11 noviembre 1993

Manuel Campo Vidal ha mantenido a Carrascal por las noches a pesar de su línea editorial conservadora

Pablo Sebastián («Aurora Pavón») asegura que José María Carrascal está siendo censurado en ANTENA 3 TV por la nueva dirección y este lo desmiente

Hechos

El 11 de noviembre de 1993 D. José María Carrascal mandó una carta a EL MUNDO desmintiendo una información de D. Pablo Sebastián Bueno, que firma con el seudónimo ‘Aurora Pavón’.

09 Noviembre 1993

La señora de Aznar, en televisión

Aurora Pavón (Pablo Sebastián)

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La imagen del día estaba en el avance suicida del Ejército Rojo bajo el hongo rosado de un bomba atómica lanzada sobre sus cabezas -hiperrea1ismo utópico- por la aviación de la URSS. Pero, para el españolito amante del culebrón, el «scoop» vino de la mano de Ana Botella en su estreno de mujer emancipada y comentarista de televisión. La señora del presidente del PP no se amilanó y asistió puntual a lacita con las cámaras. Y con ademán ingenuo descubrió la foto mas buscada de los últimos días: la del encuentro secreto entre Felipe González y José María Aznar. Y ¿quien nos lo iba a decir? Allí estaban arrimaditos los dos bajo un paraguas. Felipe y José María sentados, alegres, en la popa de una barca de El Retiro, en la que remaba suavemente el guardaespaldas presidencial, mientras centenares de reporteros esperaban inútilmente a las puertas de La Moncloa. La doña fue mucho mas sutil de lo que esperábamos, porque en vez de jurar ante las cámaras que. su marido no se había bajado los pantalones en la sala de billar de La Moncloa, extendió su blanca mano y confirmó inocente lo que habíamos imaginado todos sobre la entrevista. Declaró, recordando a Octavio Paz, que su amado esposo se había jugado en un minuto su salto a la eternidad. Así por lo menos se entendió mientras leía su modesto culebrón y Luis Mariñas, el cabezón del PSOE, la tapaba para darle un respiro con la curiosa instantánea del paraguas para dos que ponía una pizca de «sosiego» en la tormentosa vida nacional. Ella estaba monísima, eso sí. Con su traje de chaqueta gris marengo de cuello en «velours noir». Nada que ver con el modisto habitual de la casa televisiva, el de las gordas del cuponazo, que me estaba temiendo yo lo peor. Pensaba, para mis adentros, ¿a que sale doña Ana rodeada de un ballet con la Tocino, Villalobos, Becerril, y Loyola de Camagüey vestidas de «mama chichos» y doña Ana con un «body» blanco sexy como el que lucía Lady Di, en el Mirror con las piernas abiertas de par en par? Pero Ana Botella, faltaría más, no se puso el uniforme habitual de las chicas de la cadena donde impera, por lo que se ve, la programación preferida y escogida por el Partido Popular: crimen, horterada, sexo ordinario y culebrón. Ella iba a Telecinco de coartada para la telebasura y estuvo muy en su papel. Cursi, modosita, maternal, para que se vea, para que no se diga que en esa casa todo es ordinariez y propaganda PSOE. Como ha quedado probado, también tiene un sitio la primera dama de la oposición. Y mucho que se lo debe agradecer a su mujercita el señor Aznar, que sé queja tanto de la televisión oficial y que ya empieza a recoger en Telecinco los frutos de su «pacto institucional». De momento ha colocado a la parienta en un telediario, mientras al pobre Julio Anguila le ponen de «mama chicho» particular a Santiago Carrillo, porque no le encontraron un enemigo peor en IU para compensar. O sea que Ana Botella tiene que salir, la pobre, de famosita a defender el PP. Porque como todas las televisiones las controla el PSOE o tragas o no te ven.

Y no te cuento en Antena 3 TV, donde ya le han metido la censura al comentario de José María Carrascal. Precisamente ahora que Eduardo Punset, la liebre de Mario Conde, se ha quitado la máscara y dice que el banquero «no es ajeno» al Foro (es el dueño). Vamos, ni ajeno, ni distinto ni distante que diría don Leopoldo Calvo Sotelo, aunque su eventual aparición en la escena política no debe ser motivo para que pierda los nervios y le entre el canguelo a José María Aznar. Ni para que los propagandistas del PP lancen desde los balcones de la calle Génova la maldad de que todo el que critica a Aznar es que trabaja para Conde. Lo que nos faltaba. Y es que cuando las cosas no se explican con claridad y las escenas amorosas son más de cama que de sofá; y cuando no se dice la verdad, con la transparencia y la dulzura que lo hace Aria Botella en televisión, luego caben toda clase de especulaciones. Cábalas como las que están señalando al Rey don Juan Carlos como el promotor o el protector del pacto PSOE-PP. Pero menos mal que al final la primera dama del Partido Popular, doña Ana Botella, nos ha traído la claridad política a este asunto, como bálsamo de Fierabrás. Y lo hizo muy bien porque, en esto del comentario periodístico, es toda una profesional. Una joven estrella que no ha hecho nada mas que comenzar.

Aurora Pavón

11 Noviembre 1993

Una aclaración de José María Carrascal

José María Carrascal

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Estoy seguro que el resto de la información de tu periódico es más exacta que la alegría que anteayer, 9 de noviembre, se permitía Aurora Pavón respecto a mí. Dice que en Antena 3 TV han metido la censura en mi comentario. Se ve que la señora o señorita Pavón se va pronto a la cama, porque le bastaría escuchar uno solo de mis comentarios para darse cuenta de que allí no ha metido la tijera nadie. Hay una forma muy simple de saber que se me ha censurado: ese día, noche mejor dicho, diré adiós a la pantalla. Hago esta aclaración no por mi audiencia, que lo sabe de sobra, sino porque los lectores de EL MUNDO no se merecen ni el más leve despiste.