10 marzo 1987

Responsable de cientos de asesinatos, en su última etapa había defendido una 'tregua' para lograr una negociación frente al criterio de Josu Ternera o Pakito Múgica Garmendia

Muere el ‘Número 1’ de ETA, ‘Txomin’ Iturbe, en un accidente de Argelia, en medio del debate interno sobre la negociación

Hechos

En marzo de 1987 se conoció la muerte en Argelia de Domingo Iturbe ‘Txomin’, miembro del ‘Comité Ejecutivo’ de ETA.

Lecturas

El 2 de marzo de 1987 el periódico Egin comunica la muerte en Argelia de D. Domingo Iturbe Abasolo ‘Txomin’, miembro del Comité Ejecutivo de la organización terrorista ETA. Según Egin y Herri Batasuna su muerte se debe a un accidente de tráfico. Posteriormente se señala en medios que su muerte por un accidente al caer del tejado en su refugio en presencia de dos destacados asesinos del antiguo ‘comando Madrid’ de ETA, D. Ignacio Aracama Mendía‘Macario’ y Dña. Belén González Peñalva.

Su desaparición refuerza como principales figuras del Comité Ejecutivo de ETA a D. José Antonio Urruticoetxea ‘Josu Ternera’ y a D. Francisco Múgica Garmendía.

DUDAS SOBRE EL MOTIVO DE LA MUERTE

Primero se aseguró que había muerto por un accidente de coche, pero más tarde especuló con que el motivo real de la muerte es que cayó del tejado del piso en el que vivía junto a Belén González Peñalva e Ignacio Aracama.

TxominIturbe El 2 de marzo el diario EGIN dio cuenta de la muerte de Txomin Iturbe en su portada, pero sin identificarle como líder, ‘número uno’ o si quiera miembro de ETA.

EL AYUNTAMIENTO DE MONDRAGÓN LE DESPIDE COMO A UN ‘HÉROE DEL PUEBLO’

Txomin_Mondragón El Ayuntamiento de Mondragón, gobernado por Herri Batasuna, colocó su capilla ardiente así como una gran imagen en la fachada del ayuntamiento, presentando al asesino como ‘un héroe del pueblo’ y un ‘ejemplo a seguir’. Txomin ordenó muchos de los crímenes que se produjeron entre los años 1979 y 1985, entre ellos daba objetivos al ‘comando Argala’ el grupo Itinerante de Henri Parot y Jacques Esnal: el juez Mateu Canoves o el Generla Gómez Hortigüelas, fueron crímenes ordenados expresamente por Txomin.

PARTIDARIO DE LA NEGOCIACIÓN ETA-GOBIERNO AL SER ‘INEVITABLE’

Txomin_Egin En una entrevista al diario EGIN (pro-etarra) desde Argelia Domingo Iturbe se manifestó convencido de que el Estado español aceptaría negociar él, como líder de ETA, al comprobarse que «no podía poner a ETA de rodillas». Durante la entrevista y a pesar de que ETA no se presenta a las elecciones y que su brazo político, Herri Batasuna, no es primera fuerza en ninguna región vasca, Txomin se consideraba así mismo en calidad de representante de ETA, ‘representante de la voluntad del pueblo vasco».

¿ARGELIA NUEVO SANTUARIO DE ETA?

Guerra_Argelia La presencia no sólo de ‘Txomin’, sino también de importantes asesinos de la banda ETA como Belén González Peñalva o ‘Macario’, ha llevado a temer que Argelia sea el nuevo santuario de ETA una vez Francia ha decidido colaborar con la justicia. El propio Vicepresidente del Gobierno español, D. Alfonso Guerra, viajó a Argelia para hablar con los responsables del régimen que gobierna ese país y asegura haber obtenido la promesa de que esto no sucederá.

