18 febrero 1982

Asegura que 'fue invitado' por miembros del jurado para retirarse de la competición

Pedro de Lorenzo denuncia que fue presionado por Planeta y los Luca de Tena para excluir a su libro «Diario de la mañana» del premio Espejo de España

Hechos

El 18.02.1982 se hicieron pública unas declaraciones de D. Pedro de Lorenzo sobre sus antiguos jefes, los hermanos D. Guillermo y D. Torcuato Luca de Tena Brunet.

Lecturas

En febrero de 1975 Pedro de Lorenzo cesó como Director Adjunto de ABC coincidiendo con el cambio en la dirección sin que se cumpliera su sueño de ser director del periódico de Prensa Española.

Pedro de Lorenzo murió en el año 2000.

18 Febrero 1982

Pedro de Lorenzo:: "Me invitaron a retirarme del premio Espejo de España"

Rosa María Pereda

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El libro de Pedro de Lorenzo Diario de la mañana. Flora y fauna de ABC, que llegó a las últimas votaciones del premio Espejo de España, no había sido retirado del concurso según el propio interesado, aunque fue invitado a hacerlo por un miembro del jurado.»Yo no me retiré, pero me invitaron a hacerlo», ha declarado Pedro de Lorenzo, autor de este libro de memorias. «Yo no había ido a Planeta en busca de premios, sino de editor». En la narración de los hechos que hace Pedro de Lorenzo, la historia comienza cuando la editorial Plaza y Janés considera el libro dificil de publicar. «Me dijeron que de 320 páginas que tiene el libro, 120 eran conflictivas. Yo les envié una novela, que me acaba de llegar ya impresa: La era del tiburón, y no pasó más».

El siguiente capítulo ocurre en una comida «de la almirantería. Allí se reprochaba a los escritores que no escribiéramos nuestras memorias, así que yo dije que el problema era que no se nos publicaban. Ricardo de la Cierva, que estaba en la comida, me invitó a editarlo en Planeta, y me dijo que el libro era idóneo para el premio. Escribí a Lara, le advertí que el libro era conflictivo, y me comprometí a volverlo, al menos, no querellable. Pocos días más tarde tenía una carta de Lara donde decía textualmente: ‘Ya he leído Diario de la mañana y me agrada. Aunque te callas muchas cosas ocurridas en el periódico, que tú y yo sabemos, cuentas otras muy interesantes que pueden molestar a muchas personas, pero yo creo que estás en tu derecho al escribir esta obra»‘.

«Algunos días más tarde», sigue Pedro de Lorenzo, «Guillermo Luca de Tena me dijo que sabía de la existencia del libro y que me iban a dar el Espejo de España. También me dijo saber que les ponía a parir a todos. No, le dije, tu padre queda muy bien. Tu hermano a veces bien y otras no. El que queda muy mal eres tú». «No reaccionó en ese momento, pero ya no se me invita a la comida de homenaje a Calvo Sotelo, por ejemplo, y por todas partes me llegan voces de que Guillermo está muy afectado y que se está moviendo».

«Después de esto hablé con un jurado de Madrid que me dijo que mi libro sería un best-seller en Inglaterra, pero que España no estaba madura. El jueves pasado me dijeron que me retirara porque iba a caer en la primera votación. El viernes ya conocía yo el resultado».

José Manuel Lara, que ha reconocido la veracidad global de la historia, añade que «aconseja a Pedro de Lorenzo que no publíque este libro, que se lo guarde», y puntualiza que «no es cierto, bajo palabra de honor, que ningún miembro de la familia Luca de Tena haya intentado nada contra el libro de Pedro de Lorenzo».

Diario de La Mañana

Pedro de Lorenzo

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El 17 de febrero de 1967 aparecía en la cabecera de ABC mi nombre con este cargo: “Director en funciones”. El 17 de febrero de 1968 reunía en un reservado a padre e hijos y sofocaba las consecuencias de aquella primera crisis de oriente, o golpe de Torcuato aprovechando la ausencia de su padre. En febrero de 1972 deshacía el acuerdo de cese de Torcuato como director del periódico y mi designación de director de la editorial.

Otra vez febrero de 1975: el 2, los hermanos concertaban mi nombramiento: director de ABC; el 18 de Australia, daba otro golpe: se hacía publicar su vuelta a la dirección de ABC. Ahora, el 20, en su caída me arrastraba y arrastraba, y arrastraba a Luis María Anson.

