21 diciembre 2007

Muere José Luis Picker, histórico ex presentador de RTVE y mito de la radio en España

Hechos

El 21 de diciembre de 2007 la prensa informó del fallecimiento de D. José Luis Pecker.

21 Diciembre 2007

José Luis Pecker, otra voz de la radio que se apaga

Miguel Ángel Nieto

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Otra voz de la radio se ha quedado en silencio. Ha muerto José Luis Pecker [Madrid, 30 de agosto de 1927-20 de noviembre de 2007] el gran radiofonista que, dolido por la indiferencia de tantos, supo retirarse a su tristeza sin, como había vivido, molestar a nadie, sin alharacas, sin quejas y sin aspavientos. ¿Por qué será que los grandes de la radio, dueños de la gran palabra, mueren en silencio?

Otra voz de la radio se ha quedado en silencio. Ha muerto José Luis Pecker [Madrid, 30 de agosto de 1927-20 de noviembre de 2007] el gran radiofonista que, dolido por la indiferencia de tantos, supo retirarse a su tristeza sin, como había vivido, molestar a nadie, sin alharacas, sin quejas y sin aspavientos. ¿Por qué será que los grandes de la radio, dueños de la gran palabra, mueren en silencio?

José Luis Pecker era, por encima de cualquier otra cualidad, un hombre de bien, un cristiano consecuente que consagró su vida, por este orden a la familia, al trabajo y a la cultura. Y como todo en su vida, fue una dedicación entusiasmada, a veces casi vehemente. Era un huracán, un volcán de pasión por todo aquello que consideraba había que decir, contar o defender.

Si hubiese que definirle profesionalmente con una sola palabra, tenemos que elegir el rigor. Nunca dejaba nada a la improvisación, todo lo que decía estaba escrito o cuanto menos estudiado a fondo con anterioridad. Si en alguna ocasión se veía forzado a intervenir en un acto que no tenía previsto, pedía cinco minutos de tiempo y en cualquier papel, en una servilleta, escribía con su letra menuda cada una de las palabras que después quería pronunciar. Siempre dijo lo que quería decir.

José Luis Pecker llega a la radio en los años cincuenta, era un estudiante de Derecho que estaba haciendo su último campamento de Milicias Universitarias. Muchas tardes llegaba a la radio de uniforme. Un día recibió una llamada de Bobby Deglané, gran descubridor de talentos, para invitarle a unirse a un equipo que estaba formando para un programa nuevo, se llamaba Cabalgata fin de semana. Por supuesto que José Luis no se lo pensó. Bobby me contó, años después, que seguía desde hacía tiempo a esa voz incontenible, que en nada se parecía a las que entonces estaban de moda. Cabalgata fin de semana es el programa que marca, sin duda alguna, el comienzo de la modernización de una radio plana y distante como la de entonces. Pronto es reclamado por audiencia y anunciantes y comienza a volar solo con gran éxito en programas como Medio millón de Gallina Blanca que pasará a televisión como Un millón para el mejor.

Cuando Bobby Deglané deja la cadena SER y ficha por la REM (Red de Emisoras del Movimiento) José Luis se hace cargo de Cabalgata fin de semana. Y el día que se queda al frente, arranca el programa con símiles marineros para dar las gracias al anterior capitán. Un gesto lleno de hidalguía ya que los responsables de la cadena SER de entonces, dolidos por la marcha de Bobby, prohíben que su nombre sea pronunciado por los micrófonos. Cuando Pécker es requerido para que dé una explicación por su conducta, dice que él nada tiene que ver con los problemas entre ellos y Bobby y que de la misma manera que se le pedía lealtad con la empresa, exigía poder tener esa misma lealtad para con su maestro. Desde ese momento José Luis Pecker comienza a escribir brillantes páginas de radio hasta convertirse en componente, por derecho propio, de ese grupo de profesionales que son referente obligado a la hora de estudiar la historia de la radiodifusión española.

Lo último que hizo José Luis Pecker fue acceder, tras mucho insistir, a escribir el prólogo de mi último libro Bobby Deglané, el arquitecto de la radio española. Sin lo escrito por José Luis, el libro sería una obra incompleta. Pero él no quería volver en modo alguno a la vida pública. Una rara epidemia nos está privando de conocer a fondo una parte de la historia de la radio contada por sus propios protagonistas. José Fernando Dicenta, Joaquín Peláez, Guillermo Sautier, Antonio Calderón, Matías Prats, Pepe Bermejo y otros muchos, ya desaparecidos, se fueron sin dejarnos su testimonio.

Pero por fortuna en este prólogo, Pécker sí nos cuenta, con esa gracia que tenía escribiendo, algunas de sus peripecias del comienzo de su carrera en la radio. Cómo termina Derecho al tiempo que consigue su carné de prensa, cómo ingresa en la emisora escuela de Radio Juventud, cómo es incluido, como narrador, en el equipo de Tu carrera es la radio, legendario programa del norteamericano Robert S. Kieve y del que surgieron como el de Vicente Marco, Juana Ginzo, Matilde Conesa y otras muchas figuras de la radio. Pero al final de sus días fue un hombre desencantado de la radio que jamás escuchaba, ni tan siquiera seguía los programas de su hija Beatriz Pecker en Radio Nacional, excelentes por cierto.

