23 marzo 1998

La marca estrella de Lagardere en su país no cautivó a los lectores españoles

Fracasa el intento de traer la revista PARIS MATCH a España: golpe para Juan Caño (Hachette) y Maurizio Carlotti (Telecinco)

Hechos

  • El 23 de marzo de 1998 se edita el primer número de la revista PARIS MATCH en España.
  • El 15 de diciembre de 1998 se publica el último número.

Lecturas

El grupo francés Hachette Filipacchi que en España dirige D. Juan Caño Díaz acordó crear una editorial, TeleRevistas, con Telecinco (Maurizio Carlotti) como socio. Su principal apuesta ha sido la revista PARÍS MATCH con D. Agustín de Tena como director y firmas de la talla de Dña. Pilar Cernuda, D. Vicente Verdú,  D. Tom Burns, Dña. Victoria Prego, D. Xavier Sardà y el Gran Wyoming. 

El primer grupo de prensa francés Hachette Filipacchi (más de 300.000 millones de pesetas de facturación anual) lanzó la revista asociado, al principio, a la cadena Telecinco, que más tarde se desvinculó del proyecto. La tirada del primer número fue de 500.000 ejemplares, de los que se vendieron 215.000, según los datos del grupo Hachette. La difusión media de los tres primeros números fue de 145.000 ejemplares.

El estilo de los ‘número 0’ fue descartado.

Los números de prueba de PARIS MATCH España se plantearon en un tono más escandaloso, siendo uno de los temas propuestas denunciar la anorexia de la princesa heredera de Suecia, Dña. Victoria. Pero, finalmente el grupo optó por un tono más institucional y respetuoso hacia las realizas dada la amistad del fundador del grupo Hachette, Daniel Filipacchí con el rey español D. Juan Carlos I.

¿Quién será la esposa del Príncipe Felipe?

La revista PARIS MATCH en España se atrevió a especular con una de las identidades más deseadas de la crónica social de alta clase: la posible identidad de la futura esposa del príncipe heredero al trono español, D. Felipe de Borbón. PARIS MATCH especuló con que la elegida podía ser Dña. Catalina de Austria, una teoría que resultó incorrecta.

Ante el poco éxito de los primeros números de la revista PARIS MATCH, el Grupo Hachette Filipacchi optó por probar la fórmula de INTERVIÚ colocando mujeres semidesnudas en portada por si aquello podía levantar la tirada.

  Los viñetistas de EL MUNDO, ‘Gallego y Rey’ han sido colaboradores de PARÍS MATCH con viñetas a toda página en todos sus números caracterizando a famosos como Dña. Rocío Carrasco.

Hachette invirtió cerca de 1.000 millones de pesetas en la campaña de lanzamiento, que se prolongó durante ocho semanas. Pero de poco sirvió ésta, porque el mercado se mostró poco receptivo desde el inicio a la fórmula Match importada de Francia. Los ingredientes de información general y del corazón, mezclados con mayor o menor acierto en una redacción compuesta por cerca de 30 periodistas, no han agradado, como se esperaba, al paladar del mercado. Si los números sólo cuadraban con una difusión media de 100.000 ejemplares, Paris Match se ha quedado al final en una venta semanal de apenas 30.000. El último dato de audiencia del Estudio General de Medios (EGM), de los meses de octubre y noviembre, otorgaba a Paris Match una media de 117.000 lectores, frente a los 123.000 de Epoca y de Tribuna.

TELECINCO se baja del barco.

En junio de 1998 la cadena TELECINCO abandonaba la empresa TeleRevistas obligando a Hachette a comprar la totalidad de la empresa titular tanto de PARIS MATCH como del QUÉ ME DICES.

D. Juan Caño Díaz en declaraciones al periódico LA RAZÓN el 15 de diciembre de 1998 comentó al respecto «hay que saber lanzar y hay que saber cerrar». Los profesionales de Paris Match serán recolocados en alguna de las 18 revistas que Hachette tiene en España.

El último número de PARIS MATCH en España corresponde a diciembre de 1998, sin ninguna referencia a que este sería el último número.

 

23 Marzo 1998

El poder de la palabra, el impacto de la imagen

PARIS MATCH (Director: Agustín de Tena)

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Estas dos líneas representan el lema editorial de PARIS MATCH, que figurará junto a nuestra mancheta en la página del sumario todas las semanas. Es el sencillo pero ambicioso compromiso con el que nos presentamos ante los lectores: servir la actualidad de cada semana a lo grande, con la mejor combinación posible de textos y fotografías. La fórmula ha sido acuñada durante los últimos 50 años en Francia, donde PARÍS MATCH ha captado y descrito la historia del a segunda mitad del siglo XX utilizando la paleta completa de colores de la vida, los momentos trágicos, el romance, la aventura y la gloria. Así ha llegado a ser la primera revista de actualidad en Francia, donde es leída por cinco millones de personas cada semana y se ha convertido en un referente del periodismo mundial. Desde hace un año, un grupo de profesionales españoles trabaja para adoptar este concepto. Creemos que es una nueva forma de ver las cosas y de contarlas en su contexto, de responder a los interrogantes de nuestro tiempo: guerra y paz, relaciones hombre-mujer, riqueza y pobreza, mundialismo y regionalismo… Mantenemos en España la prestigiosa marca PARÍS MATCH y su espíritu.

