Éxito de audiencia de ‘La Noria’ llevando por tercera vez a Violeta Santander Peters para que la insulten Jimmy Giménez-Arnaú y Peñafiel

Lo queramos o no, a las muchas versiones que de La cucaracha corrían por ahí (a destacar las de Louis Armstrong, Bill Haley, Charlie Parker, Lila Downs, Los Lobos, The Gipsy Kings, Xavier Cugat o Pérez Prado), tendremos que añadir ahora la que, en estricta interpretación a cappella, le dedicó el pasado sábado en ‘La Noria’, Jimmy Giménez-Arnau a Violeta Santander. Como era de esperar, la facilona salida de tono de Jimmy Corso (que es como firmaba el deslenguado tertuliano en la legendaria ‘Hermano Lobo’ cuanto escribía aquello de que ‘los supositorios son los bombones del ano’) hizo que la desquiciada ex dependienta de El Corte Inglés perdiera los pocos nervios que todavía le quedaban en su sitio y se levantase del butacón para, al grito de ‘imbecil, falangista y friki’, intentar agredirle como manda la norma (especialmente la Duval, la misma que hace unos años propinó al de Reivtal un sonado zapatazo en radiofónica versión pre-Bush).

Poco antes de tan estridente momento, la Santander ya había arremetido frontalmente contra ese otro Jaimito de apellido Peñafiel, que, parapetado en la siempre bronca mesa de rifirrafes del programa, aguardaba junto a Enric Sopena, María Antonia Iglesias, Terelu Campos e Isabel Durán a que González terminase de una vez por todas con tan cínico-circense entrevista y diera paso a, como diría La Cosa de Los Cuatro Fantásticos, ‘la hora de los mamporros’, esto es, al debate entendido a la manera de Vasile & Company. Por recibir recibieron todos, desde una Cristina Tárrega que jugó la baza del populismo más miserable y resultón, hasta un Jorge Javier Vázquez, que empeñado en ir ahora de poli bueno, terminó encarándose con un señor del público encarándose con un señor del público que pasaba por allí.

La Santander dejó bien claro que ni a la cuarta de da por (con)vencida y que para ‘cucarachas’ su amiga Cuca, amén de alguno de los lapidarios tertulianos allí congregados. Se declaró técnicamente ennoviada todavía de Antonio Puerta, defendió con manicura y ortodoncia a su resignado padre y, ya puesta de adrenalina hasta las trancas acusó a Neira de mentiroso. Lo mejor de la noche fue un SMS enviado por un espectador que recomendaba meter de cabeza a tan inestable señora en ‘La Caja’ a ver si en dicho programa le curaban el pronto a fuerza de documentales de La 2 (el añadido es mío). El único problema es que Telecirco ya lo ha retirado de antena, que si no…