Había dado todo por la radio y pensaba que no fue debidamente apartado de ella. Un día en su casa, tapizada de libros, objetos de arte, antigüedades… de cultura en definitiva le dije: «José Luis, te mando a unos alumnos con un magnetófono para que les cuentes tu vida y luego hacemos tu libro, tu biografía». Con su cordialidad de siempre, pero con un rictus de amargura me respondió: «Miguel Ángel, yo ya no tengo memoria para la radio». Y se fue, en silencio. Una lástima.

Miguel Ángel Nieto es periodista, Doctor en Ciencias de la Información y profesor de Comunicación Audiovisual de la Universidad CEU-San Pablo de Madrid.

21 Diciembre 2007

El maestro que logró hacer de la radio el mejor espectáculo

José Joaquín Iriarte

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La voz más popular de la radio española de los años 60 enmudeció ayer. José Luis Pécker, maestro de la palabra y figura indiscutible de las ondas, falleció ayer en Madrid a los 80 años de edad, y no a los 90 como en un primer momento señalaban las informaciones de prensa.

Nació el 30 de agosto de 1927. Su vida fue la radio, medio donde empezó muy pronto porque lo suyo era hablar. Destacó enseguida. En la antigua Ser vieron pronto en aquel intrépido periodista condiciones suficientes y sobradas para hacer carrera en este medio que vivía una etapa brillante. Eran los tiempos de Bobby Deglané, a quien sustituyó al frente del programa Cabalgata Fin de Semana, de Matilde Conesa y Pedro Pablo Ayuso, de Matilde Vilariño y Juana Ginzo -todos ellos integrantes del célebre cuadro de actores de Radio Madrid- y de tantas celebridades de aquella época en que la radio se dedicaba a distraer y entretener. Lo de informar vendría después.

Pécker fue un maestro. Su voz bien impostada y sus dotes de improvisador fueron los mimbres de su estrellato. En el ángulo personal, era un hombre entrañable y buen conversador que disfrutaba con su colección de sellos de panadería (los tenía por miles) y que pateaba Madrid, sobre todo el Madrid castizo donde todos le reconocían y admiraban. No podías salir a la calle con él porque la conversación se interrumpía constantemente. Los transeúntes le paraban, le piropeaban, le daban razón del programa de la noche anterior, le adulaban y le querían. Formaba parte del paisaje madrileño como Chicote o Lola Flores.

Envuelto en la típica capa española, la prenda le ponía más kilos de los que por naturaleza iba sobrado. Excelente conversador, culto y de corazón grande, recibía más correspondencia que un ministro. Eran casi insultantes sus dotes de improvisador. Como la improvisación es lo que exige más preparación, los clásicos y buenos libros le pertrecharon de un vocabulario rico y sencillo, sugestivo y claro que canalizaba en sus parlamentos bien construidos y llenos de amenidad. Era el Cautelar de la radio.

La época de Pécker en la radio coincide con la que algunos teóricos llaman la radio-espectáculo. Años atrás, la radio de posguerra, dedicada a la propaganda política, y años después, la radio informativa, que irrumpió a finales de la década de los 70, y que jugó un papel decisivo en la consolidación de la democracia.

Durante un tiempo, José Luis Pécker alternó la radio con la incipiente televisión. Su fuerza era la presentación de concursos, como De 500 a 500.000, Las diez de últimas, Cambie su suerte y, sobre todo, Un millón para el mejor. En este concurso, se hicieron famosos en un tiempo récord Rosa Zumárraga, el alcalde de Bélmez y Mercedes Carbó, la mamá del millón. Esta concursante, al final de su participación en el programa, desveló a los espectadores que había acudido para ayudar a su hija discapacitada mental. La confesión de Mercedes Carbó contribuyó a que en la audiencia aumentara el afecto y simpatía que ya se había ganado por su afabilidad, ingenio y saber estar en el plató. Pécker, al recordar este episodio, decía: «Aún vivía una hija mía que tenía el mismo tipo de minusvalía».

Padre de varios hijos (entre ellos la también periodista Beatriz Pécker), José Luis no perdía el tiempo, trabajaba de sol a sol. Con su letra de pulga escribía los guiones en una agenda de una empresa de viajes antes de encargar que el texto se mecanografiase.

Sustituyó en Un millón para el mejor al también desaparecido Joaquín Prat, con quien en la Ser mantenía una relación amistosa. Formaba pareja habitualmente en la radio con su cuñada, Carmen Pérez de Lama.

Trabajar con él era recibir una lección magistral en cada programa. Enseñaba sin la suficiencia profesoral de algunos maestrillos. Tenía, además, una inquietud universal y quería estar al día de todos los temas. Por eso, dejaba asomar de vez en cuando un cierto escepticismo ante los acontecimientos.

No se lo he escuchado de sus labios, pero me imagino que no todo lo actual le gustaría, como tampoco todo lo pasado. Se tomaba la vida demasiado en serio como para no someter los acontecimientos a su agudo análisis. Forjador de imágenes en la radio, era un apasionado del castellano pulido, de la lengua española que era su equipaje y su pasión.

La radio actual, la pujante radio de 2007, que ha abierto nuevas fórmulas de comunicación, está en deuda con él. Porque Pécker supo también adaptarse a los nuevos tiempos y a las nuevas exigencias de una profesión que exige el constante aggiornamento. Supo, además, crear escuela, para que las nuevas generaciones de periodistas tengan un camino más expedito.

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José Luis Pécker, periodista y locutor, nació en 1927 en Madrid, ciudad en la que falleció el 20 de diciembre de 2007.