26 febrero 2010

La formación, que se disolverá ante el escándalo, gobernaba Baleares desde 2007 en un gobierno de coalición con el PSOE

La Justicia destruye Unió Mallorquina, socio de Gobierno del PSOE en Baleares, al mandar a la cárcel a todos sus líderes encabezados por María Antonia Munal y Miquel Nadal Buades

Hechos

  • El 5.01.2010 fueron detenidos por orden judicial los ex presidentes de UM, D. Miquel Nadal (Consejero de Turismo en el Gobierno de Baleares) y D. Miguel Ángel Flaquer investigados por corrupción.
  • El 26.02.2010 Dña. María Antonia Munar, también ex presidenta de UM dimitió como presidenta del Parlamento Balear al ser implicada.

Lecturas

El 5 de febrero de 2010 se hizo pública la redada conocida como Operación Voltor que investigaba una trama de corrupción en torno a la consejería de Turismo del Gobierno de Baleares, un gobierno de coalición entre el PSOE y Unió Mallorquina en el que la cartera de Turismo estaba en manos de este segundo partido.

Entre los 14 detenidos destaca D. Miquel Nadal Buades, ex presidente de Unió Mallorquina, ex concejal de UM y ex consejero de Turismo del Gobierno de Baleares.

La Operación Voltor viene a sumarse a una larga lista de casos de corrupción que afecta a miembros de Unió Mallorquina: D. Bartomeu Vicens Mir está condenado a cuatro años de prisión por pagar a su contable particular 12.000 euros por informe copiado de Internet. Por otro caso está fue condenado a 2 años de prisión D. Damia Nicolas Ferrà, ex secretario general de Unió Mallorquina, considerado el ‘delfín’ de Dña. María Antonia Munar Riutort.

D. Bartomeu Vicens está imputado en cuatro casos más de corrupción. D. Miquel Nadal Buades está imputado entre dos casos el llamado ‘caso Maquillaje’ y el ‘caso Domenje’. El último presidente de UM, D. Miguel Ángel Flaquer tuvo que dimitir precisamente tras el caso ‘Maquillaje’.

Y otros miembros de Unió Mallorquina imputados son D. Antonio Pascual en el caso Peaje que investiga irregularidades en el desdoblamiento de una carretera y D. Miguel Ángel Grimalt, consejero de Medio Ambiente del Gobierno de Baleares del PSOE, está también imputado por el caso Maquillaje.

El presidente de Baleares, D. Francesc Antich Oliver, anuncia la ruptura de toda relación con Unió Mallorquina. Pero el caso Voltor salpica indirectamente al PSOE porque es un presunto saqueo a través de la consejería de Turismo producido durante su mandato.

El 25 de febrero de 2010 Dña. María Antonia Munar Riutort, la más histórica de los líderes de Unió Mallorquina anuncia su retirada política. Ella también estaba imputada por los casos Maquillaje y Domenje. Su dimisión como presidenta del parlamento de Baleares, su último cargo, se producirá el 1 de marzo de 2010.

La Operación Voltor supone en la práctica la desaparición de Unión Mallorquina, el partido que ha permanecido en las instituciones de Baleares desde 1983 y que en la práctica era la formación bisagra tanto en el Parlamento de Baleares como en el Ayuntamiento de Palma de Mallorca.

ENEMIGOS EN EL BANQUILLO

banquillo_nadal_munar Durante sus juicios por corrupción D. Miquel Nadal y Dña. María Antonia Munar mantuvieron multitud de enfrentamientos culpándose uno a otro de los escándalos de corrupción

27 Febrero 2010

Munar se va, deja en evidencia a Antich y da el tiro de gracia a Unió Mallorquina

EL MUNDO (Director: Pedro J. Ramírez)

