22 mayo 2012

Sorpresa por la presencia de los ex editores de PÚBLICO Roures y Benet entre los accionistas de la nueva empresa propietaria

La inmobiliaria Display Connector´s (de Roures) gana la subasta por la cabecera del digital PÚBLICO.ES derrotando a la oferta de la cooperativa de los trabajadores del periódico

Hechos

En mayo de 2012 la empresa Display Connector´s se convirtió en la nueva titular de la cabecera del periódico digital PÚBLICO.ES.

Lecturas

Después del cierre del periódico Público por la quiebra de su empresa editora Mediapubli, el principal activo que quedaba en la compañía es la de su cabecera para que siga funcionando como periódico digital con la denominación de Público.es. Un grupo de trabajadores creó la cooperativa Más Público para comprar la cabecera, pero en la subasta para esta adquisición su propuesta es superada por el de la inmobiliaria Display Connector´s, que aportó 400.000 euros. Entre los accionistas de Display Connector´s se encuentran D. Jaume Roures Llop y D. Josep María Benet Ferrán, es decir, los antiguos accionistas de referencia de Mediapubli.

El Director de Publico.es será D. Carlos Enrique Bayo Falcón con D. Juan Carlos Ecudier como Director Adjunto. Mientras que como responsable de la empresa quedará D. José María Crespo Lozano como Director General.

LA DERROTA DE ‘MÁS PÚBLICO’

El grupo de trabajadores del diario PÚBLICO que formó la sociedad ‘Más Público’ con la idea de adquirir la cabecera PÚBLICO.ES, para dirigirlo como un periódico digital que funcionara como una cooperativa de trabajadores, pero no pudieron igualar a la oferta de Display Connector´s, que aportó 400.000 euros y se comprometió a inyectar un millón de euros para que funcionara el periódico en Internet.

Ante su derrota los miembros de la cooperativa ‘Más Público’ estudian crear su propio periódico digital con otra marca (LA MAREA).

¿VUELVEN ROURES Y BENET A CONTROLAR PÚBLICO?

benet_roures Entre los accionistas de Display Connector´s se encuentran los directivos de Mediapro, el Sr. Tatxo Benet y D. Jaume Roures Llop, que constituyeron Mediapubli en 2007 precisamente para fundar PÚBLICO como periódico de papel, hasta que se declaró en quiebra en febrero de 2012, por lo que no deja de sorprender que reaparezcan como accionistas minoritarios de la nueva empresa propietario del periódico, ahora en Internet. Aunque a titulo personal sólo tengan el 10% se asume que controlan la totalidad del capital a través de socios o sociedades vinculadas a ellos.

Como administradores de la sociedad figuran D. José María Crespo Lorenzo (‘Chema Crespo’) que asumirá el cargo de Director General de PÚBLICO.ES y Dña. Rosa María Rosset Gorgues. El propio Roures Llop figurará como apoderado solidario.

CARLOS ENRIQUE BAYO SERÁ EL NUEVO DIRECTOR DE PÚBLICO.ES

Carlos_Enrique_Bayo

D. Carlos Enrique Bayo y D. Juan Carlos Escudier serán director y director adjunto del nuevo PÚBLICO.ES a partir de junio. Ambos son conocidos en la redacción de ese medio; Bayo fue redactor jefe de Internacional y Escudier columnista del mismo. Mientras que D. José María Crespo ha sido nombrado director general del medio. De esta manera dos veteranos se sitúan a la cabeza de esta nueva fase del proyecto. El Sr. Bayo ha trabajado en Grupo 16 como corresponsal en Washington y Moscú, en EL PERIÓDICO DE CATALUNYA, en ADN y en cuartopoder.es Por su parte, el Sr. Escudier ha pasado por DIARIO16, EL MUNDO, 20 MINUTOS, ELCONFIDENCIAL.COM  y hasta ahora era subdirector de cuartopoder.es.

