7 mayo 2006
Tuvo sus mayores éxitos como directora de la revista TELENOVELA y también fue directora de la revista QUÉ ME DICES, ambas del mismo grupo editorial que QUO, Hachette
La exdirectora de la revista QUO, Palma Granados Carreño, se suicida víctima de una fuerte depresión
Hechos
7 de mayo de 2006 se hizo público el fallecimiento de Dña. Palma Granados.
Lecturas
El 13 de marzo de 2006 se suicida la periodista Palma Granados Carreño.
Había dejado de ser directora en febrero de 2005. A pesar de sus problemas de salud por depresión, seguía figurando en nómina del grupo Hachette Filipacchi.
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UN RECUADRITO EN RECUERDO DE LA FALLECIDA.
La única referencia a la muerte de Dña. Palma Granados en la revista que dirigía, QUO, ahora dirigida por D. Jorge Alcalde, fue un pequeño recuadro en el número de mayo de 2006 en el que se decía lo siguiente:
«Para Palma Granados. Hay un montón de cosas de Palma que siguen por aquí, en QUO. Ella dirigió la revista durante más de cuatro años. Su foto no aparecía en las cartas al director, sino en la fe de erratas, con orejas de burro. Fue arriesgada, tenaz y capaz de reírse de su sombra. Murió el pasado 13 de marzo. Arrivederci, compañera y amiga».
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La esquela publicada a su muerte en el diario EL PAÍS incluyó una poesía.
Debiera haberlo visto venir
Pasando Revista (2018, pag. 313-314)
Una de las personas más brillantes y energéticas que recluté para HF fue Palma Granados. Escribía como los ángeles y desbordaba entusiasmo. Comenzó en TELENOVELA, revista de la que fue directora. Consiguió que con frecuencia tuviéramos que solicitar ayuda a la Policía municipal por las aglomeraciones que se producían en nuestro edificio cada vez que una estrella de telenovela acudía al llamado de Palma para firmar autógrafos.
Cuando algún tiempo después quedó vacante la dirección de la revista QUO, Palma vino a verme para postularse como directora. Sobre el papel no parecía ni de lejos la persona idónea. Su perfil distaba mucho del que yo mismo había diseñado para capitanear nuestra más rentable revista masculina.
Pero Palma fue convincente en su argumentación. Había triplicado el éxito de TELENOVELA. Sabía motivar equipos. Conocía al dedillo la cultura del grupo y las raíces de QUO. Prometió el oro y el moro. Iba a mantener el concepto y a subir las ventas.
No hizo ni lo uno, ni lo otro.
Junto con los primeros malos datos de ventas comenzaron los problemas de relación. Chocamos porque le recriminé que hubiera suprimido las mini entrevistas con expertos que acompañaban los principales artículos de la revista y que constituían una de sus señas de identidad. Puso tropecientas excusas. Y así, con todo.
Y enfermó. Estaba visiblemente desmejorada. Adelgazó como si sufriera anorexia. En 2005, le concedimos una primera baja por depresión. Ella me aseguró que se pondría bien en menos de un mes, y que, por favor, por favor, no nombrara a otra persona para sustituirla permanentemente al frente de la revista.
Unos meses después, reservó una habitación en el único hotel del pueblo serrano de Alpedrete. La reserva fue para ella sola, sin marido, sin hijos, y para una sola noche. La del 6 al 7 de mayo de 2006.
Fue la última noche de su vida.
Me sentí un poco no culpable, pero sí responsable. Debiera haberlo visto venir y haberle ayudado más. Conservó el sueldo íntegro y el puesto a pesar de que encadenó baja, tras baja. Pero me escondieron algunos datos pertinentes. Por ejemplo, sus compañeros la encubrieron a pesar de que había adquirido un manifiesto problema de alcoholismo y en varias ocasiones se presentó totalmente ebria al trabajo, lo cual hubiera sido motivo de despedido de haber llegado a mis oídos.