18 junio 1997

Daniel Filipacchi quedará al frente de Hachette Filipacchi en Estados Unidos

La fusión entre Hachette-Filipacchi Presse y Filipacchi Médias crean el mayor grupo editorial de revistas en Francia y en el mundo liderado por Gérald de Roquemaurel

Hechos

El 18 de junio de 1997 se creó oficialmente la compañía Hachette Filipacchi Media presidida por Gérald de Roquemaurel.

Lecturas

La fusión entre la editorial de “Elle” y la de “Paris-Match” “es una operación histórica ”.

El grupo así reconfigurado (11 mil millones de francos de facturación acumulada) debe consolidar su posición como número uno en la prensa especializada, por delante de sus competidores Prisma (grupo G+J – Bertelsmann) y EMAP.

D. Gerald de Roquemaurel, primer ejecutivo de Hachette Filipacchi junto a D. Juan Caño Díaz (responsable editorial del grupo en España).

D. Daniel Filipacchi, fundador del Grupo Hachette en presencia del mismo D. Juan Caño Díaz.

El “grano de arena” Alain Géniteau no logró detener el complejo mecanismo que daría origen a la nueva entidad Hachette Filipacchi Médias, resultante de la fusión-absorción del grupo Filipacchi Médias por parte de Hachette Filipacchi Presse. Ayer por la tarde, la junta general extraordinaria de la sociedad cotizada Filipacchi Médias aprobó los dos grandes movimientos de la operación: por un lado, la transferencia por parte de Daniel Filipacchi y Frank Ténot del 39% del capital de su holding NEMM _ que posee el 49,7% del Filipacchi Médias _ al grupo Lagardère; en segundo lugar, la aportación por parte de Lagardère SCA de su participación del 66% en Hachette Filipacchi Presse a Filipacchi Médias, lógicamente rebautizada como Hachette Filipacchi Médias (HFM).

El nuevo grupo HFM está controlado en un 67,5% por Lagardère SCA, Daniel Filipacchi y Frank Ténot conservan el 13,1% del capital y el resto, el 19,4%, se destina al público. Editora de “Elle”, “Paris-Match” o “Télé 7 Jours” entre 160 títulos (de los cuales 109 internacionales), Hachette Filipacchi Médias sigue siendo la primera editorial francesa de revistas con un volumen de negocios de 12 mil millones de francos pro forma para Resultados de 1996. Pero su existencia aún está sujeta a un nuevo dictamen del Consejo de los Mercados Financieros (CMF). A petición de Alain Géniteau, administrador judicial de Brest especializado en la defensa de los accionistas minoritarios, el Tribunal de Apelación de París anuló, el 11 de junio, la exención de adquisición de Filipacchi Médias concedida por la CMF al grupo Lagardère.

Solicitud de renuncia a la adquisición
Al comentar el formulario, consideró que la solicitud de renuncia “sólo podrá presentarse al Consejo después de que la operación de fusión propuesta y la aportación parcial de activos hayan sido sometidas a la aprobación de los accionistas . Por tanto, se ha hecho desde ayer por la tarde y el grupo Lagardère debería presentar hoy a la CMF una nueva solicitud de exención de la oferta pública de adquisición, con buenas posibilidades de obtener una exención definitiva. Alain Géniteau no acudió a la junta general, donde le esperaban, a todos los efectos, alguaciles y periodistas convocados por los accionistas mayoritarios. No obstante, tendrá, como cualquier otro accionista, un plazo de diez días para comparecer nuevamente ante el tribunal de apelación.

Gérald de Roquemaurel, hasta entonces vicepresidente de Hachette Filipacchi Presse, será nombrado por la tarde presidente y director general del nuevo grupo Hachette Filipacchi Médias, Daniel Filipacchi da un paso atrás con el título de “presidente” de HFM para los Estados Unidos. Unido. Evidentemente satisfecho, el nuevo presidente consideró que el nacimiento de Hachette Filipacchi Médias alineó “la ley con los hechos, la estructura jurídica con la realidad operativa”.

EL DIOS DE LAS REVISTAS EN FRANCIA

Juan Caño

1999

Leer

Daniel Filipacchi

Daniel Filipacchi, la tinta impresa ha sido su universo porque su padre, emigrante turco, había ideado los libros de bolsillo en Francia antes de convertirse en una de las figuras de las Messageries Hachette, la gran red de distribución de prensa.

La empres para la que trabajo lleva su nombre, o más bien su apellido porque él la construyó a golpe de geniales intuiciones. Es un autodidacto sin estudios superiores que se inició en el periodismo como fotógrafo paparazzi en la revista PARÍS MATCH, que terminaría comprando años más tarde y que forma parte de las 140 que ha llegado a tener antes de vender su participación en la empresa en 1998 por cerca de mil millones de francos (25.000 millones de pesetas).

El origen de su fortuna me lo contó con su gracia habitual Frank Ténot, presidente de honor de Hachette Filipacchi en España y un gran enamoraod de nuestro país. “El origen de nuestra fortuna – Frank ha sido el socio perenne de Daniel- fue un error de marketing”.

Ambos, Daniel y Frank, presentaban en la emisora de radio Europe Nº 1 el programa de música pop ‘Salut les compains’ y se le ocurrió hacer una revista con el mismo nombre. Como carecían de experiencia, prepararon un presupuesto que preveía la venta de 100.000 ejemplares y para que les cuadraran las cifras, pusieron un precio muy elevado para aquel 1962, 1,5 francos. En lugar de 100.000 ejemplares llegaron a vender un millón de ejemplares y mantuvieron el mismo precio, que les convirtió inmediatamente en millonarios.

