16 noviembre 2020

El programa está dirigido por Nacho Mostazo y el propio Cintora y producido por José Miguel Contreras

La TVE crea la tertulia ‘Las Cosas Claras’ presentada por el izquierdista Jesús Cintora para que vuelva a competir con ‘Al Rojo Vivo’ de Antonio García Ferreras (Atresmedia)

Hechos

El 16 de noviembre de 2020 se estrenó el programa ‘Las Cosas Claras’ en TVE.

Lecturas

El 16 de noviembre de 2020 se estrena en RTVE el programa ‘Las Cosas Claras’ como tertulia de opinión política de izquierdas producido por LaCoproductora de D. José Miguel Contreras Tejera y presentado por el periodista progresista D. Jesús Cintora Pérez con el objetivo de competir con el programa ‘Al Rojo Vivo’ de La Sexta de Atresmedia. El programa supone una apuesta de la Administradora de RTVE, Dña. Rosa María Mateo Isasi y del director de Información y Actualidad de TVE, D. Enric Hernández Llorente.

D. Jesús Cintora Pérez cuenta para su programa con tertulianos muy de izquierdas como D. Antón Losada Trabada o D. Javier Aroca Alonso.

El programa cuenta con el rechazo de la derecha. Ya antes de su estreno la portavoz del PP Dña. Cayetana Álvarez de Toledo Peralta-Ramos protestaba en una entrevista el 5 de octubre de 2020 del fichaje de D. Jesús Cintora Pérez después de que este fuera despedido de Mediaset por que esta cadena le considerara demasiado radical.

El programa también cuenta con el rechazo de una parte de empleados de RTVE, incluyendo el Consejo de Informativos, considerado de sesgo progresista, pero partidarios de que los programas de información política sean con personal interno de la casa.

LA DIRECCIÓN BUSCA UN PROGRAMA AFÍN A PODEMOS.

El programa producido por la productora privada La CoProductora de D. José María Contreras, ha sido aprobado por la administradora de RTVE, Dña. Rosa María Mateo, aunque cuenta con la oposición del Consejo de Informativos de TVE (izquierdista, pero partidario de que no se externalicen programas). La línea editorial del programa será afín a Podemos y detractora del PP, Vox y la monarquía.

TENEDENCIA MAYORITARIO DE TERTULIANOS MÁS A LA IZQUIERDA DEL PSOE:

D. Anton Losada, ex dirigente del BNG que nunca ha ocultado su animadversión hacia la derecha.

D. Martín Medem, ex dirigente de Izquierda Unida y representante de LA ÚLTIMA HORA, digital del partido político Podemos.

Dña. Gloria Marcos, ex dirigente de Izquierda Unida.

D. Manuel Rico, directivo de  INFOLIBRE, un medio digital editorialmente contrario al Partido Popular y a la derecha en general.

Dña. Ana Pardo de Vera, directiva de PÚBLICO.ES, un medio digital editorialmente contrario al Partido Popular y la derecha en general.

D. Ernesto Ekaizer, periodista de investigación progresista especializado en la información económica y financiera.

D. Miquel Ramos, periodista autodefinido como ‘antifascista’, no oculta su simpatía hacia el Gobierno de Cuba y su desprecio hacia la derecha.

Dña. Alicia Gutiérrez (INFOLIBRE), veterana periodista progresista.

D. Javier Gallego Crudo (Carne Cruda), veterano periodista progresista. Ha sido muy crítico con el PSOE por considerarlo poco de izquierdas.

D. Javier Aroca, ex dirigente del Partido Andalucista ahora situado como tertuliano a la izquierda del PSOE.

D. Javier Caqueiro (Grupo PRISA), es uno de los pocos representantes de izquierda moderada, frente a la tendencia mayoritaria de izquierda más radical.

En el programa también habrá cuota de tertulianos de derecha. D. Melchor Miralles (que desaparecerá tras el primer mes), D. Paloma Cervilla, Dña. Carmen Tomás o D. José Apezarena irán rotando como representantes de la ‘guinda’ de derechas en un programa de tendencia de izquierdas.

MALDITA HEMEROTECA VUELVE A LA TELEVISIÓN.

En ‘Las Cosas Claras’ estará representada la web MALDITA.ES, con su CEO, Dña. Clara Jiménez, que vuelve así a la televisión después de haber sido desterrada de LA SEXTA por D. Antonio García Ferreras y Dña. Ana Pastor en 2017.

