1 agosto 2010
Jiménez Losantos, Alfonso Ussía, César Vidal, Pío Moa y Carlos Dávila 'radiografiados' por el ex redactor jefe de EL PAÍS como 'cornetas del apocalipsis'
José Mª Izquierdo dedica un serial de perfiles en EL PAÍS para ridiculizar a los cinco periodistas más hostiles al Gobierno Zapatero a los que considera ‘ultras’ y ‘jinetes del apocalipsis’

Hechos
En agosto de 2010 el periódico EL PAÍS publicó semanalmente reportajes sobre comentaristas de opinión política.
Lecturas
El periódico El País publica durante cinco días una serie de reportajes sobre perfiles negativos de periodistas enfrentados con el Gobierno Zapatero firmados por José María Izquierdo Rodríguez: Estos son D. Federico Jiménez Losantos, Carlos Dávila Pérez del Camino, César Vidal Manzanares, Pío Moa y Alfonso Ussía Muñoz Seca.


01 Agosto 2010
El ángel animador
Federico Jiménez Losantos
Lo demás, bazofia. Por ejemplo, la clase política en general, a propósito del comunicado que hicieron todos los partidos tras la muerte del cubano Orlando Zapata: «Esta casta descastada, mansa y pregonada, resabiada de la vista y con querencia a toriles, que no merece llamarse española pero que representa muy bien esa continua limpieza de corrales, lidia de saldos y procesión de cornigachos, bizcos y escobillados en el ruedo político, ha producido tras el asesinato de Orlando Zapata en Cuba una birrionota que autoriza cualquier fantasía higiénica si no fuera a ensuciar lo que limpiase, antes incluso de tocarlo. Cuatro parrafejos, cuatro mojoncillos, cuatro flatulentas naderías componen este monumento al deshonor gramatical, la prosa rufianesca y la cobardía politiquera».
Y esta derecha flojita que tenemos, tampoco le llena. No le gusta la derecha de Rajoy, un maricomplejines, ni, por supuesto, vade retro, la de Gallardón, que le ganó un juicio, porque de él había venido a decir que no le había importado la masacre del 11-M: «Lo repito, alcaldín, 200 muertos, 1.500 heridos y un golpe brutal para echar a tu partido del Gobierno. Te da igual, Gallardón, con tal de llegar tú al poder». También le llamó «traidor, bandido, farsante redomado y lacayo de la oposición». Y siguió: «Ya tendremos días para hablar largo y tendido de ese sujeto, de ese cáncer de la derecha española, de ese agente doble, de ese hijo político de Vellido Dolfos». O sea, que tampoco Gallardón. Ya digo, solo Aguirre.
También se las tiene tiesas con el Rey. «Lo que estamos viendo es una inhibición clamorosa del Jefe del Estado en hablando se entiende la gente, iré al País Vasco en cuanto me invitéis, etc.», o «yo no lo he visto nunca junto a las víctimas del terrorismo». Así que cortemos por lo sano, propone: «Lo mejor que podía hacer la Institución es que el Rey abdicase en el Príncipe, que eso mantendría la Institución con vigor renovado». Y en mayo de este año, a raíz de la operación en Barcelona, escribía lo siguiente: «Pero la enfermedad del Rey -cuyo relato será cierto pero no se cree nadie- brinda una oportunidad dorada de las que no suelen ejecutarse entre los borbones, de propensión filicida, pero bastante aconsejables».
Su furia es universal. Y como es imposible recoger sus obras completas de improperios, vamos a limitarnos, como el representante de tejidos, a mostrarles tan solo una muestra del género, imponente por su cantidad, intimidatorio por su fiereza. Hagamos unos montoncitos para no liarnos. Del atentado del 11-M, como ya se figuran, milita o, mejor, es promotor destacado, junto con su inseparable Pedro J. Ramírez, el director de EL MUNDO, del selecto bando de los que creen que pudo ser obra de cualquier persona o grupo, lo mismo da etarras, servicios secretos de Marruecos, grupos indígenas de Bolivia o extraterrestres… menos a quienes señala la Audiencia Nacional, que sólo aportó un sumario de 100.000 folios, 4 meses y 17 días de juicio. Solo los razonamientos de la sentencia ocupan 721 folios. En fin, nada comparado con las investigaciones Losantos-Ramírez.
