22 noviembre 2007

Ricardo Navarro apuñaló a Svetlana O. después de que esta se negara a casarse con él ante millones de telespectadores

Una mujer asesinada por su ex pareja tras rechazarle en el programa ‘El Diario de Patricia’ (Boomerang) de ANTENA 3 TV

Hechos

En noviembre de 2007 se produjo el asesinato de Dña. Svetlana O. después de que esta acudiera de invitada al programa ‘El Diario de Patricia’.

Lecturas

ENCUENTRO ENTRE VÍCTIMA Y SU FUTURO ASESINO EN ‘EL DIARIO DE PATRICIA’ (BOOMERANG) DE ANTENA 3 TV

El programa ‘El Diario de Patricia’ que la productora Boomerang hacía para ANTENA 3 TV presentado por Dña. Patricia Gaztañaga invitó a Dña. Svetlana Orlova para ‘una sorpresa’ en el programa. La sorpresa supuso reencontrarla con su ex novio, Ricardo Navarro. Navarro pidió ante la audiencia a Dña. Svetlana que se casara con él. Pero ella rechazó en pantalla la petición. La presentadora Sra. Gaztañaga tras intentar amagar un poco por un entendimiento, acabó concluyendo «a lo mejor esto se ha terminado» en relación a la pareja.

Aquella situación que podía haberse quedado simplemente como una más de tantas en magazines de esa naturaleza, acabó siendo noticia en toda España cuando, después del programa, se conoció que Ricardo Navarro había asesinado de una puñalada a Dña. Svetlana Orlova.

LOS INFORMATIVOS DE CNN + (GRUPO PRISA) VINCULAN EL CRIMEN CON ‘EL DIARIO DE PATRICIA’

El canal CNN+ del Grupo PRISA informó del asesinato de la Sra. Svetlana mostrando las imágenes de la secuencia de ‘El Diario de Patricia’ de ANTENA 3 TV vinculando el crimen al programa y asegurando que el encuentro ante las cámaras se hizo a pesar de que Ricardo Navarro «tenía una orden de alejamiento» por acusaciones de maltrato. Eso sí, CNN+ no mencionó la palabra ‘ANTENA 3’ ni ‘El Diario de Patricia’, se limita a hablar de «Un programa de televisión nacional de una cadena nacional».

 

EL PROGRAMA ‘GENTE’ DE TVE TAMBIÉN VINCULA EL CRIMEN CON ‘EL DIARIO DE PATRICIA’

También el programa ‘Gente’ de TVE se hizo eco, casi una semana después, de la tragedia de Dña. Svetlana Orlova, desde el punto de vista de la madre de la víctima. TVE también vinculó el crimen con ‘El Diario de Patricia’, aunque tampoco citó el nombre del programa. Habló de la víctima diciendo que había sido degollada por su ex novio «después de rechazarlo en un programa de televisión», cuyo nombre no pronunció aunque sí sacaron sus imágenes.

 

‘ANTENA 3 NOTICIAS’ OMITE QUE ASESINO Y VÍCTIMA COINCIDIERON EN ‘EL DIARIO DE PATRICIA’

Muy diferente fue la forma en la que habló del crimen el telediario ‘ANTENA 3 Noticias’, de D. Matías Prats, el telediario del canal en el que se emitía, precisamente, ‘El Diario de Patricia’ fue el único que no hizo ninguna referencia al programa, ni a que habían coincidido en él asesino y víctima , ni sacó las imágenes.

 

REFERENCIAS AL INCIDENTE EN ‘ESPEJO PÚBLICO’ DE ANTENA 3 TV:

El incidente no fue ‘silenciado’ en ANTENA 3 TV, porque en la tertulia mañanera ‘Expejo Público’, en una discusión sobre televisión, el tertuliano y abogado D. Javier Nart, introdujo la cuestión sin que viniera a cuento para asegurar que había muchos programas peores de ‘El Diario de Patricia’: «sistemática violación del honor y la intimidad sistemáticamente, en aparente referencia a los programas de cotilleos». La presentadora del programa, Dña. Susanna Griso no le paró, pero al acabar dijo: «es un debate interesante, lo trataremos otro día».