03 Marzo 1987

La desaparición de Txomin Iturbe

EL PAÍS (Director: Juan Luis Cebrián)

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La muerte en accidente de tráfico, según todas las informaciones fiables, de Txomin Iturbe, fallecido el viernes en Argelia, acompañado de dos los miembros de la organización terrorista más buscados por la policía española, integrantes del comando Madrid, merece, por parte del Gobierno español, algo más que una escueta nota de la Oficina de Información Diplomática, por la que se convoca al embajador argelino en Madrid para que aclare las circunstancias del accidente y la presencia de los presuntos terroristas en aquella nación.Evidentemente, esta necesidad de explicaciones traspasa el laconismo del Gobierno, máxime cuando el responsable de la seguridad del Estado habla con desparpajo de un pacto secreto con Argelia y el ministro de Asuntos Exteriores necesita convocar al embajador de aquel país para pedir explicaciones de los hechos. Cuando menos, debe admitirse que existe una descoordinación en los altos círculos de la Administración en un asunto de una gravedad indiscutible.

Pero hay más. A finales de diciembre, el vicepresidente Alfonso Guerra, durante su visita a Argelia, afirmó que este país no permitiría actividades terroristas contra España. Y estas declaraciones se compadecen mal con las versiones -no desmentidas oficialmente- de que el Gobierno no fue probablemente informado en primer lugar de las consecuencias y circunstancias del accidente de tráfico.

Los hechos conocidos ayer plantean también otras cuestiones de fondo, derivadas de la particular figura de Txomin. A diferencia de otros miembros de la dirección de ETA que compartieron con él la responsabilidad de cientos de crímenes tras la instauración de la democracia en España, Iturbe fue un militante antifranquista. Pero la ideología nacionalista radical en nombre de la cual eran realizadas aquellas acciones estuvo teñida ya por entonces de rasgos fuertemente antidemocráticos. De hecho, y casi desde su fundación, ETA propugnó una estrategia en la que la práctica de la violencia armada era componente esencial y en la cual una minoría se atribuía el derecho a decidir en nombre de toda la población vasca. Inscrito en esta programática, Iturbe se comportó y fue, en suma, simplemente un terrorista.

Exiliado en 1968, su trayectoria resume también, a partir de entonces, las contradicciones por las que pasó el abertzalismo radical. Alineado con la fracción más militarista en las escisiones sufridas por ETA en los setenta, Iturbe fue considerado número uno de la organización desde mediados de esa década, especialmente tras el asesinato de José Miguel Beñarán, Argala. Pero su pasado antifranquista y ciertos rasgos de su personalidad avalaron la hipótesis según la cual Iturbe encabezaría una fracción más nacionalista y con posibilidades de encabezar, en algún momento, un acuerdo.

Durante el pasado año existieron, con el recurso de intermediarios, contactos del Gobierno con Txomin Iturbe. Hasta ahora no se ha podido establecer la total veracidad del alcance de los mismos y las posibles causas que frustraron aquellas conversaciones. Pero sí parece que su expulsión de Francia, su posterior establecimiento en Argelia y el paso a la dirección operativa de los terroristas de otros etarras plantea una nueva situación, al parecer definitivamente inclinada del lado del militarismo sin matices. Esta estrategia puede constituir un nuevo riesgo en la acción terrorista, cuyas consecuencias son difíciles de determinar.

07 Marzo 1987

Vida y muerte en Euskadi

EL PAÍS (Director: Juan Luis Cebrián)

