29 octubre 2011

Jordi González se defendió en el programa siguiente recordando que los programas 'Tal Cual' de ANTENA 3 y 'Las Mañanas de Cuatro' del Grupo PRISA habían entrevistado antes a la misma sra.

La entrevista pagada a la madre de un menor asesino, El Cuco, en ‘La Noria’ desata una campaña de amenazas a sus anunciantes causando el colapso del programa

Hechos

  • El 29.10.2011 el programa ‘La Noria’ (La Fábrica de la Tele) de TELECINCO entrevistó a una sra. identificada como ‘la madre de El Cuco’, el joven menor de edad condenado por su participación en el asesinato de Dña. Marta del Castillo.

Lecturas

El 29 de octubre de 2011 el programa ‘La Noria’ que la productora La Fábrica de la Tele de Mediaset que presenta D. Jordi González Belart realizó una entrevista a Dña. Rosalía García, madre de uno de los principales acusados por el asesinato de Marta de Castillo. La entrevista, presumiblemente pagada, se realizó sin que en ningún momento se le viera la cara a Dña. Rosalía García, viéndosela de espaldas.

El activista D. Pablo Herreros Laviña (que participó en el reality de Antena 3 TV ‘Ven a cenar conmigo’ y en varios programas de ‘Espejo Público’) pidió una campaña de boicot contra el programa ‘La Noria’ por considerar que era inaceptable que para investigar ‘crónica negra’ entrevistar a ningún familiar de los presuntos criminales y animó a todos los espectadores a hundir al programa a base de extorsionar a sus anunciantes si se seguían anunciando en el espacio: para ello enumeró todos los anuncios de ‘La Noria’ el día 29 de octubre de 2011: El Corte Inglés, Renfe, Reale Seguros, Milner, Campofrío, 212 Carolina Herrera, Garnier, Donuts, Davidoff, Olay, Decathlon, Ferrero Chofer, L´Oreal, Red Bull, Abc, Aspirina Bayer, H&S, Queso Cocina President, Banc Sabadell, Prada, Inneov, Ultima Affinity, Pantene Pro V, Película Eva de Paramount, Pharmaton, Paco Rabanne, Calzedonia, Mercedes Benz, La Razón, Euromillones, Kinnect Xbox, Nestle, Activia Danone, Port Aventura y Mini Babydell.

El jueves 3 de noviembre de 2011 Campofrío se convierte en la primera marca en anunciar que dejará de anunciarse en ‘La Noria’. D. Jordi González Belart escribe en Twitter: “Una empresa de embutidos ha visto la oportunidad de una campaña de imagen que le sale gratis. Y la ha aprovechado”.

Ese mismo día continúan su actitud las marcas Puleva, Nestle y Bayer. Esa noche desde el programa ‘El Gato al Agua’ de Intereconomía TV sus tertulianos D. Antonio Jiménez Martínez, D. Carlos Dávila Pérez de Camino y D. Aleix Vidal-Quadras respaldan el boicot a los anunciantes de ‘La Noria’ por considerar que ese programa atropellaba los derechos de las personas.

El viernes 4 de octubre de 2011 desde el programa ‘Espejo Público’ de Antena 3 TV airean la existencia del boicot de anunciantes a ‘La Noria’ de Mediaset. En el programa entra en directo el padre de la asesinada Dña. Marta del Castillo para agradecer a todas las marcas que se retiren de ese espacio. A lo largo de ese día 4 las marcas Panrico Dontus y Queso Milner.

El sábado 5 de noviembre se marcharán La Razón, Reale Seguros, L´Oreal como anunciantes de ‘La Noria’.

Ese sábado en la siguiente emisión de ‘La Noria’ D. Jordi González Belart defiende el derecho del programa a realizar entrevistas que les ayudan a conocer hechos que juzguen de interés y recuerda que Dña. Rosalía Sánchez ya había concedido entrevistas para hablar del asesinato a Dña. Marta del Castillo a otros operadores sin que esto causará reacción ni amenazas de boicot a los anunciantes de esos operadores: fue el 26 de marzo de 2009 en el programa ‘Tal Cual’ del operador Antena 3 TV y el 15 de abril de 2010 en el programa ‘Las Mañanas de Cuatro’ del desaparecido operador Sogecable.

