10 marzo 1996

Aznar impulsa 'centrismo' federalista en sus afines que Pedro J. Ramírez y Anson parecen dispuestos a abrazar, aunque algunos de sus columnistas no parecen tenerlo tan claro

Los diarios EL PAÍS y EL PERIÓDICO recuerdan la agresividad de los periodistas afines al PP hacia el nacionalismo catalán para torpedear el pacto Aznar-Pujol

Hechos

El 10 de marzo de 1996 los diarios EL PAÍS y EL PERIÓDICO publicaron sendos reportajes sobre los periodistas más próximos al Partido Popular.

Lecturas

El 10 de marzo de 1996 el periódico El País publica un reportaje para recordar que el ABC de D. Luis María Anson Oliart y El Mundo de D. Pedro José Ramírez Codina han pasado de criticar a CiU cuando pactaba con el PSOE a elogiar a CiU ahora que pacta con el PP. Tanto El Mundo como ABC responden en sendos editoriales el 11 de marzo acusando a El País de haber sido ellos los que atacaron a CiU y a su líder Jordi Pujol durante la investigación del caso Banca Catalana, según estos medios, obedeciendo al PSOE.

antipujolismoAp El diario EL PAÍS del Grupo PRISA, fue el principal enemigo mediático del pacto entre el PP y CiU. Para intentar sabotearlo recordó como los llamados ‘medios afines’ al Partido Popular, el periódico EL MUNDO que dirigía D. Pedro J. Ramírez y el diario ABC que dirigía D. Luis María Anson, habían estado tres años arremetiendo contra el Sr. Pujol y como ahora, desde que se hizo necesario para el Sr. Aznar, habían pasado a elogiarle.

También el 10 de marzo de 1996 el periódico El País publica un reportaje para recordar que el ABC de D. Luis María Anson Oliart y El Mundo de D. Pedro José Ramírez Codina han pasado de criticar a CiU cuando pactaba con el PSOE a elogiar a CiU ahora que pacta con el PP. Tanto El Mundo como ABC responden en sendos editoriales el 11 de marzo acusando a El País de haber sido ellos los que atacaron a CiU y a su líder Jordi Pujol durante la investigación del caso Banca Catalana, según estos medios, obedeciendo al PSOE.

10 Marzo 1996

La milagrosa rehabilitación de Jordi Pujol, 'president'

Miguel González

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Los resultados electorales han tenido milagrosos efectos. Y no sólo entre la clase política. También, en las desconcertadas páginas de la prensa que con más vehemencia militó en la marea triunfal del PP que auguraban las desenfocadas encuestas. La rana con la que el director de EL MUNDO, Pedro J. Ramírez, representaba al presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, el pasado 10 de septiembre, se ha trocado en príncipe. El «pequeño dictador» al que aludía Luis María Ansón en el ABC del 16 de noviembre tiene hoy una «espléndida blografía antifranquista de lucha por la libertad». Los tribunales de papel, que dictaron condena inapelable contra el nacionalismo catalán por su apoyo al PSOE, le han rehabilitado con todos los honores como probable socio del Gobierno de Aznar. Eso sí, sin que nadie pague las costas el proceso sumarísimo. El periódico ectrónico del futuro, afortunadamente, abolirá las embarazosas hemerotecas.

El consejero de la Presidencia de la Generalitat, Xavier Trias, se confesaba el miércoles «perplejo» ante la portada de ABC. No le sorprendía el titular que ocupaba la parte inferior («Lo normal es que Pujol, de centro derecha, llegue a un acuerdo con Aznar, que es lo mismo; lo anormal es que apoyara al PSOE»), sino el comentario sobre el partido del Barça con el PSV Eindhoven, en el que los jugadores de Cruyff habrían hecho gala, según ABC, de «un importante derroche de coraje».  LA VANGUARDIA o EL PERIÓDICO de Catalunya, poco sospechosos de animosidad hacia el Barça, destacaban ese día la «apreciable superioridad» del equipo holandés, que puso «contra las cuerdas a los azulgranas».Sólo el maquiavelismo, pudo llevar a Trias a relacionar las dos noticias que ocupaban la portada del diario dirigido por Luis María Ansón y a sospechar que pretendía, con inmerecidos halagos a su club, ablandar a los deseados socios de gobierno de Aznar.