A ello: «Una banda de chorizos, de delincuentes, están ocupando las Fuerzas de Seguridad al máximo nivel». Así que «… Estamos ante una gigantesca conspiración para manipular todas las pruebas del 11-M, crear pruebas falsas y borrar las verdaderas (…) En los TEDAX anidan el mal y la caradura», o «La imagen de la policía después del juicio del 11-M es pavorosa, es mexicana (…) Gente capaz de tapar los datos de una masacre, qué no hará, de qué no será capaz». ¿Suficiente? Podemos completarlo con una visión más general, más globalizadora de lo que en verdad pasó el 11-M. Lo que estaba muy claro para nuestro hombre. «El atentado se perpetró para echar al PP del poder y cambiar de raíz la historia de España». Y, en fin: «Sobre esa sangre se ha levantado este nuevo régimen, antinacional y anticonstitucional, que trapichea con ETA las elecciones y negocia con el Tribunal Constitucional transferencias y aguinaldos. Lástima que San Martín quede tan lejos».
¿Garzón? La bicha: «La impunidad que disfruta Garzón desde hace años es, según revelan los últimos damnificados del CNI y según cunde y corre por los mentideros de la Villa y Corte, directamente proporcional a la cantidad de datos comprometedores que ha almacenado con escuchas, no siempre justificadas, de altos y aun altísimos cargos». ¿Bien? Pues hay más: «Ha hecho tantos méritos para ser apartado de la carrera, ha acumulado tantos atropellos en sus sumarios y ha hecho tantísimos millones en la Pasarela Fashion Justice que lo normal es que Garzón hubiera sido imputado por prevaricación hace 14 ó 15 años. Y condenado, claro, previo apartamiento de esas funciones que no realiza porque siempre está de gira promocional de sí mismo por todo el mundo».
Penúltimo capítulo de nuestro ángel agitador: Zapatero y el Gobierno socialista. ¡Es tanta la ensalada, la menestra, la paella! ¡Es tanta la mezcla, el amasijo, el mortero, el cascajo! ¿Les gusta, por ejemplo, el estilo directo, casi azorinesco de «El socialismo es siniestro, ruinoso y estúpido, pero es muy real», o «no vacila con unirse a la hez del populismo iberoamericano o a la peor basura terrorista musulmana o separatista?» ¿Quizá algo más elaborado?: «El PSOE actual tiene, como el de la II República, dos proyectos políticos: el masónico a la mexicana y el chekista a la soviética, cubana o venezolana. Los dos se sientan en el Consejo de Ministros. Y Zapatero utilizará el segundo, el soviético, para hacer más digerible el primero, el mexicano».
Y por si algo faltaba, llegó el Estatut, alien monstruoso, King Kong arrasador, Godzila pavoroso: «Ese engendro ilegal e ilegítimo alumbrado por el Tribunal de la Gabardina liquida cualquier posibilidad de existencia para una Constitución española que proteja a todos y cada uno de los ciudadanos, vivan o no en Cataluña (…) El fallo del TC nos obliga a aceptar esa esclavitud arteramente rencorosa y onerosamente retorcida que a partir de ahora están condenados a mantener la difunta nación española con la piafante nación catalana». Y propina para el presidente de la Generalitat: «Cabezudo, monigote, muñeco o ninot de la Falla Española, nacido para la burla y destinado al fuego, es Montilla, el condenado por buscar ser indultado, epítome de la doblez, la alta traición, la baja sedición, la torpe arrogancia y la eterna cobardía que, como brasas, alimentan su peripecia de timador timado».
Pero quizá lo peor -¿habrá un peor después de visitar el infierno de Dante?- son sus habituales referencias a la república y la Guerra Civil. Una muestra: «En vísperas del nuevo 34, Rajoy ha decidido discursear, como Gil Robles en el 36. Y ante la secesión, o sea, en el nuevo 36, el PP irá a pedir ayuda al Rey y al Ejército, irreversiblemente apolillados. Todo igual, pues, pero peor».
