22 marzo 2007

El líder de la oposición, Mariano Rajoy, también sería entrevistado para que, entre otras cosas, se le preguntara por su salario

TVE crea el programa ‘Tengo una pregunta para usted’ para que el Presidente Zapatero sea preguntado sobre el precio del Café

Hechos

El 27.03.2007 el Presidente de Gobierno, D. José Luis Rodríguez Zapatero, fue entrevistado en el programa ‘Tengo una pregunta para usted».

Lecturas

El formato de ‘Tengo una pregunta para usted’ es una de las apuestas del nuevo equipo de RTVE de D. Luis Fernández y D. Javier Pons para mostrar la transparencia de la nueva etapa.

Virginia Martín: «Yo he vivido la presencia de ETA en mi vida, desde los 5 años tuve que ir con escolta al colegia y mi padre tenía que mirar todos los días los bajos del coche. No entiendo como un Gobierno y un presidente al que yo voté es capaz de sentarse con unos asesinos para dialogar, no creo que con armas se pueda hablar de paz. No sé por qué el Gobierno antepone los intereses de un asesino como De Juana o un individuo como Otegi «¿No piensa que se ha ido de las manos?».

28 Marzo 2007

El café de Zapatericles

Enric Juliana

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Política y medios de comunicación tienen éxito cuando logran ser -y, sobre todo, parecer- veraces. Y no existe veracidad sin tensión. Sin contraste. Sin la sensación de riesgo. De vértigo, incluso.

Ése fue el triunfo anoche del programa Tengo una pregunta para usted. La televisión pública española certificó que se halla en su etapa más liberal. No sabemos cuál será la suerte del Gobierno socialista en el incierto tramo final de la legislatura, pero nadie podrá discutir a José Luis Rodríguez Zapatero el haber situado a TVE en la órbita más democrática de su historia, desde que Adolfo Suárez dijo ante las cámaras ‘puedo prometer y prometo’.

El ágora resultó creíble. Veraz. Las preguntas fueron directas, concretas y sinceras. Pegadas a la realidad. Y algunas de ellas incomodaron al presidente del Gobierno. Se podía leer en su rostro, pese a la vocación ateniense del astuto Zapatero.

Nuestro Pericles, sin embargo, cometió un fallo, que hoy será comentado. El presidente no sabe que en las grandes ciudades un café vale más de un euro. Se lo preguntó un navarro. Ochenta céntimos, dijo. ¡Ay, la veracidad!

28 Marzo 2007

Zapatero no sabe lo que cuesta un café

EL MUNDO (Director: Pedro J. Ramírez)

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El cara a cara de casi dos horas del presidente del Gobierno con un centenar de ciudadanos ante las cámaras de La Primera fue revelador de las inquietudes que hay en la calle. Desde ese punto de vista, fue un baño de realidad en el que Zapatero supo encajar las 42 preguntas formuladas, algunas incómodas. Sin embargo, no aportó ningún argumento nuevo en los asuntos más conflictivos que le plantearon, como los relacionados con su política antiterrorista y la benevolencia hacia el etarra De Juana Chaos. Incluso orilló una pregunta directa respecto a los «límites» que se ha marcado en su proceso de paz. No respondió. Se impuso la sensación de que, en general, casi nadie quedó satisfecho con sus respuestas, como resultó patente en las repetidas muecas de escepticismo. En un abusivo colegueo, Zapatero tuteó al presentador y a los entrevistadores, aunque éstos le hablaran de usted. No concedió espacio a la autocrítica, por lo que durante muchos minutos el espacio se convirtió en un monótono autobombo cargado de talante y lugares comunes. La única pregunta imprevisible -el precio de un café en la calle- le dejó en evidencia: «80 céntimos… aproximadamente», dudó. Y erró. Fue el chispazo de la noche. El ciudadano redondeó su victoria en la réplica: «Eso sería en tiempos del abuelo Pachi». La obligación de incluir el mayor número de preguntas impidió el debate y acrecentó la sensación de que, lejos de ser una encerrona, el programa supone un trampolín para el protagonista. Tengo una pregunta para usted no pasó así de ser algo así como Zapatero tiene cien respuestas para ti. El próximo invitado, Rajoy, el 16 de abril.

01 Abril 2007

Café para todos

Carmen Rigalt

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Ha nacido el ‘café Zapatero’, nueva modalidad para reforzar la pluralidad en la barra de los bares

Un programa de la tele redime feos a cambio de mostrarlos

Gema Ruiz ha sacado los colores a medio país detallando por los platós sus avatares sentimentales

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Mala semana para los intelectuales. Empezaba con patadas en los huevos (al uso testosterónico y callejero) y ha terminado con el apretón vacacional, los meteorólogos haciendo horas extra y el secreto de Díaz de Mera coreado por voces descreídas (como que al pueblo soberano se la suda este señor). Pero los hechos incontrovertibles se han producido en el ágora de la televisión y han sido habas contadas: el café del presidente, los cambios radicales de la cirugía estético-circense y la vergonzosa retransmisión de los amores de Gema Cuadrado, ex esposa de Álvarez-Cascos, que busca caballeros con posibles y encuentra golfos sin escrúpulos.

