TELECINCO emite el mismo días los cameos de Ana Obregón en ‘Hospital Central’ y de su ex, Darek, en ‘Yo Soy Bea’

Escribía Rocío Ayuso en El País del pasado sábado 19 de julio: «la televisión vive una era dorada». Aseguraba la periodista en una doble página que «la calidad de la televisión fuerza a los creadores a mantener el nivel». Y que «para los actores ya no es un estigma» trabajar en televisión. Finalmente, afirmaba que «las series alcanzan el brillo del cine».

Rocío sin duda se refería, pese a no aclararlo en ningún momento, a la televisión USA. Si Rocío viese la televisión española, y hubiese escrito su texto ayer por la noche, después de contemplar a Ana Obregón y Darek en dos de las series estrellas de la jornada, ‘Yo soy Bea’ y ‘Hospital Central’, no hubiera tenido valor para hablar de una «era dorada» de la televisión, ni de «la fuerza de los creadores». Quizá hubiese podido mantener que las series alcanzan el brillo del cine. Concretamente del cine porno: Darek hizo su aparición tumbado en la cama, semidesnudo, junto a una mujer que no le conocía. Verle delante de una cámara, a él y a la Obregón, echa por tierra el grueso de la teoría de Rocío: trabajar en televisión, en España, sigue siendo un estigma.

Ana y Darek son los protagonistas, junto a Leticia y Felipe, de una semana de ensueño. Las parejas de actualidad en este país consumido por el calor, la crisis y las moscas. La bióloga recauchutada y el musculado efebo actuaron (es un decir), con apenas unas horas de diferencia, en sendas series de Telecinco. Mientras, la escuálida periodista y el alargado príncipe repetían estrellato en ‘El Jueves’, la revista que sale los miércoles, con un dibujo que se ha convertido en la versión veraniega de la foto navideña de la familia real: una caricatura.

«Ana y Darek, juntos. Sólo en Telecinco», anunciaba a bombo y platillo la cadena que más guano genera por minuto de programación. El doblete coincide con una noticia muy significativa: el Juzgado de lo Mercantil número 7 de Madrid ha estimado una denuncia de Telecinco, que quiere impedir que sus imágenes se vean en Youtube. Normal. Si yo hiciera esos programas, si yo fuera responsable de esa cadena, de esa programación, tampoco me gustaría que pudiera verla todo el mundo, desde cualquier ordenador. Sentiría vergüenza. Trataría de impedirlo.

En ‘El Jueves’ son más discretos y, pese a tener a una pareja de mayor calado, han sido enormemente discretos y ni siquiera les han dado la apertura del número que está ahora mismo en el kiosko. Sólo el poster central. Leticia y el príncipe vuelven por sus fueros, y recuperan el trenecito que les hizo famosos el 18 de julio de 2007, aquella postura coital que les humanizó en una portada histórica e inolvidable. Ahora se repite la posición, pero vestidos y ya no sobre una cama, sino asomados a la cubierta de un yate. No puede haber mejor escenario para una imaginaria cópula principesca. La teca, los polos con su banderita, las velas, las gaviotas…

El humor, el sarcasmo y la ironía siempre estarán por encima del poder, el servilismo y la hipocresía. ¡Viva El Jueves!