EL RETORNO DE ANA PARDO DE VERA

Dña. Ana Pardo de Vera, despedida de PÚBLICO cuando aún era un periódico de papel en el momento en el que ascendían en la redacción D. Jesús Maraña y D. Manuel Rico, vuelve ahora como periodista a PÚBLICO.ES, cuando ya no hay ni rastro en él de los Sres. Maraña y Rico en PÚBLICO, que están diseñando un nuevo periódico digital por su cuenta que se llamará INFOLIBRE, mientras que el equipo del primer director, D. Ignacio Escolar, prepara su propio proyecto, ELDIARIO.ES.

22 Mayo 2012

Jaume Roures, Tatxo Benet, Toni Cases y José Luis de Zárraga compran Público a través de una empresa inmobiliaria que crearon hace dos meses y 27 días

EL CONFIDENCIAL DIGITAL

Leer

Público vuelve a manos de Jaume Roures y Tatxo Benet. El juzgado mercantil número 9 de Barcelona ha adjudicado la subasta del periódico a una parte de los antiguos propietarios del periódico. Entre ellos se encuentra gente muy vinculada a José Luis Rodríguez Zapatero.

La jueza Bárbara Córdoba Ardao ha adjudicado hoy el periódico a una empresa que se creó hace dos meses y 27 días. Se trata de Display Connectors, cuyo objeto social es el negocio inmobiliario. Los propietarios de esta firma, tal y como ha denunciando la cooperativa Mas Público, que también presentó una oferta, coinciden con los antiguos accionistas de Mediapubli, la antigua editora del diario.

Estos son los accionistas de Display Connectors:

— PAG 1 SL. 40% del capital. Compañía vinculada a Toni Cases, que fue quien presentó la oferta en el juzgado a sobre cerrado.

— Mediacable servicios de producción.

— Multiax-Invera.

— Emilio Arrojo.

— Chema Crespo.

— José Luis de Zárraga.

— Jaume Roures y Tatxo Benet,  posees, respectivamente, el 5% del accionariado.

Su oferta final ha ascendido a 412.000 euros, sin impuestos, y se quedarán con 21 trabajadores.

01 Febrero 2014

La seguridad social persigue a Roures

Mongolia (Pere Rusiñol)

Leer

El 24 de febrero se cumplieron dos años del cierre de Público coincidiendo con el relevo en La Moncloa y justo cuando el periódico estaba a las puertas de la rentabilidad.

Pero uno de los capítulos más peculiares de un cierre tan insólito llegó tres meses después; los mismos dueños de Mediapubli, la editora del diario, acordaron con el administrador concursal, Ignacio Marrorquín, la recompra de la cabecera a través de una nueva mercantil recién constituida como inmobiliaria, Display Connector´s. Los fundadores de Mediapro y principales accionistas de Mediapubli, Jaume Roures y Tatxo Benet, incluso utilizaron el mismo vehículo financiero – Multiax Invera y Mediacable Servicios de Producción – que tenían en Mediapubli para la nueva operación.

La pirueta impidió que el diario de izquierdas fuera adquirido por el grupo de trabajadores que aspiraba a seguir adelante con Público en cooperativa. Según asistentes a la subasta, Marroquín incluso llegó a afirmar que ni siquiera había examinado el plan de negocio que presentaron los trabajadores.

El hecho de que el 80% de las acciones de Display Connectorñ s estuviera en manos de accionistas de Mediapubli no fue considerado ningún obstáculo por Marroquín, quien avaló no solo la operación, sino un aspecto especialmente polémico: que la nueva empresa propietaria – con los antiguos dueños dentro – se quedará el mismo periódico que el proceso en teoría liquidaba, pero ya libre del polvo y paja de la deuda con los 120 trabajadores despedidos, con los colaboradores y con la Seguridad Social.

Roures, Benet y sus socios no tuvieron que pagar a nadie por deudas de Mediapubli: ni a trabajadores ni a colaboradores ni a la imprenta ni a distribuidores ni a la Seguridad Social.

