6 febrero 2014
"¡Socorro, nos van a matar!" gritó desesperada la hija del periodista a otros conductores para que les ayudaran a escapar
Fans desequilibrados del locutor radiofónico Paco González, de la COPE, intentan matar a su esposa Mayte
Hechos
- El 6.02.2014 fueron detenidos Dña. Loreno Gallego Fernández y D. Iván Trepiana Palao acusados de intentar asesinar Dña. Mayte de González y su ija de 19 años.
Lecturas
El 5 de febrero de 2014 Dña. Maite Íñigo Aliagas, esposa del popular locutor de radio D. Francisco González González, ‘Paco González’, viajaba en el coche y sus dos hijos. Después de dejar al hijo menor en el colegio, dos individuos, Dña. Lorena Gallego Fernández y D. Iván Trepiana Palao, se montan en su coche armados con cuchillos, produciéndose un forcejeo con heridas. La Íñigo Aliagas, suplica que les dejen y les lanza su bolso con todo el dinero que llevaba encima, pero estos muestras su deseo de asesinarla, la hija presente logra salir del vehículo pidiendo ayuda. Dos ciudadanos se acercan al lugar paraatacar a los agresores y defender a la Sra. Iñigo Aliagas y a su hija. Los atacantes, Gallego Fernández y Trepiana Palao huyen del vehículo sin haber logrado su objetivo y son detenidos por la Policía Local de Boadilla al poco tiempo. Las primeras investigaciones apuntan a que Dña. Lorena Gallego Fernández estaba obsesionada por el Sr. Paco González, lo que le había llevado a odiar a su aesposa, ante lo cual había optado, con la ayuda de su cómplice, a eliminarla, un plan afortundamente frustrado.
Dña. Lorena Gallego Fernández es condenada a 20 años de internamiento en un psiquiátrico con prohibición de acercarse a su víctima y a su familia, mientras que su cómplice pagafantas, D. Iván Trepiana Palao es condenado a 22 años de cárcel.
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LOS CRIMINALES DETENIDOS
Dña. Lorena Gallego Fernández, fue señalada como la ‘diseñadora’ del intento de asesinato.
D. Iván Trepiado Palao, complice en el intento de asesinato.
07 Febrero 2014
La obsesión de Lorena
«Lorena estaba obsesionada con Paco desde hace cinco años». Lo dice con pesar José Gallego, el padre de la joven higienista acusada de intentar dar muerte el pasado miércoles a la mujer y la hija de Paco González, el conocido periodista deportivo de la cadena Cope. «Lorena es una enferma y su enfermedad se ha manifestado ahora», sostiene su abogado, José Antonio Moreno.
Maite, la esposa del periodista, fue acuchillada en Boadilla del Monte (Madrid) cuando acababa de dejar a su hijo Íñigo a las puertas del colegio Trinity. La mujer acababa se subir al coche para llevar a su hija María a la Universidad, cuando se colaron en el vehículo un hombre y una chica desconocidos. Los atacantes encapuchados, provistos de armas blancas, agredieron a las mujeres. María, herida, logró pedir socorro, lo que puso en fuga a los atacantes, que fueron detenidos poco después.
Tras el incidente no había ni un vulgar atraco callejero ni un intento de secuestro. Lo que había era una sórdida y rocambolesca intriga presuntamente urdida por Lorena, de 25 años, y su acompañante, Iván Trepiana, un parado de 30 años, para vengarse del periodista en la persona de su cónyuge.
Lorena Gallego, según su padre, llevaba cinco años “obsesionada” con el director de Tiempo de Juego. Hasta el punto de que muchas noches no dudada en viajar desde Valladolid a Madrid para ir a los estudios de la cadena Cope y poder ver a Paco. “Hubo muchos días que se iba a trabajar sin dormir. Yo le decía que eso no podía seguir así, que ese hombre no le convenía. Pero ella estaba enamorada de él hasta la médula. Llevaba fotos de él en el teléfono móvil. No paraba de pensar en él”, dice Gallego, propietario de una empresa fotovoltáica en Valencia. “Yo le insistía en que se olvidara de Paco”, añade, abatido y desconcertado por la conducta de una chica que, según él, “es incapaz de matar a una mosca”.
Hija única de un matrimonio residente en Laguna de Duero, a tiro de piedra de Valladolid, la muchacha estudió en el colegio San Agustín y después en el instituto del pueblo. Según la familia, siempre sacó notas brillantes —“notables y sobresalientes”— hasta el punto de que encontró rápidamente trabajo en una clínica de Valladolid al graduarse de higienista dental.