La sangría de anunciantes continuará: El día 7 Ausonia, El Corte Inglés, Decathlon, Chevrolet y Audi España anuncian que dejan de anunciarse en ‘La Noria’ y finalmente en la emisión del día 12 se confirma que ‘La Noria’ ya no tiene anunciantes más allá de los anuncios internos de programación del propio grupo Mediaset. La dirección de Mediaset optará por reemplazar a ‘La Noria’ como programa de la noche de los sábados (donde se emitía desde 2007) por otro formato ‘El Gran Debate’, con la misma productora y el mismo presentador, D. Jordi González Belart, pero no asociado a la entrevista a Dña. Rosalía García.

LA ESTAMPIDA DE ANUNCIANTES DE ‘LA NORIA’ ANTE LAS AMENAZAS DE LOS INTERNAUTAS.

 

06 Noviembre 2011

Ay... la pasta'

Carlos Boyero

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Vi en ‘La Noria’ a una señora con el rostro oculto y expresividad limitada, muy en la onda de la folclórica claque de la que se rodean los circos de la tele, a la que animaban (¿tal vez el popular izquierdismo de María Antonia Iglesias ?) a dar la cara. La señora argumentaba que la condición que le había puesto su familia para acudir allí es que no apareciera su rostro, ya que debido a las circunstancias que vive su hijo, es frecuente que tengan problemas en la calle y con los vecinos. La mujer aclara que la única causa de su presencia en La noria es la defensa pública de su acusado cachorro. Un argumento tan humano como irrenunciable. No menciona que el vil metal también recompensará su valiente testimonio. Y durante los minutos en los que soy testigo de este tampoco le escucho eso tan racial que repiten los venerados frikis del vertedero hepático: «Que toda España sepa…», acompañado de su nombre en enfática tercera persona, como los reyes y los dioses.

Días más tarde me entero de que aquella madre coraje era la mujer que engendró a El Cuco, el menor acusado de haber participado en una renovada historia de la infamia.

No me sorprende que debido a su interés informativo, como no, los responsables de ese espectáculo tan estético, ético y didáctico de La noria, plataforma expresiva de tanto campechano dirigente de la cosa pública (creo haber visto en su entrañable foro a Blanco, Montilla, Bono, Trinidad Jiménez, Tomás Gómez, etc., gente así, todos ellos obsesionados con el bien común), mezcla inefable de debates trascendentes sobre la rabiosa actualidad y cosas lúdicas que son buenas para el espíritu, jamás en nombre del morbo fácil, también se empeñaran en ofrecer el desgarro y las razones de la madre del presunto monstruo. Pero la farisaica publicidad y su doble moral han decidido retirarse de ese escaparate social que tanto amaban.

Y yo, que soy bellaco, divirtiéndome con el sobresalto del tal Jordi González, un ser melifluo, afectado y cursi en el que todo me provoca estricta grima. Algo que no me ocurre con otros villanos, ya que siempre he respetado el talento. Me parece abyecto Sálvame. Pero no logro detestar a ese Vázquez tan listo, ágil, cínico, perverso y cabrón. También me inquietaban el presentador del circo en Lola Montes y el animador de Danzad, danzad, malditos.

13 Noviembre 2011

El caso 'La Noria'

David Gistau

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En ocasiones, he echado un vistazo a ‘La Noria’, para comprobar cómo salvaba la dignidad algún periodista amigo implicado por dinero en una reyerta de gritos insufribles y bajezas. No sé cómo acaba todo sin desafíos a un duelo. Me recuerda cuánto sorprendía a Pascual Duarte que en las calles de Madrid la gente se profiriera insultos terribles sin llegar al contacto físico. Es todo teatral, claro. Pero impresiona el desdoblamiento de personalidad de quienes son lúcidos y serenos en el trato personal, pero en esa tele se aseguran de que les volverán a llamar transformándose en el histrión de baja estofa intelectual en que están basadas las expectativas de su personaje.

