3 mayo 1946

Ha muchos ha sorprendido que Schacht, encarcelado por Hitler por enfrentarse a él, haya sido incluido como acusado por su apoyo inicial al dictador

Juicio de Nüremberg, Hjalmar Schacht responsabiliza a Reino Unido y Francia de consolidar a Adolf Hitler al entregarle Los Sudetes

Hechos

El 3 de mayo de 1946 el acusado Hjalmar Schacht, ex ministro de Economía, declaró en el juicio de Nüremberg en calidad de acusado.

Lecturas

El que fuera ministro de Economía hasta que fue apartado del Gobierno por el propio Adolf Hitler que lo acabó encarcelando compareció en el juicio de Nüremberg en el que responsabilizó a los Gobiernos de Francia y Reino Unido de consolidar el poder de Hitler en 1938 al aprobar en la Conferencia de Munich que se quedara con Los Sudetes y, a la larga, con Checoslovaquia.

«Hitler recibió en Munich mucho más de lo que jamás esperó. Él trataba de conseguir la autonomía de los alemanes residentes en Checoslovaquia y las potencias occidentales le hicieron el regalo de entregarle todo el territorio de Los Sudetes».

«Me sorprendió mucho escuchar a miembros de las S. S. a los pocos días de la Conferencia de Munich aseguraban que no estaban satisfechos con el resultado de la misma porque había impedido los planes de invasión por la fuerza de Checoslovaquia, según esos miembros de las S. S. Hitler habría asegurado que la Conferencia de Munich ‘ha estropeado nuestra marcha sobre Praga».

«El hecho es que la conferencia de Munich hizo fracasar planes existentes de la resistencia alemana clandestina al nacional-socialismo para derribar a Hitler».

«Me opuse públicamente a la ocupación de Bélgica y Holanda y también a la guerra contra la Unión Soviética. Es falso que me haya enriquecido en nada durante la dictadura nazi y puedo demostrar que nunca recibí regalos de nadie».

«Jamás oí hablar de asesinatos en masa de judíos en Alemania hasta la caída de la dictadura. Sólo visité un campo de concentración cuando fui detenido por la Gestapo dentro de las redadas a partir del atentado contra Hitler en 1944. Yo desde 1937 estaba en contacto con la oposición a Hitler».

«Realicé gestiones con el general Lindermann en 1943 con el objetivo de dar un golpe de Estado que derribara a Hitler. Porque nuestro deseo era dar un golpe de Estado contra Hitler antes de la invasión aliada. Pero Lindermann fue ejecutado después del intento de asesinato de Hitler en 1944. El problema es que los continuos éxitos políticos de Hitler le dieron tal prestigio y apoyo ante el pueblo alemán, que era casi imposible orquestar un golpe de Estado».

«Reconozco que firmé en 1932, junto a grandes empresarios alemanes como Krupp o Schroeder, una petición al entonces jefe de Estado, Hindenburg, para que nombrara a Hitler canciller y que cuando el Partido Nazi me pidió que le ayudara a conseguir dinero, para la campaña electoral del partido antes de que tomara el poder, hice todo lo que pude».

«Si se me quiere considerar responsable del rearme de la Alemania nazi, hay que concluir que sólo hasta 1938, en que fue destituido, antes de que empezara, por tanto, la guerra.

Su testifical vino después de la de Julius Streicher.

La sentencia se hará pública el 1 de octubre de 1946. 

El Análisis

El tecnócrata incómodo de Nüremberg

JF Lamata

La figura de Hjalmar Schacht en el juicio de Núremberg fue, sin duda, una de las más controvertidas y desconcertantes. No fue un militar, ni un propagandista, ni un gestor del exterminio. Fue un banquero, un economista brillante que desempeñó un papel clave en la recuperación de Alemania tras la Gran Depresión y en los primeros pasos del régimen nazi. Como ministro de Economía, ayudó a financiar el rearme del Reich y a fortalecer su aparato productivo. Sin embargo, sus diferencias con Hitler lo alejaron del poder y acabó incluso encarcelado por el mismo régimen al que inicialmente apoyó. Su absolución en Núremberg, junto con otros dos acusados, plantea una duda difícil de ignorar: ¿fue incluido en la lista de acusados por error o como un gesto deliberado de los Aliados para dar credibilidad jurídica al proceso, mostrando que también se podía absolver?

Durante el juicio, Schacht fue una voz que expuso sin ambages las contradicciones de los años previos a la guerra. Criticó la política de apaciguamiento de Francia y Reino Unido en Múnich, señalando que esa concesión fortaleció el poder de Hitler más que cualquier victoria militar. Reivindicó su oposición a la ocupación de Bélgica y la URSS, negó haber participado en los crímenes del Holocausto y aseguró haber conspirado con la resistencia alemana para derrocar a Hitler. Con ello, el juicio de Núremberg no solo enfrentó la brutalidad de la guerra, sino también la ambigüedad moral de quienes, como Schacht, se movieron entre la colaboración inicial y la oposición posterior. Su absolución no lo exime de responsabilidad histórica, pero subraya una verdad incómoda: el nazismo no sólo se construyó con fanáticos y verdugos, sino también con tecnócratas eficaces que supieron cuándo marcharse… cuando ya era demasiado tarde.

JF Lamata