Por aquí, por aquí, dice el ángel, que ya llegamos al precipicio.


08 Agosto 2010
El señorito faltón
Alfonso Ussía
Ussía fue un niño bien. Lo decía él en un artículo reciente, en el que añoraba, nostálgico, sus años en la mili: «De recluta (…) limpié muchas letrinas. De pollo de barra a limpiador de letrinas. Me vino muy bien. De bailar con inigualable armonía y agilidad el vals en las puestas de largo, a barrer el suelo de mi compañía…». La mili le «vino muy bien» para muchas cosas: «De ser alguien en el reducido círculo familiar y amistoso a pertenecer a lo más bajo de la clase social de aquellos tiempos; no se podía ser menos que un recluta». También le vino muy bien para algo de los «entreperniles».
Será desde entonces que le ha quedado una desaforada pasión por los ejércitos y la bandera. Ussía ve una rojigualda -«la tengo en mi despacho de trabajo. De cuando en cuando la contemplo, y cuanto más lo hago, más la quiero»- y se precipita a arroparse con ella, quizá por ser de natural friolero o bien muy patriota. Una enseña grande junto a cristos, vírgenes o cálices, consiguen que se le inflamen las glándulas donde anida el patriotismo: «Los militares tienen una tradición religiosa desde tiempos más allá de la memoria (…) El soldado convive con el riesgo y con la muerte por vocación. Lo hace en nuestra defensa, voluntariamente. Y el consuelo ante la inmediatez de la muerte se encuentra en la fe». Nada raro, pues, que «para los cadetes de la Academia de Infantería de Toledo, la devoción a la custodia en el Corpus Christi es tan honda y primordial como para los marinos lo es el rendimiento de honores a su Virgen del Carmen, para los aviadores a Nuestra Señora de Loreto, para los legionarios a la imagen del Cristo de la Buena Muerte y para los guardias civiles a la Virgen del Pilar».
Para Ussía, España es sagrada. Por eso se indigna con los nacionalistas o quienes les bailan el agua: «Los nacionalistas, da igual que sean catalanes, vascos o gallegos, no odian al Estado. El Estado es para ellos un chollo (…) la llave victimista que abre de par en par la puerta de sus despensas. Pero sí odian a España, la Patria común con un milenio de unidad a sus espaldas (…) Esa es la diferencia. España y el Estado. La misma que se establece entre una madre y un hijoputa». O bien: «Imbéciles los que pidieron el uso de las lenguas autonómicas en el Senado, y más imbéciles aún los que tragaron con la petición (…) Lo que ha protagonizado Montilla en el Senado no merece otro calificativo que el de gilipollez compartida». Por supuesto, todo ocurre porque «Zapatero es un inconsistente, un iluminado y un resentido. No le gusta España. No sabe qué es España. También, por tanto, es un ignorante».
Tiene sus opiniones sobre quiénes ya en los años treinta quisieron romper España y trajeron la Guerra Civil, y las enlaza con soltura con el actual Gobierno socialista: «Se están afilando los odios y los rencores, y todo viene de esa parcialísima y deleznable Ley de la Memoria Histórica, alentada por un insensato vesánico y provocador. Ese que dicen que nos gobierna». Por si acaso no lo han entendido bien: «¿Ha leído Zapatero algo de historia de España? La gran incitadora de la Guerra Civil fue la Segunda República, que no aceptó resultados democráticos, que asesinó desde el poder, que permitió la escisión de España, que devastó los derechos de los ciudadanos y estableció un régimen de terror en sus últimos años».