Aparte de estos vistazos zapping centrados en la mesa política, nada más veo de La Noria. Los sábados en que no he salido ni me han hecho ningún requerimiento sexual -o éste ha sido ya satisfecho aprovechando uno de esos raros momentos en que ningún niño llora, ni caga, ni vomita, ni gira la cabeza sobre el cuello diciendo en arameo «mira lo que ha hecho la guarra de tu hija»-, los dedico a los capítulos grabados para ponerme al día con las series que, por el trabajo, no he podido ver durante la semana, o con las que voy comprando en Amazon.

Lo que quiero decir es que no sufro ningún tipo de presión o amenaza para ver La Noria. Que ese tal Vasile no me ha atado a una silla y puesto papel celo en los párpados como a Alex en La naranja mecánica. Que elijo desdeñar ese programa con la misma libertad con que otros escogen seguirlo, y sin sentir ningún tipo de superioridad moral o cultural que me obligue a reprocharles hacerlo o, aún peor, orientar sus gustos con prohibiciones o sabotajes para salvarles de sí mismos. La Noria es un programa de entretenimiento sin escrúpulos, no un aspirante al Pulitzer. Los programas de entretenimiento prolon-gan nuestro retrato colectivo, pues ninguno sobreviviría sin crear complicidades con al menos una porción de la sociedad. Los escandalizados por los contenidos del programa a los que no hayan pedido sexo esa noche o que ya hayan cumplido con el coito pueden hacer lo mismo que yo: consumir cualquier otra cosa, leer a Rimbaud, o salir a comprobar si de verdad la playa está debajo de los adoquines, o ver Centauros del desierto, o alguno de esos documentales de animales que, como bien sabemos, son de lo que luego se habla en el Metro. Pero no decidamos qué tiene que ver la portera de Gide. Ni nos pongamos estupendos, como diría Carmen Rigalt, como esas marcas que han retirado la publicidad. Ya ha observado Arcadi Espada que tan solo han visto una oportunidad de entregarse a un exhibicionismo de pureza que es publicidad por otros medios. Por cierto, a veces pongo el porno.

David Gistau

13 Noviembre 2011

Algo huele raro en 'La Noria'

Carmen Rigalt

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Yo también quiero hablar de ‘La Noria’ y el plante de sus anunciantes. No me gusta la explotación de los sucesos en televisión, algo a lo que algunas cadenas privadas, empezando por TELECINCO, son bastante aficionadas. No es una novedad que los protagonistas de las noticias escabrosas dan mucha audiencia. El morbo gusta en todas las casas. Esta vez, sin embargo, la causa del escándalo no ha sido el protagonista de la noticia, sino un personaje colateral: su madre, una mujer que no ha matado a nadie ni tiene cuentas pendientes con la justicia. La Noria entrevistó a la madre del famoso ‘Cuco’ y le pagó los servicios prestados. La chispa del escándalo estalló en Twitter. Poco después, ardía la Red. La mujer cobró la centésima parte de lo que cobra una folklórica imputada en el caso Malaya por fabular sobre sí misma y lavar su imagen en los mismos platós. La entrevista con la madre de Cuco fue tachada de obscena. De la otra nadie ha dicho nada. A lo mejor es que la obscenidad es una cuestión de estatus. La televisiones privadas pagan burradas por entrevistar a personajes famosos. Hubo un tiempo en que lo hacían también algunas televisiones públicas (CANAL 9, con ‘Tómbola’) y nadie se quejaba. La lucha por la audiencia es encarnizada y vale todo para conseguir la victoria. El planteamiento, pues, está viciado de entrada. Los anunciantes son libres de elegir una cadena modosita, pero que no vengan exigiendo audiencia. Existe mucho cinismo a la hora de valorar la moralidad de ciertos programas de televisión. Tengo mi opinión (y mis reparos) sobre ‘La Noria’ y sus contenidos. Aquí y ahora, pregunto: ¿hay más ejemplaridad en Mario Conde que en la madre de El Cuco? ¿Por qué aplaudimos los dinerales que cobra Pantoja y, en cambio, le negamos su parte a la madre de un delincuente? Algo huele raro. No es casualidad el linchamiento a ‘La Noria’.

