30 julio 1998

La hija de Rocío Jurado defendió a Antonio David Flores ante Marchante y acusó a la tertuliana rosa de lesbiana y narcotraficante

‘Tómbola’ se convierte en un combate entre Rocío Carrasco y Karmele Marchante, la ‘hijísima’ se jacta de su posición social ante la periodista rosa: «Mi marido puede vivir sin trabajar, no como tú»

Hechos

Emitido el 30 de julio de 1998.

Lecturas

La emisión del programa ‘Tómbola’ que emiten las cadenas públicas CANAL NOU (Comunidad Valenciana) y TELEMADRID (Madrid) del 30 de julio de 1998 se convierte en una batalla campaña entre la invitada Dña. Rocío Carrasco (hija de la cantante Dña. Rocío Jurado) y Dña. Karmele Marchante, una de las tertulianas del espacio. La periodista acusó a ‘Rociito’ y a su marido, D. Antonio David Flores, de vivir del cuento, sin trabajar y sobreviviendo únicamente gracias a vender exclusivas. La Sra. Carrasco cotraatacó acusando a la Sra. Marchante de lesbiana y traficante de drogas. Por su parte D. Antonio David Flores, que había acompañado a su esposa al set veraniego donde se había montado el plató de esa edición de ‘Tómbola’ amenazó con agredir a la Sra. Marchante y arrojarla al mar.

La opinión del diario El Mundo: 

ROCIITO/ KARMELE MARCHANTE (BAJA). Suyo,el enésimo bochorno de Tómbola. La hija de la Jurado acusó a la periodista -que no se quedó corta- de traficante de drogas. El ex guardia civil Antonio David Flores tuvo que intervenir para defender a su embarazada esposa. (1/08/1998). 

30 Julio 1998

A Antonio David Flores se le ve el tricornio

Ángel Antonio Herrera

O de cómo el marido de Rocío Carrasco amenaza a parte del elenco periodístico del programa 'Tómbola'

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Las alegres legiones nes que siguen el incendiario programa Tómbola, que emiten las autonómicas, están más o menos al loro, pero para quienes no pueden seguir el espacio, o se lo perdieron en la pasada edición, enseguida les pongo yo al corriente del último gran show, que ha sido la tertulia del momento: Rocío Carrasco, antes Rociíto, había acudido como invitada, a resultas de su segundo embarazo, y estaba siendo sometida a las preguntas de los periodistas habituales, entre los que me encuentro, hasta que Karmele Marchante se echó adelante y pasó de las balas de fogueo en el interrogatorio a las postas de plomo candente. O sea, que acusó a la hija de la cantante de vivir de la exclusiva, y, de paso, a su marido, Antonio David, de vivir de ella (a la hija de la cantante y a la exclusiva propiamente dicha me refiero). Vamos, que Karmele les puso de estajanovistas para arriba. Sinceramente, menos de • lo que se oye a propósito de la pareja en las pelu querías más pijas. La ch lería de la aludida tocó techo al catalogar a la periodista de «lesbiana» o «transexual» (quizá Rocío, que es modelo, juzgó sinónimos los dos términos), además de «traficante de algunas bolsitas en las plazas», sospecho que no refiriéndose al tráfico de bolsas de Pryca o Alcampo, cuando Karmele o cualquiera va de compra para un mes con la familia a cuestas. La reyerta llegó a su momento más surreal e inolvidable cuando Rocío remató pro bando a desprestigiar el look extranjerizante de la Marchante con un «incluso llevas gafas para ver». La respuesta de ésta, con las gafas puestas, por supuesto, fue fulminante: «No te enteras de nada, niña. Son gafas fashion». Esto ya no lo supera ni el mejor guionista de Hollywood en su noche más inspirada.

Llegado el alivio del intermedio, el marido, o sea, Antonio David Flores, ex de ese glorioso cuerpo que es la Benemérita, y que estaba fuera de plato, en condición de acompañante, que es un curro, no crean, enfiló como un miura hacia la propietaria de las gafas fashion con ánimo de rompérselas, en un ebrio arrebato de amor hacia su santa o, acaso, en un subidón de tricornio, que aún debe de llevar puesto, aunque no se lo veamos. Yo mismo, en la loca re friega, intenté mediar, pacíficamente, y recibí también por parte del ex guardia civil unos cuantos pi ropos que aquí prefiero no recoger, por justicia de es ta crónica, que pretendo lúdica, literaria y un poco a lo Lorca, ese poeta a que le robaron la vida algunos predecesores en el muy civilizado cuerpo en el que hace unos meses militara el joven Flores. Me hubiera encantado que me llamara lesbiana, por ejemplo, pero su imaginación no llegó a eso. Mi santa madre, que es piadosísima, seguro que ya le ha perdonado. Total, que Karmele libró sus gafas fashion gracias a un puñado de solidarios allí presentes, que redujeron al exaltado, y un servidor, la jeta entera, gracias a los mismos cole gas. Hasta Jesús Marinas, que jamás ha escondido su debilidad por la Jurado y su hija, recibió la censura del joven esposo, «por no defender a Rocío». Es un modo de entender el periodismo. Agur, pareja, y, eso sí, que el embarazo vaya bien y a la futura criatura no le dé un día por las gafas fashion, que, sinceramente, molan un mazo.

11 Enero 1999

"No volverán a Tómbola"

Jesús Mariñas

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Crecen, aumentan, se desmadran: afirman que hasta 23 millones pagó «¡Hola!» por el reportaje posando como madre feliz, las apariencias engañan. Y nada menos que siete negocian ahora para volver a una «Tómbola» donde el pasado agosto, programa alicantino, Rocío II salió maltrecha Destrozó su imagen, a ello colaboró su marido montando una buena durante las pausas publicitarias: Antonio David quiso tirar al mar a Karmele Marchante, insultó a los entrevistadores -incluso llegó a cogerlos del cuello-, maltrató a la directora Carmen Ro y quedó retratado como intemperante ante el bronceado público presente y asistente.

«No volverán a «Tómbola» sentenciaron Stella Goñi. Negocian y pelean. Nueva paternidad de Rocío Carrasco y su esposo a dúo el productor Ángel Moreno y la dolida realizadora. Pero nunca digas nunca jamás, que razón tenía Bond. Negocian, pelean, ya casi están de acuerdo en tornar a contar su nueva paternidad, cuidado que mamá Rocío salió escocida del veraniego «afiaire». No durmió hasta que tuvo la promesa, incumplida como puede verse, de ésa más que niña de sus ojos: -Si necesitáis dinero, aquí estoy yo -ofreció. -No te preocupes, no habrá ocasión -pro metió una Rociíto escaldada. Vuelven a las andadas.