10 marzo 1994

El objetivo del programa era competir con 'Lo que necesitas es Amor' (ANTENA 3 TV) de Isabel Gemio

Fracasa el programa de TVE ‘Perdóname’ un reality de confesiones presentado por María Teresa Campos Luque

Hechos

  • El sábado 19.02.1994 se estrenó en TVE el programa ‘Perdóname’ presentado por Dña. María Teresa Campos Luque.
  • El 24.03.1994 El Director General de RTVE, D. Jordi García Candau informó de que el programa no volvería a emitirse.

21 Febrero 1994

PERDÓNAME, NO GRACIAS

María Penedo

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Orgullosa debe sentirse María Teresa Campos por la exclusiva de su último ‘Perdóname’ (Sábados, TVE): Todo un paralítico cerebral disculpándose por lo pesado que resulta con sus amigos. Inmediatamente antes, una joven ex toxicómana haciendo lo propio con sus padres. Descubierta esta vía es de esperar que en las próximas semanas se acerque por el estudio de Prado del Rey el tetrapléjico que recientemente ha perdido su batalla judicial por una muerte digna, y pida perdón públicamente por haber reabierto tan delicado asunto o los viejos que, sin sensibilidad alguna, se resisten a morir para desgracia de sus más cercanos familiares. EL desfile no ha hecho más que comenzar.

Inevitable secuela de ‘Lo que necesitamos es Amor’ de ANTENA 3 TV, la privada puede respirar tranquila. ‘Perdóname’ con un decorado y puesta en escena más propia de TeleMósteles que de una cadena nacional, no es competencia. María Teresa Campos, reina de la mañana mal que le pese – no está a la altura de las circunstancias su fuerte carácter contrasta con la delicadeza que las situaciones mostradas requieren. Ya escribí hace tiempo cuando su nombre se barajó para sustituir a Lobatón en ‘Quién Sabe Dónde’ que no se imaginan los desaparecidos la que se les venía encima los exquisitos modales de él nada tienen que ver con el ímpetu de ella y si un fugado se le resistía la bronca podía ser monumental.

Aquello no fructificó, pero meses después el torbellino Campos ha logrado su sueño dorado: presentar un programa nocturno, nada más y nada menos que de reconciliaciones. Han transcurrido dos ediciones y las interrogantes se suceden. ¿Increpará a los compungidos penitentes? ¿Será capaz de perdonar a aquél que se resista a hacer lo propio con su pareja? Apuesto a que,  más pronto que tarde, acabará recurriendo a la penitencia. ¿Qué hay más educativo que castigar al paralítico cerebral de la semana pasada ocn dos fines de semana isn pisar la calle por pesado?

Cuando TVE presentó ‘Perdóname’ con todos los honores de un programa presuntamente estrella, he de reconocer que pequé, como casi siempre, de ilusa: créi que por él desfilaría la cofradía de los roldanes y juanes guerra, que han hecho cierta la célebre afirmación de Solchaga sobre lo fácil que es enriquecerse en este país; que la Campos lograría su público arrepentimiento. Nada más lejos de la realidad. Tan veterana profesional se ha especializado en el sector más desprotegido de la sociedad, que este año bate record de permanencia en pantalla.

Primero fue la búsqueda de desaparecidos, luego el furor por el suceso escabroso, más tarde las buenas obras de ‘Valor y Coraje’ y ahora el boom de las reconciliaciones. ¿Se ha puesto alguna vez en el lugar  de esa pobre gente, de repente, reconoce su foto en televisión, o a la que una cámara filma en su casa y no precisamente por voluntad propia? Triste es que haya alguien dispuesto a airear sus intimidades ante siete millones de espectadores, peor que involucren en su streaptease sentimental a su pareja merece un artículo en el Código Penal. En esto consiste básicamente ‘Lo que necesitas es Amor’, el gran éxito de la temporada (por cierto, su presentadora, Isabel Gemio, comienza a ser conocida como Gemio). Pero siendo preocupante la ideología de est espacio de ANTENA 3 TV, la del ‘Perdóname’ es digna de seminario de teología. Debe la Curia analizar la incidencia de dicho programa en la confesión, el sacramento menos querido de los católicos. Se trata de discernir si logrará María Teresa Campos certificar su muerte clínica. Parece que sí, dada la enorme diferencia entre la trascendencia de uno y otro método. Por más que los curas introduzcan aquello de la penitencia comunitaria, no hay color.

