24 marzo 2024
Muerte de Manuel Ruiz de Lopera, expresidente y accionista mayoritario del club deportivo del Real Betis Balompié
Hechos
El 24 de marzo de 2024 muere D. Manuel Ruiz de Lopera.
Lecturas
26 Marzo 2024
‘DON MANUÉ’ RUIZ DE LOPERA Y SU DEVOCIÓN POR EL CRISTO DEL GRAN PODER
Tan devoto era Manuel Ruiz de Lopera del Señor del Gran Poder, que éste figura en diferentes rincones de la que siempre fue su casa, en la sevillana calle Jabugo, en el barrio del Fontanal. Un gran cuadro preside la escalera; otro, su sala de reuniones. Además de imágenes y otros recuerdos de su Cristo. Ahora, quien fuera presidente del Real Betis Balompié de 1996 a 2006, ya esta frente a frente con el Señor de Sevilla.
Manuel Ruiz de Lopera falleció el domingo en su domicilio de la capital andaluza, a los 79 años de edad, a causa de una diverticulitis que ya llevaba tiempo dándole problemas. Acababa de estar ingresado en la UCI de la clínica Santa Isabel para ser tratado.
Lopera nació en Sevilla en 13 de agosto de 1944, en una familia en la que nacieron 18 hermanos, de los que 12 fallecieron; Manuel era el menor de todos ellos. Comenzó vendiendo electrodomésticos, y pronto conoció a la que fue la mujer de su vida, Isabel López Pérez, con la que se casó en 1964 teniendo él tan sólo 20 años. Y con la alegría de que su equipo acababa de ganar el Trofeo Carranza gaditano de aquel año en el que había competido con el Boca Juniors, Real Madrid y Benfica, al que se enfrentó en la final. Bética tenía que ser también Isabel y gran aficionada; ella iba al campo, al estadio Benito Villamarín, a ver al equipo de sus amores. Aunque estudió para ser ingeniero de Caminos Manolo, muy madrugador, rezaba paseando por su casa al levantarse, y tenía buena cabeza para los negocios. Tras los electrodomésticos, se hizo prestamista, pudiendo vivir de las rentas de los locales con los que se iba quedando a raíz de estas gestiones.
Tan bien le fue que se convirtió en el accionista mayoritario del Real Betis Balompié, con su empresa Farusa. Ya por entonces, Manolo pasó a ser Don Manué. Y con él, el Betis pudo jugar la Champions, aunque también tuvo sus malos momentos cuando el equipo bajó a la Segunda División.
Tuvo sus incondicionales y sus detractores , pero sin duda fue todo un personaje que no pasó desapercibido. Influyente en Sevilla y muy creyente, tuvo otro feliz momento cuando ejerció de Rey Baltasar en la Cabalgata de Reyes Magos sevillana en 1993.
En Semana Santa, no faltaba en la Madrugá en el balcón de su casa de la calle Sierpes, y pedía por su Betis al Señor del Gran Poder. Siempre portando en sus solapas el pin del Betis y el del Señor de Sevilla. Y con los bolsillos de su chaqueta repletos de estampitas de diferentes Cristos y Vírgenes de los que era muy devoto.
En su casa, a la que trasladó las oficinas del Betis durante su mandato, había construido un teatro por el que pasaron algunos de sus artistas -y amigos- favoritos, como Manolo Escobar o Bigote Arrocet.
Tampoco pasó desapercibido en la boda de Joaquín Sánchez, a la que llevó la Copa del Rey ganada por el club para que los novios se fotografiasen con el trofeo. O cuando se presentó en una fiesta de Halloween organizada por los jugadores a los que puso firmes. También, cuando pasó a la historia por fichar a Denilson, entonces el jugador más caro del fútbol español.
No tuvo hijos, pero tenía un sobrino favorito, Javier Páez Ruiz de Lopera, quien le ayudaba con la gestión de sus negocios, que le trajeron problemas. Lo condenaron por un delito contra la Hacienda Pública por irregularidades fiscales en 1996 y 1997 en su gestión del club sevillano. A pesar de todo, su amor por su club siguió siendo inquebrantable.