Pero Ussía luce aún más en algunos aspectos en los que no tiene rival. Le preocupa sobremanera la belleza femenina. «Lo singular de la terrorista Aranalde es que no es tan fea como el resto de sus compañeras de sangre. (…) Una etarra con el rostro y la expresión agradables no es una terrorista habitual. Alguien dirá que también era agraciada físicamente La Tigresa. De acuerdo, pero tenía cara de zorra. A La Tigresa se la encuentra un putero en un bar y le ofrece una tarifa por servicio cumplido. En cambio, a Maite Aranalde se le convida a una coca-cola». Y lo sabe porque tiene documentación: «Los documentos gráficos que poseo de manifestaciones batasunas son repugnantes. Tías vociferantes, feas, espesas y con los surcos de la perversidad en sus expresiones homínidas. Un espanto de mujeres, en una palabra. Coños de vitriolo y de cianuro. Morsas».
En general, gusta de escribir sobre mujeres: «Leire Pajín ha engordado. Está admirablemente culonzuela, respingona, melocotona temprana». O esto otro: «La segunda mandataria del presumible Ministerio de Igualdad (…) nos ha anunciado (…) la urgente creación del mapa del clítoris (…) Del mapamundi al mapachichi (…) Y sigue: «Al señor Zerolo le sobra el derecho para intentar algo similar con el mapa de la fuchinga (…) Y si un Gobierno se dedica a dibujar mapas de chichis y de trabucos sin ton ni son, muy complicado y nuboso advierto el horizonte de la crisis económica». A los homosexuales les nombra mucho. Con este párrafo saludaba el último Día del Orgullo Gay: «Hay que fundamentar el mariconeo en un espacio cultural. Ya lo escribió el poeta tinerfeño Manuel Verdugo: ‘Si el hombre quiere, imperfecto,/ la perfección alcanzar,/ el buen camino es el recto, ¡y por él debe tomar!».
¿Hay, quizá, algo peor? Lo hay. Cuando se pone cursi (y taurófilo), poeta o gracioso. De uno en uno. Cogida en México: «En la enfermería de Aguascalientes (…) ni anestesia, ni sangre, ni oxígeno, ni pinzas. Pero sí la sabiduría de un médico que salvó la vida de un José Tomás malherido por su novia, que ya le había advertido. ‘Hoy te mato, amor’ (…) Hoy ha fallado, pero algún día, luz albertiana, dará su junco a la media luna fiera y a la muerte, su gracia, de rodillas». Juglar con Zapatero: «En su mesilla de noche/ sin ser abiertos, aguardan/libros de Suso de Toro/ ayunos de su mirada./ Uno de Almudena Grandes/ con muchos culos y bragas/ pero que ya no le gustan/ y que ya no le hacen gracia». Y dicharachero: «Si los sudafricanos no saben qué hacer con lasvuvuzelas, que se las metan por el culo».
Ussía es muy monárquico.


15 Agosto 2010
El mártir del compás
César Vidal
A persona tan leída le gustará que comencemos por poner en valor su método socrático en la búsqueda del conocimiento. Preguntas que se hacía Vidal en su blog en noviembre de 2008. «1. ¿Es casualidad que la asignatura de educación para la ciudadanía reproduzca el modelo masónico educativo? 2. ¿Es casualidad que la ampliación del aborto y la legalización de la eutanasia preconizadas por ZP se encuentren entre las metas de la masonería? 3. ¿Es casualidad que el matrimonio de homosexuales defendido por la masonería haya sido uno de los proyectos estrella de ZP? 4. ¿Es casualidad que la ofensiva laicista de ZP se corresponda milimétricamente con los planes expresos de la masonería? 5. ¿Es casualidad que la vía libre para los experimentos científicos sin ningún tipo de barrera moral (…) se corresponda con las tesis de la masonería? 6. ¿Es casualidad que el análisis erróneo y demagógico de la actual crisis económica que realiza ZP sea el mismo que propugna la masonería? 7. ¿Es casualidad que la masonería respalde el proyecto parcial y sectario de la mal denominada memoria histórica? 8. ¿Es casualidad que los movimientos separatistas de Vascongadas y Cataluña coincidan con el deseo histórico de Francia de mantener ambas regiones como Estados colchón que debiliten a España? 9. ¿Tiene alguna relación el juez Garzón con la masonería? 10. ¿Tiene alguna relación ZP con la masonería?».
