10 marzo 1992

José Luis López Aranguren tendrá una cátedra de honor en una Residencia de Estudiantes

Hechos

Fue noticia en marzo de 1992.

10 Marzo 1992

Conciencia moral

EL PAÍS (Director: Joaquín Estefanía)

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EL PROFESOR José Luis López Aranguren es una de las conciencias morales que tiene España. Su juicio nunca sujeto a partidismos y su independencia intelectual le han convertido en maestro, cuyos discípulos no están sólo en la vida académica, sino en todos los ámbitos de este país. Sin alharacas ni exabruptos, ha ido construyendo a lo largo de más de cincuenta años de vida profesional un cuerpo teórico que se basa en .la más sencilla de las lecciones: la solidaridad y la verdad son los instrumentos más eficaces para la convivencia, y con ambas armas los seres humanos pueden vivir en libertad, sin sospechas ni agresiones. José Luis López Aranguren, heredero intelectual de Miguel de Unamuno, de Ortega y Gasset y de Américo Castro, explica ahora en la Residencia de Estudiantes, en una cátedra creada en su honor, su biografía intelectual. El lleno con que le saludó el público en la primera jornada, como en los tiempos en que su palabra era también un, aviso contra la moral de la dictadura, fue un subrayado que las generaciones actuales ofrecen como reconocimiento al profesor, cuyo talante juvenil y actitud humana han impedido que a pesar de sus 82 años nadie le llame todavía viejo profesor. Contar con Aranguren y saber que su voz va a resonar en aquella y en otras tantas aulas es uno de los privilegios culturales de los ciudadanos de nuestro país.

21 Marzo 1992

Aranguren y los sesenta

ABC (Director: Luis María Anson)

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José Luis Aranguren s un destacado pensador, que ha ejercido un notable magisterio no siempre beneficioso. En estos días traza en la Residencia de Estudiantes un balance de su trayectoria intelectual. Discípulo de Ortega y cristiano heterodoxo padeció después del influjo del marxismo y del progresismo de lo sesenta. En una ocasión llegó a preguntarse: ¿Quién no es marxista? Expulsado de su cátedra de Ética durante el régimen de Franco, fue profesor en California, experiencia que, según confiesa, le ‘rejuveneció física e intelectualmente porque la California de los sesenta era la vanguardia intelectual y contracultural del momento». Admitiendo el efecto benefactor sobre su vitalidad de la experiencia californiana, no cabe decir lo mismo sobre sus consecuencias intelectuales y morales. Mala cosa es ya que invoque la contracultura quien se dedica a la cultura, pero, además, los críticos liberales más certeros estiman hoy que la revuelta estudiantil de los sesenta fue un gran desastre para la Universidad del que comenzamos ahora a liberarnos. Aquellos vientos favorecían más la demagogia y la barbarie que el rigor académico y la libertad. No es casual que quienes nos gobiernan sean, en gran parte, hijos de aquellos tiempos.