21 febrero 2024

Estalla el caso Koldo: Detenidos el exasesor de José Luis Ábalos, Koldo García Izaguirre, y otras 20 personas investigados por una trama de comisiones ilegales

Hechos

El 21 de febrero de 2024 fue detenido por la policía Dña. Koldo García Izaguirre.

21 Febrero 2024

El periodismo fue por delante, ahora toca que se haga justicia

Álvaro Nieto

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«Cuidado con tragarse la milonga de que Koldo García actuaba en solitario y a espaldas de Ábalos. Ambos son uña y carne, una sociedad indisoluble»

La labor del periodista es a menudo muy ingrata. Si eres de los que intentas anticipar noticias y destapar escándalos, te suele tocar aguantar el chaparrón mientras se acaba por confirmar todo lo que has publicado. Los afectados por tus informaciones cargan contra ti de forma inmisericorde y algunos periodistas de la competencia, en parte por pura envidia y en parte por ser palmeros de aquellos, minusvaloran las exclusivas y tratan de desprestigiarte. Pero la verdad siempre se acaba abriendo paso, y en el caso de José Luis Ábalos y Koldo García estamos ante un ejemplo magnífico de ello.

Quienes me hayan seguido durante los últimos años sabrán que desde 2020 he dado el coñazo muchísimo con estos dos personajes. Primero como director de Vozpópuli y luego en THE OBJECTIVE. Tanto que hasta tengo publicado un libro en el que ambos protagonizan la mitad de sus páginas. Su relectura, un día como hoy, tras la detención del asesor del ministro por presunta corrupción, pone los pelos de punta.

Dejando aparte el ‘Delcygate’ y la vida disoluta de ambos, lo que está investigando la Fiscalía Anticorrupción nace el 20 de marzo de 2020. Ese día, apenas una semana después de decretarse el estado de alarma por la covid, el Ministerio de Transportes, dirigido por Ábalos, asume la compra centralizada de mascarillas por parte de todo el Gobierno, arrebatando esa función a Sanidad.

Desde ese día, Ábalos es amo y señor de todas las compras del Ejecutivo, que se hacen sin concurso público y mediante adjudicación a dedo con la excusa de la emergencia sanitaria. Y el escándalo estalla el 14 de abril, cuando en Vozpópuli destapamos un contrato muy sospechoso: 8 millones de euros a la compañía Soluciones de Gestión y Apoyo a Empresas, una sociedad limitada con base en un pisito de Zaragoza, sin ninguna experiencia importando material de China y sin apenas actividad conocida los tres años anteriores.

En total, el Gobierno de España adjudicó a esa empresa tres contratos por valor de 40,5 millones de euros, dos dependientes directamente del ministerio de Ábalos y uno del Ministerio del Interior, si bien Marlaska llegó a reconocer en una respuesta parlamentaria que contrató con Soluciones de Gestión tras una llamada del primero. Después hubo nuevas adjudicaciones por parte de los gobiernos autonómicos de Baleares y Canarias, y siempre con la sospechosa mano de Ábalos por detrás. Todo ello es lo que hoy se está investigando en la Audiencia Nacional.

Por supuesto, hay que dejar trabajar a la Justicia y todo el mundo tiene derecho a la presunción de inocencia mientras no se demuestre lo contrario. Sin embargo, cuidado con tragarse la milonga de que Koldo García actuaba en solitario y a espaldas de Ábalos. Ambos son uña y carne, una sociedad indisoluble. Podría dar mil ejemplos sobre ello, pero me limitaré a recordar cómo el ministro enchufó como asesor en el ministerio a García sin tener ninguna cualificación, cómo lo colocó de consejero de Renfe Mercancías, cómo contrató a su mujer (también detenida) como ayudante de secretaria, cómo Koldo pagaba con billetes de 500 euros las juergas del ministro, cómo se fueron juntos a visitar 11 países (entre ellos República Dominicana y Guinea Ecuatorial) nada más salir del Gobierno Ábalos…

Mi homenaje desde aquí a los periodistas valientes a los que he tenido la oportunidad de dirigir en los últimos años y que son los auténticos héroes de esta historia: Alberto Sierra, Antonio Rodríguez, Ketty Garat, Alberto Sanz, Gonzalo Araluce… Hemos estado muy solos durante demasiados años, pero afortunadamente el tiempo siempre acaba poniendo a cada uno en su lugar.

23 Febrero 2024

Transparencia absoluta, caiga quien caiga

EL PAÍS (Directora: Pepa Bueno)

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El Gobierno debe cumplir el máximo estándar de claridad ante la supuesta corrupción en el entorno del exministro Ábalos

El caso de Koldo García obliga al Gobierno de Pedro Sánchez a despejar cuanto antes cualquier sombra de duda después de que este miércoles García fuera detenido junto a otras 19 personas por participar en una presunta trama de cobro de comisiones en la compra masiva de mascarillas durante los peores momentos de la pandemia, en abril de 2020. La operación parte de una denuncia del Partido Popular que la Fiscalía Anticorrupción ha investigado durante casi dos años hasta detectar indicios de organización criminal, tráfico de influencias y cohecho.

García era el asesor personal de José Luis Ábalos, en aquel momento secretario de organización del PSOE y ministro de Transportes, que tenía un enorme poder de contratación, aparte de su influencia orgánica en el partido. Los contratos investigados —en un momento en el que por la urgencia se suspendieron todos los controles— afectan a instituciones estatales y autonómicas y ascienden al menos a 50 millones de euros, de los que supuestamente nueve se habrían repartido entre la veintena de investigados. García quedó en libertad este jueves tras comparecer ante el juez de la Audiencia Nacional, donde se negó a declarar. El sumario es secreto y se desconocen los hechos concretos que se le imputan.

Esta operación anticorrupción supone una prueba de fuego para Sánchez, que llegó al poder tras una moción de censura fundamentada en la inacción del presidente Rajoy ante la corrupción del PP, condenado en 2018 por la Audiencia Nacional como partícipe “a título lucrativo” en la sentencia del caso Gürtel. Desde entonces, el del PSOE se ha presentado ante la ciudadanía, con toda legitimidad, como un Gobierno limpio de toda sospecha. Ninguna organización está libre de albergar a personas que deciden corromperse; lo importante es la forma de enfrentar los casos en cuanto se conocen. Naturalmente, les ampara la presunción de inocencia en el ámbito jurídico, pero eso no sustituye la voluntad política inmediata de ofrecer transparencia y tomar medidas si es necesario. La presunta trama actuó en momentos dramáticos, cuando morían cientos de personas al día por la covid-19 y la compra de mascarillas era una cuestión de vida o muerte. El reproche social a esta bajeza debe ser el mismo que en escándalos similares que han afectado a otros.

Ábalos fichó a Koldo García como chófer y después lo aupó a posiciones de poder. Fue la sombra del hoy exministro durante todo su ascenso dentro del PSOE de Pedro Sánchez. Los altos cargos que trataron con García en aquellas fechas deben dar la información que tengan. Si no tienen ninguna, deben despejar cualquier duda. No basta con mostrarse sorprendido. El PSOE y el Gobierno deben cumplir el mismo estándar de limpieza que ellos han exigido ante los numerosos casos de corrupción del PP, sin excusas. En este contexto, resulta insuficiente la respuesta de Ábalos —en la actualidad, diputado socialista— diciendo este jueves en un pasillo del Congreso que lo conocido son “filtraciones o conjeturas” en vez de ofrecer inmediatamente explicaciones a la altura de su responsabilidad política en aquel momento.