17 mayo 2014

Polémica con Miguel Arias Cañate (PP) por decir que no podía mostrar su superioridad debatiendo con una mujer para no quedar de machista

Hechos

El jueves 15 de mayo de 2014 el PP emitió un debate entre D. Miguel Arias Cañete (PP) y Dña. Elena Valenciano (PSOE).

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El cabeza de lista del PP pronunció esas declaraciones en ‘Espejo Público’ al día siguiente de debatir con Dña. Elena Valenciano, del PSOE.

17 Mayo 2014

Los debates electorales televisados tienen que ser otra cosa

EL MUNDO (Director: Casimiro García-Abadillo)

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EL DEBATE televisado entre los cabezas de lista a las elecciones europeas del PP y del PSOE resultó decepcionante. La rigidez del formato, pactado previamente por los partidos políticos, con bloques estancos y un minutaje inflexible da poco juego, permite a los participantes llevar escrita su intervención y hasta hace casi innecesaria la presencia de un periodista que ejerza de moderador. El resultado es que se pervierte el sentido del debate: el ciudadano pasa a oír una serie de monólogos encadenados que en lugar de acercarle a la política y a los asuntos objeto de controversia le desmotivan. En el caso de estas elecciones, donde se prevé una alta abstención, el error es imperdonable.

No puede sorprender a nadie, por todo ello, que el aburrido cara a cara entre Miguel Arias Cañete y Elena Valenciano en La 1 de TVE fuera seguido por 1.836.000 espectadores, lo que significa una cuota de pantalla del 9,5%, muy pobre en horario de máxima audiencia. Es el menor seguimiento registrado en la historia de un duelo entre candidatos. Los televidentes prefirieron la serie Resurrection en Telecinco (23,9%), la película Fuego cruzado en Antena 3 (13,7%) y el realityEl jefe infiltrado en La Sexta (10,9%).

Es incomprensible, por ejemplo, que los candidatos no hablaran de corrupción o de la deriva independentista en Cataluña, pues aun no siendo asuntos estrictamente europeos, están todos los días en la opinión pública y preocupan a los ciudadanos. Sacarlos del enfrentamiento, como se hizo, es dar la espalda a la realidad y alejarse de la calle.

Lo curioso es que ha dado más que hablar el posdebate que el debate en sí. Y todo por las desafortunadas manifestaciones de Arias Cañete en las que, para justificar su discreto papel ante Valenciano, dijo que en el debate con una mujer el varón está en desventaja: «Si demuestras superioridad intelectual o la acorralas, es machista». También por el tuit lanzado por la presidenta de los populares asturianos que decía textualmente: «La telefonista de Ferraz frente al abogado del Estado responsable de la gran negociación europea de la PAC. No hay color». Lógicamente, al PSOE, que está por detrás en las encuestas, esas declaraciones le han servido para tratar de dar un giro a la campaña y presentar al PP como un partido machista y clasista. «Ha quedado claro que si gana Cañete perdemos las mujeres», respondió Valenciano.

A tenor del cara a cara, parece evidente que el PP pretendía una campaña de perfil bajo que ha podido torcérsele por su torpe reacción y que el PSOE intenta recuperar a los votantes que se le han marchado a IU. Pero la regeneración que necesita España pasa por que los partidos dejen de mirar única y exclusivamente por sus intereses y velen más por el bien general. La experiencia ha vuelto a demostrar que es necesario cambiar el formato de los debates televisados. Hemos visto cómo en otros países sirven para fortalecer la democracia, animando las campañas y acercando los representantes a sus representados. Lamentablemente, aquí, siguen siendo una herramienta desaprovechada.