Carmen Rigalt

13 Noviembre 2011

Has triunfado, y de forma arrolladora, en La Noria

Luis María Anson

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Querido Jordi…

Son muchos los que no han alcanzado éxito al presentar un programa del corazón en los medios audiovisuales. Desde el punto de vista profesional, a mí me parece que tiene extrema dificultad triunfar en esos formatos, y no solo por la competencia que se ha desencadenado en todos los canales. En el periodismo impreso decenas de revistas cardíacas han fracasado en su pelea por un lugar en el sol. Y se da la circunstancia de que la única muestra del periodismo español que, en su especialidad, está a la cabeza en el mundo es la revista ¡Hola! Enhorabuena a la familia que durante tres generaciones mantiene el éxito.

Tu trabajo en La Noria es, en líneas generales, excelente. Me parece una manipulación pretender juzgarte por algún error aislado porque todos nos equivocamos. Has abierto, además, en tu programa, que diriges junto a Roberto Ortiz, espacio para la política responsable y la cultura seria, y algunas de tus entrevistas a intelectuales y políticos han sido magistrales. La agilidad de tu espacio, la pluralidad en el debate, la realización moderna, la certera iluminación, la maestría con que te mueves en la presentación del formato, han convertido a La Noria en un extraordinario éxito.

Me dicen que se te han presentado algunas dificultades, que superarás, entre otras razones porque Paolo Vasile es un hombre cabal que sabe estar al lado de sus colaboradores. Sé que mis palabras significan bien poco pero son las de un profesional que ha entregado su vida entera al periodismo, renunciando a las tentaciones de la empresa y la política. Siempre he estado al lado de mis compañeros, sobre todo cuando se les trata de forma injusta. Tú, querido Jordi, eres un trabajador tenaz, un gran triunfador en un medio especialmente difícil y La Noria es buena muestra de tu aliento profesional y de tu maestría.

15 Noviembre 2011

La Noria

Isabel Durán

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Respeto al máximo la libertad de expresión, incluida la de los anunciantes para darse de baja de La Noria. Pero creo que es una decisión equivocada. Desde las antípodas ideológicas con respecto a los responsables del programa tengo que decir que ese espacio televisivo ha demostrado unas cotas de libertad jamás vistas en el periodismo español escrito o audiovisual y aunque sólo fuera por eso, que no es poco, merece la pena que se le haga justicia.

Les invito a todos ustedes —lectores y anunciantes— a que me digan un solo programa, un solo periódico, una sola tertulia televisiva o radiofónica donde se pueda criticar a sus responsables con la libertad y ausencia de consecuencias como sí ha ocurrido sábado tras sábado en aras, no del espectáculo, sino del máximo ejercicio del libre albedrío expresado por quienes, como yo, así lo hemos querido y cuantas ocasiones nos ha parecido oportuno. Críticas y reproches sencillamente inauditas en el resto del panorama periodístico nacional.

Una libertad ejemplar incluso en los comentarios desfavorables hacia la empresa, Telecinco, la productora del programa, La fábrica de la tele o hacia el propio presentador, Jordi González (o Sandra Barneda) que no han merecido amonestación o censura alguna. Jamás ha habido la menor reprobación por parte de los aludidos cuando se ha vertido una crítica por parte de colaboradores que, como en mi caso, hemos gozado de tal libertad que les convierte en modelo –sí, modelo– para el resto de los medios de comunicación en España.

Otros medios han entrevistado y pagado a la madre de El Cuco tal y como dijo Jordi González. Yo no lo hubiera hecho. Nadie les ha acusado ni retirado la publicidad. Cierto es que no comparto gran parte de los contenidos de La Noria pero eso no quita para que respete su libertad para ejercerla como ellos quieran siempre que actúen dentro de la legalidad, como el resto de los medios. La Noria lleva cuatro años líder de audiencia los sábados por la noche muy a pesar de muchos, en especial de sus competidores. La carrera por parte de las marcas publicitarias en abandonar La Noria debería ser reconducida si sopesan que por un error se puede cometer otro error más grande.

28 Febrero 2012

LA MAYORÍA DE LOS MENSAJES A LOS ANUNCIANTES DE LA NORIA SE LANZARON DESDE CUENTAS FALSAS

Melchor Miralles / Juan Fernández-Miranda

melchormiralles.es

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El pasado sábado 29 de octubre se inició un proceso que amenazó la continuidad del programa de televisión La Noria, que ha mermado los ingresos publicitarios de Telecinco y que poco tiene que ver con movimientos espontáneos a través de las redes sociales. Ese día, Jordi González entrevistó en su plató a Rosalía García, la madre de “el cuco”, implicado en el asesinato de Marta del Castillo.