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TXOMIN ITURBE era, además de un destacado miembro de una organización terrorista, un ser humano. En cuanto tal, el dolor que su muerte provoca entre sus allegados merece respeto, sin que eso implique para nada abdicar de la opinión que suscitan los crímenes de ETA. Una de las diferencias entre los terroristas y quienes se oponen a ellos es precisamente la distinta valoración de la vida humana. Quienes, por temor u oportunismo, olvidan el dolor que Iturbe contribuyó a sembrar, ofenden la memoria de sus víctimas; pero no es muy distinto el comportamiento de aquellos que pretenden ignorar el dolor que produce en otros sectores la muerte de Txomin -aunque no guste, un líder para algunos miles de ciudadanos vascos, y un ser querido para sus amigos y familiares-.En el Ayuntamiento de Mondragón, los votos conjuntos de los representantes del PNV y del Partido Socialista de Euskadi han logrado evitar que prospe rase una moción nombrando a quien fue principal dirigente de ETA «hijo predilecto» de la villa. La preten sión fue avalada, además de por los votos de Herri Batasuna, por los de Eusko Alkartasuna, el partido que encabeza Garaikoetxea, y contó con la sorpren dente abstención de Euskadiko Ezkerra. Iturbe no sólo era un mondragonés que en tiempos ya lejanos hubo de exiliarse, sino el jefe de una organización responsable de numerosos crímenes, demasiado crueles y recientes para ser olvidados. Malamente el paisana je puede ser razón para borrar su barbarie. Y ese res peto al dolor de sus próximos, que reclamamos, no puede convertirse,en la apología de sú infame actitud ante la vida y la muerte de los demás. Es un contra sentido que partidos de cuyas convicciones democrá ticas y rechazo de la violencia no cabe dudar acepten, o no se opongan, a avalar con sus votos un texto en el que se proclama «la limpia trayectoria de Txomin Iturbe al servicio de su pueblo». Esa trayectoria ni fue limpia ni fue al servicio de todo ese pueblo, sino solo de una facción. Txomin era el jefe de una organización dedicada al pillaje, la tortura, la extorsión, el asesinato, el secuestro, la muerte, el robo, el asalto y la violencia cada vez más indiscriminada. Con su actitud contribuyó a poner en peligro la vida, la libertad y la suerte de millones de vascos y españoles. Por eso tan respetable es su memoria personal como execrable el balance de sus acciones.

La actitud valerosa de los concejales del PNV y del PSE-PSOE lo es doblemente a la vista de las condiciones en que se desarrolló el pleno municipal, y que las imágenes de televisión han reflejado en su crudeza. Durante 15 minutos, los simpatizantes de Herri Batasuna presentes en la sala escenificaron con estruendo su concepción de la democracia: las opiniones de los demás son respetables en la medida en que coincidan con las nuestras. En Mondragón, votar en contra de una moción de HB significa exponerse al linchamiento moral.

Pero pocas veces un insulto ha dignificado tanto a quien se dirigía. En el pleno de Mondragón, ser tachado de traidor era equivalente a ser reconocido portador del valor moral que a otros les faltaba. Por lo demás, el PSE-PSOE aceptó una moción alternativa, presentada por el PNV, en la que, aun negando toda legitimidad a los métodos violentos impulsados por Iturbe, se lamentaba su muerte y se reconocían los sentimientos que le llevaron al exilio y a su destino final. Dicha moción difícilmente hubiera sido avalada por los socialistas de no mediar el acuerdo que les liga hoy al PNV , del mismo modo que entra dentro de lo verosimil que los nacionalistas de Arzalluz hubieran apoyado, de no existir el pacto, la propuesta presentada por Herri Batasuna. La constatación de esa realidad sólo significa que el acuerdo político entre nacionalistas y socialistas era, más que necesario, imprescindible para romper la espiral de intolerancias mutuas que durante tanto tiempo ha impedido avanzar en el camino de la convivencia civil entre los vascos. Mucho más importante que el programa pactado es la modificación de actitudes que de su firma pueda derivarse. Por decirlo en palabras de un castizo, puede que el espíritu de los liberales de Bilbao salga ahora de sus madrigueras.

Por lo demás, las dificultades puestas por el Gobierno al traslado del cadáver de Iturbe a su pueblo, con el apenas disimulado objetivo de forzar el aplazamiento de los actos programados por HB hasta después del fin de semana, constituyen un reflejo de la ceguera insistente con que algunos miembros del Gobierno hacen frente a la complicada situación vasca. Las trabas administrativas puestas a última hora -desmintiendo la voluntad de agilizar los trámites expresada poco antes por el consulado en Argel- no evitarán que los actos previstos tengan lugar. Pero conseguirán, en cambio, añadir más crispación a una coyuntura ya de por sí propicia a las más indignas manipulaciones de los mercaderes de la muerte.