Daniel Filipacchi y Frank Ténot forman un dúo imbatible de zorros para los negocios.

El segundo, que conserva desde hace muchos años en la Feria de Sevilla una caseta con el nombre de ‘Paco y sus amigos’ fue el impulsor de la entrada de Hachette en España con la rocambolesca historia de la adquisición del semanario TELEPROGRAMA (TP), que ahora no puedo contar.

Daniel Filipacchi está acostumbrado a trabajar y a divertirse por las noches. Le cuesta enormemente asistir a citas matutinas. Me acuerdo de una vez que almorzaba yo en uno de los comedores para ejecutivos que tiene nuestra empresa en la última planta de su gigantesco edificio parisino. No recuerdo con quién o con quiénes estaba comiendo, pero no se me olvidará que apareció repentinamente en la sala Daniel sosteniendo en la mano un plato con una tortilla francesa.

– Ah, pero si aquí está Juan. Pues me quedo a comer aquí si no os importa, en las otras salas, la gente está muy aburrida… – Nos dijo.

Con sus gafas oscuras y permanentemente bronceado, corbatas chillonas y, a veces, relojes a juego, la imagen que proyecta es muy diferente a la de un magnate de la prensa. Pero lo es, o lo ha sido. Seguro de sus intuiciones ha creado, diseñado, adquirido y reorientado docenas de revistas. Y ha cometido grandes errores, como el lanzamiento de LOOK en Estados Unidos, que le costó unos doce millones de dólares. Pero se repuso y siguió.

Enamorado de América, donde pasaba más tiempo que en Francia, convenció a John Kennedy Jr. Para que hiciera con Hachette su revista George y en julio de 1999 logró que su segunda pasión – después de las revistas – tuviera un reconocimiento oficial en el Museo Guggenheim de Nueva York, con la exposición de su colección privada de pinturas surrealistas, una de las más importantes del mundo, que cuenta con obras de Salvador Dalí, René Magritte, Giorgio de Chirico, Man Ray, Max Ernst, etc.

Gérald de Roquemaurel

Es una de las personas más inteligentes que he conocido en mi vida por la rapidez con la que sabe diseccionar los problemas. Los ve venir desde lejos y apunta hacia el centro de lelos con la misma maestría con la que con su escopeta del calibre 12 apunta a las perdices, cuya caza constituye una de sus pasiones favoritas.

Descendiente de Louis Hachette, fundador en 1826 de las librerías que llevan su nombre, e hijo del marqués Ithier de Roquemaurel, durante varios años presidente del grupo Hachette, la historia tenía reservada para Gérald el puesto que ahora ocupa desde 1998 sucediendo a Daniel Filipacchi en la presidencia de la empresa.

Ha sido una sucesión lógica, pero no inmerecida.

Axel Ganz

Este alemán, reconvertido en francés, es figura indiscutible en la historia del periodismo de revistas después de haber dinamitado el mercado francés con el lanzamiento de 13 títulos en 18 años, de GÉO a CAPITAL, pasando por FEMME ACTUELLE (casi dos millones de ejemplares).

Conocido como Ciudadano Ganz, es ahora el máximo responsable del imperio internacional de revistas del grupo alemán Gruner & Jahr, que opera, además de en Alemania y en el este eurpeo, en Francia, España, Reino Unido y Estados Unidos, fundamentalmente. El éxito y prestigio que ha alcanzado motivó la excepción que con él se adoptó a la estricta regla de que los altos ejecutivos del grupo debían retirarse a los sesenta años. El los cumplió en 1997 y sigue en activo.

Como era hijo y nieto de ingenieros, la familia deseaba  que se dedicara a la industria o a la arquitectura, pero Axel Ganz se sentía más atraído por el cine o el periodismo, profesiones que le parecían más fascinante. No pudo ser realizador de cine y se metió a fotógrafo de reportajes. Dos años de becario en un diario. Pasa luego a las revistas, comenzando en el Grupo Burda (corresponsal de Bunte en París), siguiendo luego por el Grupo Bauer. Entre los dos cursa estudios de gerencia. Como ha señalado en alguna re las raras entrevistas que ha concedido: “La comunicación entre los periodistas y la dirección frecuentemente no era buena”.

A los 40 años desembarca en París para lanzar primero GÉO y, después, cada uno de los títulos que han convertido a su grupo, rebautizado en Francia con el nombre de Prisma Presse, en el segundo más importante de revistas después de Hachette Filipacchi.

En un restaurante de París se reunieron a cenar tres grandes editores de revistas, amantes de la buena mesa y de los buenos vinos. Cuando ya estaban encendidos los habanos, la discusión derivó hacia temas muy personales, encallando en la cuestión de quién de los tres era el más grande editor de revistas en Francia. Tomó la palabra Kevin Hand (residente del importante grupo británico EMAP) para decir:

– El más grando soy yo, porque siendo inglés, crucé el Canal de la Mancha y de un solo golpe adquirí LES EDITIONS MONDIALES y las revistas de Hersant convirtiendo a EMAP editor de Francia.

Habló luego Axel Ganz para decir:

  • No, el más grande soy yo, porque siendo alemán, me instalé en París, lancé con éxito revista tras revista y, cuando se puso a la venta el semanario VSD, conseguí adquirirlo frente a muchos competidores. Y, ese día, oí que desde el cielo Dios mismo decía: “Axel, eres el más grande”.
  • No, yo nunca dije eso. Apostilló Gërald de Roquemaurel.