No es Trias el único dirigente de CiU que muestra una escocida suceptibilidad hacia ABC. «El señor Ansón», ha declarado el portavoz nacionalista en el Congreso, Joaquim Molins, «pasó de nombrar Español del año al presidente Pujol a un furibundo ataque a Cataluña. Pujol no había cambiado, al contrario, había ejercido aquello que llevó a Ansón a nombrarle Español del año: participar en la gobernabilidad del Estado, pero de la manera en que no le gusta al señor Anson».

Ciertamente, Molins no había leído la cita de Cánovas del Castillo que Abcreprodujo el jueves como pórtico de su sección Nacional: «Decir política equivale a decir ciencia de lo mudable, de lo relativo y contingente [ … ]»

Si lo hubiese hecho, seguramente no habría dado mayor trascendencia a los epítetos que Ansón hal prodigado a Pujol. Por ejemplo, en su comentario de portada del pasado 16 de noviembre, tres días antes de las elecciones catalanas, titulado Pujol se ha convertido en un pequeño dictador: «Jordi Pujol controla hasta la naúsea la inmensa mayoría de los medios de comunicación catalanes. […] Pujol dedica una parte considerable de los presupuestos […] a perpetuarse en el poder con la creación de un generoso pesebre para escritores, intelectuales, artistas […] Pujol puede obtener mejor o peor resultado en las elecciones. Pero no puede perder. Juega con ventaja. Se ha convertido en un pequeño dictador. Ha transformado CiU en un remedo del PRI mexicano».

Aunque directamente no le llamó dictador, ABC acusó a Pujol, el 12 de septiembre de 1993, de actuar «igual que Franco, pero al revés», por emprender, a su juicio, la «persecución del castellano en Cataluña» mediante la política educativa de inmersión lingüística.

Con todo, fue el respaldo de CiU al Gobierno los últimos dos años y medio lo que provocó las invectivas más virulentas. El pacto era, según ABC,«conchabamiento»

(19-11-95), «indecente mercadeo» (22-11-95) y «complicidad con la destrucción felipista del Estado de Derecho y su deletérea apoteosis de la corrupción» (291-10-95).

Más que apoyo, lo que CiU daba al Gobierno era «auxilio parasitario» (9-2-95), pues González no puso «limite alguno a las desbocadas exigencias» de sus socios, «insaciables en su voracidad desmembradora», sino que se postró «de rodillas ante Pujol» para «claudicar vergozosamente».

Resumiendo: «En la almoneda en que se ha convertido el Poder en España en los últimos años, Pujol ha sacado tajada de un puñado de votos [con los que]tiene prisionero a Felipe González y le somete a un continuo vasallaje rayano en la extorsión» (9-3-95).

Claro que, como advertía Ansón el 7 de febrero de 1995, «Aznar podría en el futuro encontrarse en una situación no tan distinta de aquella en la que hoy se encuentra González». Para evitarlo, nada mejor que el amplio triunfo. del PP que predecían los sondeos y que, el 16 de enero, no hace dos meses, hacía decir a Ovidio, sosia del director de Abc: «Puede estar muy cercano el momento en que [a Pujol] Ya no le será posible chalanear con González, a quien ha exprimido a su antojo, de espaldas a los intereses de la mayoría de los españoles».

Ya al final de la campaña (28-2-96), con motivo del mitin de Aznar en Barcelona, el diario contraponía las «servidumbres vergonzantes [y] claudicaciones sistemáticas» de González con la actitud del líder del PP, «reivindicando un gran proyecto nacional español […] sin ceder al chantaje emocional de los nacionalismos».

La resaca del 3 de marzo fue pesada, pero no impidió al director de ABC escribir esa misma noche, en un rasgo quizá de acendrada sinceridad, que «uno de los factores que más decisivamente ha dañado a González -su obligada dependencia de los particularismos- vuelve a estar presente».