16 Noviembre 2020

Lunes negro’ en TVE

Rosario G. Gómez

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Bajo el manto de la polémica nace ‘Las cosas claras’, una tertulia que ha encendido las alarmas dentro de los sindicatos de la corporación pública y en el seno de Torrespaña

Bajo el manto de la polémica, nace hoy Las cosas claras (La 1, 13.00), una tertulia de corte político, antesala del telediario de sobremesa, que ha encendido las alarmas dentro de los sindicatos de la corporación pública y en el seno de Torrespaña. Como medida de protesta, los trabajadores han convocado un Lunes negro a través de las redes con la consigna #LasCosasOscurasRTVE en la que sería la primera gran revuelta alentada en la etapa del Gobierno de coalición.

El eje de la controversia es si el programa en cuestión se considera un magacín o un informativo. La diferencia no es baladí. La ley de RTVE prohíbe ceder a terceros la producción y edición de espacios netamente noticiosos. Si Las cosas claras, conducido por el periodista Jesús Cintora y realizado por La Coproductora, se adscribe al área de Informativos estaría vulnerando la ley, pero si se le atribuye la etiqueta de magacín se colocaría a salvo.

En esta encrucijada se vio en 2015 Así de claro, presentado por Ernesto Sáenz de Buruaga y realizado por Pulso TV. TVE salió al paso argumentando que era “un agregado heterogéneo” de contenidos, explicación por la cual un espacio alimentado de entrevistas y debates de actualidad se enmarcó en el área de Magacines y no en Informativos. En idéntica lid se vio inmerso después ¿Cómo lo ves?, un chequeo pretendidamente demoscópico sobre las inquietudes de los españoles bajo la batuta de Carlos Herrera y a cargo de Zebra Producciones. Vidrioso fue también el caso de 59 segundos, un debate político ideado por quienes ahora lanzan Las cosas claras.

La externalización de formatos informativos bordea la ley y busca subterfugios para emboscar su verdadera naturaleza. La aparente ambigüedad del espacio que se estrena hoy ha provocado la dimisión de la directora de Magacines de TVE, Isabel Cacho, sin que la corporación haya explicado el abrupto abandono. Y ha contribuido a incrementar la brecha entre los sindicatos de la corporación. El bloque liderado por UGT planea acudir a los tribunales por un presunto incumpliendo de la ley, mientras que CC OO ha puesto el acento en la pléyade de títulos producidos, total o parcialmente, por firmas ajenas a TVE (La hora de La1, Aquí la tierra, España directo o el desaparecido La pr1mera pregunta) y matiza que “el problema es la externalización, no Cintora”.

La contratación de una veintena de personas para poner en antena Las cosas claras no es comparable a la llamada “redacción paralela” instaurada en los tiempos en los que la corporación estaba presidida por José Antonio Sánchez, toda vez que los periodistas externos que trabajarán en Las cosas claras no forman parte de la estructura de Torrespaña. Sorprende, sin embargo, que se subarrienden los servicios de Maldita hemeroteca mientras los profesionales de Verifica RTVE son flagrantemente marginados.

20 Diciembre 2020

RTVE, PROGRESISMO ‘PRIVATIZADO’

Víctor de la Serna Arenillas

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La transformación de las tertulias televisivas en sucedáneos sesgados y partidistas de los telediarios es un fenómeno ya muy antiguo, desde la aparición de las cadenas de televisión privadas de ámbito nacional, y su éxito ha sido indudable. Varios estudios y sondeos han ido comprobando que una parte creciente del público se informaba tanto o más con esos programas, animados por las polémicas, que a través de los informativos clásicos. Hasta tal punto, que cuando en las redes sociales se habla hoy de información y de periodistas queda patente que en la mayoría de los casos se refieren a esas tertulias y a sus tertulianos. Para bien o para mal.

El polémico regreso de Jesús Cintora a la conducción de uno de esos programas, y además en la pública RTVE, está ilustrando hasta qué punto es valorado hoy por quienes controlan las cadenas el sesgo polémico e ideológico de esos programas. Y quizá esté demostrando también sus límites: como ha informado en estas páginas David Sanz Ezquerro, la gran apuesta por Las cosas claras de Cintora se ha traducido en la pérdida de cerca de 200.000 espectadores desde su primera emisión hace menos de dos meses. Y cada uno de esos programas, subcontratados a una productora ajena, le está costando a RTVE más aún de lo que se había publicado: 60.000 euros diarios.

