5 mayo 2010

TELECINCO recupera el ‘caso Ylenia’ asegurando que Lydia Lozano fue víctima de una conspiración de Ángela Portero, ahora en ANTENA 3 TV

Hechos

Emitido en mayo de 2010.

05 Mayo 2010

Sálvame DeLydia

Nico Rey

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Mal, muy mal tiene que estar el plumilleo rosáceo patrio de temas cuando se empeña en ‘resucitar’, una, otra vez y literalmente, a la difunta Ylenia Carrisi, hija de los cantantes Albano y Romina Power. Es lo que tiene la telebasura de ‘Sálvame’ y ‘Sálvame De Pus’. Cosas del neorrealismo casposo. Contraindicaciones. Las balas se vuelven en contra de quien las dispara y, al final, los platós se convierten en máquinas de picar higadillos que engullen, en su voracidad, todo aquello que se pone en su camino. Famosos, presentadores, periodistas… Da igual. El objetivo es mantener nuestra atención cueste lo que cueste, caiga quien caiga, llore quien llore. Y le ha tocado la china, como no podía ser de otra manera, a la ínclita y osada reportera Lydia Lozano. ¡Hombre, Pepe Calabuig, se lo podías haber dicho antes!

Ñam, ñam. Perro come perro en la atiborrada jauría del corazoneo español. Al parecer, según cuentan sus menos allegados, la plumilla y trepa Ángela Portero interpreta a Cruella De Vil en esta historia canina sin ‘happy end’. Una especie de melodrama almodovariano donde Lydia Lozano se las da de dálmata llorón y fúnebremente timada por los supervillanos. Lydia es la versión ‘drag’ del niño de ‘El sexto sentido’. ¡Pobrecita Lydia! Ella no cometió negligencia profesional alguna al dar por bueno el bulo sobre el hallazgo de la hija de Albano.

Ahora resulta que la culpa la tuvo Ángela Portero que le tendió una trampa, según el testimonio de Lara Rodríguez, ex secretaria de Carmina Ordóñez y famosa en el mundillo por sus conocidas patrañas. Como culpable también fue Pepe Calabuig, a quien no le colaron en ‘Interviú’ las fotos de la supuesta hija de Albano, por no avisar a la pobre e incauta Lydia. Cambian los tomateros el timo de la estampita por el de la resurrección de los famosos y se quedan tan anchos. Por mucho menos inhabilitan en muchos países a todo profesional con una ‘mancha’ similar en su currículo.

«No hay noche que no me acuerde de este tema, algo tuvo que pasar, no lo acabo de entender. Mi duda siempre estará allí. El testimonio de Lara Rodríguez me ha servido para liarme más la cabeza y ver otra vez la cara de Albano repitiendo que no me daba el perdón. Me voy con un disgusto tremendo porque han vuelto a abrir un libro que yo ya cerré». Mi pregunta es, Lydia, ¿para qué coño vuelves a abrirlo ahora? ¿Tan mal andáis de temas últimamente? Porque el hecho de que uno sea tonto, y quede como tonto delante de toda España, tiene un pase. Pero regodearse en ello me parece digno de ser tratado en un psiquiátrico. ¿Por qué no invitáis a Albano uno de estos viernes a vuestro programa? Seguro que él tiene la solución a todos tus problemas.

Qué lástima. A partir de ahora el periodista ya no sólo se convierte en el mensaje, sino que también lo inventa dando la razón a esa sentencia de redacciones de antaño, consejo para becarios recién aterrizados, que reza: «No dejes nunca que la verdad te estropee una noticia». Pues bien. Lydia es de ésas que, desde hace años, se ha preocupado bien de hundir las herramientas de esta profesión en un lodazal para llevar el periodismo a límites más que subterráneos.