25 junio 2015

El presidente logrará mantenerse en su puesto tras una negociación sobre los derechos de imagen

La estrella del Bádminton español, Carolina Marín pide públicamente la dimisión de su jefe, el presidente de la Federación David Cabello

Hechos

Fue noticia el 25 de junio de 2015.

26 Junio 2015

Carolina y el edén incendiado

Luis Fernando López

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De buena noche, el miércoles, aún con el cuerpo presente de una jornada fatal para la Federación de tenis y para el deporte español, ya se aventuró: «Y lo próximo que va a explotar es Carolina y el bádminton». Eso se decía en la víspera de un curso titulado –hoy parece irónico– «El éxito del deporte español. La gestión inteligente», que se celebra en Santander con el impulso del Consejo Superior de Deportes (CSD). Y aquel pronóstico sobre la explosión inminente de Carolina Marín, campeona del mundo de bádminton y número uno del ranking, se hizo cierto apenas unas horas después.

Le preguntaron a la jugadora por la contradicción entre las glorias recientes y la situación interna en la Federación y ella acabó pidiendo, directamente, la dimisión del presidente, David Cabello, en la Asamblea que se celebra mañana. Antes dejó sus porqués, palabras graves. «He llorado muchas veces durante estos ocho meses. A las 12 de la noche, cuando debía estar descansando, estaba llorando y llamando a mi entrenador. He tenido pesadillas; se me ha amenazado a través de mi representante. [La Federación, en un comunicado, le pide que denuncie esto «a la autoridad competente» o rectifique]. Me he sentido tratada como una porquería. No imaginaba que un oro mundial pudiese dar tantos problemas. He llegado a pensar que mejor no haberlo ganado», fue relatando la joven (22 años y 13 días), en una diatriba tan prevista como inesperada.

Porque su conflicto con la Federación se daba por amortizado. Fue sangrante en los inicios, nada más proclamarse campeona del mundo (31 de agosto 2014) en una especialidad con nulo gancho en casa, aunque con tremendo tirón en Asia, un mercado atractivo para las empresas de aquí. Llegó, por ejemplo, Carbonell dispuesta a invertir en un deporte que había vivido en la clandestinidad hasta el punto de no tener prevista la cesión de derechos de imagen. Inicialmente, la Federación pretendía para sí el 70% y el 30% para los deportistas. Después bajó a la horquilla del ni para ti ni para mí (55-45) y, finalmente, se encontró un principio de acuerdo por la vía del doble contrato: Carolina firmó uno individualmente y la Federación firmó otro. Seguía pendiente el asunto de la cesión de derechos, donde a estas alturas están pactados 11 de los 12 puntos, y el único pendiente, relativo a la marca deportiva que deben vestir los jugadores, no afecta a la campeona, pues comparte sponsor con la Federación. Por eso, aunque para unos fuese previsible la reacción de la número uno, a otros le sacudió con la defensa baja.

«No sé por qué Carolina pide mi dimisión. Quiero pensar que el entorno está influyendo mucho en ella. ¿Qué le falta? ¿Qué tenía antes y ahora no tiene? Nada. Su planificación sigue igual, tiene los mismos medios», reaccionó unas horas después David Cabello, en declaraciones a Radio Marca. Y, efectivamente, hay que situar en el entorno la raíz del conflicto, en concreto en la figura de su entrenador, Fernando Rivas, ex pupilo de David Cabello en tiempos de adolescencia y ahora enemigos íntimos, ese escenario imposible.

El preparador de Carolina Marín se siente «degradado» por la doble reorganización en la estructura federativa. «Sin mejorar mi situación», aclara. Además, en el área deportiva, antes su exclusiva, se incrustó el vicepresidente Carlos Longo. Por ahí, los primeros pinchazos. «Y después, cuando he preguntado por algunas partidas…», desliza Fernando Rivas, sin querer precisar más. Dice que ha sufrido «dos meses de insomnio» y denuncia: «La situación es infecciosa. Me están quemando para forzar mi salida». En este punto comienza a emerger una porción nuclear de la verdad, tan parecida ésta a otras.

El problema con Fernando Rivas se asemeja al vivido por Suso Morlán, el entrenador de David Cal, que acabó en el extranjero, arrastrando consigo a su pupilo, ante una gran oferta de la Federación brasileña de piragüismo. A Fernando Rivas, «técnico de primerísima línea mundial», le reconocen en la Federación, estarían tentándole desde el extranjero –se apunta a Dinamarca–. Ha pedido un aumento de sueldo y, según señalan desde el entorno del entrenador, «ni le han comunicado de cuánto puede ser». Y este cocktail (molotov) se completa con algo muy parecido a los celos, ese virus que se cuela entre entrenadores y dirigentes deportivos cuando se trata de decidir sobre la paternidad de un gran éxito.