Siendo quinceañera, mantuvo una estrecha amistad con un muchacho que, enfermo de cáncer, acababa de ser abandonado por su novia. “Pero no fue un noviazgo. Fue una relación especial. Lorena nunca ha tenido un novio”, aseveraJosé, desolado y aturdido.
Al margen de sus estudios y su trabajo, Lorena era una forofa del fútbol y de sus estrellas. Ahora se ha sabido que tiempo atrás tuvo fijación con Mikel Aranburu, capitán de la Real Sociedad de San Sebastián. Tanto que se recorría los estadios de España siguendo los pasos de su “amor”, al que escribía cartas inflamadas de pasión desbordante.
Después se volcó en Paco González. Vivía pensando en él cada minuto del día. Fantaseaba con él y a sus amigos les confesaba su loca pasión. De nada servía que sus amigas intentaran disuadirle. Su madre, que trabaja en el Hospital Clínico de Valladolid, y su padre, que desde hace años rehizo su vida en Valencia con una nueva pareja, tampoco tenían la menor influencia sobre la muchacha. Lorena empezó a seguir cada vez más el guión de la película Atracción fatal, en la que la actriz Glenn Close acosa ferozmente a Michael Douglas, un abogado casado y padre de una niña, tras tener una esporádica aventura amorosa con él.
Sintiéndose despechada por el famoso periodista, en la cabeza de Lorena empezó a bullir una idea descabellada. Y peligrosa. En septiembre pasado urdió un plan maquiavélico encaminado a vengarse de Paco González. Más concretamente en su enemiga: Maite, la esposa del comentarista deportivo.
La joven y su amigo Iván contactaron con un camello de drogas y le pidieron que buscase a alguien capaz de atacar a Maite. Un plan criminal y rocambolesco. Este individuo contactó a su vez con dos aparentes sicarios rusos y un búlgaro, que aceptaron el trabajo. Los rusos cobraron un anticipo de 30.000 euros en dos entregas —una cerca del parque del Retiro y otra en un bar— con la promesa de recibir hasta 100.000 cuando hubieran rematado el sangriento encargo. Pero los dos rusos jamás lo llevaron a cabo: cogieron el dinero y desaparecieron de España, dejando a dos velas al búlgaro que también estaba dentro del compló.
El búlgaro burlado, decidido a vengarse del que supuestamente había hecho el encargo, le entregó una foto de Ivan Trepiana, el amigo de Lorena, a un indigente pidiéndole que le buscara. Así fue como un tal Francisco, un hombre sin un duro en el bolsillo, que pululaba por la terminal del aeropuerto de Madrid-Barajas, se enteró de la trama montada en contra de Paco González.
El tal Francisco fue y contó a un subinspector los planes que conocía para atacar a la familia del afamado comunicador. El policía hizo una nota interna que acabó en manos de la Guardia Civil de Las Rozas, que acabó deteniendo al búlgaro. Este quedó en libertad con cargos.
Pero la truculenta historia no acabó ahí. Todo apunta a que Lorena convenció a Iván para hacer personalmente el trabajo. El miércoles lo intentaron en Boadilla del Monte. Hoy está previsto que pasen ante el juez de instrucción número 2 de Móstoles, que deberá desentrañar la “locura” de esta fan aficionada a las novelas de Agatha Christie.
08 Febrero 2014
Mujeres valientes
Era un día cualquiera. De esos que cuando la rutina todo lo invade es la mejor señal de que la vida transcurre por la línea marcada. Pero en cuestión de segundos lo que parecía controlado sufre el vértigo de lo impredecible. Mayte y María, la mujer y la hija de mi compañero en la Cope Paco González, acababan de dejar a Iñigo, su hijo, en el colegio. La ruta de cada mañana, el bostezo de cada mañana, la risa de cada mañana, hasta que el tiempo se paró en forma de pesadilla.
Un hombre se monta en el coche con un cuchillo. Mayte se ofrece a darle dinero y dejarle el auto. La respuesta seca como un puñal: «No quiero nada, vengo a matarte». Lo intentó y a punto estuvo de conseguirlo. Una segunda persona, una mujer obsesionada con Paco, se subió al coche para que nada fallara. Mayte y María son dos mujeres tan extraordinarias como valientes. Les plantaron cara. Ni heridas se amilanaron. Reaccionaron de la única forma posible que las permite seguir respirando.