 

‘EL INTERMEDIO’ (GLOBOMEDIA) DE LA SEXTA CARGA CONTRA ‘EL DIARIO DE PATRICIA’

El programa ‘El Intermedio’ de Globomedia de LA SEXTA se hizo eco de las voces del Poder Judicial que pedían que se tomaran medidas contra ‘El Diario de Patricia’  y arremetieron contra los contenidos del programa de la Sra. Gaztañaga. El guión que interpretaba Gran Wyoming comentó irónicamente: «De ética y moral no anda muy sobrados, lo bien que lo tienen que pasar los chavales con todo esto».

 

EN SU SIGUIENTE PROGRAMA DEL ‘DIARIO DE PATRICIA’, PATRICIA GAZTAÑAGA RECORDÓ A SVETLANA

Faltaba saber lo que diría el propio ‘Diario de Patricia’. La presentadora Dña. Patricia Gaztañaga quiso tratar el tema desde el principio del espacio. «Nuestro más profundo rechazo a estos hechos», dijo la Sra. Gaztañaga en relación al asesinato.

 

22 Noviembre 2007

Irresponsabilidad, vileza y canallada

Ferrán Monegal

Leer

El programa El Diario de Patricia (ANTENA 3) acaba de meterse en un conflicto gravísimo relacionado con el reciente asesinato (el lunes) de la joven rusa Svetlana. Hace mucho tiempo que este programa esta instalado en la línea más tramposa y canalla de hacer televisión. Pulveriza cada tarde los más mínimos códigos éticos que todo instrumento de comunicación debe preservar. Desde aquí muchas veces lo hemos denunciado. Y tanto va al cántaro a la fuente, que al final a ocurrido lo que no debería sorprendernos, aún en su extrema gravedad. La historia arranca como una más de las muchas fétidas trampas que cada tarde preparan. El miércoles pasado, día 14, un tal Ricardo es presentado por Patricia Gaztañaga como un joven que quiere casarse con su amada. Le invita a sentarse. Aislada y escondida tras unas mamparas aguarda Svetlana, joven rusa que ha sido llamada por el programa. Advirtamos que el Consejo del Poder Judicial investiga ahora si Svetlana fue invitada con trampas, sin saber a lo que iba en realidad cosa que habitualmente hacen. La joven rusa es llamada entonces al plató, para que se siente junto a Ricardo, y este, arrodillado, le pide que se case con él. Svetlana queda sin palabras. Sus ojos demuestran una sorpresa incómoda. Balbucea. Patricia la apremia: “Nos tienes a todos en vilo”. Y Svetlana sigue balbuceando, nerviosa, y acaba diciendo: “No…, no, no”. “¿No, o no sé?”, insiste Patricia, escarbando. Y Svetlana concluye: “no”. Y la escena se acaba. A los cinco días exactos, el lunes pasado, Svetlana es asesinada, apuñalada presuntamente por Ricardo, que ya está encarcelado. Y ahora hemos sabido la verdadera relación que había entre ambos, y que no era la idílica petición de matrimonio que Patricia Gaztañaga presentó. En el programa de Ana Rosa Quintana (TELECINCO) de ayer lo contaron. Ricardo ya había sido acusado de agresión, malos tratos y robo de documentos por Svetlana. Un juez ya le había condenado. Primero a una orden de alejamiento. Después, en juicio público a 11 años de cárcel. Y luego, a otra orden de alejamiento. Con esos antecedentes, la maniobra de ‘El Diario de Patricia’, juntando a ambos en el plató, es escalofriante. Caso de que no se pueda probar que sea delictiva, es de una irresponsabilidad tan vil como canalla.

Ferrán Monegal

22 Noviembre 2007

Cuando se juega con el fuego de las pasiones humanas

EL MUNDO (Director: Pedro J. Ramírez)

Leer

La muerte de una mujer de 30 años a manos -según todos los indicios- de su ex pareja, sólo cuatro días después de que ella descartara la reconciliación que él le proponía en un programa de televisión, pone de nuevo sobre la mesa el debate acerca de la conveniencia de la exhibición de la intimidad de las personas en la pequeña pantalla. Nunca podremos saber si la presencia de la víctima y de su presunto verdugo ante las cámaras fue el detonante para el desenlace fatal, porque es imposible meterse en la cabeza de un asesino, pero no es descabellado pensar que la humillación que supone ser rechazado ante más de dos millones de personas después de haberse arrodillado ante ella, pudo tener su influencia en el ánimo del agresor.

