4 septiembre 1958
Elecciones Chile 1958 – El derechista Jorge Alessandri logra la presidencia derrotando al marxista Salvador Allende
Hechos
El 4.09.1958 se celebraron elecciones presidenciales en Chile.
Lecturas
Las anteriores elecciones fueron en 1952.
El candidato de la derecha chilena, Jorge Alessandri, ha superado en las elecciones presidenciales de este 4 de septiembre de 1958 por muy escaso margen, a Salvador Allende, propuesto por el FRAP (Frente de Acción Popular), en el que se aglutinaban tres partidos de izquierda.
En estas elecciones han quedado muy atrás los candidatos de centro, el democristiano Frei y el radical Bossay.
Como ninguno de los candidatos más votados obtuvo la mayoría absoluta, de acuerdo a las normas electorales de Chile, será el Congreso el que decida quién ocupará la presidencia; pero se da por descontado el nombramiento de Alessandri.
Las siguientes elecciones están previstas para 1964.
El Análisis
Las elecciones presidenciales de 1958 en Chile han dejado un mapa político más polarizado que nunca, y han marcado un duelo que, a la larga, definirá el rumbo del país. El vencedor, Jorge Alessandri Rodríguez, encarna la figura del tecnócrata austero, independiente de los partidos, con fama de administrador eficiente y con un discurso centrado en la disciplina económica y la modernización. Sin un carisma desbordante, pero con la solvencia de quien prefiere hablar con números y obras, Alessandri ha sabido presentarse como el candidato del orden y la responsabilidad en un país que busca estabilidad.
Frente a él, el gran derrotado —pero también el gran protagonista del otro polo político— ha sido Salvador Allende, quien ha conseguido un respaldo significativo para una candidatura marxista en plena Guerra Fría, cuando el fantasma de la influencia soviética se percibe con inquietud en Washington y otras capitales occidentales. Si bien su porcentaje de votos no le permitió acercarse al triunfo, su capacidad de consolidar un espacio político de izquierda nítidamente socialista es, en sí misma, un dato de peso.
Los grandes perdedores, sin embargo, han sido los candidatos de centro. Ni el democristiano Eduardo Frei ni el radical Luis Bossay lograron captar el favor de un electorado que, esta vez, se ha inclinado por opciones más definidas ideológicamente. Es una señal clara: el Chile de 1958 ya no se conforma con la tibieza programática. Alessandri administrará el Estado con el pulso de un gerente; Allende, desde la oposición, seguirá construyendo su alternativa de cambio radical. Entre ambos, se dibuja el tablero donde se jugará buena parte de la política chilena en los próximos años.
JF Lamata