María a sus 19 años es una mujer madura, reflejo de lo que le han enseñado sus padres y ya vuela sola. Mayte antepuso su hija a su seguridad como la madraza protectora que siempre ha sido. Paco es un hombre enamorado hasta las cachas de las dos mujeres de su vida. Escucharle emociona cuando cuenta lo vivido en los últimos días. Con la tensión desbordada, con la necesidad de abrazarlas, de llegar a casa, de decirle a Iñigo que su madre y su hermana son únicas: las mejores del mundo. En unos días volverán a la bendita rutina. Lejos del ruido mediático tendrán que luchar para que todo siga como antes siendo todo diferente.
Y ahí estarán sus amigos de toda la vida, y esa guardia pretoriana de Paco: los Lama, Castaño, Juanma, Xuancar, Hevia, Rubén, Alcalá, Larrañaga, y ese equipo del éxodo que les hizo cruzar de un mar (la cadena Ser) a otro (la Cope) con unos oyentes que han demostrado a Paco y a su familia respeto y admiración. ¡Que pedazo de mujeres tienes en casa, Paco!
08 Febrero 2014
ATRACCIÓN FATAL
Laguna de Duero
Pasión, locura, obsesión. Esta historia no es el remake patrio de Atracción Fatal, ese filme de Adrian Lyne que hizo retorcerse en su butaca a más de un marido infiel. Éste es el relato de la improbable amistad entre el faraón de la radio deportiva, Paco González, y su fan número uno, Lorena Gallego, una pucelana que emuló los pasos del personaje interpretado por Glenn Close para intentar quitarle la vida a su hija María y a Maite, su esposa y el obstáculo para cumplir su sueño imposible: ser la mujer del periodista y gozar de una vida entre canutazos y zonas mixtas.
La imposibilidad para alcanzar su amor y dinamitar el nido conyugal de la estrella llevó a Lorena a contactar primero con unos sicarios para que atentasen contra su mujer y ya el miércoles a perpetrar un maquiavélico plan para llevarse por delante su vida junto a su pareja Iván Trepiana. Ataviados de cuchillos, grilletes, dos pistolas simuladas y almohadones con la foto de González, los jóvenes asaltaron el coche de los familiares de González en Boadilla del Monte. Tan sólo la valentía de las víctimas y la colaboración de un empleado de una perrera le salvó la vida a Maite y a María, que están fuera de peligro a pesar de recibir varias puñaladas.
Un día después de conocerse la identidad de la ideóloga del brutal ataque, que hoy pasará a disposición judicial tras negarse a declarar ayer, el municipio vallisoletano de Laguna de Duero se despertó con una lluvia gruesa que fue incapaz de apagar el incendio mediático generado por una de sus vecinas.
Hasta esa ciudad dormitorio se mudaron los Gallego–Fernández hace diez años para huir de la especulación urbanística pucelana. Allí compraron un confortable piso cuyas persianas permanecían el pasado jueves bajadas a cal y canto. En su interior permanecía en estado de shock la madre de Lorena que, en compañía de su nuevo novio, quiso guardar un sepulcral silencio. Enmudecida, llegó a llamar a la Guardia Civil ante la presencia en su portal de LOC. No tardó en solicitar su baja por depresión al hospital clínico donde trabaja en Valladolid. Ni ella ni su ex marido, que actualmente reside en Valencia, daban crédito a lo ocurrido el pasado miércoles en la localidad madrileña donde la familia González residía desde hacía años.
No se creían que su única hija hubiese urdido una trama para secuestrar a la esposa del periodista y matarla en un descampado. «No me lo puedo creer, es incapaz de cargarse a una mosca. No sé que le habrán metido en la cabeza, qué le habrá dicho ese Paco González para que se enamore de esa manera y haga algo así», comentaba a este suplemento su padre José acerca de su hija, «una chica retraída e inexperta» en amores reales. Una opinión inculpatoria propia de un padre.
Lo cierto es que Lorena Gallego nunca tuvo un ligue de campamento de verano. Ni siquiera un amigo al que devolverle los toques antes de que irrumpiese la era Whatsapp. Ella vivía, según sus allegados, en un universo irreal, en una fantasía repleta de jugadores de fútbol, hooligans y periodistas deportivos. Primero fue de laterales ofensivos y aún con dientes de leche ya colgaba pósters de los carrileros madridistas Míchel Salgado y Roberto Carlos. Después, el mediocampista de la Real Sociedad y defensor de los presos de ETA, Mikel Aramburu, se convertiría en su gran debilidad hasta que una tarde de hace tres años conoció a «su Paco», como se refería al locutor delante de familiares.