¿Qué hacer? «Por encima de maniobras de poder debe prevalecer la voluntad política, alta y noble, de considerar preferentemente los intereses nacionales. […] El compromiso representado por una eventual entrada de CiU en el Gobierno de Aznar supondría una coalición fuerte […] Para no incurrir en los vicios que se achacaron [?] al anterior apoyo de CiU a González», dicho acuerdo debe ser «estable, transparente y con condiciones conocidas» (5-3-96). Aunque, claro, siempre habrá malpensados y «cualquier transacción con los partidos territoriales será intensamente utilizada contra ellos» (7-3-96).

«El pacto entre dos partidos de ideología común, que pertenecen a la misma Internacional, como el PP y CiU, es la vuelta a la normalidad», publicó Ansónel miércoles, olvidándose quizá de lo que él mismo dijo: «A nadie se le oculta que tanto para UDC como, sobre todo, para el PNV, el factor nacionalista es mucho más definidor que el ideológico» (841-95).

En fin, «hay que mirar hacia el futuro y olvidar muchas cosa¡» (83-96). Pujol no es ya el pequeño dictador o el cómplice, sino que tiene «una espléndida biografía antifranquista de lucha por la libertad y contra la dictadura». «Durante largos años recibió de este periódico permanentes elogios bien merecidos», recordaba el viernes el director de ABC y, si bien es verdad que «las cañas se tomaron lanzas cuando decidió apoyar a González para garantizar lo que él llamó entonces gobernabilidad de España […], ahora la situación ha cambiado y la política exige adaptarse a ella». Por arte de la aritmética electoral, las lanzas se han vuelto a convertir en incensarios.

PILLADO POR LA HEMEROTECA

«En los acuerdos secretos González-Pujol estará la clave. ¿En qué consistirá? Lo ignoramos. Debe pertenecer al dominio de la política de alcantarillas» (ABC 21-9-915). La ignorancia que confesaba Ansón no era compartida por el director de EL MUNDO, Pedro J. Ramírez, quien el 23 de junio de: 1994 escribía: «Pujol intercambia votos por gas». Efectivamente, el precio de la compra de Enagas por Gas Natural -«no es otro que la continuidad del apoyo parlamentario que CiU viene prestando a González».Según EL MUNDO, no se trata de la única ventaja obtenida por Pujol. Los Presupuestos de 1995 fueron fruto del «peaje económico que [el Gobierno] paga a CiU por su apoyo político» (30-9-94). Es más, «Pujol ni siquiera ha necesitado ir a Madrid para poner la. mano, como habitualmente se le reprocha. Ha sido el ministro de Economía el que ha tenido que acudir a su despacho para pactar» (57-94). En definitiva, «CIU está sacando el mejor partido de la situación» (14-6-94), por la disposicion de González a conceder «arbitrarios favores políticos a cambio de apoyo parlamentario». (15-7-94)

«¿Por dónde tienen cogido a Pujol?», se preguntaba EL MUNDO (26-6-95), sin ofrecer respuesta a tan -inquietante cuestión. Sí revelaba, al menos, que CiU «tiene al PSOE cogido por el cuello» (45-94). No sorprende, por tanto, que Ramírez, que se adelantó a Ansón al calificar a CiU de«PRI con barretina» (20-3-95), celebrara el «descalabro pujolista» (20-11-95) en las elecciones catalanas y que, en vísperas de las generales, recordara a sus lectores que CiU contribuyó a ‘justificar y apuntalar los desmanes» de González (2-3-96).

Más difícil resulta explicar que, 72 horas después, EL MUNDO aconsejara a Aznar el mismo pacto que tanto criticó a González. Pero todo se explica: «A CiU le reprochamos que ayudara a sobrevivir a un Gobierno responsable de tanta corrupción. Y al PSOE, que hubiera reclamado los votos de la izquierda para hacer luego una política de derechas. Ninguno de esos dos reproches podría dirigirse en principio 1 a un pacto entre PP y CiU». (5-3-96)

Si acaso no pudo leer el editorial, el presidente catalán conoció de primera mano lo que pensaba Ramirez. «Un periodista muy conocido de un diario joven de Madrid, de los que se metieron tanto contra mí, contra mi mujer, contra mis hijos y contra CiU, me llamó para pedirme responsabilidad y seny», contó Pujol.

