22 marzo 2024

Es esposa del príncipe heredero Guillermo de Inglaterra

La princesa británica Kate Middelton anuncia que tiene cáncer después de semanas de especulaciones sobre su salud e incluso sobre si seguía viva

Hechos

El 22 de marzo de 2024 Kate Middelton compareció ante los medios para anunciar que tenía cáncer.

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TELEDIARIO 19-03-2024.

TELEDIARIO 22-03-2024

25 Marzo 2024

La vida privada de Kate Middelton

Josu de MIguel

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SÓLO HAY un miembro de las casas reales que no tiene vida privada: se trata del titular de la corona, que ostenta la jefatura del Estado y disfruta por lo general de la prerrogativa plena de la inviolabilidad. No es el caso de Kate Middelton, princesa de Gales que en el futuro será reina consorte del Reino Unido y que acaba de explicar en un vídeo sobrio y emotivo que tiene cáncer. Se acaba con varios meses de especulaciones y se acaba, sobre todo, con un espectáculo bochornoso de los medios audiovisuales, que han tratado un tema médico e íntimo bajo el habitual prisma de la prensa del corazón y futbolera que arrasa nuestras democracias.

No digo yo que la familia Windsor y la corona británica hayan gestionado bien el asunto. La sociedad del siglo XXI pretende encarnar la transparencia, un concepto totalitario que exige el derrumbe de la distinción entre lo público y lo privado. Frente a la transparencia, la publicidad era una noción más modesta que regulaba con algo de prudencia lo que la opinión pública tenía que conocer en cada momento para que pudiera concretarse la responsabilidad política. Que los límites han ido desapareciendo lo demuestra el hecho de que la agenda informativa de la semana pasada giró en torno a los cónyuges de Sánchez y Feijóo, y a la declaración de la renta de la pareja de Díaz Ayuso, aireada por la ministra del ramo para contrarrestar el efecto del caso Koldo.

En el final de la idea de intimidad burguesa, quien más tiene que perder, en términos institucionales, es la monarquía. Retener el poder por razones familiares repudia la igualdad, así que la familia y su vida privada se ven sometidas a un voraz escrutinio por parte de medios y ciudadanía. Bajo el imperio de las redes sociales los miembros de las casas reales ya no pueden disfrutar de un espacio propio en el que en no pocas ocasiones practicaron la corrupción y la desvergüenza. Recuerden a Isabel II -no se pierdan el formidable libro de Isabel Burdiel- y al propio Juan Carlos I, hoy en un Emirato junto a su nieto para evitar ser observado. Pese a este notable cambio de paradigma, llámenme antiguo, pero yo sí creo que Kate Middelton tiene derecho a una cierta vida privada: y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos me da la razón.