Nada extrañará que a Vidal le tenga amargado esa «pamema de la Memoria Histórica», que así enlazamos aquellos años con estos: El trinque de la Memoria, titulaba una columna reciente, en la que decía que lo de la Memoria Histórica era «otra estafa, otro timo, otro tocomocho más de la izquierda y los nacionalismos destinados a vaciar los bolsillos de los sufridos ciudadanos». Porque total, para lo poco que fusiló Franco tampoco hay que ponerse así: «No existen cien mil cadáveres -ni decenas de miles- por exhumar. Son, a lo sumo, algunas unidades y, desde luego, no parece que justifiquen el gasto del que se benefician sindicatos, partidos políticos, fundaciones y grupetes asimilados».
Así que vayamos a lo que importa, que es arrear con palo y piedra a Zapatero y lo que se le ajunta. Tuvo mucha gracia convertirse en grafólogo y estudiar la letra de Zapatero para poder decir que se trataba de «un acomplejado», «un materialista descarnado» o que hacía unas «tes» que le delataban: «Se suele denominar a esta te específica la ‘te del brazo en alto’, porque de manera muy peculiar recuerda el saludo fascista y, a la vez, es un signo de autoritarismo». Desparpajo que no falte.
Pero no nos perdamos y apuntemos a la cabeza: «Solo ver a ZP provocaba a los ocupantes de los escaños una insoportable mezcla de náusea y repugnancia». O quizá prefieran este párrafo de hace apenas un mes: «Existe una convicción absoluta de que a la incompetencia más escandalosa en el terreno económico ZP suma una perversidad moral de alto octanaje. Para los norteamericanos con los que hablo, el presidente del Gobierno es simplemente una versión amanerada y blanda de villanos como Chávez, Morales, Castro o Ahmadineyad». Queremos más: «Ni siquiera ETA es un grupo odioso para ZP. Ciertamente, le molesta que mate repercutiendo en su popularidad, pero ZP cree en lo más profundo de su rojo corazón que se trata de un grupo de luchadores antifranquistas, que se puede -y se debe- pactar con ellos y que se les puede hacer concesiones anticonstitucionales para que se sumen a su causa contra la derecha que, por definición, es peor».
¿Solo recibe Zapatero? Qué va. Botón de muestra: «Me aseguran que Moratinos va a misa todos los domingos. Me parece bien. No lo digo solo porque debe significar una enorme carga de conciencia el ser católico practicante y, a la vez, pertenecer a un Gobierno que ha convertido el aborto en algo tan trivial como tomarse un vaso de agua (…) Fundamentalmente, lo señalo porque no me cabe duda de que necesita impetrar del Altísimo perdón por ser uno de los ministros de Asuntos Exteriores más miserables moralmente que han existido en Europa desde el final de la Segunda Guerra Mundial».
¿Y qué mejor que acabar este capítulo de los Jinetes del Apocalipsis con una cita de su blog?: «Cuenta la Historia que un recluso llamado Juan y encerrado en un campo de concentración situado en la isla de Patmos experimentó una serie de visiones en las que se describía no solo lo que iba a suceder en breve sino también lo que acontecería al final de la Historia. Fue así como llevó a cabo la redacción del Apocalipsis, el último libro de la Biblia, que concluía de la siguiente manera: ‘Martyro egó pantí to akuonti tus lógus tes profeteías to biblíu tutu. Ean tis epize epautá, epizései ho Zeós epautón tas plegás tas guegramménas en to biblio tuto. Kaí ean tis afele apo ton lógon tu bibliu tes profeteias tautes, afelei ho Zeós to meros autu apo tu xylu tes zoes, kaí tes poleos tes aguías».
Dice que habla ocho idiomas y traduce dieciséis.