10 Marzo 1996

Columna, que algo queda

EL PERIÓDICO (Director: Antonio Franco)

Destacados columnistas madrileños han escogido el fet catala como tema preferido de sus mofas

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Destacados columnistas madrileños han escogido el ‘fet catalá’ como tema preferido de sus mofas.

Además de los editoriales y de los artículos y comentarios de sus directores, los diarios madrileños ABC y EL MUNDO han teledirigido la opinión de sus lectores a través de estacados columnistas que, sin ningún escrúpulo, se han burlado de lo catalán haciendo bueno lo de calumnia – desde su columna que algo queda.

Varios articulistas de los periódicos madrileños ABC y EL MUNDO han destacado por atacar sistemáticamente al catanismo político, sobre todo cuando el pujolismo prestó su apoyo al Gobierno del PSOE en 1993.

He aquí algunos párrafos de lo mucho que han escrito (Y escribirán) el aragonés Federico Jiménez Losantos (ABC), el murciano Jaime Campmany (ABC), el andaluz Antonio Burgos (EL MUNDO) y el también andaluz Pablo Sebastián (EL MUNDO).

Jiménez Losantos

El escritor Federico Jiménez Losantos está considerado como el más notorio de los asesores ideológicos del presidente del PP, José María Aznar.

Su principal filia es la figura de Manuel Azaña y su principal fobia, la Catalunya de Pujol.

Vivió, estudió y trabajó en Barcelona y Santa Coloma de Gramanet hasta que marchó a Madrid en 1981 después de oponerse al proceso de normalización lingüística del catalán – fue uno de los firmantes del célebre Manifiesto de los 2.300 – y sufrir un atentado de Terra Lliure.

“Tampoco es que haya que tirarles a degüello, pero, en fin, unos señores (Pujol y Arzalluz) cuya politica es la de liquidar España y todo lo español – al menos todo lo posible – en el País Vasco y Catalunya merecían una cierta cautela en el elogio, una reserva en la glosa. Pero Madrid es el único sitio de España donde todavía cuela entre la clase periodística y política la propaganda nacionalista de que a Bilbao y a Barcelona se les debe una reparación histórica, política y económica de carácter intangible e inagotable, como las arcas del reino. Ya puede Pujol perpetrar el genocidio lingüístico que acaba de denunciar ese nuevo manifiesto de loas 14.000 (…) que luego llega a Madrid y lo tratan con guante blanco. El único partido que desde posiciones liberales ha criticado estas atrocidades ideológicas ha sido el PP y por eso le decían a Aznar que nunca podría pactar con los nacionalistas (…) A pesar del bloque prostitucional del PSOE y nacionalistas, el PP sigue subiendo (…) lo que acelerará inevitablemente el desgaste del felipismo y de sus aliados”. (ABC, 26-5-1994).

“Los castellanohablantes normalizados por Pujol con el beneplácito del Tribunal Anticonstitucional son unos tres millones, la mitad de la población de Catalunya. Nótese que equivaldría a la pérdida del castellano como lengua escolar y de cultura de toda la población de Castilla y León, Cantabria y La Rioja. O de todos los aragoneses, murcianos y extremeñs juntos (…) EL número de ciudadnaos que vivirían, viven o vivirán en un régimen de apartheid lingüístico que para proteger a las lenguas minoritarias discrimina a la mayoría se eleva a cerca de 16 millones. (ABC, 8-1-1995).

“En los 15 años de Pujol, la Generalitat ha pasado de tener 2.000 funcionarios a 100.000, entre ellos más de 2.000 comisarios lingüísticos – la lengua cumple en el pujolismo el mismo papel que la religión en el integrismo –y el Estado – catalán, por supuesto – invade todos los ámbitos de la vida pública (…) Catalunya – aunque voluntariamente – ha sido la primera víctima del nacionalismo. Pujol ha conseguido más poder, más transferencias, más dinero para su clientela sociopolítica, pero no más prosperidad para Catalunya. Y el futuro sin cambio político, será peor que el presente. Pujol tiene y seguirá teniendo mucho peso, como él dice, en la política española, pero Catalunya tiene peor imagen que nunca, hasta el punto de que ha pasado de ser lugar de inmigración a serlo de emigración o huida. El peso de Pujol es en realidad un peso muerto, una losa sobre Catalunya y una lápida sobre España. Cabe soportarlo, pero no celebrarlo” (ABC, 21-3-1995)