La mujer se había enganchado al conductor radiofónico desde sus últimos latigazos en Carrusel Deportivo y fue unas de esas miles de radioyentes que le siguieron junto a Pepe Domingo Castaño y Manolo Lama a la Cadena Cope después de la purga interna en la Cadena Ser. Era tal su grado de excitación al escuchar su inconfundible voz que su padre, un comercial de placas fotovoltaicas de Gas Natural, decidió mover hilos para darle una sorpresa a su vástaga: seguir en vivo y en directo el espacio Tiempo de Juego desde los estudios de la Cope en la calle Alfonso XI de Madrid. Maldito fue el día.
Aquella jornada conoció a Paco González y se quedó absolutamente prendada. Se olvidó de sus fantasías con futbolistas y puso en su punto de mira sentimental al periodista. Ya no tenía otra meta en la vida que conseguirle. Costase lo que costase. Y sólo lo quería para ella. Su vida comenzó a girar en torno a Paco González y comenzó a plantarse en Madrid con bastante frecuencia. Al principio acompañado de un amigo aquejado de cáncer y ya después en solitario. Fue entonces cuando supuestamente comenzó a ganar feeling con Paco González.
«Habrá ido en los últimos tres años, entre 90 y 100 veces. Era su ilusión, acabar el trabajo y salir pitando para Madrid a ver su amado Paco González. Hasta el guardia jurado de la Cope le conocía por su nombre», cuenta José Gallego, que recuerda cómo su «niña» llegaba a Valladolid «a las siete u ocho de la mañana y se iba directa al trabajo después de una noche de juerga mano a mano con Paco González». De estos supuestos encuentros no hay pruebas.
«Ella me decía que en ocasiones salía a solas con Paco, que tenía relaciones con él y que había venido a Valladolid a verla. También me contaba que no aguantaba a su mujer. Yo ví que la cosa empezaba a no ser tan deportiva porque no entiendo cómo una persona casada y con hijas se tenía que llevar a mi hija por ahí. La desarboló completamente», expresa su padre, que está convencido de que «algo tuvo que pasar entre ellos dos» para que su hija cambiase, aunque no tiene constancia.
Sin embargo, el padre de Lorena acusa a Paco González de haber estirado la cuerda aún reconociendo «la burrada» cometida por su hija. «Está claro que si iba tanto al programa era con su consentimiento porque ahí no entra cualquiera. Además, Paco se debería haber dado cuenta de que no estaba bien y tendría que haberse puesto en contacto con sus padres», lamenta el progenitor. Éste ha contratado al abogado José Antonio Moreno que defenderá a su hija sobre la base de que sufrió «un trastorno mental», según confirma el letrado a LOC. José Gallego insiste en que Lorena llevaba «vida modélica» antes de conocer al locutor. Ella es la acusada de esta película. La que agredió a cuchilladas a una mujer y a su hija.
Lorena era una chica de notable y se sacó con éxito el módulo de higienista dental en el instituto de las Salinas de Laguna de Duero, lo que llamó la atención de la clínica dental de la doctora Belén Martín. Allí duró unos tres años hasta que «se cansó», según cuenta su padre, por su bajo salario y fue contratada por la franquicia Vitaldent de Valladolid, un trabajo que le reportaba 1.200 euros.
Lorena acudía a su empleo con la ilusión de que llegase el sábado para marcharse a Madrid para ver a su Paco. «Cogía y se iba para allá sola», dice su padre que comenzó a ver cómo su hija se fue metiendo en una espiral obsesiva. Fue hace más de un año cuando el locutor decidió cortar por lo sano tras entender que su supuesta amistad con Lorena «se le iba de las manos», según relata el padre. Éste asegura que fue entonces cuando su hija comenzó a deprimirse y a no probar bocado. «La veía muy mal por Paco. Yo le intentaba hacer abrir los ojos, le trataba de hacer ver que ese hombre no era para ella. No hubo manera y le dijimos que tenía que ir al psicólogo, pero se negó», comenta José Gallego.
Lorena no escondía su malestar ni a plena luz del día. «Le daban vaivenes, se ponía a chillar por la calle y no estaba bien», dice Nacho, camarero del Mesón Rueca donde el jueves la noticia fue trending topic entre cocido y cocido.
Desquiciada por la negativa de González a verla, la joven contactó con un sicario búlgaro para darle un susto. El locutor comenzó a recibir cartas intimidatorias que le llevó a denunciar estas amenazas en octubre ante la Guardia Civil, que llegó a detener al búlgaro pero no pudo implicarle. «Le decía que o dejaba a su mujer o le enviudaba», comentan desde el entorno del locutor.