Según la documentación aportaba al concurso, las deudas de Mediapubli con la Seguridad Social ascendían en el momento en que echó el cierre a 1.038.127,89 euros, cifra similar al dinero de la empresa participada por Roures y Benet adeudaba a los trabajadores y colaboradores del diario.

De ambas deudas se desentendió Display Connector´s con el aval de Marroquín, pero la Seguridad Social aún pelea en el concurso de acreedores, que sigue abierto, para conseguir que los dueños de Mediapubli – y en un 80% también de Display Connector´s – paguen la deuda.

Los abogados de la Seguridad Social han aportado dos argumentos en lso diversos escritos presentados: el primero es que la ley no autoriza al administrador concursal a decidir sobre si un empresario tiene que pagar o no lo que le reclama la Seguridad Social. Y el segundo, que de prosperar podría acabar beneficiando a los trabajadores y colaboradores aún pendientes de cobrar, subraya que el mecanismo utilizado vulnera expresamente el Estatuto de los Trabajadores.

Los letrados de la Seguridad Social creen claro que en la recompra de Público existe sucesión de empresa y por ello debe aplicarse el artículo 44 del Estatuto de los Trabajadores: “El mismo establece, literalmente, que el nuevo empresario quedará subrogado en los derechos y obligaciones laborales y de Seguridad Social del anterior”.

La Seguridad Social va incluso más allá y advierte en su último escrito que este tipo de prácticas patronales supone una amenaza para la sostenibilidad misma del sistema de la Seguridad Social. Y considera que estas políticas patronales que amenazan la sostenibilidad “alcanza su extremo máximo” el caso concreto de la recompra de la cabecera de Público sin pagar ninguna deuda por parte de los mismos dueños que liquidaron la empresa, “aunque no haya una coincidencia del 100% del accionariado”.

“La generalización de los supuestos de venta de unidades productivas en el seno del procedimiento concursal con exoneración de las obligaciones en materia de Seguridad Social (…) está estimulando en la práctica el impago de las cotizaciones sociales para la preparación el concurso con la connivencia de la nueva empresa adquiriente que compra, generalmente por precios muy bajos, la empresa concursada sin las deudas generadas por ésta, en especial de la Seguridad Social, recalca el escrito. Y añade: “Esta práctica (…) puede ser la puerta para la generalización de una actividad fraudulenta que, sin duda, repercute en la sostenibilidad del sistema y que llega a su extremo máximo cuando quienes recompran la empresa son los mismos que la cierran, como en el caso de Público.

Apenas res meses después del cierre, Jaume Roures, Tatxo Benet y sus socios de Mediapubli pagaron 412.000 euros en la subasta en la que recuperaron la cabecera de Público con un plan que incluía el desembolso de 1,65 millones a lo largo del año. Y pocos meses después inyectaron 600.000 euros en el nuevo restaurante de lujo que ha abierto en Barcelona el excelso cocinero Fermí Puig.

Los empresarios siguen generando valor, pero ahora que el populismo, la demagogia y las teorías conspirativas van ganando terreno por culpa de la crisis, seguro que no faltará quien piense que, con los dos millones que ejaron sin pagar a trabajadores y a la Seguridad Social, los sufridos empresarios pudieron quedarse con el periódico y abrir el restaurante gourmet.

Cronología del Cierre

2012

Enero

Mediapubli preenta concurso de acreedores, apenas três meses después de que los trabajadores se sometieran a un ERE que supuso una notable rebaja salarial (y, por tanto, rebajar la cuantía de indemnizaciones en caso de cierre).

Jaume Roures acude a una asamblea de trabajadores de Publico y afirma: “Mi patrimonio es cero; me lo he dejado todo aquí”. Tras la sugerencia al respecto de un redactor, incluso se compromete a vender un cuadro de Antonio López, si fuera necesario para salvar el diario.

Febrero

El magnate da esquinazo a inversores dispuestos a inyectar captal al periódico. El día 24 se anuncia el cierre del diario. Roures confirma la decisión desde Beverly Hills, adonde se encontraba para la ceremonia de los Oscar. A la vuelta de Hollywood ya no volverá a pisar el diario y, preguntaba por Vozpopuli, contesta: “Ahora estoy a otro rollo”.