Viene el bádminton de una gigantesca pérdida de confianza por aquel asunto del patrocinio y vive ahora en un enquistamiento personal que deja pocas vías de solución. Mañana, la Asamblea aprobará un incremento del sueldo de los entrenadores, que parecerá insuficiente, quizá. Y si Fernando Rivas acaba marchándose, Carolina ha prometido seguirle.

«Si se van los dos no sería un problema grave. No es descabellado que estén los dos entrenando en el extranjero», pronosticó –y en este caso los pronósticos siempre se cumplen– el presidente, David Cabello. Jugaba con ventaja, pues Carolina Marín, en su ofensiva matinal, había rematado: «No, no, no me he planteado competir por otro país nunca. Arriba del podio tengo claro que toda mi vida quiero escuchar el himno español, que es con el que me emociono y lloro». Dicho así, todos tranquilos.

28 Junio 2015

El fruto de la presión

Javier Sánchez

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El desafío es inviable, advierte la Historia: se celebraron 21 ediciones del Mundial de bádminton y nadie consiguió revalidar el título de campeón, ningún hombre, ninguna mujer. Carolina Marín, sublevada contra las estadísticas asiáticas desde su victoria el año pasado, lo intentará del 11 al 16 de agosto en Yakarta con una preparación peculiar. «Hasta finales de julio», según admitió ayer, combinará el CAR de Madrid con los despachos de su Federación (Fesba). El enfrentamiento abierto, junto a su entrenador Fernando Rivas, contra el presidente David Cabello ya adivina solución, pero necesitará «muchísimo diálogo» para cerrarse.

Como ya ocurrió con el conflicto por los derechos de imagen (que aún siguen negociándose), el inicio de las conversaciones entre las partes logró rebajar sobremanera la tensión: no habrá una fuga inmediata al extranjero, la petición de dimisión del dirigente queda aparcada. El viernes por la noche las protagonistas se reunieron y empezaron una negociación que continuó ayer en la Asamblea General de la Fesba y se extenderá por varias semanas. «La situación ha cambiado, la actitud de algunas personas ya no es la misma», comentaba Marín a la salida del evento, aunque remarcaba que «aún no se ha llegado a ningún acuerdo».

Entre las peticiones destaca un aumento salarial para el técnico, que cobra 2.000 euros al mes, «mucho menos de lo que me ofrecen otros países», y la mejora de las instalaciones. Durante la Asamblea, por ejemplo, Rivas insistió en la necesidad de cambiar los tapices del CAR, una reclamación con mucho recorrido, que ya el año pasado se prometió atender. «Está todo encamino, lo vamos a resolver pronto», aseguraba Cabello, que ensalzaba el trabajo del entrenador («es el mejor del mundo, queremos que siga aquí sí o sí») y parecía encarar una ligerísima disculpa: «Todos cometimos errores y aprenderemos de ellos». El dirigente en ningún momento pensó en abandonar su cargo, apoyado, al contrario que el presidente de la Federación Española de Tenis, José Luis Escañuela, por las territoriales y por el Consejo Superior de Deportes (CSD). Miguel Cardenal, de hecho, quiso intervenir en la Asamblea por videoconferencia para felicitarle por su gestión económica y recomendarle «retomar la buena relación con los jugadores».

De las cuentas aprobadas ayer sobresale un aumento de los beneficios de unos 150.000 euros, una cantidad significativa, pues el presupuesto de la Fesba los últimos años apenas ronda el millón de euros. Ese incremento parte de la subida de la subvención del propio CSD, que pasó de 400.000 euros a 460.000, y sobre todo del acuerdo de patrocinio con Carbonell. Se pudo saber en el acto que el organismo se llevará unos 100.000 euros durante tres años, aproximadamente el 55% del total. El resto irá a parar a Carolina Marín, que firmó un contrato aparte con la marca, y que, al fin y al cabo, es quien da lustre al logotipo.