Jaime Campmany

El veterano periodista Jaime Campmany lo fue todo durante el franquismo, régimen que casaba con su ideología falangista. Las autonomías son la obsesión de este plumífero de socarronería venenosa. Entre los textos recogidos sobresale el escrito en el dialecto murciano como chanza contra las lenguas no castellanas utilizadas en el Senado en 1994.

“A los nacionalistas vascos (el Gobierno) les concede la reinserción de terroristas, y comulga con las ruedas de molino que le administra Arzalluz (…) a los nacionalistas catalanes les paga en todas las monedas: política económica, transferencias, inmersión lingüísticas, inmersión lingüística, paisos catalans, 15% de IRPF, fondos europeos de cohesión, deuda de la sanidad, l que pidan” (ABC, 8-09-1994)

“Desde que salí de Murcia / platiqué en panocho poco / que d´estar en los madriles / s´afinao muncho er pitorro / quiero dicir er gallito / por aonde las cosas nombro (…) Pero la llengua murciana / que aquí mesmo us esperfollo / es mucho más encadémica / de grematicales moos / que la que gasta er Pujol / por mal nombre Pirindolo / po to lo que tié de nano / y tó lo que tiene de gordo / que otros llaman Cebollet / en castellano Ceboll / En vez de hablar catalán / igual que l´inlgés en Oxford / el mesmo que s´hala en Vic / patria del Balmes famoso / qu´escrebía aquellas cartas / en plan romano católico / la llengua de mosén Cinto / que era un catalán de oro / había como una zambomba / pronuncia como un zambobo / un catalán de mongeta / de botifarra y de mosso / y deplorar largo ploro / Si er Yordi echa otra soflama / en el chiribito autónomo / platicando en catalán / como si hablara en chinorro / me va a entrar una risiquia / por en medio de los morros / que me meo en los zaragüelles / y aluego me descojono / o me voy patas abajo / y dejo un saco d´abono (ABC, 27-09-1994).

Antonio Burgos

Gran parte de su vida desempeñó cargos de importancia responsabilidad en el ABC de Sevilla, pero Antonio Burgos, andalucista y anticatalán, terminó recalando en EL MUNDO.

“Hay mucho Pujol suelto por ahí. Pujol ha inventado un motor de agua, que es transferir a Catalunya todas las críticas a su partido y su política de la buchaca y del ande yo caliente, y España entera se nos va a llenar de falsos sabios que tratarán de aplicar el mismo montaje en su defensa (…) El último pujolista es el concuñado de González, aquel José Luis Palomino que con los caballos de Jerez se gastó 400.000 pesetas en limusinas, vino y almejas (…) y que acaba de decir: “No me cabe duda de que el escándalo es un ataque a Felipe González’. Ay, qué mal se aprenden los pujolillos la lección de Pujol” (EL MUNDO, octubre de 1994).

“Pujol y Arzallus son los rehenes de la manteca que se están llevando con la coartada autonómica (…) (A Barcelona) se va el río de los dineros de la España a dos velas del carro de los muertos vivientes (EL MUNDO, 7-5-1994).

Pablo Sebastián

Periodista cordobés de vasta trayectoria profesional en numerosos medios de comunicación de empresas públicas y privadas, Pablo Sebastián parece haber encontrado su acomodo ideal al lado de Pedro J. Ramírez en EL MUNDO, diario en el que también firma como Aurora Pavón.

“¿Qué quiere decir José María Aznar cuando afirma que la situación interna española es insostenible? Insostenible es que el PP no haya presentado todavía la moción de censura contra González. Aunque más grave parece que Jordi Pujol, con su apoyo a González, esté fregando la corrupción del PSOE con la bandera y los votos del nacionalismo catalán (EL MUNDO, 2-5-1994).

