7 junio 2008

Humillante derrota del presidente saliente, Carod Rovira, sus candidatos quedaron en tercer lugar

Las primeras primarias en ERC eligen a Joan Puigcercós y a Joan Ridao nuevos Presidente y Secretario General de la formación

Hechos

El 7.06.2008 se celebraron primarias para escoger al presidente y al Secretario General de Esquerra Republicana de Catalunya, ganando los candidatos del sector ‘Gent D´Esquerra’: D. Joan Puigcercós y D. Joan Ridao.

Lecturas

Por primera vez en la historia de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) se celebran primarias para elegir tanto a su nuevo presidente como a su nuevo secretario general.

Cuatro sectores presentan candidaturas.

El sector Gent D´Esquerra propone como presidente a D. Joan Puigcercós Boixassa y como secretario general a D. Joan Ridao Martín.

El sector del hasta ahora presidente D. Josep Lluís Carod Rovira denominado ‘ERC Futur’ propone a D. Ernest Benach como presidente y a D. Rafael Niubó como secretario general.

El sector más radical denominado ‘Reagrupament’ propone a D. Joan Carretero como presidente y a Dña. Ruth Carandell como secretaria general.

Por último el sector ‘Esquerra Indepen’ propone a D. Jaume Renyer como presidente y a D. Uriel Beltrán como secretario general.

El resultado de las primarias es siguiente:

Presidente de ERC:

  • Joan Puigcercós Boixassa – 2.616 votos.
  • Joan Carretero Grau – 1.937 votos.
  • Ernest Benach Pascual – 1.875 votos.
  • Jaume Renyer – 569 votos.

Secretario General de ERC.

  • Joan Ridao Martín – 2.636 votos.
  • Dña. Ruth Carandel – 1.384 votos.
  • Rafael Niubó – 1.671 votos.
  • Uriel Beltrán – 1.294 votos.

Con este resultado el Sr. Puigcercós es el nuevo presidente de ERC y el Sr. Riado el secretario general. Los candidatos de Reagrupament son derrotados pero logran el triunfo de quedar en segundo lugar por delante de los candidatos del sector del Sr. Carod Rovira, en un humillante tercer lugar.

08 Junio 2008

Los enredos de Esquerra

Alex Salmon

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Ya saben que vivimos en un mundo compartimentado donde lo que nos afecta influye y mucho, y lo que no va con nosotros ni existe.Si nos gusta el golf conocemos los diferentes palos, bolas, bolsas y green donde debemos jugar, y si de lo que se trata es de amar la micología, a parte de las caravanas que nos pegamos entre espalda y cabeza, alcanzaremos un conocimiento superior sobre hongos, sus características, colores, propiedades, mortalidad y punto de ajo y perejil para que resplandezcan en el plato.

Aunque seamos aficionados a leer las páginas políticas de los diarios no será nada extraño que, a estas alturas, tengamos claro que no sabemos qué representan con exactitud las caras menos conocidas de ERC, y que optaron ayer a la presidencia o a la secretaría general del partido que gobierna Cataluña en colaboración con el PSC. No así sus militantes que, con un importante grado de participación, tuvieron la posibilidad directa de cambiar las cosas. No sé si a ello se le debe llamar «elevado grado de democracia» pero, sin lugar a dudas, es una forma de llenar páginas de papel, blogs, páginas de Internet y minutos de radio.

Dejando a un lado que el nuevo presidente del partido elegido ayer tenga por delante la tarea de decidir si su partido sigue apoyando al tripartito además de reflexionar sobre las coordenadas en que debe situarse esa tarea de negociación con el Govern de Montilla, tiene además el trabajo de ensamblar, lo antes posible, las diferentes personalidades que concurren en ese partido.

Las diferentes corriente han existido siempre. Siempre se pusieron de acuerdo y juntos han llegado a tocar mucho poder en Cataluña.Entonces, ¿qué les ha pasado?

La crisis de ERC no tiene que ver con la del PP. La segunda está provocada por una nueva derrota electoral y la primera por una estrategia de futuro no coincidente. Esquerra es una formación que se resitúa cada día en el espacio político. Es normal, ya que en realidad se trata de un partido que, aunque histórico, se inspira en la búsqueda constante de una utopía de país que permanece instalada en la sociedad a través de crear espacios imaginados por el profundo corazón de unos cuantos; lugares que no forman parte de la realidad legal y jurídica.

