19 enero 1993

Mercedes Milá realiza un programa sobre ‘ultras’ en el fútbol con Jesús Gil y Ramón Mendoza y acaba con la expulsión de parte del público

Hechos

Emitido el 19 de enero de 1993.

Lecturas

El programa Queremos saber, que abordó el 19 de enero de 1993 el tema de la violencia en el deporte, fue visto por más de 5.407.000 espectadores, lo que supuso el récord de audiencia del espacio presentado por Dña. Mercedes Milá en Antena 3 TV. Queremos saber consiguió una media de «share» (personas que veían en ese momento la TV) del 41% y fue el programa más visto en su franja horaria, según datos facilitados por Ecotel. El programa contó con la presencia de los presidentes del Real Madrid y Atlético de Madrid, con representantes de los grupos Ultra Sur (que fueron expulsados del estudio por Dña. Mercedes Milá), Frente Atlético, Brigadas Amarillas y Riazor Blues. También asistieron D. Julio Antón, comisario de policía y miembro de la comisión contra la violencia en espectáculos deportivos, y Bernardo Bayona, vicepresidente primero del Senado.

https://www.youtube.com/watch?v=_WLuptnDQ9g

22 Enero 1993

Hermoso sueño y abyecta realidad

Carlos Boyero

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Viste una zarrapastrosa túnica blanca y hay expresión de infinito cansancio en su rostro. También dignidad, determinación, huellas inequívocas de haber vivido con pasión y dolor su complicada existencia, certidumbre de no poder evitar el definitivo crepúsculo. A su lado, un Sean Connery moribundo hace planes de futuro con regocijo infantil, hasta que descubre que su desgastado cuerpo está paralizándose. Ella le confiesa que la pócima que acaban de beber ambos es veneno y que ya nada podrá separarlos. La imposible monja, romántica homicida y comprensible suicida Lady Marian, también le hace una escalofriante declaración de amor a ese Robin Hood que la hizo reír, sentir, sufrir y vivir: «Te amo más que a los niños, más que a los campos que planté con mis manos, más que a la plegaria de la mañana, más que a la paz, más que a nuestros alimentos, más que a la alegría, más que al amor, más que a la vida entera. Te amo más que a Dios». Yo me despedí para siempre de esa maravillosa actriz y mujer con esta conmovedora imagen de Robin y Mallan. Aseguran las prosaicas necrológicas que acaba de morir de cáncer en una lujosa clínica suiza y que tenía 63 años. Mentira. Audrey Hepburn está enterrada en el bosque de Sherwood, en un lugar que sólo conoce la última flecha que lanzó Robin Hood y en la memoria de cualquier hombre que no sea un tullido emocional, que sea capaz de enamorarse. Pertenece a la ensoñación, al cine, a lo que jamás podrá profanar la realidad.

Volvamos a la tierra y a sus espejos exclusivamente abyectos. La vibrante, expeditiva y acelerada Mercedes Milá, además de empeñarse la semana anterior en azuzar la irremediable guerra entre los heroicos cruzados del antitabaquismo y los salvajes yonquis de la nicotina (los últimos estamos organizando la guerrilla urbana y hemos asumido épicamente lo de matar y morir), consiguió revolver el estómago de cualquier biennacido con la imagen televisiva de variados, arrogantes y violentos descerebrados que se mordían compulsivamente las uñas mientras afirmaban la pureza de su sangre con argumentos tan racionales como estos: «Es normal que gritemos Ku Klux Klan cuando vemos a un negro. Europa tiene que ser blanca. Los emigrantes vienen a España a trapichear, a mendigar, a robar y a quitarnos a los jóvenes los puestos de trabajo. Nosotros enseñamos la esvástica con mucho orgullo». Jesús Gil muestra su patriarcal comprensión de los energúmenos con un pacificador: «Que no pasa nada». Más perlas del simpático ogro fascista: «No hay futuro para este país mientras que no haya despido libre».