No creemos, desde luego, que El diario de Patricia sea causante, siquiera indirectamente, de la muerte de Svetlana. Por esa misma regla, podría señalarse al juzgado que fue incapaz de localizar a su ex pareja días antes del crimen para comunicarle la orden de alejamiento que se había dictado contra él. No. El asesino tiene nombre y apellidos y ya había sido denunciado por agresión. Su acción podría haberse producido en cualquier otra circunstancia. Cabe añadir que Antena 3 no es precisamente una de las televisiones que más se prodiga en este tipo de espacios. Pero sí es el momento de apelar a la responsabilidad social de unas cadenas que existen gracias a unas concesiones del Estado.

El programa, según se ha sabido ahora, sometió a un test rutinario al presunto asesino para descartar situaciones no deseadas y no pudo detectar que hubiera habido en la relación episodios de malos tratos. También habría preguntado a la mujer si tenía interés en no encontrarse en el plató con alguna persona en particular que pudiera resultarle molesta, a lo que ésta habría contestado que no.

El problema de estos programas de testimonios es que convierten en espectáculo situaciones de conflicto que están vivas y que pueden traer, por tanto, imprevisibles consecuencias. Además, la diferencia con otros espacios de corte similar a los que acuden los famosos a vender su intimidad, es que éstos saben que se trata de un negocio y se presentan ante las cámaras con un control de daños calculado. El éxito de público de este tipo de programas -El diario de Patricia, por ejemplo, es líder en su franja horaria- no justifica la ligereza y el exhibicionismo con que abordan problemas y dramas personales, si bien somos conscientes de que no se puede legislar sobre el buen gusto.

La delegada del Gobierno para la Violencia de Género, la Fiscalía y asociaciones de mujeres criticaron ayer el programa. Lo cierto es que, en lo que va de año y hasta ayer -en que se produjo un nuevo caso-, han muerto 67 mujeres a manos de sus parejas, y que, en el caso concreto de Svetlana, se cruzaron unas cámaras inoportunas que facilitaron un encuentro no deseado que incrementó el riesgo para la víctima. Las cadenas de televisión deben dejar de jugar con fuego en este tipo de asuntos, pero tampoco sería justo convertirlas en el chivo expiatorio de la frustración general ante la ineficacia de medidas políticas reiterada y triunfalistamente publicitadas.

22 Noviembre 2007

Un aplauso para el asesino

Isabel San Sebastián

Leer

Ella intenta sonreír a pesar del miedo que la corroe. Él desgrana sus mentiras desde un monitor instalado en el plató y promete que nunca volverá a fallarle. La presentadora anuncia que «Ricardo está aquí» y pide un aplauso para él, que entra arropado por el calor del público. Cuatro días más tarde, Svetlana está muerta y su asesino, el hombre al que rechazó en directo ante las cámaras de televisión, en manos de la Policía. El programa fue visto por 2.420.000 espectadores; un pelotazo de audiencia.

Ricardo tenía varias denuncias por agresión y una orden de alejamiento de su víctima. Ella, como la inmensa mayoría de las mujeres maltratadas, vivía sumida en el terror, huérfana de autoestima, incapaz de rebelarse a su maltratador durante más tiempo del que duran los hematomas de la última paliza. Tan pronto le denunciaba como retiraba la denuncia. Algo en su interior la urgía a alejarse de esa bestia camaleónica, que la cortejaba en público con el rostro de los domingos, reservándose las garras para la intimidad de la alcoba, pero un lazo de dependencia malsana la mantenía encadenada a él. Y esa cadena le costó la vida.

No es la primera vez que muere una mujer de esta manera tras visitar un programa parecido. Las asociaciones creadas para proteger a las víctimas de malos tratos desaconsejan vivamente a sus patrocinadas que alimenten con su historia el morbo de dichos espacios, pero no pueden impedirles que lo hagan. Deberían ser los responsables de los medios quienes pusieran límites a la máxima del «todo vale con tal de sacar tajada». Deberíamos ser los propios periodistas quienes asumiéramos la responsabilidad de saber a quién damos voz y a quién se la negamos. En nuestras manos está la decisión de implicarnos a fondo en el combate contra esta lacra, más letal para las féminas que el cáncer, las enfermedades vasculares o los accidentes de tráfico. Porque está claro que la ley no basta para poner fin a la plaga definida por la ONU como «un flagelo para la humanidad».

