TELECINCO cancela el programa ‘Todo el mundo es Bueno’ e Internet se ceba contra Pilar Rubio

Las jamps (jamonas sobradamente preparadas) están de capa caída. Esencialmente porque si una maciza estuviera de capa al alza no se apreciarían sus rotundidades y los espectadores no tendrían más remedio que fijarse en sus dote profesionales. Si es que las tienen, claro.

“Todo el mundo es bueno”, el último fracaso presentado por Pilar Rubio, la jamsp por excelencia, fue cancelado el martes por TELECINCO tras cosechar un 9,4% de audiencia (1.369.000) de cuota. Una noticia poco sorprendente porque si concurso de bizarrías varias debutó con una decepcionante audiencia de 2.070.000 espectadores.

Rubio, dicen sus defensores en TELECINCO, es una víctima del machismo y de las redes sociales. Puede que tengan razón, aunque el primer culpable del gafe de la bella no es otro que la propia cadena, incapaz de darle un programa acorde a sus capacidades de bustos parlantes.

Cuando en 2009 se anunció el fichaje de la reportera de SLQH (LA SEXTA=, trascendió a los medios que Vasile le había ofrecido un millón de euros. La cifra se desmintió, aunque fue evidente qeue Pilar había sido tentada con un contrato de estrella. El problema es que, afortundamente a veces la belleza no basta para brillar y, por ende, ser esa estrella que imaginaba el jefe de TELECINCO. El traspiés de OT, un programa que hasta la llegada de Rubio había logrado excelentes resultados, debió de haberle puesto de guardia. El sueldazo de presentador que recibía su flamante fichaje no se adecuaba al desempeño de azafata de telecupón. Puede que, en efecto, en aquella ocasión Pilar sufriera los caprichos de un productor carcoide [Toni Cruz] pero el siguiente batacazo, esta vez de la mano de Flipy y llamado ‘XXS’ demostró que a Rubio le faltaban tablas y soltura. Peor aún fue su actuación en ‘Piratas’, una serie concebida como vehículo de lucimiento de la estrellada y que sólo merece ser recordaba por la secuencia en la que la actriz, si se puede llamar así, se bañaba en la cascada.

Sin embargo, esta vez habría que reconocer que en ‘Todo el mundo es bueno’ Rubio estuvo más desenvuelta, pero el programa era tan terrible que ni la propia Oprah Winfrey hubiera podido hacerlo potable. Consejo: la presentadora debería dejar de leer los tuits que la ridiculizan y seguir adelante, incluso si fracasa. Ser jamona puede ser un amargo don, si bien cualquiera prefiere ser Pilar Rubio a María Antonia Iglesias.

Me he pasado estas semanas deshojando margaritas: digo crudamente lo que pienso y soporto las críticas educadas y de las otras, sobre todo de las otras, o hablo del sexo de los ángeles. Ah, no, que de sexo no es políticamente correcto hablar si trabajas en la televisión líder. Si escribiera en un periódico distinguido, en una web o en un pequeño canal alternativo, sería correcto y hasta cool. Por suerte de sexo no tengo nada que decir, tampoco del de los ángeles.

En este tiempo, me he dedicado a un estudio de Marketing casero, con las debidas disculpas a Javier López Cuenllas que como director de Marketing de Mediaset se ocupa de los auténticos. En mi particular focus group se diferencian dos grandes grupos. Uno que aconseja prudencia y discreción. Sobre todo “no te metas”, que es como aquél histórico “no te signifiques” pero mejor dicho, que somos de comunicación. Y el otro grupo, que calienta los tambores para acompañarte a la guerra y celebra que se ponga palabras a lo que todo el mundo sabe.

En eso estaba, con los últimos pétalos de la última margarita, imaginándome qué tal me sentaría la bandera del “no te metas”, cuando se inunda twitter de #graciasSara. ¿No me meto? Que venga Alicia –mi madre- y me invente otra vez. Así que veo desfilar una muy graciosa demostración pública de machismo y no me meto. Así que veo linchar a una periodista, a una compañera, supuestamente por lo que dice al hablar de deporte, y no me meto, hago como que no recuerdo que hace años que me escandaliza el lenguaje de una buena parte de los periodistas deportivos varones. No me he dado cuenta nunca, no he oído nada. Es más, tampoco he oído nunca a periodistas hombres criticar duramente el uso del lenguaje de sus colegas de deportes.

Como sigo ciega, sorda y muda, tampoco tomo nota de lo que publica Carme Chaparro en su blog defendiendo a su compañera de redacción. Ni recuerdo que en el último Mundial de Fútbol el presidente de los periodistas atacó duramente a Sara, también, y todavía no ha pedido disculpas por decir que no debería aceptar su posición detrás de la portería… cuando era la FIFA la que había seleccionado ese sitio para todos los medios.

Este linchamiento me recuerda el de Pilar Rubio, pero desde el “no te metas” me cuesta traerlo a la memoria. Algo recuerdo ahora, resulta que a un conocido ex productor de televisión, famoso por su misoginia y sus faltas de respeto, le sentó mal que designaran a Pilar como presentadora de Operación Triunfo. Como le fastidió la decisión de la cadena que le pagaba el producto, boicoteó el trabajo de Pilar, que no tenía acceso a los guiones hasta el último momento y que tampoco recibía las órdenes adecuadas por el pinganillo, básico para que un presentador pueda seguir el programa mientras se esmera en el directo. Del reconocido productor misógino, uno al que le gusta chillar, especialmente chillar a las mujeres, nadie habló. La furia cayó sobre Pilar. Y ya me estoy excediendo.

Para que pueda militar con comodidad en el “no te metas”, pido desde aquí que Mediaset me haga el favor de no fichar más profesionales demasiado guapas.

Mientras tanto, doy gracias a Sara y a Pilar por aguantar con estoicismo y hasta con humor y cultura, y a Risto por llamar la atención sobre ambos linchamientos de manera tan creativa con sus #denadaSara y #todosaporpili.

Me quedan todavía dos o tres pétalos de la margarita…