7 junio 1978
Fraga responde con desprecio al periódico dirigido por Antonio Izquierdo
Feroz ataque del diario franquista EL ALCÁZAR al líder de Alianza Popular, Manuel Fraga: «Miserable dictadorzuelo y fascista»

Hechos
El 7.06.1978 D. Antonio Izquierdo publicó en EL ALCÁZAR el artículo de «El líder de toda la oposición» contra D. Manuel Fraga, secretario general de Alianza Popular.
Lecturas
LAS ACUSACIONES DE EL ALCÁZAR DE ANTONIO IZQUIERDO:
«El líder de toda la oposición» es el título del artículo, escrito en términos que entrañan grandes críticas contra la persona de D. Manuel Fraga por haber criticado este las concentraciones ‘ultras’ de nostálgicos del franquismo. En su artículo D. Antonio Izquierdo ataca al líder de Alianza Popular porque, según él, ‘se ha permitido ofender en público en quienes participaron en la manifestación popular de homenaje a la bandera, el pasado sábado en Madrid’. Luego añade «El señor Fraga ha calificado de gamberrada esta manifestación, y esa es una actitud miserable e indigna». El Sr. Izquierdo califica al Sr. Fraga de ‘dictadorzuelo’ y ‘fascista’ y se compromete a que su periódico, EL ALCÁZAR, nunca más apoye en nada al líder Alianza Popular.
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LA RESPUESTA DE FRAGA
En declaraciones a la Agencia EFE, D. Manuel Fraga Iribarne, Secretario General de Alianza Popular, al ser preguntado por el artículo de EL ALCÁZAR respondió: «Al igual que dijo el presidente Pompidou en Francia en situaciones semejantes, para agresiones rencorosas e injustificadas guardo una reserva inagotable de desprecio».


07 Junio 1978
El líder de toda oposición
El señor Fraga Iribarne se ha permitido ofender en público a quienes partiiparon en la manifestación popular de homenaje a la Bandera, el pasado sábado en madrid. El Sr. Fraga Iribarne es uno de los pocos españoles que se lo pueden permitir casi todo: desde sus claras responsabilidades políticas durante el régimen anterior hasta sus posibles declaraciones. Fraga no es la contradicción, sino el cinismo político. Fue una promesa y es un desengaño. Su credibilidad está agotada porque se dice y se desdice con una facilidad asombrosa. Podríamos elaborar un memorándum de sus contradicciones o de su inexactitudes, pero esa compilación resultaría, acaso, demasiado fatigosa para este instante: desde sus cantos al anterior jefe del Estado hasta sus juicios y contrajuicios en torno al líder del PC, ¡hay tantas cosas que reseñar! No. Hoy nos vamos a limitiar a replicar a un insulto: el señor Fraga Iribarne ha calificado de gamberrada la manifestación de homenaje a la Bandera en Madrid y esta es una actitud miserable e indigna sólo propia de quien ha hecho del servicio político una torpe ambición personal, una ambición de mando y de poder agobiante y se ha autocalificado de estadista con la misma naturalidad con que podría haberse autocalificado de virtuoso del violín. El Sr. Fraga ofende a una juventud limpia, honrosa y valiente. A una juventud que no pacta con el marxismo, con el separatismo, con la masonería o con todo aquello con lo que el Sr. Fraga Iribarne puede pactar en cada instante.
Resulta curioso esa preocupación política por proclamar que la Bandera no es de nadie y nadie puede apropiársela y esa ausencia de juicio o de dictamen para quienes le ultrajan o la suplantan. Nadie se ha apropiado aquí de nada, salvo el señor Fraga que se apropió de símbolos y uniformes, e incluso de palabras, que no eran suyas, como cuando presidía actos o efemérides de entrañable sabor falangista. La Bandera es de todos y como es de todos a nadie se le puede prohibir que la exhiba, que la enaltezca o la glorifique. Nosotros no nos molestaríamos en absoluto si eso hicieran quienes yerguen otras Banderas extrañas, alguna de ellas, como la ikurriña, expresamente creada para combatir a la roja y gualda y a lo que expresamente simboliza la Enseñanza Nacional.
El Sr. Fraga Iribarne, el que ya desempeñaba ha defraudado gravemente la buena voluntad de muchos seguidores de Alianza Popular que vieron en él – como lo vimos muchos de nosotros – un posible líder de los valores nacionales que hoy se humillan. Pero el ex ministro de Información de Sí Mismo critica a Adolfo Suárez y luego le imita y sigue la política ucedista: la de hacerse perdonar por el marxismo, la de inclinar su cerviz, tan orgullosa y déspota en los tiempos de la Oprobiosa, cuando cortaba airado los hilos telefónicos frente al asombro de los periodistas, ante los nuevos dueños de España. Puede hacer el Sr. Fraga de su conducta lo que quiera. Puede hacerlo todo menos ofender a los demás. Nosotros, que no usamos tirantes con la Bandera Nacional porque nos parecía indecoroso, ni nos quitamos la chaqueta con gesto chulesco y amenazador frente a locutores, como hacía él en los mítines preelectorales, sabemos responder, sin embargo, como hombres frente al insulto y la villanía. Ofensas propias de villanos son las que, entre ironías, ha lanzado don Manuel Fraga Iribarne, fascista de toda la vida, dictador de vocación, a unos hombres jóvenes que ha cometido el horroroso destino de salir a las calles madrileñas con las banderas nacionales.
Señor Fraga Iribarne: no cuente más con nosotros. Haremos lo posible y lo imposible por desenmascararle día a día, hora a hora, minuto a minuto, por demostrar a los que todavía no descubren que usted es un miserable dictadorzuelo y fascista
Antonio Izquierdo


10 Junio 1978
Con toda justificación
Por lo visto Fraga Iribarnre ha desechado el arquetipo ‘Canovas’ para asumir el arquetipo Pompidou… Dicen también algunos de los más iniciados en el conocimiento íntimo del ilustre profesor, que su primer ‘tipo ideal’ fue don Benito – se entiende: Mussolini, no Galdós – y a mi me falta, para completar la serie, la imagen que acariciaba cuando, en 1962, recién designado ministro de Información y Turismo, en respuesta a una impertinente que recalaba noticia acerca de la preparación del novísimo político, soltó aquella magna frase: «¡Llelvo doce años preparándome para ser Jefe de Estado!». No sé en quién pensaría. Ahora está claro que ha pensado en Pompidou como durante su breve transición por el Gabinete de la Corona pensaba en Cánovas.
También está claro que ni el señor Fraga es Pompidou, ni yo Cartier. La condena, además resulta incorrecta: el señor Fraga Iribarne asegura que guarda ‘una reserva inagotable de desprecio para las agresiones rencorosas e injustificadas», lo cuál me ha quitado un enorme peso de encima, porque, aun aceptando que una réplica pudiera equivaler en algún momento a una agresión, de lo que estoy seguro es de que yo no he replicado a Manuel Fraga Iribarne por rencor. También estoy seguro de que no lo he hecho injustificadamente. Es decir: he escrito con toda clase de justificaciones. No es necesario repararlas. De ello se deduce, más o menos, que don Manuel Fraga Iribarne puede seguir acumulando reserva de desprecio y de imaginación. El desprecio para quien le guarde rencores, la imaginación para el hallazgo de nuevos arquetipos que aplicar a la inmensa galaxia de sus legítimas ambiciones de mando y de poder, no sea que frente a la juventud que yergue banderas rojas o banderas rojigualdas se la queden demasiado antiguas, tan antiguas como él, las estampas de Canovas, Mussolini y Pompidou.
Antonio Izquierdo