Si Cataluña llegara a independizarse, ERC tendría que replantearse.Mejor dicho: no se sostendría por falta de sentido. Y sus militantes se irían disgregando en otras formaciones de derecha e izquierda.Pero esta reflexión repleta de lógica no afecta a las decisiones de los candidatos estos días.

¿Quiénes han estado en este pataleo político?, se preguntarán ustedes. Algunos ya los conocen de sobra. El nuevo presidente, Joan Puigcercós, es habitual de las páginas de política. Lo fue casi todo en su partido, además de conseller. Sobre todo segundón.Lo fue de Àngel Colom y después de Carod-Rovira. Consideró que le había llegado el momento. Por cierto, le apasionan las porras madrileñas. Ernest Benach es el íntimo de Carod, tanto que le puso entre la espada y la pared cuando le pidió que se presentara a la presidencia del partido. Lo ha hecho por fidelidad, pero ha resultado muy negativo para la institución del Parlament.Además ha perdido. Joan Carretero es médico en Puigcerdà. Eso da la personalidad de la gente de la montaña. Fue el que se atrevió a decir que Rodríguez Zapatero no era trigo limpio, en un momento en que todos los de ERC eran federalistas. ¡Si alguno se oyera ahora! Dicen que es la derecha del partido, pero eso poco importa cuando lo que se persigue es la independencia. Después de las elecciones del sábado deberá replantearse qué quiere hacer su partido en el Govern. El último de los que optaron ayer a ser presidente del partido fue Jaume Renyer, intimísimo de Carod.Se entiende que es así porque cuando en enero del 2004 avisaron al entonces conseller en cap que tenía preparada su entrevista con ETA en Perpignan lo llamó para que le hiciera de chófer.Eso es amistad. Sólo un 8% de ERC le avala.

El lector debe preguntarse: ¿qué diferencias han existido entre unos y otros? Matices y poder. No mucho más. Y un planteamiento diferente de encarar la gestión de gobierno, pero con posiciones muy parecidas. Puigcercós pidió no perder la tensión reclamativa ante Madrid pasando por el Govern; la candidatura de Benach situó el imaginario del 2014, más literario que otra cosa, aportando al partido sentido de gobierno; Carretero, renunciar al famoso Estatut social que hemos explicado en alguna ocasión desde esta página y situar la reclamación nacional en primera línea; por último, Renyer planteó enfrentarse con contundencia al gobierno Montilla, aunque las consecuencias pudieran ser negativas a la larga. Naturalmente, no vaya a ser que José Zaragoza se enfade y les organice unas elecciones adelantas.

Ahora la situación está algo más clara. Es evidente que el militante de ERC no quiere viajes por el desierto. La victoria de Puigcercós y Joan Ridao, y el buen resultado de Niubó, que ha acabado segundo para el puesto de la secretario general, con un respaldo del 23%, evitando el candidato de Carretero, demuestran que la sensibilidad de ERC está en seguir tocando poder. Y como podía ser sino. En Cataluña, Esquerra comienza a ser como CiU en su buen momento: muchas familias comiendo de un gobierno. Tensión por aquí, tensión por allá, y a seguir todo igual.

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EL QUE SE VA. El ausente de la consulta de ayer. Puede que estemos ante la recta final del vicepresident del Govern. Después de los años en la Generalitat que le quedan no le van a dejar seguir.Aunque con pactos todo es posible.

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Crisis. Ya no sirve la canción del grupo de los 70, Supertram, que cuestionaba las crisis. En España no nos hacemos preguntas.Echamos mano del diccionario para transformar las palabras.

El empresariado catalán mantiene una posición expectante ante esta «turbulencia económica» que se nos viene encima. Todo ha ocurrido demasiado rápido, aunque ahora dicen que la recesión estaba cantada. Precios de los alimentos, especulación en los carburantes, crisis financiera… El resumen está escondido detrás de la confianza empresarial. Es como en el juego del Monopoly.El dinero lo tienen unos u otros, pero siempre está en juego.Quien haya hecho caja previsora está más tranquilo. En Cataluña eso se hace bien.

