23 julio 1980

Tras el programa 'La Clave' de TVE dedicado al asesinato del poeta granadino durante la Guerra Civil española

Ian Gibson y Rafael Martínez Nadal se acusan mutuamente de escribir falsedades sobre la muerte de Federico García Lorca

Hechos

  • El 23.07.1980 D. Rafael Martínez Nadal respondió en EL PAÍS a las declaraciones del Sr. Ian Gibson durante su intervención en el programa ‘La Clave’ de TVE dedicado a la muerte de D. Federico García Lorca.

23 Julio 1980

El último día de García Lorca en Madrid

Rafael Martínez Nadal

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En un reciente programa de Televisión Española dedicado a la muerte de Federico García Lorca, el irlandés lan Gibson me acusó, públicamente de haber cometido falsedades y errores en mi artículo «El último día de Federico García Lorca en Madrid». Creo es obligado dejar constancia de esos ataques y de mi defensa. En el curso de la discusión televisada, alguien dijo que Ramón Ruiz Alonso había hecho el viaje de Madrid a Granada en el mismo tren que García Lorca. Interrumpió el señor Gibson (transcribo de la cinta magnetofónica que acaba de llegar a mi poder): «Esa es la versión de Martínez Nadal, y la versión es falsa. Martínez Nadal no da en su artículo el nombre de Ruiz Alonso, pero a Marcelle Auclair y a mí me dijo que era claro que se trataba de Ruiz Alonso».

Preciso es refrescar la memoria de este señor. En carta fechada en Francia el 1 de noviembre de 1977, el señor Gibson me hacía la siguiente pregunta: «Por último, ¿podría yo repetir lo que usted me dijo referente a la temerosa aparición del diputado por Granada en el tren? Usted está absolutamente convencido de que era Ramón Ruiz Alonso, ¿no es así?».

A esta pregunta contesté yo en carta fechada en Londres el 19 de diciembre del mismo año: «No. No puedo estar convencido de que era Ramón Ruiz Alonso el individuo que se deslizó por el pasillo del coche cama. Yo no vi la cara del sujeto en cuestión, y aunque la hubiera visto habría sido igual. Yo no conocía al luego tristemente famoso personplje ni Federico lo mencionó por su nombre. Sólo dijo: «Un diputado de la CEDA por Granada»».

Extraña conducta la de este señor irlandés. Es capaz de acusar ,de falso un escrito que no contiene la falsedad que denuncia y se olvida de que fue él mismo, el propio lan Gibson, el que inventó y divulgó la falsa noticia que ahora quisiera poner en los escritos de otros. En la página 36 de su libro La represión nacionalista de Granada en 1936 y la muerte de Federico García Lorca (Ruedo Ibérico, 1971) dice Gibson: «Este (Ruiz Alonso), pues, era el hombre que volvía a Granáda en el mismo tren que García Lorca aquella noche del 16 dejulio de 1936. ¿Los dos hombres se conocían mutuamente? La violenta reacción del poeta al ver a Ruiz Alonso parece lndicarlo … ».

En el programa televisado, Gibson dijo también tener «absoluta seguridad» de que Lorca salió de Madrid el 13 ole julio, no el 16 como yo he escrito. Esa seguridad se la proporciona, en primer lugar, un artículo de Luis Cernuda, publicado en Hora de España en 1938, en el que habla de la reunión celebrada en casa de los Morla el día 13 de julio de 1936. Según Cernuda, Lorca iba a leer su última obra teatral, pero en vez de Lorca se presentó en la casa -siempre según Cernuda- alguien que anunció haber dejado a Federico en el tren camino de Granada. Y Gibson comenta: «Yo supongo que este amigo sería Martínez Nadal». No es sólo que yo, presente también en aquella reunión, no recuerde la llegada de ese «alguien»; es que Carlos Morla tampoco lo recuerda. El diplomático chileno tan meticuloso anotador de las incidencias del día y, en particular de todo lo que con Lorca se relacionaba, escribe en su diario esa misma noche, no dos años después como Cernuda hace: ‘Federico no ha venido y nos extraña su ausencia. Hace días que no le vemos, pero no debe de haber partido todavía para Granada”. En España con Federico García Lorca. Madrid, 1957 (páginas 493-4)

Lo que en verdad proporciona a Gibson su absoluta seguridad son unas gacetillas aparecidas en la prensa granadina, el 15 o el 16 de julio, en las que se dice que el poeta se encontraba ya en la ciudad. Comprensible prueba irrefutable para un extranjero no familiarizado con lo que fueron aquellos ‘ecos de sociedad’ que tantos bulos recogían y circulaban, y poco o nada al tanto de lo que al poeta le divertían y servían bromas y travesuras. Me consta que en más de una ocasión, Lorca utilizó a sus amigos periodistas para, según conveniencias personales, adelantar o retrasar la fecha oficial de su llegada a la capital.