El análisis profesional y detallado de los perfiles de Tuenti, Facebook y Twitter desde los que se bombardearon las páginas de los anunciantes del programa para que retiraran la publicidad de la cadena acredita que la mayoría de ellos era “falsos” o “dudosos” y sólo un pequeño porcentaje se correspondía con perfiles verdaderos.

Curiosamente, los mensajes enviados a las páginas de Faceook de La Noria sí se corresponden a perfiles auténticos. Cerca de 900 personas ejercieron su derecho quejarse a través de esta página. No fue ése el escenario elegido para boicotear el programa, sino las cuentas y páginas web de los anunciantes del popular espacio televisivo, lo cual acredita una intención de generar la retirada de ingresos a la cadena emisora del espacio.

Es decir: en el origen de todo este episodio sí existió una reacción real, espontánea y no provocada de usuarios que criticaron a “La Noria” y a Telecinco el día que se emitió el programa con la entrevista a la madre de “El Cuco”. A partir de ahí se desencadenó un virulento ataque a las webs de los patrocinadores cuyo objetivo evidente era conseguir que dejaran de anunciarse en la cadena, con el consecuente daño a las arcas de Telecinco.

Analizada en detalle la cadena de acontecimientos ocurrida en la red, se observa que todo comenzó en la madrugada del viernes 28 de octubre, la víspera de la emisión de la polémica entrevista a la madre del delincuente conocido como “El Cuco”, implicado en el asesinato de la niña Marta del Castillo. A la 1.10, a menos de 24 horas del comienzo del programa, un tuitero llamado Alberto Buscarons, filtró que la entrevistada iba a ser la madre de “El Cuco”. Y algo más: desveló que esa señora cobraría 10.000 euros por sentarse en el plató para someterse a las preguntas de Jordi González. Este punto acredita que personal interno de la cadena o del programa colaboró en el ataque filtrando información relevante y supuestamente confidencial. Si esa filtración tenía una intención concreta o no, nunca se sabrá.

A la mañana siguiente, día de la emisión del programa, El Confidencial Digital se hace eco de la noticia. En ese momento, comienzan a producirse comentarios a los que el conductor presentador del programa, Jordi González, contesta personalmente a través de su cuenta de Twitter, algunos en un tono que evidenciaba su malestar. A continuación, entran en juego dos portales más: Vertele y Menéame. Es en esta página donde aparecen los primeros llamamientos al boicot, realizados desde cuentas auténticas.

Urge: necesito voluntario

A media mañana, salta a escena el bloguero y publicista Pablo Herreros, que pide colaboradores a través de Twitter en estos términos: “Urge: necesito voluntario… a quien se preste, se lo explico en privado”. De este modo, Pablo Herreros, al menos aparentemente, se convierte en inspirador de una campaña. El domingo día 30, emitida ya la entrevista, continúa en su operación, no contra la cadena, sino dirigida a las marcas: “Me meto a preparar una acción colectiva”, “estas son las marcas que patrocinaron a la madre de un criminal”.

En los días siguientes, las empresas anunciantes empiezan a recibir en sus webs cartas amenazantes: “Si no se adhirieran a nuestra propuesta, seguiríamos exigiéndoselo en adelante y promoveríamos un boicot a sus productos”. “No vuelvan a anunciarse en “La Noria” ni en ningún otro programa que pague a delincuentes o a su entorno cercano por ir a hablar de su delito…”.

Los días pasan y los muros de los anunciantes en Facebook y sus cuentas de Twitter empiezan a inundarse de mensajes negativos: “A ustedes les vale todo por la pasta, aunque sea dinero manchado de sangre”, “sois unos rastreros”, “no voy a daros ni un euro más”, “me voy a la competencia”, “Sinvergüenzas, participar en un programa que hace apología del asesinato de una menor”. Pero la verdadera operación estaba organizada en la sombra, a través de plataformas de ataque conformadas por perfiles creados “ad hoc”, intencionados o falsos.