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Cocineros. Pasó la histeria gastronómica. Mejor. Los fogones es preferible que trabajen con suavidad. Ferran Adrià y Santi Santimaría son grandes, y de ellos sacan provecho el resto. Pues bien.

El resto trabaja duro. Aquí nadie regala nada. No serán los perjudicados de la guerra porque individual y en colectivo los cocineros catalanes, poco importa donde hayan nacido, tienen una calidad muy superior a la media. Santamaría es maestro en los tiempos de cocción; Adrià en las proporciones. «Está bien visto», me aseguró esta semana el gran Fermí Puig en una larga conversación de hora y media en la calle. Estaba más tranquilo en lo culinario y preocupado por los futbolístico. Dos pasiones que ofrecen placeres parecidos.

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Viva Edhasa. Qué grande es Daniel Fernández, su editor. Tan normal, tan amable, tan dispuesto y publicando unos libros que ya le gustaría a los más importantes sellos en castellano. ¡Grande!

No existe mayor placer en mi profesión que recibir un libro.Mi debilidad son los de Anagrama y Tusquets. Una cuestión de generación. Detrás de ellos están los de Edhasa, tan pulidos y bien editados. La semana pasada recibe los dos tomos de El vizconde de Bragelonne, de Alejandro Dumas. Es el último de la trilogía de Los tres mosqueteros. La traducción revisada por los Carlos Pujol, padre e hijo. Jaumandreu el padre, Lagarriga, el hijo. Unas 2.000 páginas con los grabados de la primera edición recogidos por Pierre Gintaburger.

08 Junio 2008

El médico que les pone enfermos

Marçal Sintes

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Como hizo en su etapa como consejero del Gobierno presidido por Pasqual Maragall, Joan Carretero se ha convertido en una auténtica pesadilla para los socialistas. El médico de Puigcerdà se situó ayer segundo en el supersábado republicano, a menos votos de lo esperado del poderoso Joan Puigcercós, quien tiene bajo su control el aparato del partido. Carod-Rovira, que abandonaba la dirección republicana, participó en la contienda vicarialmente, a través de las candidaturas de Benach -presidente del Parlament catalán- y Niubò.

La votación de ayer -que registró una alta participación que da cuenta de lo movilizada y activa que se encuentra la militancia republicana- tendrá su prolongación en la que ha de celebrarse el próximo sábado con el objetivo de elegir la nueva dirección republicana y aprobar la correspondiente ponencia estratégica.Los próximos días van a ser, por tanto, de intensa agitación.Si Puigcercós quiere asegurarse el éxito en el congreso del sábado deberá alcanzar un acuerdo con algún otro sector. Y ahí surge el dilema. O lo hace con Carod o con los críticos agrupados entorno a Carretero. Un pacto de Puigcercós con Carod es el que otorgaría mayores garantías para la continuidad del tripartito. Por tanto, es el óptimo para Montilla y el PSC. Por el contrario, la alianza de Puigcercós con Carretero -al que Maragall acabó sacando del primer tripartito, lo que hizo añicos la hasta entonces amistosa relación del doctor con Puigcercós- daría lugar a una severa inestabilidad en el Gobierno de Cataluña.

Pero ni la iniciativa ni la capacidad de alcanzar pactos son exclusivas de Puigcercós y sobre el papel muchas combinaciones resultan posibles. Seguro que todos los protagonistas de esta emocionante partida buscarán agotar sus posibilidades e intentarán tejer alianzas de cara al congreso, que se presenta realmente trascendental. Habrá, por lo tanto, que estar muy atentos a las alianzas que durante esta semana puedan cristalizar, pues su geometría ha de permitir intuir el desenlace del sábado y dilucidar el rumbo de la nueva etapa que se abrirá para el partido de Macià y Companys.

