15 diciembre 1991

"Este abogado ha cruzado la frontera que separa a un traidor de un inquisidor", asegura la columnista del diario de PRISA

Brutal ataque de la columnista de EL PAÍS, Maruja Torres Manzanera, al ex comunista José María Mohedano, dirigente del PSOE

Hechos

El 1.12.1991 Dña. Maruja Torres publicó en EL PAÍS Semanal el artículo ‘La Llamada de Al Mohedano’.

01 Diciembre 1992

LA LLAMADA DE AL MOHEDANO

Maruja Torres

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El más perfeccionado ejemplar de mutante político que la nueva época nos ha dado. Sinvergüenzas del mundo uníos'. Es la incitación a conjugar un nuevo verbo: mohedanear. Y el que no mohedanee que se zurza.

Amanece sobre el país que organizó a la perfección la Conferencia de Paz y que montó un excelente dispositivo de seguridad en torno a la celebración fascista del 20-N, dando como resultado la detención de 25 jóvenes izquierdistas. Amanece sobre los tejados rojizos de Madrid, las azoteas barcelonesas, las brumas adorables de Bilbao; amanece sobre la Giralda y la Torre del Oro, sobre las bientrazadas plazas castellanas. Amanece sobre la Expo y el Anillo Olímpico, y sobre la torre Picasso. Hasta sobre la cárcel en donde tienen al insumiso Pedro Canales, detenido con engaño, vilipendio y premeditación, amanece.

Te asomas al balcón de tu país, te acodas y respiras hondo, preguntándote – entre la esperanza y el horror – qué te deparará el nuevo día, y en ese momento algo surge en el horizonte, algo que no es precisamente el sol.

Identificable al principio – una simple mancha oscura – conforme aumenta de tamaño empiezas a reconocer sus contornos, sus señas de identidad. Esa barba cerrada, esas gafas, ¿dónde las habré visto yo antes? Recuerda vagamente a alguien que, en otro tiempo luchaba por los derechos humanos desde la izquierda. ¿Un cantante quizás? ‘No sé, no caigo’, dice la vecina apoyada como yo en el pretil de los deseos.

Poco a poco se hace la luz, gracias, precisamente, a que un certero rayo solar le da en las gafas Cartier. ¿No es este el hombre a quien su mayordomo le robó veinte pares de gemelos de oro y cinco millones de pesetas en relojes, el que va en Jaguar y tiene una esposa peletera? Anda, pues sí, contribuyó a mi vez. Precisamente me han dicho que los mayordomos, en su casa, van con guantes blancos, y en las fiestas, con cada canapé, reparten una servilleta de hilo bordada con primor. Conozco a alguien que se las guardó y se hizo un ajuar con ellas. En cuanto a la manía por lo Cartier, parece que es por ser abogado de prestigio, que normalmente reciben regalos sí. ‘¡Claro!, se golpea en la frente mi interlocutora. ‘¡Abogado! Ese que defendía a Greenpeace y, al mismo tiempo, estaba a favor de la utilización de abrigos de pieles de animales, alegando que hasta Raisa Gorbachova los usa. ¡No querrá que se pasee por Moscú con una pañoleta!, reflexiono.

A estas alturas de la deductiva charla estamos ya, la otra mujer y yo, completamente cubiertas por la sombra del más perfeccionado ejemplar de mutante político que la nueva época nos ha dado en una actividad en la que no anda escasa. Cual la madre de Woody Allen en una de sus películas, ocupa todo el cielo y levanta el dedito índice con gesto acusador. Juraría que está a punto de decir algo, algo seguramente fundamental para drogadictos, intelectuales y otros sospechosos. Más no podemos evitar seguir con la conversación. Las mujeres somos tan y tan y tan cotillas.

A propósito de Raisa, ¿no es el mismo que, después de pasarse al PSOE, empezó a hacerse rico exportanto papel higiénico a la Unión Socialista de Repúblicas Soviéticas, hoy Unión de Estados Soberanos, pero con el mismo número de culos? Inquiero. ‘Eso. El que declaró que el entonces ministro José Barrionuevo era un demócrata’. ‘¿Fue antes o después de que peinara por error el barrio del Pilar?’. ‘Pues mira, que no me acuerdo, pero debió de decirlo en el momento oportuno?’.

El que ingresó en el PSOE como simple militante de base, dando ejemplo de modesta violeta. El que dijo que el cargo que más le untaba era el de ministro de Interior. Perdidas en cavilaciones acerca de la altura de la base que el Partido Socialista Oprobio Español pone bajo los pies de los arrepentidos, mi vecina y yo nos sobresaltamos. Es la voz rotunda urbi et orbi, de este joven y dinámico abogado que ha cruzado la frontera que separa a un traidor de un inquisitor sin perder la postura, la voz de un poseedor de la verdad que truena sobre los tejados rojizos de Madrid, las azoteas de Barcelona, las adorables brumas bilbaias, la Giralda y la Torre del Oro, las plazas castellanas, la Expo, el Anillo Olímpico, la torre Picasso y la cárcel en donde tienen preso a Pedro Canales, el insumiso.

Es una voz chillona, un punto histérica, acusica, que se impone a todos los sonidos: ‘Sinvergüenzas del mundo uníos’. Es la incitación a conjugar un nuevo verbo: mohedanear. Y el que no mohedanee que se zurza.

Es la llamada de Al-Mohedano. Sólo que me había equivocado. No amanece. En España está empezando a atardecer, porque el sol se está cubriendo de mierda.

Maruja Torres

04 Diciembre 1991

Rectificación de Mohedano

José María Mohedano

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Nadie en su sano juicio puede dar crédito a las falsedades y bufonadas que escribe Maruja Torres. Sinvergüenzas son, entre otros, los que desde sus frustraciones se dedican a extorsionar con insidias y calumnias. La señora Torres se merece una querella por injurias

Aunque nadie en su sano juicio y que me conozca pueda dar crédito a las falsedades y bufonadas que escribe Maruja Torres en su artículo de EL PAÍS Semanal correspondiente al 1 de diciembre de 1991, le envío esta carta para rechazar rotundamente todas y cada una de las afirmaciones que tan amargamente me dedica en el mismo.Es falso que «(Mohedano), después de pasarse por el PSOE, empezó a hacerse rico exportando papel higiénico a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas». Nunca me he dedicado, directa o indirectamente, a la exportación de papel higiénico ni de ningún otro producto a la URSS ni a ningún otro país.

Es bien conocido que mi única actividad profesional ha sido la de abogado, sin ninguna incursión en el campo del comercio o la empresa. El reconocimiento público de mi vida profesional efectuada con dignidad y honradez es lo que ahora parece querer manchar la señora Torres con la porquería que destila su libelo.

2. Es falso que yo haya tenido ningún mayordomo, a no ser que la señora Torres entienda por tal al trabajador que durante unas horas al día desempeñó labores de servicio doméstico.

3. El único sistema inquisitorial es el que la señora Torres practica acusando o juzgando con infamias para obligar a demostrar lo que no se es y lo que no se hace.

4. Utilizando su misma terminología, sinvergüenzas son, entre otros, los que desde sus frustraciones se dedican a extorsionar con insidias y calumnias. Pero al igual que en otra época no me hizo callar la bazofia que se escribía en la prensa oficial de la dictadura, tampoco me va a hacer callar el estilo injurioso del artículo como el que desmiento.

5. La señora Torres se merece una querella por injurias, porque injuriar es formular acusaciones falsas y expresiones deshonrosas que perjudiquen la fama.

José María Mohedano