Una discusión sobre si Lorca emprende su fatídico viaje a Granada el 13 o el 16 me parecería puro bizantinismo más en esta ocasión creo que es necesario exponer muy brevemente algunas de las razones que me permiten seguir creyendo que la fecha dada por mí es correcta.

1 – Recuerdos personales, notas y cartas escritas por mí en aquellos días a otres meses después, ya fuera de España.

2 – Testimonios de varios amigos que afirman vieron a García Lorca en Madrid después del 13 y antes del 16, Edgar Neville, entre otros (Véase el ABC del 6 de noviembre de 1966).

3 – La entrada que en su diario hace Carlos Morla el día 13, ya mencionada y su comparación con la del 18: “Salimos temprano con rumbo a Alicante en viaje de veraneo a Ibiza. Hemos preguntado por Federico. Había marchado a Granada” (página 494).

4 – Carta del hispanista noruego Magnus Gromwold a Luis Araquistain, fechada en Oslo el 29 de noviembre de 1953 (diez años antes de publicar yo mi artículo): “Conservo aquí las últimas líneas de Federico García Lorca, una dedicatoria en su gran llanto por Sánchez Mejías. Escribió esta dedicatoria el 16 de julio de 1936 en la estación de Atocha, en su compartimento del tren en que hula (sic) a Granada, entregando el folleto a Rafael Martínez Nadal, quien le acompañaba a la estación. Este último saludo, con las últimas líneas que se conocen escritas por él, llegó a mis manos un años después de su muerte”.

Rafael Martínez Nadal

25 Julio 1980

“El último día de García Lorca en Madrid”

Ian Gibson

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Aunque a veces lo parezca, EL PAIS no es la Revista García Lorca y por ello contestaré lo más brevemente posible a la carta de Rafael Martínez Nadal (23 de julio) acerca del último día del poeta en Madrid.

1. Ramón Ruiz Alonso. Como demostré en la nueva edición de mi libro sobre la muerte de Lorca (1979), Ruiz Alonso no podía volver a Granada en el mismo tren que el poeta por el simple hecho de hallarse ya en la ciudad andaluza. Allí se reponía de un accidente de coche, bastante espectacular, ocurrido en Madridejos unos días antes (Noticiero Granadino, 12 de julio de 1936).

El señor Martínez Nadal, insisto en ello, me aseguró a mí, a Marcelle Auclair, y supongo que a otras personas, que el «diputado de la CEDA por granada» que tanto asustó a Lorca aquella noche era Ramón Ruiz Alonso. Era normal, por consiguiente, que en la primera edición de mi libro (1971) siguiera la versión suya, tanto impresa como oral, así como lo había hecho antes que yo Marcelle Auciair. Varios años después, en la carta que me escribió el señor Martínez Nadal el 19 de diciembre de 1977 ( y que sólo reproduce en parte EL PAIS), éste termina diciendo: «Lo que pasa es que si dos y dos son cuatro… suma los datos y te darán Ramón Ruiz Alonso al menos, me lo dan a mí». Todo se reduce, pues, a una suposición de Martínez Nadal, y creo que es perfectamente legítimo que uno llame públicamente la atención sobre su equivocación.

2. La fecha. En su artículo de 1963 sobre el último día de Lorca en Madrid, Martínez Nadal, al comentar una frase de Lorca («Rafael, estos campos se van a llenar de muertos»), nos dice: «Si no hubiera comentado aquella misma noche la frase con mi familia y, sobre todo, si unas horas más tarde no hubiera anotado toda la conversación de aquel día, hoy no podría afirmar que esta frase no es invención mía» (el subrayado es mío). Estas palabras dan a entender, a mi juicio, que, al redactar su artículo, Martínez Nadal tiene delante las referidas notas de 1936. Pero no es así, puesto que, según me ha dicho él, el diario de bolsillo en el cual las apuntó se extravió durante la guerra y nunca ha sido posible encontrarlo. Lo cual quiere decir que el artículo de 1963 se redactó sólo a base de recuerdos posteriores y, por tanto, puede incurrir fácilmente en pequeñas inexactitudes e incluso omisiones, tanto en lo que toca a la fecha en que salió Federico de Madrid como en otros detalles.

No voy a repetir los argumentos que reúno en mi libro para apoyar la tesis de que Lorca abandonó Madrid en la noche del 13 de julio de 1936 – y no en la del 16 – llegando a Granada a la mañana siguiente. Pero he aquí un dato ‘nuevo’. En el archivo de la familia del poeta existe una carta dirigida por la madre de éste, desde Granada, a Isabel García Lorca. La carta, fechada el 15 de julio de 1936, será dada a conocer pronto en el libro póstumo de Francisco García Lorca, Federico y su mundo (Alianza). Empieza así: “Queridísima hija: Ayer por la mañana tuvimos la alegría de que llegara Federico”.

Ian Gibson