5 abril 1987

El presidente del Grup Hachette ha fracasado en su intento de quedarse con la primera cadena francesa fundada en 1935

Privatización de la principal cadena de televisión en Francia TF1: Adjudicada por sorpresa a Francis Bouygues en lugar de a Lagardere

Hechos

  • El 4 de abril de 1987 se hizo público que la Comisión Nacional de Comunicaciones y Libertades atribuía la señal de televisión TF-1 a la sociedad encabezada por Francis Bouygues.

Lecturas

  • LA OFERTA GANADORA:

Presidida por Francis Bouygues, que ahora será el propietario de hecho de la TF1. Sus socios en la operación Robert Maxwell (presidente del Grupo Mirror de Reino Unido, propietario del DAILY MIRROR entre otros) y la cadena FNAC. Así como editores de pequeñas revistas como la MARIE CLAIRE.

  • LA OFERTA PERDEDORA:

Presidida por Jean-Luc Lagardere, presidente del imperio de revistas Hachette Filipacchi, primer grupo de revistas en Francia y uno de ls mayores de Europa. Tenía entre sus socios minoritarios al español Jesús Polanco (presidente del Grupo PRISA del diario EL PAÍS) y al brasileño Roberto Marinho (presidente del Grupo Globo del diario O GLOBO).

25 Febrero 1987

Paradoja española

Juan Luis Cebrián

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UNA COMPAÑIA dirigida por PRISA, sociedad editora de EL PAÍS, está presente, junto al grupo editorial Hachette y un importante conjunto de diarios nacionales y provinciales franceses, entre los que se encuentra el propio Le Monde, en la oferta para obtener la explotación del Canal 1 de la televisión francesa, ahora estatal, y que va a ser privatizado. El porcentaje con que contribuirá el grupo dirigido por EL PAÍS -en el que también está la SER y al que se unirá probablemente un número considerable de diarios provinciales españoles- será casi simbólico (en torno al 1 % del capital).Y es simbólico de veras en cuanto representa nuestra voluntad de concurrir a la pluralidad de medios audiovisuales y de contribuir a hacer desaparecer los monopolios televisivos de este país y de otros europeos. Con Hachette, que es el principal grupo editorial francés y el segundo de Europa por su volumen de negocios, nuestro diario y sus socios figuran en la mencionada candidatura acompañados de la cadena brasileña O’Globo, el semanario portugués Espresso y las productoras británicas Thames y Granada Television, entre otros medios europeos y americanos. El Canal 5 de la televisión francesa acaba de ser entregado a un consorcio formado por el grupo Hersant (propietario de Le Figaro) y Berlusconi (rey de la televisión privada en Italia y hasta ahora socio privilegiado de los Gobiernos socialistas europeos). No cabe ya ninguna duda de que el futuro de la Prensa escrita pasa por su capacidad para ser competitiva también en el terreno audiovisual y su voluntad de ejercer el derecho a la libre expresión en el uso de las nuevas tecnologías. No nos engañarnos: sabemos los problemas complejos que este nuevo paso representa y la necesidad de dar respuestas inteligentes -y solventes- a un desafío de este género. Pero la única solución inadmisible es el silencio, roto precisamente ayer por el anuncio de Felipe González de enviar en Marzo una ley sobre el particular, o el abandono en manos del Estado de los más poderosos medios de comunicación social, que se convierten así en sistemas de represión dirigismo y manipulación. Nos satisface por lo demás la calidad y número de los colegas franceses que nos han honrado invitándonos a acompañarles en esta experiencia. Y ni siquiera nos sorprende la paradoja: las reticencias de los sucesivos Gobiernos democráticos españoles, remisos hasta la paranoia a la concesión de televisiones privadas, hacen que EL PAÍS y otros medios de difusión españoles sean hoy candidatos efectivos a participar en un canal extranjero de televisión, pero no puedan ejercer ese derecho en su propio país.

Primera página

Juan Luis Cebrián

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Dueños como éramos de la primera emisora de radio y del primer periódico españoles, la fortaleza del grupo comenzó a infundir serios temores en los sectores más reaccionarios, pero también en el gobierno socialista y en la oposición de izquierdas. Creían unos y otros que nuestra influencia en la vida política era excesiva y los numerosos ataques que desde el comienzo de nuestro éxito se habían cerrado en mí como director se dirigieron a partir de entonces contra Jesús Polanco. La campaña acabaría siendo casi letal cuando optamos por una licencia de televisión.

Me seducían las nuevas aventuras del grupo, en especial nuestra especulación sobre la posibilidad de adentrarnos en operaciones televisivas. Jean-Luc Lagardere, presidente del gigante francés Matra, nos había encandilado con la posibilidad de participar en un consorcio que él encabezó para acudir al a privatización de la primera cadena gala. Aunque de forma muy minoritaria, formamos parte del grupo, que fracasó en su empeño, y en el que también estaba involucrado LE MONDE.