22 noviembre 2012
Gabriela Bustelo publica un artículo en LA GACETA contra Salvador Sostres: «rezuma machismo por mucho que se adorne de displicencia»
Hechos
Publicado el 22 de noviembre de 2012 en LA GACETA.
Lecturas
Gabriela Bustelo publica en La Gaceta un artículo contra Salvador Sostres Tarrida, columnista en su periódico competidor El Mundo.
22 Julio 2023
El agotador Salvador Sostres
En las navidades de 2006 entrevisté al escritor británico Martín amis, que ha cultivado la novela, el ensayo y el periodismo con igual ingenio y éxito. Poseedor de una vasta cultura, igual escribe una novela (Dinero) sobre la decadencia occidental, que un ensayo (Koba el Temible) sobre Stalin, que un artículo sobre Spielberg (El genio aniñado). Un asunto, sin embargo, me llamaba poderosamente la atención. Pese a haber estado nominado para el premio Booker de 1989 por su novela ‘Campos de Londres’, dos mujeres que formaban parte del jurado tacharon el texto de misógino y lograron eliminarlo de la candidatura. Pero cuando le pregunté a bocajarro si era un misógeno, me dio la siguiente respuesta: “Soy feminista. Algo tardío, tal vez, porque me convertí tras entrevistar a Gloria Steinem en 1991”.
El argumento que Steinem que transformó a Amis en un feminista es bien sencillo. “Imaginemos que fueran los hombres quienes tuvieran hijos y menstruaran. Imaginemos las enormes transformaciones que habría sufrido la sociedad para que la maternidad fuera algo masculino”, me dijo Amis. “Con este sencillo intercambio de papeles la diferencia resulta meridiana”. Esta capacidad para ponerse en los zapatos de otra persona, como sabe cualquier escritor, es la esencia de la literatura. Pero no es un talento al alcance de todos. El otro día hice en Twitter un comentario sobre la entrevista de Gonzalo Altozano a Salvador Sostres en LA GACETA del sábado pasado, donde el columnista catalán decía: “Inculcar a la mujer que el único modo de realizarse es siendo una alta ejecutiva es de una estupidez supina y de una mala leche sin límite que ha arruinado muchas vidas”. Empleando la técnica de Steinem, le propuse dar la vuelta a su frase y aplicársela a los hombres. Entonces me cayó un torrente de insultos, desde feminista resentida hasta persona poco inteligente incapaz de entender nada, sin darme opción a defenderme.
Entre las ventajas que conllevaría la modernización de la sociedad española estaría el dejar de hablar por fin del feminismo. Por desgracia, mientras existan personajes tan rancios como Salvador Sostres, habrá que quejarse de un tosco neoprovincianismo que rezuma machismo por mucho que se adorne de displicencia. En cuanto a esa élite barcelonesa en la que se ubica el columnista, la oligarquía catalana, como él mismo escribe a menudo, es nacionalista. Si Sostres fuera crema catalana auténtica, estaría escribiendo en uno de los periódicos de CiU.