Pero no termina necesariamente el próximo fin de semana la acción en Esquerra Republicana. Puede que luego los militantes tengan la oportunidad de expresar por tercera vez su parecer y cerrar así un proceso que, a pesar de todos los pesares, constituye sin duda una impresionante exhibición de democracia interna.Ocurrirá si Puigcercós y Carod confirman -o surgen otros aspirantes- que ambos ambicionan la plaza de presidenciable por Esquerra en las próximas elecciones al Parlament . La existencia de más de un postulante obligaría a organizar unas primarias para elegir al candidato que competirá por el sillón que hoy ocupa José Montilla.Sin embargo, tras lo sucedido ayer, son muchos los que ponen en duda que Carod-Rovira se atreva a medir sus fuerzas con Puigcercós, a no ser que entre ellos medie un pacto previo, en el sentido que sea. Si finalmente el número dos del Gobierno tripartito se arruga, la batalla entre él y el de Ripoll se habrá saldado sin un enfrentamiento directo, cara a cara, entre quienes han sido los dos máximos dirigentes de ERC desde que se asociaran para finiquitar el liderazgo de Ángel Colom. Como se recordará, ante el asedio al que le estaban sometiendo, éste, junto con Rahola y otros dirigentes afines, dieron el portazo y fundaron el efímero Partido por la Independencia. Colom, que ha regresado a Cataluña tras un lustro viviendo en Marruecos, ha declarado recientemente que se equivocó al provocar una escisión en ERC.El ex secretario general republicano, hoy militante de Convergència Democràtica, se arrepiente de aquello y de no haber plantado cara a la ofensiva de Carod y Puigcercós.

El tándem Carod-Puigcercós fue siempre un matrimonio de conveniencia.De hecho, la lucha sorda y constante entre ambos empezó casi el mismo día de 1996 en que se apoderaron oficialmente del bastón de mando. ¿Cuál ha sido el motivo del estallido que estamos viviendo? Los motivos son muchos, de diferente naturaleza y con calibres desiguales. No obstante, podríamos agruparlos en dos grandes factores: el personal y el estratégico, léase tripartito.

El choque en lo personal lo precipita la decisión de Puigcercós de convertirse en el próximo candidato a la presidencia de la Generalitat por ERC. El de Ripoll, quien, junto a sus fieles controla el aparato del partido, cree que su momento ha llegado.Carod rechaza hacerse a un lado y cederle el honor, del que él ha disfrutado ya en tres ocasiones: 1999, 2003 y 2006.

En el ámbito estratégico, el sector de Puigcercós censura a Carod por lo que considera una actitud en exceso complaciente con el PSC. Los críticos agrupados entorno a Carretero y Bertran hacen extensible ese mismo reproche a Puigcercós, mientras reclaman que se resalte el eje soberanista en el proyecto de la formación.Sea como fuere, a la vista de lo sucedido ayer, no parece -pese a ser ERC el más imprevisible de los partidos- que el Gobierno de Montilla peligre de forma inmediata. La mayoría de los republicanos comparten la opinión de que acabar con el gobierno sería bastante peor que continuar en él. No obstante, el congreso de ERC del próximo sábado reclamará inevitablemente a la cúpula republicana que apriete más o mucho más -según las alianzas que se produzcan estos días entre los republicanos- a los socialistas de José Montilla. Parece asegurado que la más de media legislatura que le resta al actual Gobierno catalán será de auténtico infarto.Contribuirán a ello, amén de la nueva situación en ERC, la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut y el desenlace de la negociación en curso sobre el sistema de financiación.

09 Junio 2008

Ser o no ser serios

EL PAÍS (Director: Javier Moreno)

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ERC debe superar el síndrome asambleario si quiere demostrar que es un partido de Gobierno

Esquerra Republicana se está jugando el ser o no ser un partido serio. Las elecciones a presidente y secretario general, celebradas el sábado, y democráticamente abiertas a toda la militancia, aclararon que Joan Puigcercós y Joan Ridao liderarán el partido, pero dejaron para el próximo fin de semana saber cuál será la nueva ejecutiva de la formación independentista y las líneas estratégicas que deberá seguir. De acuerdo con el dictado de esas urnas, a las que acudieron 7.000 de los 10.000 militantes, las opciones claramente favorables a la continuidad del Gobierno tripartito catalán suman más del 60% de los votos, pero las candidaturas críticas superan el 30%, lo que no aclara el eterno dilema de las dos almas de ERC: la independentista y la de izquierdas. Sobre el papel ganaron los partidarios del tripartito frente a quienes quieren un giro nacionalista con CiU.