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LA DIMISIÓN de Maria Antònia Munar como presidenta del Parlamento balear era la única salida que le quedaba a la líder de Unió Mallorquina después de que su ex mano derecha revelara ante el juez que ella dirigía la trama de corrupción del partido. La acusación formulada por Miquel Nadal es gravísima: cuenta cómo Munar le entregó 300.000 euros en metálico (todo apunta que se trataba de dinero negro obtenido a cobijo del poder) para comprar una productora de televisión a la que luego entregó millones de euros de las arcas públicas que servían para financiar el partido. La trama es la muestra definitiva de cuál era la razón de ser de UM y su modus operandi: si ya habíamos venido denunciando que esta formación era una organización para delinquir, ahora se pone de manifiesto que Munar era la jefa de la banda. Pero los hechos también revelan el cáncer que la presidenta del Parlamento y su partido significan para Baleares. Este debería ser el punto final de UM, cuyos líderes se envolvieron en la bandera de la patria chica para corromper las instituciones. La situación también deja en evidencia al presidente Antich, que pactó con Munar el reparto de poderes en las islas -igual que antes había hecho Matas- y que se ha resistido a romper esa alianza pese a los escandalosos casos de corrupción descubiertos. Al dimitir, Munar le hace el último favor evitándole convocar elecciones, aunque debería hacerlo, porque los escaños de UM son fruto, como se ha visto, de la financiación ilegal.

07 Marzo 2010

Frente al bloqueo balear

EL PAÍS (Director: Javier Moreno)

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Con todas las salidas cerradas, Antich tendrá que adelantar los comicios: que decida el voto

La dimisión como presidenta del Parlamento autónomo y retirada de la política de Maria Antònia Munar, cabeza visible de Unió Mallorquina (UM), ha desatado un terremoto político en Baleares. Pese a contar con sólo tres escaños en un Parlamento de 59, ese pequeño partido ha sido decisivo para decantar mayorías en las principales instituciones de las islas. El PSOE gobierna en el Ayuntamiento de Palma, el Consell de Mallorca y el Gobierno balear gracias a los votos de UM (y los de una constelación de minúsculas formaciones locales) cuando el PP está en los tres ámbitos a un solo voto de la mayoría absoluta. UM también es el epicentro de un tinglado de negocios corruptos de los que se habla hace años sin que nadie pareciera interesado en atajarlos.

Como suele ocurrir en las películas sobre la mafia, ha sido el más próximo quien ha tirado de la manta, no se sabe si para salvarse a sí mismo o para hundir el templo con él y todos los filisteos dentro: Miquel Nadal, el que fue hombre de confianza de Munar, imputado en cuatro causas por corrupción, ha acusado a su mentora de ser corresponsable de uno de ellos, relacionado con desvío de fondos públicos para pagar gastos del partido. Ello ha provocado la dimisión de Munar, que era la única dirigente de UM que conservaba un cargo público relevante.

Hace un mes que el PSOE decidió sacar de los equipos de Gobierno de las tres instituciones a los miembros de UM; pero este partido conserva sus escaños, que siguen siendo decisivos. El presidente balear, Francesc Antich, intenta seguir gobernando, ahora en minoría: 27 escaños, frente a los 29 del PP. Este partido plantea la disolución y la convocatoria adelantada de elecciones. Exigencia paradójica cuando 18 de las 19 causas de corrupción abiertas se refieren a escándalos producidos durante la anterior legislatura, en la que gobernó el PP en alianza con UM.

Pero el socialista Antich no podía ignorar a la altura de 2007 con quién se aliaba para conformar una mayoría alternativa: asumió el riesgo de que le pasara lo que le ha pasado. Otra salida sería una moción de censura del PP con apoyo de los tres diputados de UM. Pero los conservadores dudan de los efectos a medio plazo de contar con los votos de quienes han provocado la crisis, incluso si la formación de Munar ya ha anunciado un congreso extraordinario en el que cambiará de nombre.

La situación es, por tanto, de ésas en las que todas las salidas parecen cerradas. Pero por eso mismo es la hora de una cierta audacia. A no ser que el PP acepte alguna forma de pacto hasta las elecciones de 2011, con las políticas anticrisis como programa, Antich no tendrá más remedio que ir a unas elecciones anticipadas. Asumiendo el riesgo de no alcanzar, sin UM, la mayoría necesaria para seguir gobernando, y reconociendo el error de haber pactado con ese partido; pero con la baza a su favor de que el suyo sea el único de los tres partidos principales de las islas no salpicado por la corrupción reinante.