22 Agosto 2010
El bocadillo de chicharrones
Carlos Dávila
Hay tipos que siempre dicen ir con la verdad por delante. Aquello de al pan, pan. Así que la sección que Carlos Dávila escribe en la primera página del periódico que dirige se llama «En el día de hoy». Para jóvenes o desmemoriados, así encabezó Francisco Franco, Caudillo de España por la gracia de Dios, su último parte de guerra: «En el día de hoy, cautivo y desarmado el Ejército Rojo, han alcanzado las tropas nacionales sus últimos objetivos militares. La guerra ha terminado. El Generalísimo Franco. Burgos 1º abril 1939». Al vino, vino.
Para escribir tan recio, viril y cuartelero, Dávila seguramente seguirá un régimen cercano al que sigue: desayunará con cazalla, como los hombres. Luego, a lo largo del día, le dará a la chistorra y al cocido y se negará a ir a un restaurante japonés. Luciría bien acodado en la barra de la cantina del cuartel, vaso de tinto peleón, alternando el bocata de mejillones en escabeche con el de chicharrones. Las guindillas, en el plato, para ir mordiendo. Mirada perdida en las paredes con fotos de Interviú, recuerda, melancólico, «aquella marchota que malentonábamos los chorchis del siglo pasado: ‘No podemos comprender el bien que se nos hace en este campamento de todos los c…».
Machote como es, llamó «abreculos» a Boris Izaguirre, y dijo de él que era un «personaje abyecto que en cualquier otro país estaría en la clandestinidad». La marcha del orgullo gay tampoco le pone muy feliz: «El ‘lobby’ es tan influyente, tan decisivo, que hasta los conductores de Metro (…) se ponen de hinojos para que a los floritos no les falte de nada. Algún día los del orgullo de ser papás, de ser de derechas o incluso de que nos guste la Virgen de la Paloma, nos echaremos también a la calle sin miedo a que nos llamen cavernícolas, homófobos o meapilas». Y es que Dávila tiene muy comprobado que «esto de que te gusten las cosas de siempre, las señoras y las cocochas incluidas, se está poniendo francamente difícil. Resultas un rijoso o un verdugo de merluzas».
La vida en esta España, en general, se le hace difícil: «O sea, que el plan del viernes-noche para cualquier patriota (…) será el siguiente: aparcará su coche con cuidado porque los guardianes de la inmovilidad medirán si su vehículo traspasa centímetro y medio la raya autorizada; acudirá a un bar o restaurante que parecerá un gimnasio con olor a Linimento Sloan; (…) pedirá medio vasito de Rioja para no dar gramos en el chivato; se guardará de comer carne roja porque está atiborrada de colesterol del malo; renunciará al Güisquilabel porque los grandes alcoholes trituran el hígado, que lo ha dicho la esbelta Trini; se fumará la servilleta porque será lo más blanco que encuentre en derredor; saldrá con cuidados mil, no vaya a ser que tropiece y la cámara callejera interprete que usted está como una cuba; al llegar al semáforo, mirará a diestra y siniestra por si le acosa un guardia disfrazado de canario y le mete un tubo traqueal para saber si se ha bebido un chupito de aguardiente…». Lo que Dávila dice: ¿no es para que se te avinagre el carácter?
Para nuestro áspero jinete no son sólo despreciables asesinos los etarras, no, es que los familiares de los presos que van a verlos «son unos chulos de mierda o unos hijos de la gran puta». Dado que su campo de tiro es amplio, también tiene obuses para «el seboso andarín Almodóvar». Estricto en las cosas de cintura para abajo, se indignó mucho con una campaña de Cruz Roja: «He entrado en la página de la Cruz Roja de la Juventud para saber si es cierto (…) que patrocina una campaña (…) dedicada a instruir a nuestros niños y jovencitos sobre diversas argucias del sexo. Y es cierto: la Cruz Roja, pelotilla ahora de Aído, Jiménez y demás ministras inútiles del Gobierno, se ha unido a ellas para mostrar a nuestros púberes diversos goces». También se preocupa mucho del futuro de los curas: «Aquí se trata de dar un manotazo al crucifijo y ayudar a que todas nuestras mujeres lleven velo». Y dolido porque nadie hace nada, arenga: «Es imprescindible la acción, la agitación social de un país derrumbado que contempla irritado, pero aún en casa, cómo se forran los Bardenes y cómo se insulta a los curas».