Las empresas que se anuncian en los espacios de publicidad de “La Noria”, no el programa o la cadena responsables de la emisión de la polémica entrevista,  son masacradas desde cuentas particulares de Twitter. Gente anónima se dirige a ellos, les insulta y les amenaza con no comprar sus productos, irse a la competencia o boicotearles.

Esta es una situación inédita para la que, según los especialistas consultados por ABC Punto Radio, la mayoría de las empresas no están preparadas. Y ni Tele 5, ni La Noria ni las empresas anunciantes lo estaban. No disponían de sistemas de control de envíos masivos de mensaje; ni siquiera fueron capaces de distinguir ataques producidos por usuarios intencionados de usuarios reales.

Según ha contrastado ABC Punto Radio, la mayoría de los perfiles desde donde se producen los ataque son falsos o de dudosa veracidad. Esta es la relación de perfiles auténticos que se dirigieron a las marcas: Vital Dent (5%), Securitas (4%), Campofrío (4%), Chicago Musical (4%), Microsoft (8%), El Corte Inglés (15%), Audi (8%), Vodafone (7%), Bayer (5%) y Puleva (8%). En todos estos casos, el porcentaje de perfiles falsos se sitúa entre el 43% y el 58%, mientras que los de dudosa credibilidad oscilan del 38% al 49%.

El proceso sigue su curso. El siguiente paso es crear páginas web explícitas con títulos como “Boicot a los anunciantes de La Noria-Tele5” o “Plataforma 29-O”, que incluye la posibilidad de enviar a las marcas la carta de amenaza.

En este ataque dirigido a las marcas, se producen hechos que evidencian datos más que sorprendentes: por ejemplo, en Tuenti, una red en la que se mueven personas con una edad media de 16 años, se producen un 84% de menciones negativas contra esas marcas y solo un 8% positivas, y los expertos consultados consideran imposible que de modo espontáneo chicos de esas edad sean consumidores a la vez de todos esos productos, e incluso dudan que todos ellos fueran espectadores de “La Noria”.

Los expertos consultados que han analizado la estadística de las cuentas desde las que se produjeron los ataques a los anunciantes consideran relevante que si la campaña, supuestamente, era para denunciar un contenido de un programa que consideraban inadecuado, no se mantuviera la presión en las redes sociales sobre el programa, pero si sobre los anunciantes: “Esto evidencia que la intencionalidad final de quien de verdad lo organizó era conseguir que los anunciantes dejaran de anunciarse en esa cadena, porque si no la presión se habría concentrado contra “La Noria” y Telecinco”.

30.000 pulgas

En medio de toda esta vorágine, Pablo Herreros pronuncia una conferencia en un foro llamado “Innosfera”, al que acude como experto en redes sociales y como autor de la campaña de boicot a las marcas anunciantes. Su charla es difundida por en la web MarketingDirecto.com, de Javier Piedrahita. En ella, asegura que es una iniciativa “absolutamente personal que inicié con toda mi convicción”, dice que no se arrepiente de nada y añade que nunca pensó “que fuera a resultar tan potente”. En su discurso, afirma  que no es la primera vez intenta organizar una protesta de este tipo. Lo intentó criticando a los espectadores, y fracasó; lo intentó criticando a las cadenas, y fracasó: lo ha intentado con las marcas, y ¡bingo!: “Fuimos treinta y tantas mil personas pidiéndoles que, uno, pidieran perdón por haber respaldado sin saberlo (…) que se ha pagado a un criminal condenado; y,  segundo, ¿por qué no se comprometen a que no vuelva a suceder?”.

Pero en esa conferencia, lo que no se cuenta es que el 93% de esas miles de “pulgas” (algunos dudan mucho que llegaran a 33.000), como el mismo Pablo Herreros las denominó, no son personas de carne y hueso, sino perfiles falsos. En opinión de Herreros “en general, un 80%, diría que ha sido una protesta muy respetuosa. Las marcas han visto que es más o menos razonable lo que decían”. Y concluye: “Yo, sin saberlo, lo que hago es poner esta última chapa en una montaña que ni siquiera sabía que existía en la que había unos anunciantes que estaban locos para romper con una cadena. Se sienta un precedente histórico porque probablemente no va a haber nunca un programa que se atreva a sacar a un criminal”.

