2 noviembre 1926

Francia frustró la operación del Estat Catalá

Prat de Molló: Fracasa un intento de Golpe de Estado armado del independentismo catalán contra España encabezado por el coronel Maciá

Hechos

El 2 de noviembre de 1926 una operación militar encabezada por Francesc Maciá para proclamar la República de Catalunya se vio frustrada.

Lecturas

A finales de octubre de 1926 el coronel Francesc Maciá, ayudado por diversos dirigentes de Estat Catalá, encabezó un intento de invasión de Cataluña desde el Roselló con el objetivo de proclamar la República Catalana. Dos columnas de unos 500 hombres debían cruzar la frontera en dirección a Olot y Figueres. El golpe incluía que al mismo tiempo, en Barcelona estallara una huelga general y fuera proclamada la ‘República de Cataluña’. El plan fracasó por la delación de agentes italianos que denunciaron la acción a las autoridades francesas que lo impidieron para evitar conflictos con el Gobierno de España.

La policía francesa ha anunciado la detención de unas 93 personas acusadas de intentar atravesar la frontera con España, como avanzada de una invasión. Según se cree, el número total de los complicados en el caso asciende a unos 400. La figura central del complot es el ex diputado y coronel del ejército español D. Francesc Macià, ue evolucionó a posiciones primero nacionalistas y luego independentistas al frente de Estat Català, de carácter netamente separatista.

Al parecer se ha reunido dos columnas de Estat Català con fuerzas italianas antifascistas. La operación debía converger en Olot, que sería ocupado y proclamar la sedición de Barcelona del resto de España dentro de una República Catalana con el apoyo de los anarquistas de la CNT de declarar la huelga general en toda España en cuanto la operación tuviera entidad. La intervención en el asunto de uno de los mandos italianos Ricciotto Garibaldi, agente secreto de Mussolini, ha sido la causa de que apareciera la policía francesa y abortara la operación.

En Prats de Molló y Perpiñán se ha detenido Macià y a un centenar de expedicionarios, 18 de los cuales son italianos. Se ha sabido que no todos los detenidos serán juzgados. De momento, los simples militantes serán expulsados de Francia, y sólo se procesará a 18 implicados, entre ellos el coronel Macià y al comandante Garibaldi. El gobierno español intentará presentar una petición de extradición, pero se cree que el gobierno francés no aceptará la demanda.

Primero se produjo el intento anarquista, en noviembre de 1924, y en junio pasado fue el ejército el que protagonizó la oposición al general Primo de Rivera. A este paso, se están quedando sin apoyos a marchas forzadas.

Condena a Macià

El 24 de enero de 1927 se dicto sentencia en Francia contra el coronel Macià, que fue condenado junto al comandante Garibaldi a 2 meses de prisión y a una multa de 100 francos.

El Análisis

Fiebre nacionalista

JF Lamata

En los valles del Pirineo oriental, donde Francia se encuentra con Cataluña, se ha producido un suceso tan pintoresco como preocupante. El pasado noviembre, el coronel retirado Francesc Macià, al frente de un pequeño grupo de voluntarios reunidos en Prats de Molló, intentó desde el exilio lanzar una expedición armada para proclamar la independencia de Cataluña. La operación fue abortada por la policía francesa antes de que cruzaran la frontera, y sus implicados, más de un centenar, fueron detenidos. Esta extravagante empresa, de tintes casi quijotescos, revela sin embargo una corriente de fondo que merece ser atendida con más seriedad de la que pudiera inspirar el rocambolesco episodio.

Francesc Macià no es un desconocido. Antiguo coronel del Ejército español, fue elegido diputado por Solidaritat Catalana antes de exiliarse tras la llegada de la dictadura de Primo de Rivera. Su tránsito de militar de carrera a independentista radical es revelador del creciente malestar político que vive una parte del catalanismo, que ha evolucionado desde el autonomismo regeneracionista a formas claramente rupturistas. El intento de Macià, aunque condenado al fracaso desde su concepción, demuestra que sectores del catalanismo han perdido la confianza en lograr reformas dentro del Estado y abrazan un romanticismo armado, cuyo eco, por reducido que sea, encuentra simpatías en ciertos círculos intelectuales y obreros.

Los partidarios de la intentona de Prats de Molló justificarán su fracaso en que no era más que un gesto simbólico, la excusa habitual del catalanismo para reivindicar sus derrotas. Pero la desafección de importantes sectores catalanistas con La Restauración y con el régimen de Primo de Rivera es un hecho cad avez más evidente.

J. F. Lamata