La prohibición de las corridas en Cataluña le ha roto el alma. Tanto que no duda en implicar a los Reyes en la defensa de la puya, la banderilla y el estoque: «Por eso nos resulta imprescindible que toda la Familia Real, incluso aquellos de sus miembros que no son aficionados, se implique en la defensa de una tradición…». Y dado que el periódico que dirige ya ha cargado la bayoneta con la advertencia de que podría darse que «los españoles no entiendan su silencio como aquiescencia y se vean tentados a retirar el apoyo a una institución a la que siempre han apoyado», dos días después abre la primera página con este titular: «Zarzuela niega que el Rey esté recibiendo quimioterapia».
Pero donde más brilla el estilo peloenpecho de Dávila es en su acendrado gusto, casi de erudito, en la búsqueda para hallar adjetivos insultantes con los que referirse a Zapatero. Generoso, los emplea a quintales. Ramillete elegido al azar entre un inmenso campo de flores: «Estólido presidente (…) la demostración palpable de un vesánico político»; «En el orden privado, Zapatero estaría en paro; nadie contrataría a un gestor engañoso, torpe, visionario y vengativo»; «Es el crisol más repugnante de todas las falacias posibles»; «El más solemne irresponsable que haya tenido España desde los tiempos de Godoy»; «Acredita mil fechorías, una frivolidad política y económica sin límites, una improvisación de púber y una chulería incompatible con su escasa arquitectura»; «Me decía (…) un analista de enorme envergadura y nada desafecto, de entrada, a la socialdemocracia: ‘Zapatero tiene tres características personales: es un memo, es un soberbio y es un malvado»; «¿Alguno de ustedes entregaría su limosna a un indigente que, con seguridad, sabe que se lo va a gastar en colipoterras, en porros o en alcohol de baratillo?».
De vez en cuando también cita a Camilo José Cela: «Estos tíos que nos quieren salvar son más molestos que un pedo atascado


29 Agosto 2010
El historiador de la casquería
Pío Moa
Es tan excesivo que siempre que te asomas a cualquiera de sus textos temes que te enfanguen sapos viscosos, hígados putrefactos y litros de sangre oscura, espesa y maloliente. Algunos son desechos históricos. Esto, por ejemplo, lo escribía Moa hace apenas mes y medio: «Hoy es 18 de julio, aniversario del levantamiento legítimo contra un gobierno-régimen ilegítimo, según creo haber demostrado. De aquel levantamiento procede la época de paz más prolongada que haya vivido España desde tiempos lejanos, también de mayor prosperidad, de abandono de viejos odios y, en fin, la democracia…». Así que ante tanta excelencia, Moa ha elegido bando: «No pienso en modo alguno enrolarme en el amplio coro de antifranquistas que une en un haz, en un fascio, a Josu Ternera, a Otegui, a Carod, a Ibarreche, a Maragall, a Zapo, al portavoz de la corrupción y el terrorismo gubernamental Rubalcaba, a De Juana Chaos, o al héroe de Paracuellos». Y es que los rojos son, además, mentirosos: «Una de las más indignantes falsedades de los enemigos de la justicia y la democracia encubiertos hoy como antifranquistas es precisamente su invocación a ‘la dignidad de las víctimas del franquismo’. Pero ¿quiénes fueron esas víctimas? Entre los fusilados y damnificados por el franquismo hubo un número muy elevado de chekistas y autores de crímenes realmente sádicos, sicarios abandonados por sus jefes huidos al extranjero con inmensos tesoros robados al pueblo español».
Bien. Sentado su parecer histórico, vayamos, por ejemplo, a sus opiniones-gallinejas sobre los políticos actuales en su conjunto, que luego iremos al menudeo. ¿Les basta como ejemplo su reacción al documento firmado por todos los diputados tras la muerte del cubano Orlando Zapata? Fue ésta: «¿Cómo va a condenar al castrismo un Charlamento envilecido, formado mayoritariamente por delincuentes pro terroristas y pro chekistas, miembros de partidos corruptos hasta la médula y encubridores del 11-m, la chusma de las Cortes, esas gentes de la trola, el choriceo y el puterío?».
