3 marzo 2013

El diario de Pedro J. Ramírez había publicado en 2008 que Violeta era politoxicómana

Violeta Santander Peters gana una demanda a EL MUNDO que se ve obligado a publicar una rectificación

Hechos

El 3.03.2013 el diario EL MUNDO tuvo que publicar una rectificación en relación a una información publicada sobre Dña. Violeta Santander.

Lecturas

El 3 de marzo de 2013 el periódico El Mundo que dirige D. Pedro J. Ramírez Codina se ve obligado, por sentencia judicial, ha publicar una rectificación sobre Dña. Violeta Santander Peters, la que fuera esposa de D. Antonio Puerta Ramón, el agresor del profesor D. Jesús Neira Rodríguez y que fue vapuleada mediáticamente entre 2008 y 2009 por seguir defendiendo a su marido en ese periodo.

En esa etapa de linchamiento El Mundo aseguró que ella era ‘politoxicómana’. Ahora el periódico se ve obligada a reconocer que mintió al dar ese dato. El periódico no aclara si también ha tenido que indemnizar a la Sra. Santander Peters por airear aquel bulo contra ella.

MundoVioletaSantander La que fuera novia del difunto D. Antonio Puerta, el hombre condenado por agredir al profesor D. Jesús Neira, fue muy criticada por el diario EL MUNDO que llegó a asegurar que su vida corría peligro y que ella también era politoxicómana, lo que llevó a la aludida a demandar al diario, a su director D. Pedro J. Ramírez y a su empresa editora Unidad Editorial, forzándoles a presentar una rectificación y abonarle una indemnización.

24 Octubre 2010

VIOLETA: TU VIDA TAMBIÉN CORRE PELIGRO

Rodolfo Ullate

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Violeta Santander es muy frágil y es otra víctima más de esta tragedia». Así definen personas de su entorno a la tercera protagonista del enredo de fatalidades que se ha formado en torno al profesor Neira (Jesús), el fallecido Puerta (Antonio) y la susodicha Santander Peters (Violeta). Ella es algo más que la clásica chica guapa imprescindible para un serial por entregas, como está siendo este infausto reality show. Además de ser la novia del malísimo de la película que (según sentencia judicial) la maltrataba, Violeta tiene capítulo aparte, personal e intransferible, por su decisiva participación en este culebrón.

A sus 34 años, al igual que las otras estrellas de este folletín, lleva la mochila de su vida repleta de desgracias, fracasos y heridas del ayer. El destino se confabuló aquel fatídico 2 de agosto de 2008 para que los tres vértices de este triángulo de amores, odios y enfermedades se conjugaran para siempre en un espacio tan pequeño como el hall de un hotel: apenas 40 metros cuadrados donde se generó un tsunami de infortunios que, para asombro de todos y gratitud de los programadores televisivos, aún no ha terminado.

 

¿MUJER FATAL O MUY FRÁGIL?

 

Aunque muchos quisieron percibir en su mirada los ojos de una mujer fatal, calculadora y sin escrúpulos, la realidad ha demostrado lo contrario. El pasado lunes, siempre en televisión (Sálvame), pudimos conocer por boca de su progenitor, Ignacio Santander, la espeluznante realidad: «Ella ha querido morirse, está muy mal, ha sido ingresada en la unidad mental de un hospital del que tardará meses en salir». El diagnóstico final de su padre no podía ser más demoledor: «Han dejado a una enferma para toda la vida».

Todos los especialistas coinciden en señalar a Violeta como una parte, además de víctima, de su propia desdicha. Incluso un psiquiatra que la atendió declaró en un juicio que, desde el punto de vista médico, «sus apariciones televisivas no le hacen ningún bien, más bien todo lo contrario: han sido contraproducentes para su salud». Y es que el estrés ha sido brutal. Un exceso que se veía recompensado por el caché de estrella que percibía por cada una de sus apariciones en la caja tonta. Siempre en Telecinco y a cambio, la mayoría de las veces, del puro interés crematístico. Su primera aparición en La Noria, a finales de agosto de 2008, la marcó para siempre: defendió con uñas y dientes a su novio, negó que la hubiera maltratado y, con sorprendente agresividad verbal y gestual, plantó cara a toda una jauría de contertulias que pretendieron despellejarla en directo, ante la sonrisa más que cínica del oficiante-presentador (Jordi González).

Los índices de audiencia marcaron el devenir de esta crónica negra, con un minuto de oro que rebasó los 4.200.000 televidentes. Los gurús de Telecinco constataron que Violeta Santander era un auténtico filón que continúa hasta hoy. Entonces se publicó que llegó a cobrar 72.000 euros por su primera aparición en La Noria.