También nos beneficiamos de la red de corresponsales extranjeros y de todos los servicios centrales de la publicación para lograr la calidad del contenido que tiene en sus manos y para la que desde ahora, querida lectora, querido lector, solicitamos su aprobación.

La autoridad que me otorga el fracaso

Juan Caño Díaz

Pasando Revista (2018, pag. 309-312)

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Desde 1949 se publica en Francia el semanario de actualidad PARIS MATCH, una verdadera institución de la nación gala. Me acuerdo de la primera vez que visité Francia, hace ahora casi 60 años, lo impresionado que me quedé cuando veía a la entrada de muchos pueblos un cartel que anunciaba el hombre de la población un cartel que anunciaba el hombre de la población, el número de sus habitantes y, al lado, y con el mismo tipo de letra, el número de lectores de PARIS MATCH, que no distaba mucho del número de habitantes.

Sobre la base del gran éxito de ese semanario construyó Daniel Filipacchi su imperio de revistas: Hachette Filipacchi, de cuya división en España, yo era el vicepresidente.

Aquí las cosas nos habían ido viento en popa desde el comienzo. TELEPROGRAMA era una vaca lechera generando ingresos porque vendía más de un millón de ejemplares cada semana. ELLE era la publicación femenina número uno en facturación publicitaria. Cada revista nueva que sacábamos nos apuntalaba como la editora más creativa y de éxito en España. Teníamos el viento de cola. Por eso no pareció descabellada la idea.

“¿Y si sacamos una versión española de PARÍS MATCH?”.

Las investigaciones con potenciales lectores confirmaban que nuestra intuición era correcta: existí mercado aquí para ese concepto. No habría que llamarlo MADRID MATCH ni nada parecido: PARIS MATCH, tal cual. La marca estaba sólidamente anclada en el imaginario de una generación, que la recordaba porque, en los tiempos de penuria informativa en nuestro país, aportaba una visión fresca de la actualidad, tanto política como cultural, que no podía encontrarse en las publicaciones nacionales.

Invertí gran esfuerzo en buscar un director con experiencia y buen conocimiento del francés y envié un par de candidatos a pasar una temporada en París al lado de Roger Thérond, mítico director del semanario. La impecable combinación de las mejores fotografías con los artículos más pertinentes, que eran la seña de identidad de MATCH, habían sido resumidos en el eslogan “Les poids des mots, le choc des images”. Nosotros lo tradujimos por ‘La importancia de la palabra y el impacto de la imagen”.

La revista fue lanzada en España el 16 de marzo de 1998  y a los festejos de la presentación vinieron Daniel Filipacchi, Roger Thérond y Jean-Luc Lagardère, amigo del Rey Juan Carlos, y propietario también de la mayoría del capital de la empresa editora.

La tirada inicial fue de 600.000 ejemplares, pero las ventas no alcanzaron ni las expectativas más pesimistas. Y siguieron bajando y bajando.

La promoción de lanzamiento fue mala porque se basó en spots de televisión en una sola cadena, TELECINCO, con la que habíamos establecido un acuerdo societario. La cobertura real alcanzada, por tanto, fue pobre. Nos dejó cojos.

Pero no fue un problema de marketing, aunque también, sino de concepto. No se puede competir en el paraíso de las revistas del corazón con una revista que publica historias del corazón mezcladas con otras de política. O carne o pescado. Las dos cosas juntas, no.

Para mí, los nueve meses que duró la vida de MATCH en España fueron un suplicio. Gérald me pidió que me concentrara en más en MATCH, que abandonara o delegara mis funciones en el resto de las revistas. Tuve que prepararme un despacho en la planta de MATCH y asistir a las principales reuniones de redacción, incluidas las de portada y contenido final, que frecuentemente se celebraban de madrugada y con videoconferencia con París.

Puede decirse que un buen editor es aquel que sabe cuándo lanzar y cuándo cerrar una publicación. En el caso que nos ocupa, el cuándo lanzar habría sido ‘nunca’ y el cuándo cerrar ‘antes’. Pero, claro, es fácil decirlo ahora.

La decisión de cerrar MATCH fue particularmente difícil de tomar porque afectaba a la columna vertebral de nuestra empresa matriz. Fue retrasada inútilmente a la espera de que se produjera un milagro, que nunca sucedió.

MATCH no fue la única revista que cerramos, ni mucho menos, pero todas las demás apenas llegaron a generar pérdidas. En el momento en que dejaban de ser rentables, cerrojazo. MATCH generó pérdidas, y muy cuantiosas, desde el principio. Estaba desangrando a la empresa número a número, semana tras semana.

Fue después de ese malhadado episodio de la truncada vida de MATCH en español que empecé a decir que podía hablar con la autoridad que me otorgaba el fracaso.