Más allá de cómo sea capaz de integrar la nueva dirección todas estas sensibilidades, un reto para Puigcercós, ERC deberá asumir que no se puede ser un partido de Gobierno y, al tiempo, antisistema; que no puede aprobar en el Ejecutivo catalán una medida y luego desestabilizar con manifestaciones en la calle. Es decir, que la estrategia que aprobarán los republicanos esta semana no debería degenerar en otra demostración de ese tacticismo que despliegan con profusión y que tiene paralizadas parte de las decisiones del Gobierno de José Montilla.

No se puede ser al tiempo un partido y una asamblea donde generalmente llevan las de ganar los más radicales. Ejercer el poder tiene sus peajes: tomar decisiones, gusten o no, es uno de ellos. Incluso desde el punto de vista partidista, no se puede ganar a la mayoría de la sociedad catalana para la independencia -como pretende ERC- pendiente de la agitación interna. El congreso que ahora se está celebrando no es pues definitivo si los republicanos no se deciden a abandonar algunos tics más propios de tertulia de café.

ERC provocó en la reciente historia de Cataluña una sacudida: dio carpetazo a 23 años de pujolismo e hizo posible el Gobierno de Maragall. Luego los republicanos dieron la presidencia de Cataluña a un cordobés de origen, José Montilla. Ahora deben -más allá del debate izquierda/nacionalismo o de quién encabeza las listas a la Generalitat (Carod Rovira o Puigcercós)- dar el paso decisivo y demostrar que son un partido serio.

16 Junio 2008

Esquerra monocolor

EL PAÍS (Director: Javier Moreno)

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Puigcercós impone su lista a la ejecutiva. Ahora debe conseguir más seriedad en su partido

El 25º Congreso de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), que ha concluido el pasado fin de semana, ha visto cómo el 37% de la militancia, que apoya a Joan Puigcercós, se imponía al 63% restante, dividido en tres sectores. Y es que por mucha tradición asamblearia, por mucha variedad de tendencias o por duras que sean las rivalidades personales alguien debe asumir el mando y acabar con lo que amenaza con ser una inmensa olla de grillos.

Puigcercós, elegido hace dos fines de semana nuevo presidente de Esquerra, ha cogido el toro por los cuernos y ha decidido aparcar eso que muchos consideran la gran virtud de ERC: su funcionamiento asambleario y multicolor. El nuevo líder de los republicanos, ante la imposibilidad de presentar una ejecutiva de síntesis -el eterno duelo entre el alma independentista y la de izquierdas-, decidió someter su proyecto a los más de 4.000 militantes acreditados.

No hay otra solución ante tanta variedad de oferta si un partido quiere compatibilizar su vida interna con las tareas de gobierno. Y es que en la Esquerra de este 25º congreso han competido dos pugnas personales -Puigcercós y el presidente saliente, Josep Lluís Carod- y dos proyectos políticos que ponían el acento en el independentismo, apuntando a la revisión del pacto de Gobierno con PSC e ICV-EUiA o a un entendimiento nacionalista con CiU.

La nueva dirección sólo sufrió un serio correctivo de los congresistas: el revés a Xavier Vendrell, mano derecha de Puigcercós, que se quedó a 57 votos de obtener el plácet de la militancia. Vendrell fue el polémico recaudador que envió cartas a decenas de trabajadores de la Generalitat exigiendo que pagaran el 24% de su sueldo al partido. La receta del recaudador republicano no gustó ni a algunos de los propios allegados de Puigcercós, quienes el pasado sábado no ocultaban su satisfacción por el veto.

Anécdotas al margen, Puigcercós tiene el reto de intentar convencer al resto del partido o a una gran mayoría de que su camino es el bueno. ERC debe recuperar la senda iniciada por el primer presidente de la Generalitat republicana, Francesc Macià: actuar con autoridad, dar muestras de seriedad y evitar hacer de gobierno y oposición a un tiempo. Pacta sunt servanda. Los pactos deben cumplirse. Ése es un primer paso