Resulta curioso considerar como Herreros que los anunciantes “estaban deseando romper con una cadena” cuando previamente se les ha enviado una misiva conminándoles a hacerlo bajo presión y tras acusarles de estar haciendo apología del asesinato y de ganar un dinero “manchado de sangre”.

A las personas que a través de sus cuentas de Twitter, Facebook o Tuenti se dirigen a los anunciantes de “La Noria” parece no importarles que la madre de “El cuco” también fuera entrevistada en otros programas de otras cadenas. La estrategia de acoso a Telecinco no paró ahí: unas veces con el nombre “Una causa justa”, otras veces con “Marta del Castillo” y otras como ataque a la “telebasura”, se insistió en este ataque conducido, organizado, llevado a cabo no por personas que de modo espontáneo se sumaron a la iniciativa que públicamente abanderó Pablo Herreros, sino por gente que conoce muy bien las diferentes herramientas de creación y gestión de contenidos en la red, que creo perfiles falsos o dudosos para bombardear a unos anunciantes y a quienes probablemente les interesaba poco el contenido y mucho que los anunciantes abandonaran a esa cadena en el horario estrella de emisión las noches de los sábados, donde se generan ingresos millonarios.

Para esta ataque alguien creó y manejó en la sombra del anonimato de la red varias webs de denuncia y boicot en las redes sociales, perfiles falsos en Twitter, grupos promotores del boicot en Facebook, webs falsas e incluso suplantadoras de identidad, difusión en foros populares, difusión en blogs, todo ello acompañado de la emisión intensa y acompasada de mensajes que buscaban crear una visión no real y todo ello mediante usuarios falsos en Internet.

En plena oleada, a la campaña se suman personas de buena voluntad críticas de verdad con Telecinco, “La Noria” y determinados contenidos televisivos y profesionales relevantes del mundo del periodismo y la publicidad, con seguridad todos ellos desconocedores de que hay hilos ocultos que manejan los personajes de este teatro de marionetas.

A partir de ahí, creado el ruido y generada una percepción distorsionada de la realidad, consiguieron trasladar esa percepción a los medios tradicionales, consiguiendo que se vendiera a la opinión pública como real y espontáneo un verdadero apoyo masivo en Internet y las redes sociales a una campaña contra la “telebasura” y los contenidos de determinados programas de una cadena lo que en realidad era una campaña destinada a que determinados anunciantes abandonaran a una cadena. La víctima de esta campaña ha sido Telecinco y su programa “La Noria”. Cualquier medio de comunicación puede ser el siguiente. Queda saber quién está detrás.

El Análisis

CUANDO LA "ESCANDALIZACIÓN" ES SUBJETIVA

JF Lamata

Me sorprendió la campaña contra ‘La Noria’ tras la entrevista a la madre del Cuco y que algún bloguero internauta venido a mas defendiera una ley para prohibir la presencia de delincuentes en programas de televisión, en especial porque una ley así no impediría la presencia de la madre del Cuco en un ‘plató’, ella no era un criminal, era la madre de uno y, tengo la sospecha que lo que molestó no es que fuera la madre de un criminal, sino que fuera a defender a su hijo. Es decir, que si hubiera ido a ‘La Noria’ a poner a parir a su retoño y a llamarle ‘asesino miserable’, igual no hubiera habido tanta reacción. Todo es subjetivo.

En mi propia subjetividad me escandalizó la actitud de comentarista de ANTENA 3, Sr. Egea, que guardó un oportuno silencio cuando en ‘Espejo Público’ ponían a parir a ‘La Noria’ por entrevistar a ‘la madre del Cuco’. ¿Acaso el Sr. Egea no había entrevistado también a ‘la madre del Cuco’? El hombre guardó un oportuno silencio sabiendo que jugaba con la ventaja de que su entrevista no la recordaba nadie en aquel momento, pero si lo que cuenta para que las cosas estén mal o bien, no es el hecho, sino el quién los hace, es que hemos convertido la ‘escandalización’ en un término subjetivo. Buag.

En lo que se refiere a ‘La Noria’. Su suerte estaba echada, TELECINCO optaría por un ‘lavado de cara’ para la subsistencia del programa, sería el nacimiento del programa ‘El Gran Debate’.

J. F. Lamata