“Y cómo dice el gran protector de González, Rubio y Roldán, don Jordi Pujol, puede que no le haga falta al presidente del Gobierno una moción de confianza para continuar. Teniendo la confianza de Pujol, ya está. Y no es por González. Es por Pujol: ¿Para qué hacerle pasar a CiU el bochorno de tener que votar otra vez una especie de segunda investidura del líder del PSOE?” (EL MUNDO, 23-05-1994)

“Es tan difícil situación les acompañan (a los socialistas) en el duelo Arzalluz y Pujol, que según el banquero Cebrián ‘desempeñan un papel de moderación y criterio que es preciso valorar’. Y ya tenemos el triángulo de las Bermudas del felipismo, tras el que se parapeta el régimen actual: PRISA, PNV y CiU”. (EL MUNDO, 25-5-1994).

Las diferencias inexistentes de Aznar y Pujol

Lo que va de ayer a hoy. Superado el mazazo que el 3-M supuso para el diario ABC, que llegó a publicar encuestas en que el PP sacaba 11 puntos de ventaja al PSOE, su director, Luis María Anson, ha empezado a realizar juegos malabares para congraciarse con Catalunya y Jordi Pujol, su bicha particular a raíz de las elecciones de 1993.

El pasado miércoles día 6, su portada en la edición catalana incluía una gran foto del futbolista del Barça Segi, con un texto propio de un hincha, a pesar de que el equipo azulgrana había hecho el ridículo en todo Europa. Con el ansoniano estilo de universalizado todo para colar sus opiniones personalísimas, en la misma portada podía leerse: “Criterio generalizadoo en medios político: lo normal es que Pujol, de centro derecha, llegue a un acuerdo con Aznar, que es lo mismo; lo anormal es que apoyara al PSOE. En páginas interiores se incluían las presuntas similitudes ideológicas de PP y CiU bajo el título. Programas económicos convergentes (feliz guiño semántico hacia CDC) En esa misma edición se elogiaba “el excelente estado del teatro catalán” que cuenta en Madrid con su mejor escaparate.

El día 8, cansado de que la competencia ahondara en la distancia entre PP y CiU, Anson pontífico en su editorial: “Algunos querrían agigantar las supuestas dificultades de Aznar para lograr la investidura. A algunos el veredicto del domingo no les ha gustado. Y sacan de contexto frases de Aznar o Pujol para exhibir abismales diferencias inexistentes.

Más sutil, EL MUNDO de Pedro J. Ramírez ha intentado decir digo en vez de Diego, pero cargando las tintas contra el PSOE. El editorial del día 5 señalaba: “A CiU le reprochamos que ayuda a sobrevivir a un Gobierno responsable de tanta corrupción. Y al PSOE, que hubiere reclamado los votos de la izquierda para hacer luego una política de derechas. Ninguno de estos reproches podría dirigirse en principio a un pacto entre PP y CiU. Porque ambos han reclamado los votos ciudadanos para poner en marcha una política similar en casi todos los terrenos. Y porque el PP no tiene el lastre de inmortalidad que acarreaba el PSOE.

Un día después, otro editorial exigía al PP un giro al centro (Lamentaba entre otros aspectos, los gritos de Pujol, enano, habla en castellano) cargaba contra Vidal-Quadras y concluía; “No se puede hacer política en Catalunya contra la inmensa mayoría de los catalanes”.

 

11 Marzo 1996

EL PAÍS, nervioso

ABC (Director: Luis María Anson)