Una historia muy parecida a ésta ya se vivió con el terrorismo de ETA. Durante años mantuvimos una equidistancia cobarde en nombre de la «objetividad». Permitimos que los verdugos acapararan el protagonismo que negábamos a sus víctimas. Renunciamos a tomar partido. Cuando finalmente lo hicimos, señalando con el dedo acusador a los matarifes, logramos que la sociedad se implicara en la tarea de derrotarlos, lo que dio comienzo al principio de su fin. Ahora toca repetir la experiencia. Svetlana y todas las demás inocentes sacrificadas nos lo reclaman a gritos. Es nuestra obligación moral y nuestro desafío.

22 Noviembre 2007

'Show' siniestro

Vicente Verdú

Leer

Cualquiera que haya visto algunas veces El diario de Patricia en ANTENA 3 pudo pensar que podría estar trucado. Constantemente se conocen los pormenores de diferentes montajes que se perpetran, a cambio de fama o dinero, en no pocosreality shows, españoles o no.

El espectáculo debe basarse en la verosimilitud y la representación depende altamente de su real apariencia. De modo que ¿cómo hacer para que esas lágrimas sean o parezcan auténticas o aquella sorpresa salte o resulte espontánea? Mezclando arteramente una ración de realidad con una ración deshow y llevando la palpitación que emite el plató al máximo grado de la emoción sincera.

La misma Patricia Gaztañaga que, como conductora del programa, ha debido asistir a innumerables dramas declaró hace poco que -para su salud, posiblemente- «no se implicaba» en los temas. Tanto por oficio como por beneficio sería insoportable asumir la sucesión de penas y alborozos que van de 19.15 a 21.00 toda la semana laborable, una y otra vez. De hecho, el espacio de Patricia Gaztañaga reproduce la inspiración de aquellos números circenses que, a ojos del público, ponen en riesgo la vida de los trapecistas aunque al final triunfe el júbilo conjunto de espectadores y artistas. ¿Cómo no suponer, en fin, que un remedo de esta estrategia, peligrosa y feliz, acompañe a los personajes que, jugando con el equilibrio de sus corazones, acuden al talk show?

La muerte de Svetlana a manos de Ricardo, su ex novio alicantino, y tras la comparecencia conjunta en el plató ha transmutado, sin embargo, la ocasional aventura en tragedia y el entretenimiento en terror.

¿Desaparecerá esta clase peligrosa de programas que lleva ya cosechadas varias víctimas mortales en diferentes países? Desde luego que no. El filo de la muerte favorece la audiencia y su visita eleva la importancia potencial del espectáculo. Nadie hizo nada para que la calamidad se produjera, pero una vez sobrevenida ¿cómo no pronosticar que, en adelante, la emisora ganará el implacable y famoso crédito de lo siniestro?

23 Noviembre 2007

Televisión de alto riesgo

EL PAÍS (Director: Javier Moreno)

Leer
El morbo televisivo y la violencia machista resultan letales. Se impone la autorregulación

Fue el asesinato de una mujer que había acudido a la televisión a denunciar la vida de vejaciones y malos tratos que le había dado su marido lo que hizo emerger en España el problema de la violencia de género. Ana Orantes murió en 1997 después de que su marido la rociara con gasolina y la quemara viva. Svetlana, una joven rusa que intentaba construirse una vida digna con su hija en España, ha sido la última mujer que muere a manos de su compañero sentimental tras haber pasado por un plató de televisión. Un buen motivo de reflexión para la jornada de lucha contra la violencia de género que se celebra el próximo domingo.

Svetlana es la quinta mujer que muere en España después de que su tragedia se cruzase con una televisión. Con la diferencia de que Ana Orantes acudió a Canal Sur para denunciar un problema que sufrían miles de mujeres y Svetlana acudió al programa Diario de Patricia de Antena 3 sin saber que la persona con la que iba a encontrarse en el plató para darle una sorpresa no era ningún familiar ruso, sino la persona a la que había denunciado por malos tratos y que acababa de ser condenada a 11 meses de prisión por ello.