Los abogados de Garrigues llegan al diario para aplicar la nueva reforma laboral de Mariano Rajoy a los trabajadores de Público: uno de los despachos más emblemáticos de la dureza patronal se convierte en el interlocutor por parte de la empresa.

Abril

La empres manda al Fogasa a más de 120 trabajadores de Público y deja de pagar lo que le debe a trabajadores y colaboradores, cifra que ronda el millón de euros.

En el informe del administrador concursal aflora que Mediapubli, editora de Público, tiene como matriz a Mediacapital BV, con sede en Holanda.

Mayo

El administrador concursal desestima el plan de ex trabajadores de Público para recuperar la cabecera y lo entrega a Display Connector´s, empresa en la que se integran los ex accionistas de Mediapubli, incluido Jaume Roures y su socio Tatxo Benet. La nueva empresa aporta 400.000 euros a la subasta y el compromiso de inyectar un millón de euros al proyecto digital.

2013

Junio.

Abre sus pertas en Barelona el restaurante de Fermí Puig, referente culinario gourmet de la ciudad. En la nueva sociedad mercantil participan como socios Roures y Benet, que aportan 600.000 euros.

Agosto.

El Fogasa paga indemnización a los trabajadores que fueron de la mano de Garrigues.

2014.

Marzo.

Los colaboradores siguen teniendo pendiente los mismos meses de trabajo que les adeudaba Público cuando cerró, al igual que los trabajadores que no quisieron ir al Fogasa con Garrigues. Los que sí han cobrado del Fogasa tienen aún pendientes atrasos de la empresa.

23 Febrero 2014

Dos años sin Público

Pere Rusiñol

Leer
El cierre entraba perfectamente dentro de la lógica de un grupo que irrumpió con la etiqueta de progresista, pero que desde siempre ha contado con unidades de negocio que operan desde la derecha dura hasta el mundo bolivariano.

Hoy se cumplen dos años del anuncio de deceso del diario Público, que cerró justo a las puertas de la rentabilidad y cuando parecía llegado su gran momento: el único periódico en papel de ámbito nacional sin la banca en su capital, con cifras económicas y de difusión que mejoraban año tras año en un contexto de desplome del sector y sin vínculos con el tambaleante régimen de la Transición.

El último artículo que escribí en el periódico describía la dureza de la reforma laboral de Mariano Rajoy, que nos retrotraía al siglo XIX. Pocos días después, llegaban al periódico los chicos de Garrigues –uno de los bufetes más duros de la patronal-, llamados por Jaume Roures. El empresario que aún se presenta como trotskista -debe de ser porque sigue aplicando a sus nuevos intereses las enseñanzas de Su moral y la nuestra- les encargó exprimir todo el jugo que la nueva reforma laboral permitía. Naturalmente, los chicos de Garrigues cumplieron.

Roures nos mandó al Fogasa y los que no fueron allí de la mano de Garrigues –como lector de Hegel, el magnate conoce bien la dialéctica del amo y el esclavo- aún no han cobrado la indemnización. Tampoco los colaboradores, a los que adeuda meses de trabajo.

Las facturas de Garrigues son tan caras que en parte se entiende que Roures no pueda pagar a los trabajadores y colaboradores despedidos. Pero el problema no puede ser de dinero: los dueños que fusilaron Público han abierto recientemente un restaurante de lujo en Barcelona con el excelso cocinero Fermí Puig, una oferta gourmet que se suma a la que el empresario tiene desde hace años en la Costa Brava.

Antes de cerrar Público, el magnate se presentó a una asamblea de trabajadores y aseguró: «Mi patrimonio es cero; me lo he gastado todo en Público«. Ahora sabemos que tenía parte de razón siguiendo la misma lógica que impera entre los grandes capitalistas duchos en optimización fiscal, que no tienen nada a su nombre: ni la casa, ni la mansión de verano ni los yates ni los coches de lujo que coleccionan ni las obras de arte que atesoran.