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El nerviosismo que domina en los últimos días a EL PAÍS revela que la negociación entre Aznar y los nacionalistas marcha bien. Después de presentar la derrota de González en las elecciones generales del 3 de marzo como una victoria de su ídolo, el diario EL PAÍS dedicaba ayer toda una página a atizar por la vía periodística su campaña para quebrar el entendimiento Aznar-Pujol. Recibimos tanta desmesura a cinco columnas como un honor. Cuando EL PAÍS, al servicio rendido del PSOE, se dedicaba a lanzar insidias, manipulaciones e intoxicaciones contra Pujol en los momentos difíciles de la campaña emprendida por González y Guerra en el asunto Banca Catalana, ABC asumió en solitario la defensa de la honradez del líder catalán. Durante diez años – desde 1983 a 1993 – hemos dedicado decenas de portadas y editoriales al elogio de la política de Pujol, haciéndole a la vez no pocas críticas, porque éste es periódico independiente. En julio de 1993, Pujol decidió apoyar a González, a pesar de ser el PSOE contrario a la ideología de su partido, alegando la gobernación de España y apuntalando a un Gobierno acosado por la corrupción y la ineficacia. Dos años después, Jordi Pujol, consciente del desastre al que había llegado González, se negó a aprobar la ley de Presupuestos, provocando las elecciones generales que el líder socialista no quería. Desde 1993 a 1995, Pujol, a pesar de la admiración con que siempre le hemos distinguido, ha recibido de ABC las críticas que la coherencia del periódico exigía. Ahora, el líder catalán está haciendo gestos inequívocos de procurar el entendimiento con un partido mayoritario salido de las urnas y que, a diferencia del PSOE en 1993, pertenece al mismo espectro ideológico que CiU. Como esto es razonable y coherente, cuenta con el apoyo de ABC y de los españoles que mayoritariamente han votado en contra del felipismo, un estilo de gobernar que, aun auspiciado por EL PAÍS, debe ser erradicado de la vida española. Sobre estas líneas, a la izquierda, la página con que ayer honró a nuestro periódico el diario EL PAÍS. A la derecha, una portada de ABC que se hizo célebre, en la que el dibujante caricaturizaba una prepotente frase de Guerra contra Pujol durante la campaña electoral de 1984.

11 Marzo 1996

Patéticas manipulaciones del diario que intentó encarcelar a Pujol

EL MUNDO (Director: Pedro J. Ramírez)

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Habrá que hacer inventario de las decenas de miles de millones que Polanco y su grupo han recolectado durante el felipismo gracias a  favores, adjudicaciones y privilegios políticos. La inminencia de la pérdida de tales prebendas está llevando estos días a EL PAÍS a proponer soluciones extraconstitucionales con tal de impedir la investidura de Aznar y a desplegar un nuevo recital de manipulaciones para tratar de desprestigiar a la prensa independiente, cuyas revelaciones han permitido que los ciudadanos hayan desalojado del poder al felipismo. Reciente aún el patinazo que supuso extractar los artículos del director de EL MUNDO, para intentar hacerle decir lo contrario de lo que decía sobre los GAL, EL PAÍS divulgaba ayer un catálogo de supuestos agravios que nuestro periódico habría dirigido contra Pujol. Tan grotesca era la recopilación que, junto a pequeñas citas sacadas de contexto y la atribución a Pedro J. Ramírez de una reciente llamada a Pujol que jamás ha tenido lugar, el máximo reproche consistía en haber representado al presidente catalán en una ilustración alegórica bajo la forma de rana (a merced del escorpión González). No deja de ser un sarcasmo que el diario que más activamente trató de meter a Pujol en la cárcel sirviendo con todo tipo de descalificaciones editoriales a la estrategia del PSOE en el caso Banca Catalana invoque como ejemplo de periodismo ofensivo la ingenua caricatura del batracio. EL MUNDO podrá acertar o quivocarse, ser justo o injusto en tal o cual apreciación, pero todo lo ha hecho siempre gratis. EL PAÍS en cambio a supeditado su línea editorial e informativa a los grandes pelotazos económicos de su propietario. EL MUNDO no quita ni una coma de sus reproches a CIU por haber prolongado artificialmente la agonía de un gobierno responsable de graves casos de corrupción. Es lógico que EL PAÍS nos eche en cara tal actitud, pues sólo gracias a la supervivencia de ese Gobierno ahora derribado por las urnas fue posible su pacto con Telefónica para explotar la televisión por cable. La desfachatez polanquista de pretender presentar esas críticas al encubrimiento de la corrupción como ataques al nacionalismo catalán fue ayer significiativamente compartida por el director de un diario de Barcelona cuyo alineamiento con EL PAÍS pone en entredicho tanto ante estamentos periódicos como políticos la sinceridad de otros planteamientos teóricamente prevalentes.