Svetlana ha sido víctima de la violencia de su asesino, pero también del engaño y las artimañas de un género televisivo que con frecuencia traspasa los límites de la dignidad y de la ética. ¿Hubiera acudido Svetlana al programa de haber sabido que se iba a encontrar con su novio? Ésta es la pregunta que deben responder los responsables del programa. Más allá de la eventual responsabilidad civil en que hubiera podido incurrir la televisión por un posible daño al derecho a la intimidad y al honor, es evidente que el caso plantea con crudeza la cuestión de hasta dónde están dispuestas a llegar las televisiones por la audiencia. La ley del «todo vale» está llevando el género de los reality show por caminos cada vez más cenagosos y es hora de plantearse si se ha de poner coto a un modo de hacer televisión basado en la instrumentalización descarada de la desgracia ajena.

Con este tipo de programas, los platós de la televisión se convierten en escenarios de riesgo. Es sabido que el despecho del maltratador se vuelve más furioso cuando la humillación se hace pública, y no la hay mayor que sentirse rechazado ante millones de personas. Pero son también escenarios de riesgo porque degradan la imagen de sus protagonistas. Los responsables de estos programas pueden alegar que nadie va contra su voluntad a un plató de televisión, y será cierto, pero también lo es que hay muchas maneras de engañar.

Puestos a buscar protagonistas para el espectáculo, siempre habrá alguien suficientemente vulnerable desde el punto de vista emocional, cultural o social a quien tentar, o alguien dispuesto a pagar con el ridículo el precio de tener cinco minutos de notoriedad. Los responsables de la televisión deben aclarar de una vez si están dispuestos o no a autorregularse. Porque, de lo contrario, la sociedad tendrá que adoptar otras medidas para defenderse.

 

23 Noviembre 2007

Ecos del diario vil

Ferrán Monegal

Leer

Silencio en Antena 3 TV sobre el tema del diario de Patricia. El programa, impertérrito, sigue, eso sí. La información, comentarios y debates hay que buscarlos en otras cadenas. Ayer, Concha García Campoy (Cuatro), convocó a los acreditados periodistas Ernesto Ekaizer, Matías Valles y Fernando Onega. Reflexionaron con sensatez sobre la posible o imposible relación entre el lamentable programa de Patricia y el asesinato de Svetlana. Decía Ekaizer: «Este programa ha jugado un rol activo. Es gravísimo lo ocurrido. Han transgredido reglas elementales: han engañado y han humillado, y eso ha tenido influencias psicológicas». Y Valles lanzó al éter esta pregunta: «¿Hubiera muerto Svetlana si no hubiera ido al programa?». Es decir, ¿hubiera asesinado el presunto asesino de no haberse encontrado a Svetlana en El diario de Patricia? Esta vez la TV no ha practicado el corporativismo, esa endogámica actitud que sintetiza la frase: Perro no come carne de perro. El tema es demasiado grave. Y no hay suficientes bozales en el mundo para callar la indignación que produce.

El Análisis

ANTENA 3 NO MATÓ A SVETLANA

JF Lamata

Los mismos medios a veces son víctimas de las costumbres que instalan. Durante años los medios han fomentado que al producirse un crimen la gente necesita tener a un ‘malo’ al que culpar y esa costumbre en no pocas ocasiones carga contra ellos: «¡La culpa de todo fue de ANTENA 3, de Boomerang y de Patricia Gaztañaga!». Afirmación insostenible. ‘El Diario de Patricia’ cometió el error de no verificar que su ‘invitado’ había sido acusado de maltrato. ¿Pero acaso si no hubiera tenido tal acusación sobre la mesa no podía haberse producido igualmente la tragedia? Un programa de los que juega con sentimientos tiene muy difícil asegurar al 100% que va a poder predecir que uno de los 900 invitados que salen desairados en cada temporada va a tener una reacción criminal tras el mismo. Probablemente el porcentaje de españoles que reacciona así, es el 0,0001% de los invitados. Pero eso sí, si te toca, hay que apechugar: a ‘El Diario de Patricia’ le tocó, y por muchos momentos mágicos de televisión que tuviera el espacio, aquel suceso lo manchó para siempre y dejó de paso manchado todo el género de los talk-show tan de moda durante la década anterior.

Patricia Gaztañaga aseguró que fue víctima de una ‘campaña’. Es posible, pero que no se queje tanto, porque la campaña no fue ni la mitad de intensa que hubiera sido si ese mismo episodio, en vez de a ANTENA 3, le hubiera pasado a TELECINCO.

J. F. Lamata