En mayo de 1999 la compañía Telefónica compró la cadena ONDA CERO, hasta entonces propiedad de la ONCE.
Telefónica compra la cadena ONDA CERO a la ONCE después de que el Gobierno Aznar cambiara la ley para facilitárselo
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D. Miguel Ángel Rodríguez (Portavoz del Gobierno Aznar hasta 1998) asegura que se opuso a la compra de ONDA CERO por Telefónica:
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EL NUEVO PRESIDENTE DE ONDA CERO


Nevada digital
Federico Jiménez Losantos
Hay dos cosas de las que podemos estar seguros después de la experiencia de los años ochenta: no hay fusión bancaria que no provoque otra fusión bancaria y no hay compra de medio de comunicación que no ponga boca abajo las fichas del dominó de los medios de comunicación.
Ayer se anunció formalmente la fusión, léase absorción, del BCH por el Banco de Botín. Ayer también se daba por hecha la compra de Onda Cero por Telefónica, sin duda un paso adelante en la creación de un gran multimedia bajo la jurisdicción de Villalonga. Y ayer, en fin, también se adelantaba el acuerdo definitivo de las dos plataformas digitales, aunque eso puede estar más verde.
De todas formas, esta situación de celo pactista por parte de Prisa le convierte en pacífico espectador del resto de movimientos financieros y mediáticos.
Si no estuviera abierta la cartera de Villalonga nos las habríamos con un estremecedor panorama informativo, con grandes manifiestos y recogida de firmas en contra de este Gobierno liberticida, fascista, criminal y contrario a la empresa privada.
Como parece hilvanado, embastado y pespunteado el acuerdo para el monopolio de la televisión digital, la compra de Onda Cero por Telefónica recibirá seguramente el silencio como bienvenida.
Es una lástima que la progresía internacional no se manifieste «Ante el acoso», como en el famoso debate sobre los descodificadores. Hasta es posible que don Jesús incluya en el pacto con Villalonga otro manifiesto, «Ante el fin del acoso», en el que los firmantes del primero saluden con entusiasmo el avance del monopolio digital. Sería el fósforo ideal para fumar la pipa de la paz, el desarme y la libertad.
Está tan despolitizado el ambiente que incluso decisiones de tanto calado político como la absorción del BCH pasan sin pena ni gloria. Y la adquisición de una cadena de radio -con todos los requisitos legales, no es como Antena 3- apenas provocará una preguntita parlamentaria.
La cuestión de fondo, que es la del futuro económico de Sogecable y del fútbol de pago, está en el horno y nadie se atreve a preguntar por ella.
Seguramente en el Pacto de Nochebuena todos nos excedimos en los adjetivos y hasta en los sustantivos, pero ni aquello ni esto.