Juan Tomás de Salas Castellanos culpa de la crisis de DIARIO16 a ‘un ex hermano’, en referencia a Alfonso de Salas Castellano, editor de EL MUNDO

Este país es tan divertido a veces como un armario de dos cuerpos, y los debates políticos pueden ser tan astracanescos como si los hubiera imaginado Cantinflas. Por ejemplo, se celebra un congreso del PSOE, pleno de tensiones y esperanzas, al final ganan los de siempre jurando que han ganado los otros, los otros se lamen las heridas y se preparan para resistir el sitio inevitable que se les viene encima, y el jefe supremo del partido se lía a mandobles con la prensa que, en principio, no tiene nada que ver en este entierro.

Concretamente, el presidente Felipe González, en tono amenazador anuncia que tomará medidas para conocer y desvelar a los auténticos dueños ocultos de la prensa. Primera sorpresa: ¿Y no se sabía ya? ¿No hay registros mercantiles y varios donde deben constar tales detalles? ¿No cuenta el Gobierno supremo con funcionarios capaces de descubrir al testaferro denunciar al poder oculto y cazar al drogalero? Seguro que sí dispone de tales registros e instrumentos, aunque probablemente funcionan mal o no funcionan. Pues que funcionen.

La prensa independientemente no tiene el menor miedo a que se aireen los poderes ocultos de la prensa, empezando por todas aquellas compras de medios estatales y fachas que el Gobierno socialista ‘privatizó en exceso’ al principio de su mandato. Los primeros interesados en saber quién manda aquí y en impedir que aquí se cuelen los tiburones somos los periodistas. Luz y taquígrafos, aquí y en la financiación de los partidos, por ejemplo.

Pero sigamos con lo nuestro. Ante la amenaza velada de Felipe González, de descubrirnos los tiburones, nuestra respuesta que los hombres de prensa queremos ser los primeros en la caza al poder oculto, sea el que sea. Por ejemplo, si el 45% del diario LA GACETA DE LOS NEGOCIOS pertenece a don Javier de la Rosa, es bien conveniente que se sepa. Y los primeros interesados en saberlo son los profesionales de prensa que pudieran trabajar en ese medio. Don Javier de la Rosa no es mejor ni peor que otros muchos ciudadanos, pero su enorme riqueza y su gran porcentaje y poder en LA GACETA DE LOS NEGOCIOS hacen conveniente que se sepa su presencia allí. Así, por ejemplo, el Sr. Fraile podría mandar en esa casa con menos remilgos.

El año 1989 fue el año del Tiburón y de Banesot. En una serie de jugadas arriesgadísimas, la audaz nueva dirección del Banesto ayudó a financiar la fundación de dos periódicos y el asalto a este Grupo16. Se dice, vaya usted a saber, lo reconocen hasta algunos miembros del consejo, que el Banco se vio obligado a ayudar al nacimiento de EL MUNDO y EL INDEPENDIENTE para defenderse de las presiones del Gobierno socialista. Lo que no está ni bien ni mal, lo único importante es que se sepa. Que los bancos apoyen a grupos empresariales y profesionales en la difícil tarea de crear nuevos periódicos no sólo no está mal sino que está muy bien. Lo único que importa es que se sepa, que no se oculte. Nada más.

Peor, aunque posible, es que un banco español proporciones recursos masivos para la toma del Grupo16 por el magnate francés Robert Hersant (Por cierto, se equivoca EL MUNDO al decir que quien esto firma vendió el 35% de DIARIO16 al magnate francés Robert Hersant. O si no se equivoca, desverdiza; porque quien puso en marcha y pilotó la operación Hersant de compra hostil del Grupo16 fue el actual presidente de EL MUNDO [Alfonso de Salas] con el objeto de volver a DIARIO16, por otro lado, hablando francés y sin tener que fundar EL MUNDO. Quien esto firma lo único que hizo fue defenderse como pudo del asalto de un banco, un francés, un duque fantasma, una bruja Valvila y medio hexmano).

En resumen, para ganar la batalla que cada dos por tres nos declara la dirección del PSOE, la prensa tiene que ser la primera interesada en la transparencia de sus socios y capitales. No tenemos nada que temer. Entre nuestros accionistas hay banqueros, periodistas, magnates económicos, algún mangante, Hachueles, de las Rosas, Parrettis, Cutillas, partidos políticos, grupos extranjeros y una infinidad de magníficos ciudadanos que han puesto sus ilusiones y sus dineros en esta maravillosa aventura de informar. Que se sepa.

Y cuando ya se alejan las brujas disipadas por la luz, volverá la prensa con nueva legitimidad y nuevos bríos (y algún pirata menos en sus filas) a denunciar los abusos del poder y los poderes allí donde ocurran: con las comisiones ocultas pagadas por las constructoras a los partidos para conseguir contratas de obras públicas (recuerden que el reciente fraude del IVA tiene mucho que ver con esa perniciosa costumbre de vender favores políticos con hasta el 2% de la cifra de ventas de algunas constructoras), o con la manipulación del precio de las cosas para engañar en la bolsa a los pequeños accionistas o tantas otras corruptelas y corrupciones hasta llegar a ese enorme iceberg del blanqueo del dinero de la droga en España del que sólo ahora empezamos a ver la punta. Ése es nuestro deber, informar aunque duela al poder y a los poderes, y para ello la prensa libre debe cuidar su legitimidad como a la honra don Quijote. (La otra prensa, la pagada por el poder o los poderes, la televisión oficial o los diarios y los set diez vernáculos pagados por los gobiernos vernáculos, no es de este mundo, de nuestro mundo, pertenece al otro, al del Ministerio de Agricultura o la Dirección General de Obras Hidráulicas, burocracia, paraestado).

Juan Tomás de Salas

Dos altos directivos del Grupo 16 expresaron ayer al presidente y al director general de EL MUNDO su consternación por la creciente inestabilidad emocional de Juan Tomás de Salas, que le ha llevado a incluir en el último número de «Cambio 16» zafios ataques contra ellos, basados en absolutas falsedades. Tras una reciente incursión sobre la mujer bígama, el chador y el clítoris, ahora se monta una película a base de «un francés, una bruja y un hexmano» (sic). En medios profesionales es sabido que la crisis del Grupo 16 que dio pie al nacimiento de EL MUNDO tuvo un doble origen: el sometimiento de JTS a las presiones gubernamentales que pedían la cabeza de Pedro J. Ramírez tras las revelaciones sobre el GAL y el deseo de JTS de eludir el cumplimiento de los compromisos adquiridos con las tres personas que con él componían el máximo órgano ejecutivo del grupo.