6 octubre 1980

Gran derrota para el candidato del CDU, Franz Josef Strauss, que preconiza su retirada política

Elecciones R. F. Alemania 1980 – Victoria de Helmut Schmidt (SPD) que seguirá necesitando a los liberales del FDP para gobernar

Hechos

El 6 de octubre de 1980 se celebraron elecciones legislativas en la República Federal de Alemania

Lecturas

Resultados

  • CDU-CSU – 226 escaños
  • SPD – 218 escaños
  • FDP – 53 escaños

EL GANADOR MORAL DE LA JORNADA

Genscher El auténtico vencedor de los comicios fue el líder del partido liberal (FDP), Hans-Dietrich Genscher, el ascenso de su partido lo consolida como la auténtica ‘bisagra’ de poder en Alemania que, de momento, seguirá sosteniendo el gobierno de los socialdemócratas de Schmidt para rabia democristiana.

EL FRACASO DE LA AGRESIVIDAD DE STRAUSS

FranzJosefStrauss El gran derrotado de la jornada fue el líder de CSU y candidato a canciller por la coalición democristiana CDU-CSU. Su caída en picado en escaños pone fin a su liderazgo en el partido y abre las puertas a un retorno de Kohl. Son muchos los cronistas (entre ellos el español D. José María Carrascal) los que consideraron que de haber sido Kohl el candidato en lugar de Strauss el CDU habría mantenido su posición de ‘más votado’, que perdió por el discurso agresivo de Strauss.

07 Octubre 1980

Alemania: estabilidad

Editorial (Director: Juan Luis Cebrián)

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La inclinación del electorado alemán federal por la socialdemocracia y el partido liberal (que ha experimentado un considerable ascenso) estaba profetizada por los ordenadores; y, simplemente, por el aire que se respiraba en las grandes ciudades. Once años de gobierno de esta coalición no han dejado insatisfechos a los ciudadanos: la RFA percibe menos el paro y las dificultades de la energía que otros países, el terrorismo ha sido en gran parte contenido (a pesar de la bomba de Munich, probable mente calculada para influir en el resultado electoral, pero sin éxito) y, en lo que se refiere a las grandes crisis internacionales, la opinión se muestra notablemente favorable a la gestión moderadora del canciller Schmidt. El elector tenía claramente dos opciones dispares (lo cual no sucede frecuentemente en el mundo occidental, donde la ambigüedad de los partidos desorienta mucho) entre esta détente, que no solamente proclama Schmidt, sino que trata de hacerla posible (entrevista con Breznev, comunidad de opiniones con Giscard d`Estaing, presiones sobre Washington), y la manera fuerte de Strauss -el Fraga germánico-, de modales abruptos y de pasado autoritario. No ha vacilado Strauss en calificar de comu nistas y de vendidos a Moscú a los socialdemócratas. Todo esto le ha perdido. La coalición gubernamental ha ejercido su gobierno alejándose en lo posible de la no ción de izquierdas que tiene su nombre -sólo es de izquierda por comparación- y aproximándose a un centro: la fuerza acaecida de los liberales le atraerá aún más hacia ese centro. Se entiende el resultado como una aprobación de los alemanes federales a la estabilidad, al estado actual: sin excluir la continuación de negociaciones con la Alemania Democrática y con la URSS, pero sin salirse nunca del atlantismo a ultranza y de las alianzas priorita rias con Estados Unidos.