La búsqueda fuera de la casa de nuevas soluciones informativas es una de las curiosidades de la gestión de su nuevo responsable, Enric Hernàndez, el ex director de El Periódico, reclutado por Rosa María Mateo, la administradora «provisional única» del ente (provisional pero al parecer inamovible, desde 2018) para sacar a TVE-1 de su atonía y declive de audiencia. Y es una curiosidad porque fue patente, con aquellos viernes negros, la irritación de los redactores de RTVE con la «censura derechista» que se les imponía cuando gobernaba el PP de Mariano Rajoy, y su proclividad a un nuevo Gobierno de izquierdas no ofrecía dudas.

Pero llegó Mateo y descubrieron que era aún peor.

En octubre pasado, los consejos de informativos de la casa (radio, televisión e internet), en un manifiesto conjunto, denunciaban que una empresa pública como RTVE «siga gobernada desde hace más de dos años por una administradora provisional única ajena a cualquier tipo de control interno, debido a la ausencia de un consejo de administración».

Con Hernàndez al rescate, la solución fue la subcontratación de la franja matutina a favor de las empresas privadas que realizan Las cosas claras y otros programas de tertulia. Eso parecía ilegal según el estatuto del ente público y provocó más protestas airadas de la Redacción, pero desde que Mateo descubrió el infoentretenimiento (del inglés infotainment, claro), defiende que esos magacines están en una categoría diferente de la de los informativos, y sí se pueden externalizar. Y, perversamente, quizá sea cierto, vistos sus contenidos.

Dentro de ese esquema, Cintora era la baza soñada por Mateo y Hernàndez. Este presentador que se dice independiente pero es viejo amigo de Pablo Iglesias -había que ver su admiración mutua expresada en el plató de La Vuelta de Tuerka, programa en el que el periodista fue entrevistado en 2014 por el hoy vicepresidente- dirigió con ímpetu progresista Las mañanas de Cuatro entre 2013 y 2015, y arañó terreno a Antonio García Ferreras, cuyo Al rojo vivo, igualmente izquierdista, siempre pareció intocable en esa franja horaria. Y como arma letal contra García Ferreras llegó triunfalmente Cintora en noviembre.

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EN 2020, MUCHO HA CAMBIADO

En TVE-1 Cintora escogió contertulios de perfil moderado como representación de la derecha y a personajes más radicalizados en la izquierda, y retomó el estilo de su época en Cuatro. Uno de los ‘purgados’ por Mateo, Miguel Ángel Idígoras, ex corresponsal en Londres, escribía en Twitter: «Por lo visto el servicio público es que el programa de Cintora se emita sin interrupción para hablar del rey emérito, de Vox y neonazis». Pero esta vez no ha herido, sino enriquecido, a Ferreras: su audiencia ha caído de 780.000 en el primer programa a 600.000 este jueves. ¿Por qué? Ya no es 2014, y hoy choca su sosa entrevista a Irene Montero, ministra de Igualdad y pareja de su admirado Iglesias: ni una pregunta comprometida sobre las polémicas de Podemos y del Gobierno.

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UN DESPIDO CONTROVERTIDO

En Mediaset estaban sufriendo el éxito de audiencia de Ferreras cuando en 2013 lanzaron a Cintora, que desde que dejó la SER en 2011 había participado ya en muchas tertulias televisivas. Y su partidismo, así como el de muchos de sus colaboradores, funcionó muy bien en el clima político de hace siete años. Terminó la sangría de audiencia hacia la Sexta. Todo iba bien… pero Mediaset lo despidió al cabo de dos años, afirmando en un comunicado: «La línea editorial de Mediaset España es coherente en toda su programación y tiene el claro objetivo de informar, que no de formar, a los espectadores con unos presentadores que traten la información de manera objetiva». Es decir: que Cintora adoctrinaba, no informaba. Él protestó que fue el PP el que presionó para que lo echasen.

18 Noviembre 2020

El sectarismo se instala en TVE

EL MUNDO (Director: Francisco Rosell)

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OJALÁ el nombre del nuevo programa de TVE dirigido por Jesús Cintora dijera, efectivamente, «las cosas claras». Lo único claro es para quién las dice: para sus jefes políticos pero en la televisión que pagamos todos. Su programa desafía no solo al decoro y a la mínima noción de pluralismo, sino a los propios trabajadores de la radiotelevisión española que, al margen de adscripciones ideológicas, llevan días protestando por el estreno. Razones no les faltan. La última cacicada de la administradora única de la corporación, Rosa María Mateo, y de su mano derecha, Enric Hernández, sencillamente viola la ley. El mandato por el que se rige RTVE desde 2006, aprobado por el Congreso y el Senado –algunos se creen por encima del Parlamento–, establece que los programas informativos se hagan con 100% de producción interna; esto es, con empleados y medios de la cadena. Sin embargo, para el citado espacio informativo se ha recurrido a una productora externa y a subcontratas.

