ese puesto, después de haber ejercido durante los últimos años el contrario.

Es posible cuestionarse sobre si Infantino, como mano derecha de Platini, representa la regeneración, puesto que el francés ha sido sancionado por el cobro de 1,8 millones de la FIFA en el pasado por unos trabajos sin concretar y que se vincularían al apoyo a Blatter para continuar al frente de la organización. De hecho, se le ha reprochado que, en el ejercicio de su puesto, haya mantenido el sueldo al presidente de la UEFA suspendido. La respuesta de toda la organización europea es que, mientras no agote las instancias jurídicas, es el presidente. Villar lo dijo claro en el Congreso continental, el día anterior al de la FIFA: «Esperamos que Michel esté pronto con nosotros».

Después de ver reducida su sanción de ocho a seis años, a Platini le queda únicamente el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS), aunque todo indica que, como mucho, tan sólo podría obtener otra reducción. Es una figura amortizada para el fútbol, y ello abre el escenario en la UEFA, que no concretará su horizonte electoral hasta que se agoten las aspiraciones del francés. Con Infantino en la FIFA, Villar, vicepresidente primero europeo, tiene una opotunidad si lo desea. Antes debe, asimismo, despejarse su situación en España, pendiente del Tribunal Administrativo del Deporte, que, ayer, pidió más información sobre su caso. Las elecciones en la Federación, fijadas para el 22 de abril, deberán posponerse.

Infantino conoce bien las estructuras del fútbol, puesto que sus 15 años en la UEFA, en distintos puestos, coinciden con el período de mayor crecimiento del organismo europeo y el desarrollo de la joya de la corona del fútbol: la Champions. Con anterioridad realizó labores de consultor que incluían estancias en diferentes países, entre ellos España, donde trabajó interinamente en la Liga de Fútbol Profesional. Como secretario general, su figura ha sido clave en el desarrollo del programa de Fair Play Financiero de la UEFA.

Es muy posible que si Platini hubiera acudido a la elección y vencido, Infantino le hubiera acompañado en un cargo técnico del que sabe más que nadie. Incluso se especula con que pudo ofrecerse a Salman, y eso generó recelos entre algunos europeos. El traslado de Nyón a Zúrich, sin embargo, no será un desembarco europeo en la FIFA, según dice, porque la diversidad está entre sus objetivos a corto plazo. El nuevo Consejo, además, establecerá los cupos de directivos por confederaciones.

A uno de los mayores administradores, a un appartchik del fútbol, le corresponde ahora hacer política. Se trata de la misma transición que cumplió Blatter, antiguo secretario general de Joao Havelange en la FIFA. Es de esperar que no con idéntico desenlace. Lo que es seguro, al menos, es que no podrá ser por el mismo tiempo. Es un buen principio. El futuro dirá si, realmente, de una nueva era.

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Presidente. Suizo, como Blatter (1998-15). Sólo un presidente, el brasileño Havelange (74-98), no fue europeo (tres ingleses, dos franceses y un belga).

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LAS REFORMAS

Presidente. Propone al secretario general y tiene voto en el Consejo. Pasará un examen de integridad. Mandato: 12 años máximo.

Consejo. Órgano de vigilancia que suple al polémico Comité Ejecutivo. Pasarán también un examen de integridad. 36 miembros, más Infantino. Mandato: 12 años máximo.

Secretario general. Elegido por el Consejo, sueldo público y examinado por una empresa externa.

Congreso. Órgano apenas afectado por cambios. Con 209 miembros, seguirá eligiendo al presidente.

Administración. Habrá nueve comisiones, por las 26 actuales. Y la mitad de sus integrantes serán expertos externos.

Control. Comisión Ética, Gremios jurídicos y Comisión de Disciplina, externos e independientes.

Mujeres. Al menos, cada Confederación propondrá una mujer al Consejo. La igualdad de género entra en los Estatutos de la FIFA.

Derechos humanos. Se incorporan a los Estatutos como objetivo. Cada Confederación establecerá principios democráticos en sus respectivos Estatutos.