29 marzo 2004

Es condenado a dos años de cárcel y al pago de 102.500 euros de indemnización para la viuda del peatón y de 16.550 euros para los padres del fallecido

Escándalo Farruquito: el popular ‘bailaor’ Juan Manuel Fernández Montoya mata en un atropello a Benjamín Olalla y trata de encubrirlo culpando a un menor de edad

Hechos

  • El 30 de septiembre e 2003 D. Benjamín Olalla murió atropellado ,el 29 de marzo de 2004 saltó a los medios la detención del atropello por D. Juan Manuel Fernández Montoya.

Lecturas

El 30 de septiembre e 2003 D. Benjamín Olalla murió atropellado ,el 29 de marzo de 2004 saltó a los medios la detención del atropello por D. Juan Manuel Fernández Montoya. 5 de septiembre de 2006 este fue condenado  a dos años de cárcel por homicidio imprudente en concurso con un delito contra la seguridad en el tráfico, y a un año más por omisión del deber de socorro, así como una pena de multa por inductor de un delito de simulación de delito. .

Dña. Ángeles Madero lucho judicialmente porque se hiciera justicia y se destaparan las mentiras mediante las cuáles ‘Farruquito’ trataba de hacer creer a los investigadores que quien conducía el coche el día del atropello era su hermano menor de edad.

29 Marzo 2004

Farruquito, detenido por darse a la fuga en un atropello mortal

Ignacio Salvador

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El caso del atropello mortal ocurrido el pasado 30 de septiembre a la salida del polideportivo sevillano de San Pablo, cuando un conductor de un BMW mató a un hombre de 35 años, dándose a la fuga sin asistirlo, ha dado una nueva vuelta de tuerca.

La Policía Nacional, que detuvo y puso a disposición de la Fiscalía de Menores a un joven de 15 años el pasado mes de febrero como presunto autor de los hechos, detuvo el sábado al bailaor flamenco Juan Manuel Fernández Montoya, Farruquito, de 22 años, tras unas escuchas teléfonicas que presuntamente demuestran que era él y no su hermano quien conducía.

La sorpresa se produjo el sábado durante la celebración del pregón de la Bienal de Flamenco en las Reales Atarazanas de Sevilla.Estaba prevista la asistencia al acto de Farruquito, pero el servicio de prensa del festival alegó motivos de salud para justificar su ausencia. Algunas voces ya sabían que la realidad era que el bailaor había sido inculpado y detenido por el polémico atropello, un caso que la policía consideraba cerrado en febrero, seis meses después de que aconteciera. El bailaor está anunciado como protagonista del espectáculo que clausurará la XIII Bienal en el Teatro de la Maestranza el próximo 19 de octubre.

El atropello se produjo el pasado 30 de septiembre, cuando el fallecido, Benjamín Olalla, salía de unas clases de natación de la piscina municipal de San Pablo y fue arrollado al cruzar un paso de cebra por un BMW de color claro que circulaba a gran velocidad. El peatón fue arrojado por el impacto a 15 metros y falleció dos horas depués en el Hospital Virgen del Rocío.El conductor del automóvil, que iba acompañado, ni siquiera se detuvo y se dio a la fuga, pero algunos testigos se habían fijado en el color y la marca del vehículo.

Comenzaron entonces unas intensas pesquisas por parte del Grupo de Homicidios de la Policía Nacional sevillana, que logró, cinco meses después, localizar el vehículo en un taller de Málaga.El 25 de febrero, fue detenido un joven de 15 años, hermano del bailaor, al que se le instruyeron diligencias como presunto autor de delitos contra la seguridad del tráfico, homicidio imprudente y omisión del deber de socorro.

Exactamente, los mismos delitos que se le imputan ahora a Farruquito, después de que la policía confirmara que fue el artista el que conducía, hecho que ocultó incluso cuando fue detenido su hermano menor, quien le encubrió en todo momento. De hecho, la policía llegó a interrogar a Farruquito en febrero, tras la detención de su hermano, ya que se trataba del propietario del vehículo que provocó el siniestro. Y entonces dijo que el menor solía coger su BMW. El detenido será puesto hoy a disposición del Juzgado número 15 de la Audiencia de Sevilla.

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Conmoción total

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El caso ha causado conmoción en el ambiente artístico de la capital andaluza. No en vano, Juan Manuel Fernández Montoya es toda una figura del arte flamenco (debutó con sólo cinco años en Broadway).Heredero de la escuela de baile fundada por su abuelo, actuó en la Exposición Universal de 1992, además de en el City Center de Nueva York.

Entre otros éxitos profesionales, inauguró el Festival de Flamenco de Estados Unidos en 2001. Su primer espectáculo, Raíces flamencas, lo culminó con tan sólo 15 años, tras morir su abuelo, figura clave en su vida. Su fama llevó al fotógrafo Richard Avedon a elegirlo como modelo. Y de las luces a las sombras por una imprudencia: este revés con la Justicia lo lleva ahora de nuevo a las portadas.

01 Agosto 2005

Farruquito, impune

EL PAÍS (Director: Jesús Ceberio)

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Entre los accidentes mortales del pasado fin de semana figuran tres casos -en Madrid, Girona y Albacete- de atropellos en los que el conductor causante se dio a la fuga. Ello ha ocurrido cuando acaba de conocerse la sentencia del juicio contra el bailaor Juan Manuel Fernández Montoya, Farruquito, acusado de haber atropellado mortalmente a un peatón cuando conducía sin carnet ni seguro y a velocidad doble de la autorizada un vehículo de su propiedad, y de darse a la fuga sin prestar ayuda a la víctima. La sentencia es polémica, más que por su aparente benignidad -el bailaor ni siquiera entrará en prisión por ser la condena inferior a dos años y carecer de antecedentes penales- por las circunstancias atenuantes apreciadas por la juez para justificar condena tan liviana.

El fallo considera a Farruquito culpable de sendos delitos de homicidio por imprudencia y de omisión del deber de socorro, pero reduce los más de tres años que pedía el fiscal a 16 meses en total por considerar atenuantes cualificadas, por un lado, que se confesara culpable del delito y que, en vísperas del juicio, ofreciera 140.000 euros a la familia de la víctima; y, por otro, que, antes de emprender la huida, comprobara que otras personas atendían a la víctima tras el atropello. Es cierto que el Código Penal de 1995 considera atenuante la confesión voluntaria, con independencia de que responda o no a «arrepentimiento espontáneo», como exigía el viejo Código; pero suena a broma hablar de confesión voluntaria cuando se produjo tras la detención del acusado, una vez descubierto el apaño intentado para que se confesara culpable su hermano, menor de edad.

Respecto a la omisión de socorro, hay sentencias del Supremo que establecen claramente que el deber de prestar ayuda en casos como el considerado afecta a todos, y especialmente al causante del mal, sin que pueda alegarse que otros se ocupan para dejar de hacerlo. Así, lo que a simple vista más parecen agravantes que atenuantes -huir del lugar tras comprobar la gravedad del suceso, intentar culpar a un menor para burlar a la justicia-, o argucias leguleyas -ofrecer dinero a la familia de la víctima para beneficiarse de la atenuante de voluntad de reparación- han sido convertidos en coartadas de la impunidad. Es lógico que la opinión pública se alarme ante una sentencia que convierte en papel mojado los consejos de la Dirección General de Tráfico sobre comportamientos incívicos de los conductores.