Moll de Miguel despide a Fernando Garea Baragaño como director de EL PERIÓDICO DE ESPAÑA y lo sustituye Gemma Robles

Esta tarde me ha comunicado el editor mi despido inmediato y el fin de mi etapa como director. El argumento es que el resultado “no se ajusta al encargo que le fue encomendado”…

…La carta de despido admite que se ha cumplido el 120% de los objetivos establecidos por la empresa. Y de hecho este fin de semana batimos el récord de audiencia en web con estupendas cifras para llevar sólo tres meses…

…Además, en menos de tres meses creo que habíamos logrado un nivel de influencia y de presencia en otros medios con nuestras noticias y reportajes bastante notable. Pero hasta aquí llega mi etapa. Vuelven a echarme otra vez y de nuevo intentaré pasar página mañana mismo…

…Hubiera preferido haber podido notificar yo mismo la noticia a la redacción, pero la empresa lo ha hecho con un correo enviado a toda la redacción mientras se me comunicaba el despido…

…Dejo una redacción maravillosa que he tenido el privilegio de poder reunir y que ha trabajado maravillosamente, aplicando el periodismo que siempre he querido hacer: con temas propios, sin virales, con reportajes, evitando el periodismo declarativo y, sobre todo, informativo…

…Les estoy inmensamente agradecido y tengo una deuda impagable con la redacción. Les deseo lo mejor a todos mis compañeros y desde mañana buscaré trabajo.

¿CUÁL ES LA CARACTERÍSTICA más llamativa de la situación de los periodistas españoles en esta era de cambios traumáticos? Pues parece que es la interinidad en los cargos directivos, porque las empresas -del sector público o del privado, pero sobre todo del público- buscan resultados determinados en un muy breve espacio de tiempo, y parece que los responsables a los que nombran no acaban de obtener esos resultados. Así que fulgurante cese, y a volver a empezar con alguien nuevo…

La situación es verdaderamente kafkiana. Cintora, Hernàndez, ahora Garea (episodio 2)… Los relevos más frecuentes de directores o responsables de programas han sido algo habitual en los medios en los últimos decenios -y eso refleja el brutal cambio de las condiciones de audiencia y de ingresos desde que la prensa escrita cedió su supremacía a los medios de internet, a menudo procedentes de otros sectores más tecnológicos y no tan comprometidos con los valores y las técnicas periodísticos-, pero lo de ahora es diferente.

Fernando Garea, competente analista parlamentario a lo largo de una prolongada carrera en EL MUNDO, dejó este periódico porque él se alineaba más bien con las prioridades del centro-izquierda, y llegó a ser bajo la égida del PSOE presidente de la agencia de noticias pública Efe, creada por el franquismo en 1939 y que entre los antecesores de Garea contaba con nombres como Vicente Gállego, Pedro Gómez Aparicio, Manuel Aznar, Carlos Sentís, José María Alfaro, Luis María Anson… Pero duró menos que la mayoría: nombrado en 2018, fue destituido en 2020.

El nombre de Garea salta de nuevo a las noticias ahora: el grupo Moll, que compró a la familia Asensio los medios de Zeta, creó hace apenas tres meses un periódico inesperado para una empresa tan centrada profesional e ideológicamente en Cataluña, El Periódico de España (sus críticos más acerbos se preguntaron por qué no se llamaba El Periódico de Espanya), nombró a Garea director, y esta semana lo ha destituido.

Enric Hernàndez, forma parte de esta barahúnda. Recuerden la curiosa ortografía de su apellido, con una tilde al revés que no existe en castellano, y que algunos le reprochamos como una vergonzante cesión al catalanismo en vez de cambiarse del todo al idioma correcto, como hace años instó la Generalitat: los Hernández, Ferrandis; los López, Llopis. El caso es que Hernàndez dirigió hasta dos años antes El Periódico de Catalunya, medio de Zeta que navegaba entre el separatismo y el constitucionalismo, antes de dirigir los informativos de RTVE. Ni dos años ha durado.

Estamos descubriendo, pues, que las medias tintas ya no le sirven… ni al poder sanchiano. Cosas…