17 mayo 1978

Su marcha y la de Miguel Ortega Spottorno aumentan la sospecha de que el periódico está abandonando el liberalismo para pasarse a la izquierda socialdemócrata

Julián Marías rompe con PRISA y con EL PAÍS como protesta a la línea de Cebrián y Polanco, poco antes de la Junta de Accionistas

Hechos

En mayo de 1978 se hizo pública la dimisión de D. Julián Marías como consejero del Grupo PRISA.

22 Julio 2007

Julián Marías creyó que él podía marcar la línea de ruta de EL PAÍS.

Jesús Polanco Gutiérrez

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Esto de la independencia crea muchas reticencias y muchas resistencias, y comprendo que mi independencia al frente de EL PAÍS, que es la más importante de las empresas en las que he trabajado, ha creado muchos quebraderos de cabeza a quienes les hubiera gustado verme más domeñable…

Esa que buscaba, en este caso, no era mi propia independencia, sino la del medio… Y había que buscarla de acuerdo a criterios profesionales… Algunos creían que desde fuera se podía dirigir la línea editorial del periódico, y reitero que están equivocados los que tengan esa sensación… Esa frase que refiero a veces, que se dijo en un Consejo y que explicaba que el barco había sido lanzado para ir a Nueva York y en realidad nos estaba llevando a Buenos Aires, es de Julián Marías, un hombre sin duda brillante, que creyó, seguramente con la mejor buena voluntad, que en efecto él podía marcar la línea de ruta de EL PAÍS… Él estaba en el Consejo que creó Ortega y desde esa posición trató de liderar intelectualmente la operación de EL PAÍS… Pero ese Consejo no lideraba intelectualmente nada, no tenía por qué hacerlo… EL PAÍS, repito, era consecuencia del trabajo de un equipo de profesionales, con un director al frente, y éste y no ningún otro era el que tenía la responsabilidad de llevar el periódico a puerto, al puerto que él decidiera… Y, además, como le decía Jesús de la Serna a Juan Luis Cebrián, «tenía que comer solo en su camarote»…

Es esa imposibilidad de compadecer su idea con la realidad la que fue distanciando a Julián Marías de EL PAÍS, incluso de sus páginas, que abandonó… Me parece que tampoco entendió nunca cómo funcionaba un periódico, y eso fue lo que le llevó a aplicar a nuestro derrotero aquel símil marino… Aquellos planteamientos de desviacionismo a los que él dio nombre provocaron su ruptura y su salida, y ya después no quiso seguir vinculado al periódico… Así fue la historia…