No es ni mucho menos la primera irregularidad de la etapa Mateo, quien fue elegida como administradora única de este organismo público –financiado con el dinero que pagan todos los españoles– para dos o tres meses, y ya lleva dos años y medio en un cargo en el que amenaza con perpetuarse. Pero este último hecho reviste especial trascendencia. La toma descarada de los informativos no solo incumple la ley –el asunto ya está en los juzgados–, sino que también viola los principios básicos de independencia, rigor o pluralidad que deben cumplir como servicio público y que es una de las razones que justifican la existencia de una televisión de titularidad estatal. La directora de magazines dimitió antes del asalto de Cintora en desacuerdo con la operación. Si se pretende que TVE sea exactamente igual que cualquier canal privado, habrá llegado la hora de replantearse con seriedad su necesidad y futuro. Asistimos a la apoteosis del cinismo del Gobierno de coalición, que se llena la boca con su impostada defensa de lo público y que por vía de hecho se apropia de ello para su interés.

Al margen de su trayectoria, Cintora vio cómo Mediaset anuló en 2015 el programa que presentaba, idéntico al de ahora en la pública. En un comunicado inusual, se señaló el sectarismo del conductor. Su fichaje por parte de TVE habrá dado una alegría a Podemos, partido que hoy ejerce un enorme poder de injerencia en el ente, que siempre fue el objeto de deseo de Iglesias. Los que salen perdiendo son los ciudadanos, que ven cómo, en plena crisis, el Gobierno ha incrementado en 100 millones la partida en los Presupuestos dedicada a RTVE para que Mateo y Hernández sigan regando a sus productoras afines –las contrataciones en Cataluña para competir con TV3 son otro despropósito mayúsculo– y externalizando cada vez más horas de programación. Y eso pese a contar con una plantilla de casi 6.500 trabajadores. Entretanto, la administradora única abusa de su poder sin dar cuentas de nada a nadie porque sigue sin haber un consejo de administración. A los intentos del Gobierno por perseguir a los medios críticos se une esta degradación sectaria de RTVE que no deja dudas de cómo entienden Sánchez e Iglesias un derecho fundamental como el del acceso a la información.

La televisión pública se degrada a diario bajo el control radical de Podemos

19 Noviembre 2020

Cintora y Cantora

Rosa Belmonte

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'Las Cosas Claras' no es un programa informativo, es un programa de entretenimiento.

Que a Cintora y Cantora sólo las separa una vocal me causa mucha inquietud. Caigo en las dos. Los 200 millones perdidos en el cohete que se fue a por tabaco parecen menos que lo que se gasten en el programa de Cintora. Lo del primer día no se ha superado (Pardo de Vera, Lucía Caram, Ekaizer desde su cama del hospital, entrevista larguísima al juez Castro con Alicía Gutiérrez, que ayer estaba en la tertulia…), pero el percal es ese. Lo cierto es que no engañan, van de lo que van. ¿Qué vas a esperar de Cintora? ¿Que le den el Cerecedo como a Vicente Vallés? Bueno, no pongo la mano en la leña que arde en Cantora. Y si es un programa externo a RTVE, pues bueno, para analizarlo da igual. El anterior, el interno de Mónica López, sienda en su mesa a Javier Pérez Royo, que ha escrito hace poco: «El riesgo para la democracia española en este momento no es la presencia de EH Bildu en el congreso sino la presencia de Vox». Cintora, tenía ayer a un tertuliano que decía que Bildu era un partido socialdemócrata.

¿Un programa informativo lo de Cintora? Hombre, a mí me parece un programa de entretenimiento (al que por cierto, le pasa el AVE por sus tierras: el informativo territorial lo interrumpe para luego volver a seguir, es de locos). Pero entiendo el cabreo, igual que entiendo el cabreo del príncipe de Gales con ‘The Crown’. Claro que es ficción. Claro que se presentan ‘como hechos una versión retorcida de la historia’, según portavoces oficiosos (que ya es más que nada). Y la gran verdad: «Esto es un drama y un entretenimiento con fines comerciales que se hace sin tener en cuenta a las personas involucradas’. Pero que usted y yo sepamos que es ficción acompañada de ciertos hechos históricos no quiere decir que todo el mundo lo crea. Fíjate la reina, y el príncipe Carlos… Demonios, son personajes. Los diálogos son inventados.

Claro, que también me parecen personajes esas ‘Doña Cuca’ y ‘Doña Cayetana’ a las que se refería el diputado de Vox en el Congreso. Parecía que estuviera hablando de ‘Acacias 38’. Ojalá fuera ese el tono allí.