Caído yo, por él, que no podía soportar el caer solo, no me cabía moverme. Por la tercera vez, pero en ésta permanecí impávido: acepté un nombramiento que ya había tenido en 1972. Le dejaba a su ventura: no volvería, Torcuato Luca de Tena, al periódico. Cesaba, para siempre.

¿Siempre? No probable, es posible un zarpazo de Torcuato Luca de Tena. Al amparo de una situación de fuerza, por ejemplo, se plantaría en la Casa, podría hacerse cargo de un periódico liberalizado por su hermano. ¿Le permitirían dirigir, los dictadores? ¿Le servían de precedentes los casos de LA PRENSA, LA NACIÓN de Buenos Aires?

Tonaría ABC, de subsistir, a los tiempos del primer franquismo; director controlado por los mandos de la Prensa. Destitución del propio presidente del Consejo de Administración, Juan Ignacio Luca de Tena, 1944; del mismo director, de la familia, Torcuato, primera dirección, 1953. Jugaba esta vez solo. Y cayó.

Pedro de Lorenzo caía como caía Torcuato Luca de Tena y como caía Luis María Anson. Se suprimió la adjuntía. Torcuato Luca de Tena era sustituido por José Luis Cebrián. Teníamos varios Cebrián el periodismo de esas fechas: Juan Luis Cebrián, director del nonato EL PAÏS, José Luis Pérez Cebrián, antiguo redactor de ABC, el director de estreno, José Luis Cebrián… Tanto que, en un rapto de humor, para romper el énfasis de una actitud cavilosa, grave, sobre la situación de España, dije:

  • La confusión en la naturaleza se llama selva; la confusión en cultura se llama barbarie, la confusión en política se llama catástrofe… La confusión en periodismo se llama Cebrián.

A Luis María Anson le sucedían como subdirector de ABC una pareja de subdirector: Santiago Arbós, procedente de BLANCO Y NEGRO; para la tipografía y subdirector ejecutivo, Miguel Torres. Yo lo tenía como redactor jefe de cierre en la vacante de Revuelta. Cuatro meses, y se le concedía su clasificación laboral: subdirector. No sólo de noche, sino primer subdirector.

Esto es: salía Torcuato Luca de Tena; en su lugar entraba José Luis Cebrián. Salía Pedro de Lorenzo; sus funciones lasa asumía Miguel Torres – quien, efectivamente, con los años, fue nombrado Director Adjunto; segunda vez que se cubría tal cargo en la secular historia de la Casa – Ocupaba, en fin, la vacante de Luis María Anson, Santiago Arbós. Profesionalmente, ¿era ganancia? Torcuato había hecho de Sansón: agarrando a sus dos columnas, hundió la casa mientras invocaba: “Muera yo, y los filisteos todos”.

¿Cómo no íbamos a ser noticia? Lo que pasa es que esa noticia la aceptaba como un destino y la matizó de acuerdo con los tiempos el editorial: “Los delirantes informes en torno a ABC; que principiaba:

En mi agenda 1975m encuentro estas anotaciones del 21 de enero, diez días de que muriera Juan Ignacio; otros pocos más de diez, de mi nombramiento in petto, 2 de febrero; menos de un mes de nuestra defenestración Escribo.

ABC DE LAS AMÉRICAS le hizo perder a Torcuato Luca de Tena sucesivamente la presidencia del Consejo de Administración de Prensa Española, 1972; la dirección de ABC de Madrid, 1975; los millones que invirtieron sus amigos en la operación, más el propio ABC DE LAS AMÉRICAS, insostenible sin el control íntimo y total de Madrid, ABC de Madrid.

Barajas, edificio y maquinaria, le costaba a Prensa Española su sometimiento a los réditos y, progresivamente: trabajar para los Bancos, consolidar el crédito, bajar hasta la ruina todo el imperio; nada de ello imputable a Torcuato Luca de Tena, que vio clarísimo el riesgo de la operación Barajas.

¿Salvaría la situación ese muchacho voluntarioso, débil de carácter, fiel de la Opus Dei, llamado en última instancia a sucedernos? (Pag 234)

Pag 235

Los redactores, antes aún de la toma de posesión acogieron con resistencia al nuevo director: cursaron un escrito a Guillermo Luca de Tena oponiéndose a un ajeno a la Casa e invitándole a tomar la dirección, para sí o para algún otro Luca de Tena. Fechaban la carta el 24 de febrero. La suscribían los seis redactores más antiguos del huecograbado.