Todo está a nombre de empresas. Y muchas de las compañías del imperio Roures acaban conduciendo a Holanda, cuyo régimen fiscal se acerca en algunas cuestiones a la de los paraísos fiscales. El concurso de acreedores de Público permitió descubrir que, en realidad, la editora del diario de izquierdas, Mediapubli, tenía su matriz en Holanda y que no era otra que Mediacapital BV, el mismo vehículo inversor que los empresarios catalanes han utilizado para el holding Imagina.

El maltrato a los trabajadores se justificó entonces porque se trataba de un proceso de liquidación de empresa, pero incluso esto acabó siendo un sarcasmo: muy pocos meses después del cierre, los mismos dueños de Mediapubli impidieron que un grupo de trabajadores recuperara la cabecera y presentaron una oferta para quedársela libre del polvo y paja de la deuda (a los trabajadores, a los colaboradores, a la imprenta, a la distribuidora, a la Seguridad Social, etcétera). La recompra y el plan presentado puso sobre la mesa 1,5 millones de euros para publico.es, que sigue teniendo los mismos accionistas que el diario fusilado, aunque con porcentajes distintos entre sí.

Sería muy interesante que el administrador concursal, Ignacio Marroquín, aclarara de dónde salió la inyección económica, no sea que algún acreedor haya sido compensado por esta vía antes de que los trabajadores cobren las deudas, una posibilidad expresamente prohibida por la ley. Uno de los socios de Roures en Mediapuli al que Mediapubli debía un millón de euros es ahora el principal accionista de la nueva sociedad, Display Connector’s en la que también están muy bien representados Roures y Tatxo Benet, su compinche en Público, Mediapro y tantas otras aventuras.

Si el cierre de Público se analiza con luces cortas dirigiéndose sólo al diario es muy difícil de entender: en un contexto de crisis económica brutal y con el sector de medios en caída libre, el diario mejoró de forma espectacular año a año tanto la difusión como las cifras económicas, hasta el punto de que el último ejercicio se cerró justo a las puertas de la rentabilidad, con unas pérdidas de apenas tres millones de euros, muy inferiores a las de la mayoría de competidores. Pese a lo que propagó Roures, que responsabilizó del cierre a la crisis, las pérdidas acumuladas se aproximaban mucho a las estimadas del plan de negocio y ello a pesar de que este fue elaborado antes de la crisis. Y para poder echar el cierre incluso tuvieron que dar esquinazo a inversores dispuestos a inyectar capital.

Salvo el administrador concursal, que justificó el cierre con el increíble argumento de que la sociedad se había derechizado al darle la mayoría absoluta al PP y que, por tanto, un diario como Público se quedaba sin mercado, todo el mundo sabe que la mayoría absoluta de Rajoy era una oportunidad de oro para la cabecera. Hasta la consultora fantasma contratada por Roures para aportar al concurso mercantil una justificación del cierre sudó la gota gorda para respaldar la apuesta patronal: perpetró un informe trufado de errores de bulto y giros sonrojantes como que la difusión del diario en 2010 «únicamente» creció el 29%, una cifra excepcional que se registraba en un contexto de desplome del sector.

Para entender el cierre de Público es imprescindible pues poner las luces largas y fijarse más bien en Mediapro y la constelación de empresas alrededor de sus dueños, que hasta mediados de la década de 2000 tenía una muy escasa presencia en Madrid. A Roures le gusta explicar que su empresa es «El Corte Inglés del audiovisual», en el sentido de que tiene solución para todo lo que necesite el cliente: guiones, imágenes, cámaras, envío de señal de vídeo, producción técnica, decorados, realización de un programa acabado o en partes, etcétera. Público –y la promesa de creación de un conglomerado mediático progresista alternativa a Prisa- fue el señuelo en el que cayó el entonces presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y que ayuda a explicar la lluvia de contratos hacia esta galaxia empresarial por trabajos en muchos de los segmentos aludidos que empezaron a firmarse desde las múltiples instancias en la órbita del presidente: RTVE, La Moncloa, el PSOE, comunidades autónomas de gobierno socialista, el Congreso, el Senado… Y también, claro, las reformas audiovisuales de calado –como la que permitió la TDT de pago- emprendidas justo en el momento que más convenían al magnate.