Aunque las entrañas que más le gustan son las de Zapatero. Julio de 2004: «Zapatero ha obtenido el gobierno mediante las elecciones más sucias y marrulleras de la historia de la democracia española, rompiendo las exigencias del juego democrático o utilizando a su favor a quienes las rompían, y en alianza con fuerzas siniestras que le exigirán el pago». Y el paso del tiempo solo ha servido para reafirmarle: «Desde 2004 tenemos un gobierno mafioso, esto es, ilegal e inmoral, conculcador de la Constitución, aliado del terrorismo, de los separatismos, de totalitarismos como el cubano o tiranías amenazantes como la marroquí, socavador de la independencia judicial, de la familia, fomentador de todas las formas de corrupción y que se siente heredero de un Frente Popular a su vez ‘rojo’ y causante de la guerra civil».
Pero quizá lo peor de Zapatero sea su abyecta servidumbre con ETA. «Los servicios de los socialistas a la ETA han sido inverosímiles (…): ha legalizado sus aparatos políticos, les ha inyectado gran cantidad de dinero público, ha dado a los terroristas proyección internacional, más dinero con motivo de la ‘ley de memoria histórica’, les ha facilitado una buena imagen mientras trataba de hacer añicos la de las víctimas del terrorismo, de silenciarlas y dividirlas. Ha justificado y premiado, en fin, el asesinato como método de hacer política». Porque en definitiva, ¿acaso hay alguna diferencia entre socialistas y etarras? Dos gotas de agua, explica Moa: «Son muchos y muy importantes los lazos entre el gobierno actual y los pistoleros: unos y otros se proclaman ‘rojos’ y socialistas: son profundamente ‘antifranquistas’ (…) denuncian las «injusticias del capitalismo» en el mundo; simpatizan con ‘los pueblos oprimidos’ y las ‘civilizaciones’, como llaman a las cleptocracias tercermundistas; son feministas y amantes del ‘progreso’; tienen en poco a España, su unidad y carácter nacional, por no decir que los desprecian… Hay, realmente, muchas y sólidas coincidencias ideológicas entre Zapo y De Juana Chaos, entre la vice y Ternera, que permiten un amplio abanico de negocios y diálogos».
¿Hemos escrito feministas? Más para la casquería: «Leo que, al grito de ‘nosotras parimos, nosotras decidimos’, un grupo de feministas agredió a un anciano en Madrid, y otro grupo se desnudó en Barcelona durante y contra las manifestaciones antiabortistas. Con seguridad, esas marimachos y arpías no paren (y hacen bien, por lo que atañe a su posible prole)». O bien esta otra mollejita: «Si alguien creyera aún en la inferioridad de la mujer, podría encontrar un sólido argumento en las tiorrejas del gobierno y la mayoría de las diputadas. ¡Qué elementas! Y con toda desvergüenza, dicen representar a ‘la mujer’. Afortunadamente no es así, pero debe reconocerse que contaminan mucho».
También le gusta exponer en el puesto del mercado, colgados de los ganchos, algunos escritos sobre homosexualidad: «Por supuesto, no odio a los homosexuales. Tengo amigos o conocidos que lo son y no se me ocurre juzgarlos a partir de su desgracia -pues sin duda lo es- (…) Parece bastante claro que la homosexualidad es una tara, es decir, una desviación de la sexualidad normal, demasiado evidente para precisar muchas explicaciones». Que quede claro que «nadie en su sano juicio ‘opta’ por la homosexualidad, como no opta por la cojera, o por la miopía o por una inteligencia escasa».
No quiero dejarles una imagen amarga de este último jinete, y por tanto de la serie, así que les regalo una propuesta suya de chiste, a raíz de aquella famosa portada de El Jueves con los Príncipes: «¿Por qué no una caricatura de Zapo y su señora en la misma posición, más Zerolo dando al primero por detrás (motivo de orgullo para ambos)?».
Por dejarles con una gracia.