25 junio 1952

Luis G. Manegat es nombrado nuevo director de EL NOTICIERO UNIVERSAL de Barcelona por la Editorial Mencheta

Hechos

El 25 de junio de 1952 el ministerio de Información aprobó el nombramiento de Luis Gonzaga Manegat Giménez como nuevo Director de EL NOTICIERO UNIVERSAL de Barcelona.

Lecturas

El Noticiero Universal fue fundado por Francisco Peris Mencheta en 1888. 

El 25 de junio de 1952 el ministerio de Información de Garbiel Arias Salgado aprueba la petición de la empresa editora del periódico de la tarde de Barcelona El Noticiero Universal, la Editorial Mencheta, de designar a Luis Gonzaga Manegat Giménez nuevo Director del periódico, a Ángel Elías Riquelme nuevo Redactor-Jefe y Jaime Arias Zimermann nuevo Secretario de la Redacción.

Luis G. Manegat será director de EL NOTICIERO UNIVERSAL hasta 1966. 

El Análisis

Un relevo en El Noticiero Universal

JF Lamata

El nombramiento, el 25 de junio de 1952, de Luis Gonzaga Manegat Giménez como nuevo director de El Noticiero Universal marca un hito en la historia reciente de la prensa barcelonesa en tiempos del franquismo. En aquella ciudad, donde el periodismo estaba estrictamente vigilado por la censura y bajo el control del Ministerio de Información, convivían dos periódicos del régimen —el matutino Solidaridad Nacional y el vespertino La Prensa, ambos dependientes del Movimiento— con cuatro cabeceras privadas de larga tradición: La Vanguardia de Godó, matutino, líder indiscutible en ventas e influencia; el Diario de Barcelona (del que es co-propietario también Godó), el más antiguo; El Correo Catalán, vinculado al tradicionalismo carlista; y El Noticiero Universal, que buscaba ser líder vespertino manteniendo su espacio entre los lectores en un contexto de competencia limitada pero férreamente regulada.

¿Quién era el hombre que asumía ahora la dirección del vespertino de la familia Peris Mencheta? Luis G. Manegat, escritor, periodista y crítico cultural, había destacado como ensayista y como narrador de fino estilo, ligado a publicaciones literarias y culturales de posguerra. Su perfil, más intelectual que meramente político, abría la puerta a un posible relanzamiento del diario en terrenos como la crítica cultural, el análisis internacional o el comentario de actualidad, dentro de los estrechos márgenes que la dictadura permitía a la prensa no adscrita directamente al Movimiento. Con su llegada, el Noticiero podía aspirar a un salto de calidad editorial y a distinguirse en un mercado donde cada cabecera había encontrado su público específico.

No debe olvidarse que, tras la muerte del fundador Francisco Peris Mencheta, la familia había consolidado un auténtico emporio editorial y cultural en Barcelona. Entre sus empresas destacaba el estudio de doblaje La Voz de España, donde se adaptaban al castellano muchas de las grandes películas norteamericanas, lo que mantenía a la saga Mencheta en un papel clave en la industria cultural de posguerra. Aupar a Manegat al frente del periódico podía ser, así, no solo una apuesta por reforzar el peso del Noticiero Universal dentro del ecosistema mediático barcelonés, sino también una forma de que la editorial Mencheta reafirmara su influencia en un mundo cultural donde prensa y cine se entrelazaban bajo la atenta mirada del régimen.

J. F. Lamata