Principios de junio [1975], entrevistado para el diario ARRIBA, Torcuato Luca de Tena defendía la gestión del nuevo director.

“En Cebrián habíamos pensado para dirigir un posible BLANCO Y NEGRO DIARIO. Celebramos a principios de 1969 en Jockey, un almuerzo con Fraga, Cabanillas, Jiménez QUílez, respectivamente ministro, subsecretario, director general de Prensa. Fraga, tras una inquisitoria sobre las publicaciones y dependencias de Prensa Española, mejor informado que yo mismo anticipó: “No admito que sean directores, ni aun redactores jefe, Cebrián ni otro alguno de sus muchachos. Si alguno de ésos entra en los mandos del nuevo diario no autorizo la salida de BLANCO Y NEGRO DIARIO”.

En una de las sesiones del Consejo de ABC, José María Ruiz Gallardón, con desparpajo alegre dijo a Cebrián: “A ti te hemos traído para que vendas periódicos, para dirigir, ya estamos nosotros”.

Fue todo rápidamente deteriorándose. Vinieron, con la muerte de Franco, los preparativos de los partidos políticos y la inminencia de unas elecciones. Torcuato Luca de Tena me transmitió por escrito la invitación de Alianza Popular a figurar entre las cien firmas de su constitución. Le agradecí a él y a los políticos sus atenciones, pero, en cuatro líneas, ice ver a Torcuato que el escritor no debía a mi juicio participar en la política activa desde ningún partido ni agrupación que se le pareciera.

La entrada en política del presidente de la Junta de Fundadores, Torcuato Luca de Tena, lo ví fatal para el periódico. Influía de imperioso modo sobre el director; hacía de ABC un órgano de lo pasado, con esa paradoja: ABC oposición mientras vivía Franco, se situaba ahora con los franquistas – Carlos Arias – opuestos a la Transición.

Nemesio Fernández-Cuesta, consejero-delegado de la empresa, cuñado de Torcuato Luca de Tena, se presentaba en las mismas elecciones, al Senado por Madrid ambos: Fernández-Cuesta, de UCD; Alianza Popular, Torcuato. No resultaba rara la agudeza de entre uno y otro adivinar el ganancioso: Guillermo Luca de Tena que, en efecto, derrotados su hermano y su hermano político, recibió la credencial del propio Rey. El poder en manos de cualquiera Luca de Tena le hace subir muchos más puntos que la suma de acciones. Son combatientes contra el Gobierno, pero reverenciales al Poder: por el sólo hecho de ser poder. La próxima carta se le presentaba favorable a Guillermo Luca de Tena. Le pronostiqué un 1977 como su año.

José Luis Cebrián, una tarde, en un amago de consejo, dijo que su conciencia estaba tranquila, que él se mostraba leal a quien le llevó a la casa y le bastaba: Torcuato.

A principios de abril de 1977 se publicaba mi nombramiento de Adjunto al Presidente del Consejo de Administración de Prensa Española. Otro despacho para Carlos Mendo.

El Análisis

EL LIBRO MALDITO DE ABC

JF Lamata

Cuando el director de LA VANGUARDIA Gaziel fue traicionado por el Conde de Godó al acabar la Guerra Civil Española y ser entregado al franquismo como culpable de la cohabitación de LA VANGUARDIA durante la II República con Companys, Gaziel quedó apartado del periodismo siendo considerado una figura inexistente tanto para LA VANGUARDIA como para el resto de periódicos. A Gaziel sólo le quedó un consuelo: vengarse creando un ‘libro maldito’ en el que dejaba por escrito todo lo que pensaba de la familia Godó, que se convirtió en ‘el libro maldito’ de historia de LA VANGUARDIA. Los Godó hicieron lo que pudieron para que el libro fuera escasamente conocido, aunque todos los peces gordos de la prensa catalana tenían un ejemplar en su estantería.

Pedro de Lorenzo consiguió algo parecido. Publicó un libro poniendo a parir a los hermanos Luca de Tena que se convirtió en el ‘libro maldito’ para el ABC. El que había sido uno de sus máximos colaboradores se desfogaba por la ingratitud de sus antiguos jefes. Tenía derecho a hacerlo. Sin embargo la traición a Gaziel era algo más profunda que la de Pedro de Lorenzo que, básicamente, estaba frustrado por no ser director de ABC. Y tampoco los Luca de Tena eran los Godó, como quedaría demostrado cuando pierdan el control de su periódico dos décadas después, al contrario que los catalanes.

J. F. Lamata