25 abril 1933

Conmoción entre los republicanos ante el triunfo de un partido político que no acata el sistema vigente

Elecciones Municipales 1933: El éxito de la derecha (CEDA) de José María Gil Robles en las primeras elecciones con voto femenino supone un mazazo para el Gobierno Azaña

Hechos

El 25 de abril de 1933 se conocen los resultados de las primeras elecciones municipales celebradas tras la proclamación de la II República.

Lecturas

La Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA) se creó el pasado mes de marzo con el objetivo de agrupar al electorado de derechas contrario al sistema de la II República proclamada por las izquierdas.

Su primera participación electoral ha sido en estas elecciones municipales de abril de 1933.

RESULTADO DE LAS ELECCIONES MUNICIPALES DE 1933

(Resultados anunciados por el ministerio de Gobernación el 25 de abril de 1933).

  • CEDA + Partido Agrario [Gil Robles] – 3.754 concejales.
  • Partido Radical [Alejandro Lerroux] – 2.479 concejales.
  • PSOE [Largo Caballero & Prieto] – 1.826 concejales.
  • Partido Radical Socialista [Marcelino Domingo] – 1.730 concejales.
  • Acción Republicana [Manuel Azaña] – 1.202 concejales.

Estos resultados ocasionarán una renuncia del jefe de Gobierno D. Manuel Azaña en junio, que logrará ser ratificado.

25 Abril 1933

La oposición gana las elecciones municipales

ABC (Director: Juan Ignacio Luca de Tena)

Leer

Los pueblos en que se han celebrado las elecciones municipales – dicen ahora la gente y la Prensa de la República – son el último baluarte del caciquismo. ¿De cuál? En estos pueblos se apresuró el régimen a destruir hasta el menor vestigio  de influencia y de poder, no ya de monarquismo, sino de burguesía. Quedaron, en este respecto, peor que las ciudades. En las ciudades todavía se ha podido luchar, contra las coacciones oficiales y las violencias partidistas, y se ha conseguido rehacer una fuerza conservadora que no ha querido afrontar el Gobierno con una convocatoria general. Es en las ciudades precisamente donde las derechas han hecho sus propagandas y la demostración de poder. En estos otros Municipios que han votado ahora, poco debían esperar, porque no quedó ninguno en donde, por anulación de sucesivas elecciones o por designación de Comisiones gestores, no entronizara la República sus elementos incondicionales. ¡y de qué calidad algunos! Habían sido siempre dóciles con el Poder estos pueblos; votaban siempre a la orden de los Gobiernos civiles: y su tradición electoral fue la razón de que el régimen caído no aprovechara como válida la mayoría que le dieron en abril de 1931. Por primera vez ha ocurrido que nieguen su adhesión a un Gobierno. Y mas aún: que se decidan a hostilizarlo abiertamente, a pesar de la organización avasalladora entronizada en cada Municipio. Es la consecuencia trascendental de la jornada de ayer.

Hablen ahora los números; por de pronto, los oficiales; y después, contrastadas todas las informaciones, hablará con más elocuencia la estadística definitiva. El resumen facilitado anoche en Gobernación adjudica a la coalición ministerial 5.048 concejales. A los demás partidos les da el sufragio, según el mismo resumen, 10.983 concejales; más del doble. Al bloque antiministerial, empeñado en la obstrucción parlamentaria, 7.145; gran mayoría también sobre el Gobierno. ¿Seguirá preguntando el señor Azaña dónde está la opinión? ¿Seguirá viéndola en el mitin de Bilbao? Un solo socialista ha triunfado en toda Vizcaya.

Las cifras parciales del resumen oficial son también muy interesante. El número más alto de actas, 2.064 corresponde al Partido Agrario, que ante la coalición ministerial y su Prensa pasa como monárquico o monarquizante, y que, en efecto, está principalmente constituido por las antiguas organizaciones monárquicas. Le sigue en importancia, con 2.429 concejales, el Partido Radical. Ninguno de los partidos de la coalición ministerial alcanza este resultado; ni el socialista, que se queda en 1.826.

Fácilmente advertirán los lectores algunos pueriles artificios del resumen oficial que substrae a una clasificación precisa nada menos que 1.191 resultados, colocándolos bajo el epígrafe de ‘Indefinidos, independientes y otros’ es una contienda tan reñida. Y, no contento con esta sustracción, aparta unas cuantas cifras de los partidos republicanos, en los que encuentra también indefinidos e independientes, amén de autónomos, agricultores, derechistas no se sabe de qué derecha y agrarios que no pertenecen al partido de este nombre. Ya reaparecerán en las clasificaciones que les corresponda.

El Análisis

España vota... ¿contra la República?

JF Lamata

Los resultados de las elecciones municipales de 1933 suenan como una amarga lección para quienes, dos años atrás, creyeron haber fundado un régimen con respaldo inequívoco del pueblo español. Entonces, bastaron unas elecciones municipales sin mayoría republicana nacional para proclamar la Segunda República entre vítores. Hoy, bajo el mismo formato electoral y con un censo más amplio —incluidas por primera vez las mujeres—, la ciudadanía ha dado una respuesta que debe hacer reflexionar a los defensores del régimen: la victoria ha sido para partidos que, como la CEDA o el Partido Agrario, no votaron la Constitución republicana y ni siquiera se declaran abiertamente republicanos. Más aún, el único partido republicano que emerge fortalecido es el Radical de Lerroux, cuya aversión al marxismo y al liderazgo de Azaña es bien conocida.

El Gobierno de Manuel Azaña, que había querido representar la República como un ideal de reforma, progreso y autoridad ilustrada, queda así políticamente derrotado. No solo por el avance de la derecha confesional, sino porque el propio electorado ha mostrado escasa fe en el proyecto republicano como lo había concebido la izquierda. Ni siquiera la maquinaria del PSOE, que sigue siendo la primera fuerza entre los partidos de izquierda, logra compensar el derrumbe del bloque azañista. La pregunta que flota ahora no es sólo si caerá el gabinete Azaña —lo que parece inminente—, sino si puede subsistir una República cuyo pueblo vota, libre y democráticamente, contra quienes la fundaron.

¿Puede sobrevivir una República sin entusiasmo republicano, sin una derecha que se identifique con el régimen y donde los republicanos están divididos entre dispuestos a aliarse con el marxismo y los anti-marxistas? Por pronto el que parece difícil que sobreviva es el Gobierno Azaña.

J. F. Lamata