«La actitud de algunas personas ya no es la misma», comentó la campeona mundial

17 Agosto 2015

Carolina Marín: "Pensé que vería el Mundial por la tele"

Javier Sánchez

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Hace cuatro horas que le cuelga su segundo oro, la ducha aún reclama su presencia y Carolina Marín (Huelva, 1993) continúa enganchada al teléfono. «He hablado primero con mis padres y mi novio y luego con muchos amigos que se habían reunido para ver la final», comenta a EL MUNDO desde Indonesia cuando el trasto deja de comunicar. Tantas enhorabuenas y aún se confiesa perdida en la Historia: es la cuarta mujer que consigue revalidar su título en el Mundial, la primera no china, ya ha superado a las danesas Lene Koppen y Camilla Martin como mejor europea de siempre. «Había muchos españoles en el pabellón, me he sentido como en casa», anota después de regalarle su raqueta dorada a Javier Jaramillo, un ingeniero paisano suyo que vive en Yakarta y que no se perdió ninguno de sus partidos durante la semana.

Pregunta. – Si debe elegir, ¿prefiere este oro o el de Dinamarca 2014?

Respuesta.– ¡Uf! Quizá éste: el primero fue especial, pero este año he sufrido más, hay más trabajo detrás. Cuando me lesioné hace un mes pensé que vería el Mundial por la televisión. No sabía si llegaría. Estar parada dos semanas y tener que cambiar toda la preparación… fue muy difícil de aceptar. En las primeras rondas, de hecho, estaba mucho más nerviosa que en la final. Empecé el campeonato con dudas.

P.– Su psicólogo desde la adolescencia, Pablo del Río, le recomendaba que saliera «a lo grande» y…

R.– Y eso he hecho. He disfrutado como una niña, me lo he pasado muy bien. Era importante atacar con alegría: por mí, porque no sé cuántas finales así podré jugar en mi vida, y por mi rival, para que me viera confiada.

P.– Pese a la victoria, su adversaria, Saina Nehwal le ha arrebatado el número uno del ranking. Su carácter la equipara con Rafael Nadal y la técnica de la india la acerca a Roger Federer. ¿Se imagina una rivalidad con ella que resistiera al tiempo como la de esos dos tenistas?

R.– [Ríe] La comparación está bien, pero el bádminton es más abierto, no creo que coincidamos tanto. Hay más rivales, China cuenta con media docena de aspirantes, India tiene dos o tres jugadoras de nivel junto a Nehwal…

P.– La juez de silla le advirtió muchas veces en el encuentro sólo por secarse el sudor. ¿Se siente vigilada?

R.– Quizá sí, pero no debo pensar en eso. Esta temporada he discutido mucho con los árbitros y no quiero seguir así. Después de los problemas que tuve en semifinales, me conciencié para evadirme, para no darle más vueltas a las advertencias que me hicieran. Y funcionó.

P.– El responsable de los himnos le habrá dado un buen disgusto.

R.– Me sorprendió, pero, bueno, estaba disfrutando de mi momento. Al fin y al cabo, cuando ganas un Mundial tienes poco tiempo para pensar. Antes de la ceremonia, celebras con los tuyos y después, atiendes a los medios. El podio es un buen lugar para recordarte que lo has logrado, que merecía la pena el esfuerzo, que debes seguir así.

P.– Seguir hasta los Juegos de Río.

R.– Paso a paso. Ahora vuelvo a España, haré una concentración en Ibiza, y luego disputaré el Abierto de Japón [del 8 al 13 de septiembre]. Ya habrá tiempo para preparar los Juegos, aunque siempre he admitido que una medalla olímpica es mi sueño, así lo llevo tatuado [cinco aros en su muñeca izquierda].

P.– ¿Le dejará en paz la Federación este temporada?

R.– Espero que sí, sigo disgustada con el trato que recibo, pero ojalá después de este éxito todo mejore. [¿Qué le ha dicho al presidente, David Cabello, presente en el palco?] Nada, le he saludado, pero no le he podido dedicar más tiempo, tenía muchas otras cosas que hacer.

P.– ¿Llegará por fin el boom del bádminton en España?

R.– Este último curso ya me paraban niños por la calle para decirme que jugaban por mí, porque me habían visto en la televisión. Estoy orgullosa, pero hay que trabajar más. No podemos esperar que gane un Mundial cada año.

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SUS NÚMEROS

4 puntos. La peor racha en contra que recibió Marín en la final contra Saina Nehwal.

11 campeonas chinas. De 17 en toda la historia. El monopolio que la española ha tumbado.

9.000 aficionados. El público ayer en el Istora Senayan de Yakarta, sede del Mundial.

202.044 euros. Ha ganado Marín en premios en sus seis años como profesional.