Como protesta cívica sé que resulta insignificante, pero desde que la Campos transmutada en moderna Teresa de Calcuta, se ha empeñado en que perdonemos, me resisto más que nunca a ello, harta de que la tele guíe mi existencia. No perdono, no aparezco no practico la telecaridad, no dejo que Beltrán filme mis empastes y si mi pareja, en un ataque de enajenación mental transitoria, decide declararme su amos ante Isabel Gemio y siete millones de mirones de testigos juro venganza. Y todo ello, como reza la publicidad de una zapatería de barrio que ofrece auténticas gangas, ‘porque me la gana’.

María Teresa Campos

23 Febrero 1994

Sin perdón

Maruja Torres

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Una vez escribí que cuanta más gente conozco mejor me caen los Corleone, y me temo que tengo que seguir insistiendo, al menos en lo que a televisión se refiere. Esto es un poco como lo de los ministros, que cada uno que viene te hace bueno al anterior, de modo que uno acaba por encargar misas a la memoria de Juan José Rosón, que en paz descanse.Por ejemplo, si quieren enamorarse de la mirada verde y serena de Julián Lago y, decididamente, esperar con ilusión a que Paco Lobatón les dé una cita y les lleve al parque; si incluso aspiran a mantener una conversación intelectual con Isabel Gemio, la Celestina con pendientes, no tienen más que entretenerse un rato con el nuevo programa de María Teresa Campos. Ella sola es la prueba viviente de que la ley de Murphy existe: todo lo que es susceptible de empeorar empeora.

Esta mujer insaciable, María Teresa Murphy, no contenta con habernos dado la tarde y pasado la vida, nos invita a experimentar el terror del lunes ya en las veladas de domingo, entregándose a una extraña e inconexa ceremonia en la que pretende estimular esa absurda práctica tan propagada por los Evangelios y el Dúo Dinámico: el perdón. Una vez más, gente corriente sale a perder la vergüenza públicamente, con la excusa de que el telespectador debe saber y en nombre de la libertad de expresión. Por si fuera poco, un par de famosos trasnochados y vulgares aparecen también, con el morro por delante, en una especie de patético montaje publicitario digno de una revistilla ínfima.

Como lo hace desde la televisión pública, con nuestros dineros, el caso resulta especialmente sangrante, pues resultamos cornudos y apaleados a la vez, sin estar locos.

Como en un viejo corrido: que les perdone Dios, que yo no puedo.

07 Marzo 1994

Sin perdón

Carlos Boyero

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Niños palestinos gritando y tirándoles piedras a soldados judíos que responden con inofensivos balazos a la letal agresión de tan poderoso enemigo. Qué mala hostia, qué impotencia, qué espanto me provoca esta intolerable imagen. Me la ofrece un arriesgado reportaje de Informe semanal. La he visto un millón de veces. Recuerdo viejos documentales en los que gente aterrorizada, degradada, torturada, humillada, se dispone a entrar en el sofisticado o grosero matadero conducida por unos verdugos convencidos de que el único judío bueno era el judío muerto. Las antiguas víctimas se han puesto de acuerdo con la contundente filosofía de los genocidas nazis y aplican a los palestinos idéntico y mortífero criterio. Su infamia goza de mejor prensa (jamás han descuidado su poder sobre los medios de comunicación) que los esfuerzos de Goebbels por ocultar, maquillar o justificar la barbarie. Cada vez que escucho en boca de espíritus racionales y conciliadores la frase: «el problema entre palestinos y judíos es muy complejo» compruebo la diferencia entre el número de muertos en uno y otro bando y la desproporción siempre me resulta pavorosa.