Después, durante los meses siguientes, protagonizó hasta cuatro entrevistas sucesivas. Con Neira en el hospital y su novio aún preso en la trena, los emolumentos fueron bajando pero, en su conjunto, el caso Neira-Puerta le ha hecho ganar más dinero que en 10 años de trabajo. Sin formación universitaria, Violeta Santander trabajaba antes de saltar a la fama como vendedora de una firma de trajes de novia. También había sido comercial de una inmobiliaria y en su juventud trabajó como relaciones públicas en distintas discotecas de moda de Madrid.

La familia Santander Peters es otro de los misterios, todavía por resolver, que navegan en la órbita de este psicodrama. Hace unos días, fue el propio padre de Violeta, Ignacio Santander, quien saltó a la palestra colocándose a sí mismo como víctima. Toda esta historia de Neira le había costado su propia separación matrimonial, dijo, y el traslado de su domicilio a Alicante.

En las últimas horas, además de sus reiterados insultos a Jesús Neira -«siempre ha sido un villano»-, no ha dudado en atacar a la mismísima familia de Puerta, fallecido por sobredosis: «Le abandonaron. Incluso Violeta le daba dinero a veces para comer, Ni Isabel Puerta, la hermana que salía el otro día en televisión, ni Luis fueron a verle jamás. Con todo el dinero que tenían, que había que ver la colección de Rolls Royce que tiene el avaro del padre…».

 

SUBIDOS A LA NORIA

 

Ignacio Santander es un antiguo profesional de la enfermería y sindicalista, quien no dudó en subirse también a La Noria en 2008, mientras que su hijo Santiago hacía lo mismo en Antena 3, pero para decir lo contrario: sin ningún escrúpulo declaró contra su hermana y afirmó que se equivocaba al defender a Puerta. «Creo que es una mujer maltratada», dijo. «Tiene un fuerte carácter y siempre quiere tener razón, sin embargo, es una buena mujer. Lo que queremos es que se aparte de hombres como Antonio Puerta».

Tanto el padre como el hermano, han sido acusados por personas cercanas a Violeta de ejercer una mala influencia sobre ella y de controlar todas sus apariciones televisivas. Esta situación duró varios meses, hasta que Violeta y su madre dijeron basta y se produjo la ruptura familiar. En la actualidad, Violeta, su madre y su hermana están por un lado, mientras que su padre y su hermano Santiago, permanecen muy distanciados por otro.

Justo después de la agresión a Jesús Neira y la detención de su novio, Violeta fue sometida a tratamiento psiquiátrico y obtuvo la baja. Pero el virus de los trastornos psicológicos le venía de muy atrás. Hace siete años tuvo otra relación truculenta con un sujeto experto en artes marciales. Era un instructor de taekwondo que opositaba para policía local de Aranjuez, donde ambos residían. Violeta presentó diferentes denuncias contra él ya que, según fuentes policiales, además de haberla agredido en diferentes ocasiones no cesaba de acosarla. La Justicia salió en defensa de Violeta y condenó a su agresor a un año de cárcel, aunque nunca llegó a ingresar en prisión. Ella, presa del pánico, tuvo que abandonar Aranjuez para refugiarse en un piso particular y recibir la ayuda de una asociación de mujeres maltratadas en Granada.

Las heridas de una maltratada no curan nunca, nos confirma una abogada experta en violencia de género: «El sentimiento de culpabilidad de todo lo que ha sucedido, la baja autoestima, la depresión, son síntomas que acompañan a la mujer durante años».

Sin embargo, para otros profesionales lo que le sucede a Santander no tiene nada que ver con el síndrome de Estocolmo. «Ella no actuó como lo hizo porque se sintiera responsable de la detención de Puerta en 2008. Ni ahora, tampoco, se siente responsable al haber expulsado de su casa a Antonio, al no seguir el tratamiento de desintoxicación, y luego pasara lo que pasara. Violeta padece una enfermedad propia y particular 100%. Es extremadamente frágil. Coincido con su padre al afirmar que su vida corre peligro».

Días después de enterrar al que fuera «su amor», permanece ingresada en una unidad psiquiátrica por gravísimos problemas mentales. Ni siquiera este jueves pudo acudir al funeral que la familia Puerta celebró en la Iglesia de Santa Gema en Madrid, por el alma de su infortunado novio. Mientras unos descansan, los problemas siguen para otros.

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