Sin Zapatero en el Gobierno, el diario dejó de tener el sentido que ayuda a explicar su lanzamiento y fue liquidado ipso facto, apenas cuatro meses después del relevo en La Moncloa y a la semana siguiente del fracaso de Carme Chacon por encaramarse a la jefatura del PSOE. El cierre entraba perfectamente dentro de la lógica de un grupo que irrumpió en Madrid con la etiqueta de progresista, pero que desde siempre ha contado con unidades de negocio que vienen y van en función de la coyuntura política y que operan simultáneamente en todo el arco político, desde la derecha dura (Ecclestone, Agag, López Amor, Tebas) hasta el mundo bolivariano, desde Miami hasta Teherán.

Además, el milagro Mediapro va de la mano de una circunstancia a menudo olvidada en Barcelona o simplemente desconocida en Madrid: toda la acumulación primitiva de capital que puso los cimientos del imperio es indisociable del equipo directivo de la TV3 pujolista que construyó Lluís Prenafeta y en particular de Jordi Vilajoana, uno de los hombres clave entre bastidores de Converència Democràtica de Catalunya (CDC), tanto con Jordi Pujol como con Artur Mas. Buena parte de ese equipo trabaja hoy en Mediapro, aunque no Vilajoana, actual secretario general de la Presidencia de Mas.

Lo mejor de toda esta historia tan triste es que de las ruinas de Público han salido muchos medios independientes especializados temáticamente, lo que en la práctica permite a los lectores seguir informados como si aquel diario aún existiera pagando bastante menos. Hay huellas de Público en Mongolia, eldiario.es y sus CuadernosinfoLibre y Tinta LibreLa MareaAlternativas EconómicasMateria, Líbero… No falta ni una sección.

Además, coincidiendo con el segundo aniversario del deceso, el más exitoso de todos los nuevos medios surgidos de esa detonación, eldiario.es, acaba de superar en audiencia a publico.es, según los datos de Comscore, la medidora de referencia, al rozar ya nada menos que los dos millones de lectores.

Público murió ahora hace dos años, pero la vida sigue incluso cuando los magnates más poderosos aprietan el gatillo.

El Análisis

DOS RELATOS

JF Lamata

Para el sector de trabajadores del periódico impreso PÚBLICO agrupados en torno a la cooperativa Más Público (los mismos que fundarían el digital LA MAREA) lo ocurrido en aquella subasta era una estafa. Que los mismos dueños de Mediapubli, la empresa quebrada titular de aquel periódico, alegando que se habían quedado sin dinero, ahora aparecieran como dueños de la nueva empresa que compraba el digital PÚBLICO.ES les parecía la consumación de una farsa y un engaño, dado que muchos de los trabajadores no habían cobrado indemnización de Mediapubli, porque había quebrado y habían tenido que ir al FOGASA del Estado por una supuesta insolvencia de los socios de Mediapubli que ahora ponían en duda.

Distinto era el relato de D. Jaume Roures y el Sr. Tatxo Benet. Ellos tenían un argumento en su favor, quienes habían puesto el dinero para levantar el proyecto de PÚBLICO eran ellos, quienes habían sostenido a PÚBLICO durante cuatro años eran ellos, y quienes habían dilapidado un millón de euros en pagar a sus trabajadores eran ellos sin ganar nada a cambio. Por lo que, aunque Mediapubli hubiera muerto, para el Sr. Roures y el Sr. Benet eran ellos los que más estaban legitimados para quedarse con la cabecera, ahora a través de una nueva empresa junto a otros tres socios.

J. F. Lamata