La noche del sábado me ofrece Hatari, una película que asocio con imborrables sensaciones de infancia pero previendo el millón de telecinqueras interrupciones publicitarias que la acompañarán decido concentrarme en el exclusivamente grotesco Perdóname, nuevo invento humanístico de María Teresa Campos. Reconozco la dificultad de juzgar con sentido crítico y objetividad la sucia actividad profesional de esta señora. Me ocurre algo similar con el grandilocuente aunque inevitablemente patético sargento chusquero Encarna Sánchez y con esa combinación de monja llorona y maruja carroñera que responde al nombre de Nieves Herrero. Es un problema de vísceras, de incompatibilidad epidérmica, de grima. Mis prejuicios no se equivocan. Perdóname va de reencuentros y perdones mutuos de viejos agravios. Ella ejerce de mediadora y consejera sentimental de ambas partes. Me inspira más vergüenza ajena que indignación.

Sus víctimas en esta ocasión son una hija pródiga por culpa de Cupido (dejó a su novio y huyó de la casa familiar al enamorarse de un radioaficionado al que no había visto nunca), otra hija pródiga por comprensibles razones de entorno vicioso («a los quince años fumaba porros, a los dieciséis esnifaba, a los diecisiete se inyectaba», es su apocalíptica definición del pasado de la redimida) y un cálido e inteligente parapléjico. Muy fuerte el taimado melodrama que ha diseñado la cursi María Teresa a costa del ridículo ajeno.

20 Marzo 1994

El Sofá Azul

Luis Apostua Palos

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A medida que he visto avances o noticiarios sobre él, se me ha metido en la cabeza la idea de estar viendo el programa de mi admirada malagueña María Teresa Campos. Desamores, desencuentros, desvíos, desdenes, deslices, desaires.

Sugiero a la directora que tome para su programa de la próxima semana como guión básico el desarrollo del trigésimo tercer Congreso del Partido Socialista Obrero Español. Por lo pronto, tiene en Madrid a los personajes que componen la eternidad dramática, héroes, traidores, cínicos, fingidores, victimas y plebe.

Imagine María Teresa la grandiosidad de su próximo programa. Guerristas y renovadores se sentarían en el sofá para explicar cuando dejaron de telefonearse cuándo piratearon sus intimidades políticas, cuántas infamias soplaron en la oreja del César. Después el gran abrazo que pone el broche de oro a la historia de amor.

Pare del programa de ayer mismo puede servir. Primer espacio “Travesía peligrosa”; segundo “Promesa cumplida”. En el ya famoso sofá azul oiríamos hablar de todo excepto de los intereses de la nación española.

En una de las historias de ayer se formula una pregunta a la cual el Derecho Penal todavía no ha dado respuesta. La pregunta formulada por la directora estaba dirigida al marido e inquiria si él era culpable de la traición amorosa de la cónyuge. Es lo que preguntan los sabios, si la víctima copera con el asesino o ladrón.

En España la creación de esta escenografía socialista ha sido obra de ellos mismos por cuanto han empezado a representar papeles recientemente enfrentados. La nación no ha hecho absolutamente nada a ese respecto. Lo primero que deben hacer es dar una explicación y me parece un buen escenario este ‘Perdóname’ del primer canal de Televisión Española.

En tanto nos lo explican la próxima semana en el sofá azul de María Teresa Campos, el director de los telediarios del fin de semana en TVE1, Fernando G. Delgado, pronunció la palabra ‘quiniela’ para describir las hipótesis de composición del próximo Estado Mayor del Ejército de la Rosa.

Luis Apostua