30 julio 1982

El presidente de la Federación Española de Fútbol, Pablo Porta, rechaza dimitir

Mundial España 1982: La derrota de la Selección de Santamaría fuerza la destitución de este y su reemplazo por Miguel Muñoz

Hechos

El 29.07.1982 se hizo oficial el nombramiento de D. Miguel Muñoz como nuevo Seleccionador Nacional de Fútbol reemplazando a D. José Emilio Santamaría.

Lecturas

miguelmuñoz82 D. José Emilio Santamaría fue destituido como Seleccionador Nacional el 30 de junio y reemplazado por D. Miguel Muñoz.

ANTENA 3 RADIO ASEGURA QUE EL CLAMOR NACIONAL PIDE LA DIMISIÓN DE PORTA

Garcia_A3_222 Después de la derrota de España en el mundial de fútbol, la cadena ANTENA 3 RADIO y su locutor estrella, D. José María García, incrementaron su campaña contra el presidente de la Real Federación Española de Fútbol, D. Pablo Porta, al que señalaban como el principal responsable de todo lo sucedido. El programa ‘SúperGarcía’ llegó incluso a difundir unas cintas de las reuniones de la federación con las que pretendía demostrar la debilidad del Sr. García.

Ante aquello la Federación hizo oficial un comunicado contra ANTENA 3 RADIO

La Federación no considera comentarios irrelevantes los contenidos en las cintas. Se ampara también en la Ley Orgánica de protección civil del derecho al honor, que protege la intimidad personal y la propia imagen. Considera que ha sido un abuso de confianza la difusión de las cintas y condena el apasionamiento de ese medio radiofónico. Ha formulado el correspondiente requerimiento notarial y, finalmente, lamenta las decisiones que se puedan adoptar.

Conocida la nota pública de la Federación, y después de hablar con los informadores que estuvieron ayer en Alberto Bosch, el locutor estrella de ANTENA 3 RADIO D. José María García, respaldado por el director de la emisora, D. Manuel Martín Ferrand, se decidió a hacer pública otra nota, que contesta a la Federación:

“Manifestamos nuestra extrañeza que se invoque la protección legal del honor de unas personas que se mantienen en sus cargos a pesar del clamor popular que pide la salida de sus cargos. Pasó la época del aplauso incondicional. Los que sirvieron en el pasado no son aptos para el presente democrático”.

30 Julio 1982

El Seleccionador Sexa

Lucio del Álamo

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Ya está salvado el verano. Ya tenemos tema los gacetilleros cortos de imaginación: hay nuevo seleccionador nacional. Hasta que vaya declinando agosto con sus incontables torneos de la gota gorda, habrá un personaje sometido a la metralleta del teclado de la máquina de escribir. Se llama Miguel Muñoz y viene por dos años, que si tiene la suerte de exhumar en el Campeonato de Europa la cabeza de Marcelino, pueden prolongarse hasta reeditar el bogotazo en el Colombia – 1986. Viene Muñoz y se va, en desangelado silencio, Santamaría, por quien tocan las campanas. Creo, personalmente, que hemos sido injustos con él y que han restallado sobre su carne latigazos por pecados ajenos. Pero el andamiaje del fútbol es singular y no valen las soluciones políticas. Santamaría no tiene el recurso de darse de baja en UCD y llamar a la ventanilla del Ministerio del Interior para formar selección nacional propia. Se va un caballero; despidamos a Santamaría con respeto y sin jaculatorias.

Y saludemos al caballero que llega. Para mí, en la exaltación de Miguel Muñoz y yo somos sexagenarios, aunque menos que don Helenio Herrera. Antes del diluvio, al ser sexagenario servía para que la hija tardía tuviese pasaporte para ir a Dublín a aprender inglés sin haber hecho el servicio social y para pasear despacio por la acera del sol en los territorios episcopales anti Loapa – despacio lo dicen ‘poliki, poliki’ – por la acera del sol, después de tomar el caldito con yema de huevo hasta que la nuera gritaba desde el balcón: “¡Hala, para arriba, a la butaca, abuelo, que refresca!… Hoy los sexagenarios odian el caldo y la yema, se visten de corto, a lo sexy para lucir los muslos musculosos y a uno de ellos el señor Porta – que se queda – le ha nombrado seleccionador nacional.

Porque don Miguel Muñoz – que es madrileño, aunque muchos lo creyeran gallego porque llegó a internacional siendo jugador del Celta y en sus declaraciones a la Prensa, a lo largo de 40 años ejerció siempre diplomáticamente de gallego – nació en la calle de Castelló el 19 de enero de 1922. Tiene, pues, 60 años, 6 meses y 10 días. Y no ha perdido nunca la flor mejor de sus eneros mozos. Con la influencia que ahora va a tener hasta puede empujar la revisión salarial que regatean a nuestros coetáneos de la tercera edad. Supongo que con su nuevo contrato de seleccionador nacional, él no necesitará de revisiones salariales. Y bien que me alegro. Por suculento que sea el contrato – si es que lo es – siempre será corto si Miguel Muñoz triunfa rescatando la cabeza de Marcelino y nos vuelve a hacer campeones de Europa. Por otra parte, el nuevo seleccionador tuvo también, como casi todos, sus vacas flacas: cobró 20.000 pesetas por jugar dos temporadas en el Santander y su salto al Celta fue espectacular: 30.000 duros por tres años. Justo es que, en su aurea madurez le llegue compensación.

Miguel Muñoz es todo el fútbol de la posguerra, del racionamiento, del despegue económico y de la parsimoniosa transición – cuando se alineó con el Pavón, en 1939, todavía estaban sin cubrir las trincheras de la Ciudad Universitaria – sabe de fútbol más que sabe de política Santiago Carrillo, que también es compañero nuestro en su faceta de sexagenario. Miguel Muñoz, entrenador casi vitalicio del Real Madrid, se cargó a Di Stéfano, el divino, que ahora es entrenador del Real Madrid. El mundo es tan pequeño que, a veces, parece un patio de vecindad. Bienvenido sea al mando del equipo español Miguel Muñoz, el seleccionador sexa, que ha descubierto, por fin, la divina quimera de aquel Ponce de León, el de la fuente de la eterna juventud.

Lucio del Álamo