El café del presidente fue algo más que un símbolo. Fue una apuesta democrática. En este país, las barras de los bares son escuelas de pluralidad. Llevo más de media vida en Madrid y todavía se me quedan los camareros mirando cuando pido un café sin adjetivar. Ahora ha nacido el café Zapatero (80 céntimos aproximadamente), que se suma a las modalidades ya conocidas: café solo, cortado, largo de leche, corto de café, con leche fría, con leche caliente, descafeinado, sin descafeinar, etc. El café divide y vence, pero también se ajusta a un eslogan unitario que no admite discusiones: café para todos. La próxima vez que el presidente acuda al ágora televisiva, que lleve aprendido el precio de la vivienda. Para eso debería pedir consejo al Pocero de Fuenlabrada, que refuerza el lema de ZP: pisos para todos. El constructor está consiguiendo nombradía de líder social por el procedimiento de ganar un poco menos en cada piso que vende. ¿Será verdad o se trata de un prestidigitador urbanístico?

La cirugía estética. Allá voy. Una cadena de televisión española ha comprado los derechos de un programa americano que redime feos a cambio de mostrarlos. Es una parada de monstruos televisada. El concursante (feo y no sólo de narices) pide cambiar y la tele patrocina la mesa de operaciones. Cambiar, cambia, pero su criterio está a merced del circo mediático que lo arropa. Para Nacho Gay, de elmundo.es, es una forma de genocidio legal. Para los defensores radicales del libre albedrío, ni eso importaría si fuera voluntad del concursante. La asociación por la defensa del paciente ha puesto el grito en los periódicos. El escándalo está servido, y la publicidad más.

Las causas se repiten. El otro día, un (amable) lector me regañó por escribir que Brad Pitt y Angelina Jolie han adquirido un hijo con denominación de origen vietnamita. A mi amable lector, el cuerpo le pide ponerme en la picota del Defensor del Menor. Desde aquí le animo a hacerlo. Reprimirse es malo para la salud, lo digo por experiencia. Yo misma, cuando no escribo lo que me dicta la conciencia, tengo estreñimiento. Aunque lo veo venir: el Defensor del Menor no cambiará los gustos de la sociedad de consumo, y mucho menos, los de esos personajes públicos que coleccionan niños como podrían coleccionar pisapapeles.

La cirugía estética arrasa en España (primer país de Europa en número de operaciones al año). A Elena Salgado, que aparte de gestora es guardiana de las esencias, le gustaría meter mano, pero no puede. Espera que sean los propios médicos (y sus comités deontológicos) quienes impongan cordura. Difícil cuestión. El programa supone una importante plataforma publicitaria y los médicos no van a desaprovecharla. A ellos se debe la idea de que operarse constituye algo tan sencillo y cotidiano como ir al callista. Pero eso es sencillamente falso.

Por muchos esfuerzos feministas que haga Fernández de la Vega (Miss Maputo, como la llaman algunos) siempre causará más efecto un programa de televisión o el ejemplo de esas bobas especializadas en cómo pescar marido poniendo ojos de cordero degollado. Me refiero a Gema Ruiz Cuadrado, ex esposa de Álvarez-Cascos. Gema ha sacado los colores de medio país con la bochornosa retransmisión de sus avatares sentimentales. Ella misma parece sentirse orgullosa. «Hay 32 coches de prensa a la puerta de mi casa», dijo la otra noche. Y se quedó tan fresca.

APOYO

Nuevos hombres viejos

BOCAZAS. La culpa la tienen los hombres como Salvador Sostres, que es buen escritor pero mea a menudo fuera del tiesto. Él escribió aquello de que el idioma castellano (Sostres dijo español) era de pobres y horteras. ¿Recuerdan? Sonaba a boutade, pero la gente se lo tomó a la tremenda. Qué menos. He conocido a algunos escritores jóvenes que tratan de hacer méritos copiando actitudes tabernarias y machistas de artistas ya fallecidos. Sostres es uno de ellos (nació en 1975). Provocador y altanero, disfruta escupiendo a la gente en la cara. Así, bravuconada tras bravuconada, consigue que lo tomen en cuenta y va haciéndose mayor poco a poco. Algo parecido le ocurrió hace años a Juan Manuel de Prada, y ya ven cómo está (hecho una penita). Días atrás, Salvador Sostres escribió La perversión, un artículo salvaje sobre el deseo de los cuerpos jóvenes. Eso se entiende viniendo de García Márquez, que es sandiós y puede escribir de sus putas tristes o sus putos alegres, pero no de Sostres, salvo que sea un viejo prematuro y necesite terapia sexual. A una no le asusta que Sostres escriba esas cosas, sino que realmente las piense. No toca, como diría el viejo Pujol. Traduzco algunas frases pervertidas de Sostres, para que se hagan una idea del despropósito. «Perversión es ir con mujeronas pasadas de rosca, de pechos caídos y olvidadas curvas que llevan a pensar en la muerte». «Perversión es el asco que arrastramos todos a cuenta del dudoso valor de eso que llaman estabilidad emocional». «Perversión es que una de 50 te diga que te quiere y, mientras no tengas más remedio que follártela, te esfuerces pensando en cualquier cosa». «Angelet». Angelito.