TELECINCO estrena el concurso ‘Supervivientes’, producido por Globomedia y presentado por Juan Manuel López Iturriaga

No se entiende nada: ahora resulta que ya han echado a otro concursante en esa historia caribeña de los robinsones (Supervivientes, Tele 5), y a nosotros se nos ha quedado la cara de póquer. Al que ha diseñado este programa habrá que hacerle un monumento: está consiguiendo que no nos enteremos. Fíjense ustedes. Esto se estrenó el domingo. Les vimos llegar a todos, ese día, juntitos y en barca, a la isla caribeña. Y el miércoles por la noche nos dijeron con enorme entusiasmo: “¡Señoras y señores, nuestros dos equipos de concursantes entran en el séptimo y octavo día de robinsones!”. O sea, por cada día de los nuestros, ellos cuentan tres. Prodigioso. Lo más desconcertante es que en lugar de enseñarnos lo que hacen, nos lo cuentan. Se ponen delante de la cámara, y hablan de cómo lo pasan, de si han sentido frío esa mañana, de si lavan la ropa con agua y arena. En fin, que estos muchachos han descubierto la radio de pronto. Consciente López Iturriaga de que la tele sin acción es peor que la tortilla sin huevo, les montó dos plataformas en el mar, a pocos metros de la playa, y les dijo: “El primer equipo que logre subirse a uno de los pontones, premio”. Es verdad que se movieron, pero a peor: fue chapoteo de parque acuático infantil en vez de arriesgada prueba de supervivencia. Sólo faltaba Ramón García y podría ser, tranquilamente, un jueguecito de ¿Qué apostamos? o Grand prix. Ganó el equipo Sur y les dieron de premio un cofre pirata de los Juegos Reunidos Geyper. Dentro sólo había vicio y disipación. O sea, tabaco y latas de cerveza. Tremendo.