Mientras cocinaba su venganza contra el periodista, Lorena se refugió en Iván Trepiana un donostiarra de 30 años que trató sin suerte devolverle la sonrisa. «Estaba muy enamorada de ella y se la llevaba a ver los partidos de la Real Sociedad. Estaban juntos pero ella seguía pensando en Paco», dice el padre, que le llegó a recomendar a Iván que dejase a su hija.
Era tal su admiración hacia Lorena que Iván aceptó ayudarla en su plan para recuperar el cariño de González. La joven soñaba con una nueva toma de contacto y se hizo una ortodoncia de 2.200 euros para sorprender al periodista. Ella comenzó a prodigarse de nuevo por Madrid y a vigilar los pasos de la familia de González. Mientras, no perdía su pasión por los musicales y asistió hace una semana a El Rey León. En su entorno familiar nadie conocía sus intenciones. De hecho, horas antes de su ataque, la agresora le mandó un whatsapp a su padre con una cara alegre. «Espero que haya encontrado a otro y se haya olvidado de Paco», le susurró el padre a su pareja. Desgraciadamente no fue así.
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EL ‘REY’ DE LA RADIO DEPORTIVA
PACO GONZÁLEZ posee una de las voces más inconfundibles de la radio española. Tras su salida del ‘Carrusel Deportivo’ de la Cadena Ser, el periodista asturiano fichó por ‘Tiempo de Juego’ de la Cadena Cope, un programa con una trayectoria imparable y que amenaza con desbancar del liderato al ‘show’ del Grupo Prisa. Está ya a menos de 200.000 oyentes.
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LORENA, EL CLON DE GLENN CLOSE EN EL CINE
LA PELÍCULA. Lorena Gallego tiene un perfil de personalidad obsesiva que alcanza lo patológico y que recuerda al personaje que interpretó Glenn Close en el cine en los años 80 en la premiada película Atracción fatal. Aunque la trama de la cinta es diferente al caso de Lorena, ya que en ella Close llegaba a tener una relación amorosa con el protagonista y en el caso de Lorena no hay pruebas de que haya sido así. El filme norteamericano contaba hasta qué límite podía llegar la amante de un hombre casado por recuperar su amor. Es decir, lanzaba un aviso a todos aquellos hombres infieles que coqueteaban con otras compañeras de trabajo a espaldas de sus mujeres. En la cinta, el prestigioso abogado Dan Gallagher (interpretado por Michael Douglas) mantiene una relación extramarital con Alex Forest (Glen Close), una femme fatale. El juego comienza con una cita en la que apenas pasan juntos unas horas. Tras noches de cama, el hombre quiere cortar la relación por lo sano y eso provoca una obsesión en Forest, quen llega a cruzar límites insospechados para intentar recuperarle. Empieza a acosar al letrado, que se ve obligado a confesar a su esposa el affaire y a denunciar los hechos ante la Policía. Alex llega a raptar a su hija durante unas horas, provocando, incluso, un accidente que pone en peligro la vida de la mujer de Gallagher. Un hecho que motiva un enfrentamiento violento entre los amantes. Alex acude a la casa de Dan con sed de venganza. Porta un arma blanca. El incidente se salda con la muerte de Alex.
El Análisis
Dado lo sucedido sería frívolo decir que ‘todo quedó en un susto’. Es cierto que no hubo muertes, pero no hay mayor de los sustos para una madre que, además de intentarla matar, pueda ver en peligro a su hija. Todo quedó en un susto, sí, pero el mayor y más espeluznante de todos ellos.
Teniendo una edad similar a la de los atacantes en el momento de aquello y siendo fan apasionado de muchas cosas, no soy capaz de entender como una pasión – que generalmente se especifica coleccionando frikadas a mansalva del personaje al que admiras y aprendiendo todos los detalles sobre este – puede degenerar en el delito: en querer causar daños al entorno. Que, a parte de delito, no genera demasiados beneficios (sólo una mente muy enferma podría pensar que desapareciendo la esposa del Sr. Paco González, este estaría más cerca de los agresores, si es que ese fue el ‘móvil’).
El caso del ‘amigo’ de la agresora es aún más aterrador… ¿qué clase de amigo se suma a una operación de asesinato? Uno pensaría que el amigo intentaría disuadir a su compañera del infame plan, intentaría buscar ayuda para ella, o, como mínimo, se desentendería del plan. Pero no, se sumó cuchillo en mano. Dos jóvenes hundieron su vida de manera estúpida por un delito en el que nadie ganaba nada, y sólo queda desear que no traumatizaran de por vida a las dos inocentes víctimas.
J. F. Lamata